EL PROCEDER DEL BRILLO PURIFICADOR.
«Debes saber que la Existencia entera tiene una apariencia exterior sensible, que es la Tabla guardada; la Revelación es la que reúne en sí el brillo de lo que está oculto. Gracias a ella se revela la Tabla guardada a la visión interior del corazón (başar al-qalb), y se hace inteligible a la razón (din al- aq). El siervo interior (al-abd al-batin) es el que percibe las visiones ocultas (yubsir al-mubṣirat al-gaiba), que proceden de la Tabla guardada, como si las percibiera de forma totalmente manifiesta. La fe ocupa la morada, en éste mundo, del brillo; si [éste] no sale, la vista no ve nada y ninguna acción cumple la función que se le exige. Pero si el brillo sale se perciben las visiones y eres bien guiado por su camino. Del mismo modo, si la fe brilla, la visión interior (basira) del siervo percibirá la Tabla guardada, con el permiso de Allah, y se mostrará como un espejo de este mundo y en el otro. Le guiará en ambos caminos [de éste mundo y del otro] hacia su objetivo. Y esto es asi en la medida de la pureza de la fe [que limpia] las impurezas y [aleja] las dudas y cuya lucidez despeja lo que las pasiones carnales nublan. La Revelación es el brillo de la fe. Ten fe y disciplina, medita sobre la Revelación, el Libro de Allah y las palabras del Profeta -la paz y las bendiciones sean con él- y sobre la luz que hay en ambas [en el Corán y el hadiz], habita en sus principios, vacía tu corazón de lo efímero y libéralo. Tras ello mira detenidamente con la visión interior de tú corazón, y verás maravillas [Mahmut Paşa 3, fol. 24a-24b). [Ibn Barrağan].