LOS MEJORES NÚMEROS TAMBIÉN TIENEN QUE SER HUMILDES Y ESTAR LIMPIOS.
¿Quién es el que podrá averiguar cuántos son los desconciertos en la cabeza del hombre? Les vemos con incipiente extrañeza, de cómo gastan saliva para apreciarse de que no saben de muchas cosas. Algunos se ponen blasones (escudos) y medallas, que no son de los plebeyos, de aquellos que no saben escribir; no muestran sentimiento alguno por los demás.. ¡pero imagine!, sí que saben contar, y no se hartan de darse satisfacciones con aquello que es de los demás y hablan de lo que no entienden, siendo la aritmética del dinero la razón de su universo. Pero la justicia en la comunicacion de los números, no puede gobernarse ni tampoco gobernar; tan fácil, que hasta los niños en la escuela saben que por la boca vive el pez.. pero también muere por ella por muy trasparente que sea el agua.
Por otra parte, cualquier persona puede indignarse cuando le llegan las noticias de que su confianza ha sido traicionada por una falta de respeto, y por no entender las mentiras secretas que hay detrás de los pasos inexcrutables para ciertas cantidades de sus donaciones, que se han vertido y perdido en los bolsillos de aquellos materialistas de euros que han cambiado los objetivos iniciales por el despilfarro, metiendo la mano en los fondos ajenos; y por lo que no demuestran ni un leve sentimiento de humildad por su falta de transparencia. Otros hombres tienen por fiesta y jolgorio el ver a otros hacer cosas que ni las entienden ni saben cómo las hacen; en las cuales todo el entretenimiento consiste en la ignorancia del que las observa. Y si alguno acierta y lo declara, lo proclaman de sacrílego y es pasto de las burlas por entender la hazaña que ellos, (con su indolencia), no han podido llegar a entender.
¡Con cuánto gusto ven todos los maestros las sutilezas de un jugador de manos! sabiendo cómo son los detalles de los malabaristas desde el principio. Muestra la bolita y pasa a desaparecer de donde la puso. Descubrir tres donde sólo había una. Sacar las joyas que le dió en la bolsa cerrada y convertirse en papel moneda; meter a otro en la boca un confite, y sacarle una lagartija; quemar un pañuelo de papel seda con llama viva, y sacar una flor de tela; cortar una cuerda, y volver a dejarla entera; enseñar un libro, una vez todo blanco, otra todo negro, otra de todos los colores, yá de aves, yá de animales, yá de peces; se meten una espada por la garganta sin gota de sangre ni herida, y antes con risa, más que con lástima de los que lo ven; ajustar con nudo ciego la soga en el cuello, y sin desatarla ni romperla, sacarla entera aún con la desigualdad de la cabeza sin sentirlo el muchacho voluntario, que se temió ahorcado; repartir dos medidas de trigo, y aparece una sin un sólo grano y la otra vacía hasta de aire. Ninguno de los que lo ven, saben cómo se hacen cosas tan contrarias; pero ni siquiera se indignan ni se saben en su ignorar, de que solamente es obra de un charlatan del mundo, antes se alegran por el entretenimiento y le pagan, sin hartarse de verlo; y el que más se admira, le atribuye más que juzga y esas maravillas obran por arte del diablo, siendo engaños mecánicos de los dedos de un picaron que hacen las atenciones de los ojos y son presuncion de entendimientos, que las compran y no las condenan. ¿Porqué no ven a los áspides en todas esas cosas que en nada ilustran? No es una providencia celestial volver los tesoros en áspides, para el que los recibió, ni los áspides en tesoros, para los que padecen.
Esos pícaros son los que pueden engañar a todos los demás con sus puntos de vista para llevar a cabo sus proyectos. No dependen de la serendipia o la casualidad. Son capaces de hacer todos los cálculos y son prácticos con la lógica y no ceden ni se hunden en las vacilaciones emocionales. Necesitan ver cómo sus pensamientos pueden actualizar sus ganancias en términos de dinero u otras recompensas tangibles y, aquí, es donde se diferencian de lo que es intrincadamente emocional. No se puede recaudar dinero diciendo que has visto a cierto profeta y que te dijo que hicieras ésto tan pronto material y mundano. ¿Tú crees que lo espiritual puede estar haciendo muros o apilando sacos de cemento? Cierto es, que las personas cosechan lo que siembran. Yá tienen su minuto de fama.. ahora tienen que (aprender o desaprender) para convertirse en energía espiritual y sacar lo espiritual de los negocios mundanos que hay en ellos. Pero deben de aprender a ser humildes y no arrogantes de su éxito. Necesitan mostrar un cuidado responsable y más compasión por sus semejantes.
Una vez que se den cuenta de que el dinero no es el fin de todo, descubrirán lo inútil que puede ser el dinero excesivo. Descubrirán que el dinero no es un fin en sí mismo, porqué cuando dejen éste mundo, ni un solo céntimo se llevarán con ellos. Deben gravitar hacia la auténtica caridad y las obras nobles sin utilizar visiones ni subterfugios que oscurezcan el brillo de la caridad. Unos dan y otros reciben.. pero eso no representa la necesidad de comprar un local comercial para seguir sacando dinero del dinero y generar gastos y más gastos por el mantenimiento de esas instalaciones,.. ESO NO ES UNA CARIDAD.. ES UN YUGO DE DEUDAS con visos de negocio fluctuante.
Sinceramente, no quisiera ver a muchos afectados por ese despilfarro.
A los simples efectos de bagaje.. la hucha en B te condena cuando esa B se utiliza para otros fines. Los números que has dado no mienten si ustedes no los tergiversan.. y las personas no se olvidan de aquello en lo que han puesto sus esperanzas.. aunque existan muchos trucos de magia en la manga del faraón.. Allah ta'ala sabe más.