LA HUMILDAD Y LA MODESTIA.
"Y no apartes tu rostro de la gente con desprecio, ni andes por la tierra exultante. Ciertamente Allah no ama a ningún fanfarrón engreído. Y sigue el camino correcto en tu andar y baja la voz. Seguramente la más odiosa de las voces es el rebuzno de los asnos." (Corán, Sura Luqman (31:18-19)
El Profeta (s.a.w.s.) dijo que ni el orgulloso ni el violento entrarán al paraíso. La humildad es una característica de todos los profetas y de todas las personas a quienes Allah (SWT) ama, y como Allah (SWT) dice en el Corán, Él no ama a los orgullosos. El orgullo y el considerarse autosuficiente son similares a atribuir socios a Allah (SWT), es una transgresión contra el alma que sólo conduce al Infierno. De hecho, incluso con el comienzo de la creación, ésta fue la primera lección que se le enseñó al hombre cuando se le ordenó a Iblis que se inclinase ante el hombre, pero se negó a hacerlo, diciendo: "Soy mejor que él; me has creado de fuego, mientras que a él lo creaste del polvo" (7:13). Por ésto, Allah (SWT) expulsó a Iblis de Su gracia, diciéndole: "Sal de éste estado, porque no te corresponde comportarte con orgullo en él. Sal; por lo tanto, seguramente eres de los abyectos". De hecho, el estado del Cielo no es para los orgullosos. Como dijo el Profeta Muhammad (s.a.w.s.): "Miré al cielo y estaba lleno de gente que solía ser pobre". El Corán nos revela (38:62) que la gente en el Infierno preguntará acerca de los musulmanes a quienes consideraban entre los viciosos y que esperaban que fueran los habitantes del Infierno, diciendo: "¿Por qué nuestros ojos los extrañan?". Pero entonces la realidad y la verdad les habrán dado merecida cuenta, desgraciadamente, será ¡demasiado tarde!
La característica de la humildad, es tan importante, que a través de cada Profeta, Allah (SWT) diseñó todas las circunstancias para inducir ésta propiedad en la humanidad. En Sura-Anam (6:42-43), Él dice: "Es verdad que hemos mandado enviados a comunidades anteriores a ti, a las que sorprendimos con la desgracia y el infortunio para que así pudieran humillarse.
¡Si se hubieran humillado cuando les llegó Nuestra furia! Sin embargo sus corazones se endurecieron y el Shaytán hizo que les pareciera hermoso lo que hacían."Y en otra parte del Corán, Allah (SWT) nos dice (57:16):
"¿Acaso no les ha llegado a los que creen el momento de que sus corazones se sometan al recuerdo de Allah y a lo que ha descendido de la Verdad y no sean como aquéllos a los que se les dió el Libro anteriormente, cuyo tiempo fue largo, y sus corazones se endurecieron, estando muchos de ellos descarriados?"
Debemos ser humildes para recordar a Allah y que la Verdad revelada se nos confiera.
Además, en la Sura-Baqarah (2:45), Él dice: "Y buscad ayuda a través de la paciencia y la oración, y ésto es difícil excepto para los humildes que sepan que se encontrarán con su Señor y a Él regresarán." Son estos humildes quienes heredarán el Cielo, y allí, como Allah (SWT) dice en Sura Al-Insan (76:14), descansarán en la sombra y los frutos colgarán para ellos, así como ellos mismos se inclinaron ante el Creador en su vida en la tierra. Pero ésta gracia no es para los orgullosos que se consideraban autosuficientes, sin embargo, cada vez que encontraron dificultades, clamaron a Allah (SWT) prometiendo obedecerle sinceramente. Pero cuando las dificultades pasaron, continuaron como si nada les hubiera pasado. Ésta es la creencia por deseo y por necesidad. Vemos ésto en el grueso de la civilización tejida por la sociedad que nos rodea. Por ejemplo, existen capillas en todos los hospitales donde el hombre se encuentra en dificultades, pero no hay ninguna en un centro comercial, por ejemplo, donde los visitantes son en su mayoría alegres pero no consideran necesario estar agradecidos a su Creador. Sin embargo, como dice Allah (SWT), de una forma u otra, se inclinarán. "Quien está en los cielos y en la tierra sólo rinde homenaje a Allah, voluntaria o involuntariamente, y también a sus sombras, por la mañana y por la tarde" (13:15).
El Profeta Muhammad (s.a.w.s.) dijo que cada Din tiene su virtud distintiva y que la virtud del Islam es la modestia. Ésta es verdaderamente la marca de un creyente musulmán. El Profeta (s.a.w.s.) dijo además que, aquel que deja la ropa de moda por humildad, aunque tenga los medios para usarla, Allah (SWT) lo llamará a la cabeza de toda la creación en el día de la resurrección y lo recompensará excesivamente. Dijo que el que se humilla y es pequeño en su propia mente, Allah (SWT) lo exaltará ante los ojos de la gente, y el que es orgulloso y altivo y es grande en su propia mente, Allah (SWT) lo hará. despreciable a los ojos de la gente, de modo que para ellos él se vuelve peor que un perro o un cerdo. Siempre solía aconsejar a las personas que fueran humildes y que no se consideraran superiores a los demás. Así es como se nos enseña, que la caridad no disminuye la riqueza de uno, sinó que de hecho la multiplica, así también la humildad no disminuye el estatus de uno, sinó que Allah (SWT) exalta extraordinariamente al humilde. De hecho, Allah (SWT) es el Dador de la Izzat (exaltación) y también de la Dhillat (humillación).
El Profeta (s.a.w.s.) habló de tres tipos de personas que estarían en el paraíso: una persona con autoridad que sea justa, caritativa y servicial; un hombre misericordioso y tierno con sus familiares y musulmanes; y un hombre casto que lleva una vida pura. Y habló de tres tipos de personas que serían castigadas en el Fuego del Infierno: un hombre que no busca ser independiente y prefiere depender del apoyo de los otros; el que se filtra con codicia y avaricia; y el mentiroso que se pasa el día engañando y estafando a la gente. Y luego dijo que Allah (SWT) me ha revelado: "Muestra humildad, para que nadie se enorgullezca de otro y nadie se rebele contra otro".
El Profeta (s.a.w.s.) solía decir que los servidores del Compasivo son aquellos que caminan sobre la tierra con humildad. La humildad y la cortesía son actos de piedad (Taqwa), y él pedía a la gente que no excediera los límites al elogiarlo, sinó que lo llamara siervo de Allah (SWT) y Su mensajero. Solía decir de sí mismo: "La pobreza es mi orgullo". Su riqueza residía en la satisfacción propia. Anas (RA) dijo que el Profeta (s.a.w.s.) nunca comió en una mesa ni comió pan de trigo fino y bien horneado en toda su vida. Aisha (RA) dijo que pasaría un mes completo en el que la familia de Muhammad (s.a.w.s.) no encendería fuego para cocinar y su comida estaría compuesta únicamente de dátiles y agua, excepto cuando recibieran algún regalo de los vecinos como leche o un presente de carne. Si alguna vez hicieran dos comidas en un día, una de ellas seguramente sería sólo de dátiles. Cuando Rasool Allah (s.a.w.s.) falleció, no quedó nada en el estante de Aisha excepto un poco de grano de cebada. Tal era la sencillez de su vida. Su humildad y estilo de vida fueron verdaderamente ejemplares. Fue generoso con todos. Nunca perdió los estribos, excepto cuando se profanó el Islam. Cuando estaba contento, bajaba la mirada con modestia. Era muy metódico y organizado en todo lo que hacía, y nunca alzaba la voz con ira. En casa siempre ayudaba en las tareas domésticas. En las reuniones mantenía la vista baja. Caminaba detrás de otros en un grupo. Siempre iniciaba el saludo. Su pose reflejaba humildad. Permaneció en silencio y escuchó más de lo que habló. Fue claro y sencillo en su discurso. Nunca interrumpió a nadie. No se mantendría alejado de la gente y estaría atento a todos, paso a paso. Le gustaba bromear para traer el placer de una sonrisa a los rostros que lo rodeaban, incluso sus chistes siempre eran sinceros y nunca llenos de odio, y hacía sentir a cada uno de sus compañeros como si fueran sus favoritos.
Los compañeros del Profeta (s.a.w.s.) también eran bien sencillos. A veces sobrevivían a base de plantas del desierto, por lo que sus excrementos eran como los de las ovejas. Hay una historia notable relatada por Hadhrat Abu-Huraira (RA). Por hambre, a menudo dormía boca abajo o se ataba una piedra al vientre. Una vez, por la noche, estaba sentado junto al camino, muy hambriento. Hadhrat Abu Bakr (RA) pasó junto a él y Abu Huraira le pidió que le enseñara algo del Corán, esperando que Hadhrat Abu Bakr lo invitara a su casa y lo alimentara. Pero Hadhrat Abu Bakr sólo habló brevemente con él y siguió su camino. Entonces Hadhrat Umar (RA) se acercó a él y sucedió el mismo evento. En ese momento, el Profeta (s.a.w.s.) llegó y Hadhrat Abu Huraira le pidió que le enseñara algo del Corán. El Profeta (s.a.w.s.), siempre sensible, vio la expresión de hambre en su rostro y sonrió con complicidad. Lo invitó a su casa. Allí tomó un cuenco de leche que iba a ser su propia cena y lo colocó sobre la mesa. Mientras Hadhrat Abu Huraira miraba el cuenco y se preguntaba cómo ésto sería suficiente para ellos dos, el Profeta (s.a.w.s.) le pidió que invitara a los pobres del refugio de As-Suffa a unirse a ellos. Hadhrat Abu Huraira quedó desconcertado por ésta sugerencia, pero no se atrevió a oponerse. Regresó, bastante aprensivo, con unas ochenta personas, y el Profeta (s.a.w.s.) le pidió que les diera el cuenco de leche a los demás invitados. Ahora, Abu Huraira estaba seguro de que volvería a pasar hambre esa noche, pero accedió tímidamente a la petición. Milagrosamente, sin embargo, la primera persona bebió hasta saciarse hasta que no pudo beber más y aún así al cuenco le quedaba la misma cantidad de leche. Entonces la siguiente persona bebió hasta su total satisfacción. Ésto continuó hasta que todos fueron agraciados con éste sustento de Allah (SWT), y luego el propio Abu Huraira bebió hasta que no pudo consumir más. Finalmente le entregó el cuenco al Profeta (s.a.w.s.), quien alabó a Allah (SWT), pronunció Su nombre en él y simplemente bebió lo que quedaba en él, como si hubiera cenado solo esa noche.
Todo ésto no quiere decir que los musulmanes deban de evitar la vida de éste mundo. El Profeta (s.a.w.s.) aconsejaría a los musulmanes que sean moderados en todas sus acciones. La simplicidad no significa que un musulmán deba resignarse a la pobreza, pero tampoco debe anhelar con avidez y pensar solamente en las riquezas y en los bienes materiales. Allah (SWT) dice en el Corán que Él no ama al avaro, y tampoco ama al pródigo. Es bastante simbólico que la bebida en el infierno sea intensamente fría y también hirviendo, porque de hecho, sus habitantes vivían la vida en los extremos. El Profeta (s.a.w.s.) solía aconsejar a la gente que si Allah (SWT) les ha dado un regalo en ésta vida, entonces deben mostrarlo, sin ser orgullosos ni despilfarradores, y también, ser caritativos con Sus regalos.
La lección principal aquí es, que nunca deben ser orgullosos y deben ser siempre humildes en pensamientos, palabras y acciones. ¡La palabra "yo" debe usarse con mucha precaución! Hay muchas maneras en que podemos revisarnos y corregirnos por orgullo. Ésto se puede hacer simplemente mediante la auto-observación: cómo nos paramos y caminamos; lo que sentimos en nuestro corazón y lo que pensamos; cómo hablamos con diferentes clases de personas y nuestra selección de palabras. Por ejemplo, muchas personas usan la frase "En mi humilde opinión...", ¡Y lo hacen en su mayoría sin ningún tipo de humildad! De hecho, atribuirse a uno mismo el don gracioso de la humildad es en sí mismo una contradicción en los términos. Finalmente, el orgullo es una enfermedad del corazón, y para cada enfermedad, Allah (SWT) ha creado una cura. In sha Allah, por la gracia y voluntad de Allah (SWT), un buen comienzo para curar el orgullo podría ser comenzar con una Sajdah (postración) y una oración de dos rakah con sincero arrepentimiento a Allah (SWT), junto con una firme resolución de no volver a sufrir esta enfermedad nunca más.
Que Allah (SWT) nos conceda la modestia y la humildad suficientes y nos salve de incluso el más mínimo ápice de orgullo.. Amén.
Assalamo aleikum.