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lunes, 12 de septiembre de 2022

LOS TÉRMINOS DE LA APERTURA.

LOS TÉRMINOS DE LA APERTURA. 
(Material reservado para los Fuqara.) No publicar en ningún medio. 

Tener una mentalidad abierta es fundamental.. no sólo en los hombres sinó, hasta cierto punto, en todas las mentes finitas. Pues en todo se abre a la misma infinitud del Ser. Hay, pues, entre todas las mentes una coincidencia ideal que es algo muy diferente de la unidad abstracta del universal y se funda en la posibilidad de una comprensión mutua. Quizás cualquier teólogo pueda encuentrar aquí una indicación útil para aclarar el hecho de que la naturaleza humana es elevada según la gracia sobre la naturaleza angélica, considerada aún superior. De hecho, se podría objetar el principio: del recibir lo recibido al modo del recipiente. Pero éste principio no sirve aquí, precisamente porque el don divino alcanza al espíritu creado en este núcleo metafísico donde las diferencias son abolidas, donde los espíritus sólo son
una pura apertura al Absoluto. Tal núcleo existe, por definición, sólo en el mundo espiritual (y por eso) este mundo tiene una unidad de la que el mundo de la exterioridad no ofrece un equivalente.

Sea como fuera, no hay duda de que al hablar de una mente "abierta" no estamos aludiendo ordinariamente a esta apertura esencial y radical. La mente "abierta" se opone a la mente "cerrada" y esta última no puede ser una mente que carezca de la apertura esencial, porque entonces no sería una mente. Apertura y cierre se sitúan así aquí en otro nivel: en el nivel de la realización, de la manifestación en la acción de la apertura esencial. Se dice que el espíritu es "abierto" en la medida en que se comporta o tiene el potencial para comportarse de una manera expresa en éste plano, la capacidad de acogida que hace de él un espíritu, en la medida en que responde a su vocación de espíritu. Es tanto más "abierto" cuanto mejor responde.

La actividad espiritual se desarrolla en la línea del saber y del querer y la apertura esencial se manifiesta tanto en la generosidad de un corazón que se abre para recibir al otro y darse a él como en la disponibilidad de una inteligencia que se ofrece a la Verdad. Sin embargo, cuando hablamos de una mente “abierta”, generalmente pensamos en la facultad de comprender en lugar de la facultad de amar. Y éste, es también, es un significado para retener.

Pero aquí son necesarias las distinciones importantes. Entre el centro metafísico del espíritu (como tal) y la actividad espiritual como se desarrolla efectivamente, se interponen varios estratos que determinan la forma en que la apertura esencial se expresará en la acción y, (por lo tanto), hará que la mente sea más o menos "abierta".

Un primer estrato lo constituye la naturaleza específica del espíritu en cuestión. Según los antiguos, los espíritus angélicos se diferencian entre sí por el poder de sus ideas, vastas en extensión y más ricas en comprensión en los ángeles del más alto rango. Se puede preguntar, por tanto, ¿si estos son más “abiertos” que los demás, en la medida en que estas ideas les “abren” a un campo (o les abren un campo) que les permite ir más lejos y más profundo en su mirada?. Siempre, los ángeles superiores (y sólo ellos) son capaces de iluminar a los ángeles inferiores, y de "consolidar" su intelecto, de hacerles percibir significados ocultos, etc. Pero dejemos estas regiones etéreas para volver al tema. 
La primera y fundamental calificación de la apertura. 
El hombre se abre al ser abriéndose al mundo o, (lo que es lo mismo), su espíritu se abre al ser por mediación del cuerpo. En efecto, es siempre al ser como tal y, por lo tanto, al ser en su conjunto a lo que está "abierto"; de lo contrario, el hombre no se distinguiría de los demás animales: viviría en el mundo sin saber que es el mundo, que es él mismo, pero sólo alcanza el ser por esta porción y esta participación que le es dada en el mundo. Debe atravesarlo y todo su conocimiento quedará marcado por éste pasaje. Tan alto que se eleva hacia las zonas más luminosas del ser, su mirada quedará siempre nublada por lo sensible. De ahí, que la primera consecuencia de una extensión en el objeto total de su conocimiento.. por un lado, el "mundo", entendido en el sentido más amplio: del conjunto de objetos directamente proporcionados a la naturaleza sensor-intelectual de la facultad humana de conocer, el campo del conocimiento experimental, tal y como lo vemos comúnmente y oímos. Por otro lado, todo lo que no es inmediatamente aprehensible o representable, que sólo puede ser conocido indirectamente; es decir, todo el intervalo entre el “mundo” y el campo total de la apertura. La exploración en éste espacio es objeto de la metafísica; los resultados que obtiene en su esfuerzo por interpretar el mundo a partir de las exigencias fundamentales del pensamiento, son las del ser, y dejan huella siempre en la mente, rodeando la alegría que traen, como un halo de luz y de insatisfacción, (porque, como hemos visto), las nociones más puras nunca pueden permanecer en un elemento empírico a través del cual son pensadas y sin embargo, se niegan.

Por supuesto, ésto es solo un primer acercamiento; tendría que haber muchos matices y muchas distinciones. Otra consecuencia más del inevitable condicionamiento del conocimiento humano, por la situación del sujeto, es el tiempo y el espacio. Este conocimiento incluye una perspectiva, puntos de vista; que está involucrada en la historia. No se sigue, como algunos piensan, que el hombre esté definitivamente encerrado en lo relativo, incapaz de alcanzar certezas más allá de toda negación. Tal afirmación se contradice, ya que se presenta como definitiva y, a su manera, absoluta. Se dirá sin duda que aquí no hay contradicción, el sí y el no no estando en el mismo nivel y por lo tanto no pudiendo encontrarse en el mismo enunciable: así sea, pero el hecho es que el absoluto está presente en pensamiento, que está en el fondo de cada operación de la mente, que es mente sólo a través de esto. Lo absoluto es el correlato de la apertura, o más bien, porque la expresión puede parecer contradictoria, la apertura es apertura a lo absoluto y lo significa como lo que lo hace posible y le da su sentido. Pues lo absoluto es idéntico al ser: lo que realmente es absolutamente, en sí mismo y para todos sobre lo verdadero. Sólo este absoluto se nos presenta primero envuelto en lo relativo y el trabajo de la mente será precisamente desengancharlo. En la medida en que lo logra, teniendo en cuenta lo que, en sus ideas, sus inclinaciones y sus proyectos, se debe a su situación particular, se manifiesta como "abierto". Y en efecto, tercia una consecuencia: la apertura de un espíritu es igualmente su capacidad de sobrepasar su punto de vista particular para alcanzar un punto de vista universal. O, más precisamente, discernir en su propio punto de vista lo que es universal y lo que no lo es, lo que tiene valor en sí mismo y para todos y lo que tiene valor sólo para él, etc. La mente "cerrada" no es aquella que no piensa en términos universales: si se encierra en su punto de vista conociéndolo, es sólo un mal a medias; la mente "cerrada" es aquella que no sabe discernir lo universal de lo particular, que erige su punto de vista condicionado y relativo en un punto de vista absoluto. Pero la aptitud para este discernimiento depende a su vez de muchos factores ligados a la individualidad física y psíquica. Porque la unión de espíritu y materia en nosotros es "sustancial", el funcionamiento de lo más inmaterial en el hombre está condicionado por el organismo. Condicionamiento "extrínseco" tanto como quieras, pero no debemos dejarnos engañar por el adjetivo. 

Ningún cuerpo podría haber recibido y expresado un alma espiritual: porqué precisamente se necesita un cuerpo humano. Y del mismo modo, cualquier estado del cuerpo no es compatible con el genio. ¿Debemos decir que la "luz intelectual" es igual en todos los hombres y que sólo difiere el estado del instrumento orgánico?.. ¡cuando precisamente la relación de la inteligencia con el cerebro no está plenamente sincronizada!. Es aquí donde el adjetivo "extrínseco" resulta inadecuado. Porque la inteligencia es la facultad de un espíritu que es "forma" del cuerpo, ¿está, por la unidad ontológica del sujeto, relacionada con el organismo de un modo inexpresable en términos de exterioridad o incluso de alteridad existencial?. Sin duda no es la "forma" del cerebro en el sentido de que se puede decir que las potencias sensibles del alma están con sus órganos en una relación análoga a la relación forma-materia. ¿Qué tipo de relación sería ésta?. Es difícil adelantar algo cierto sobre un asunto del que se nos escapan tantos elementos. Experimentamos desde dentro nuestra unidad y el condicionamiento de nuestra actividad espiritual, pero faltan los términos precisos que nos permiten interpretar el "cómo", porque la naturaleza exterior, (que debería proporcionarnos las imágenes sustentadoras), no nos ofrece nada equivalente. Sin embargo, parece altamente improbable que la inteligencia misma no se vea afectada de ninguna manera por las disposiciones del cuerpo. El sabio piensa que la “luz intelectual” es más perfecta donde el cuerpo es más perfecto, lo que parece subrayar el profundo arraigo en lógica de ésta "luz". Digamos por lo menos, que la facultad espiritual, alcanza en el hombre su pleno estatuto de facultad, es decir, que sólo tiene pleno derecho a ejercer su propia actividad cuando tiene a su disposición una "herramienta".. por usar éste término incorrecto para abreviar). Si la herramienta es mediocre, su mediocridad afectará al poder espiritual como un hábito innato. Ella no tendrá lo que necesita para hacer las cosas bien. Y aquí, (como hemos visto), el tener está muy cerca del ser, atrapado en su unidad. - Además, ¿la dificultad no proviene en parte de una concepción rígida o "cosa" de las "potencias del alma"?. Desaparece o se atenúa cuando los vemos, no como órganos espirituales añadidos, sinó como especializaciones de una potencia fundamental, especializaciones, en que el espíritu se da en ir hacia el Ser.

En todas estas disposiciones innatas se injertan naturalmente innumerables disposiciones adquiridas que se relacionan con el entorno familiar, social, cultural, religioso, etc. ya que los múltiples acontecimientos, las opciones, profundas o no, componen el tejido de la existencia. Son ellos, sobre todo, creemos, los que determinan el carácter "abierto" o "cerrado" de una mente.

Assalamo aleikum.