GÉNESIS.
Y entre el día que surgió del primer día, ese es el del mandamiento, y el segundo día, es el día de la consumación.
Assalamo Aleikum.
Entre todas las ideas abstractas, (la del tiempo), es quizás una de las que más dificilmente puede comprender la inteligencia humana. En efecto, no adquirimos la idea del tiempo sinó viendo hechos que observamos cuando se suceden unos a otros con intérvalos más o menos cortos y periódicamente iguales, y así es como llegamos a concebir la idea del pasado, del presente y del porvenir. Entre todas las apreciaciones de éste género, (la que debió sobre todo atraer más la atencion del hombre) es la aparicion periódica y alternativa del dia y de la noche.
Ciertamente la observacion de los fenómenos celestes nos enseñan a apreciar los largos períodos del modo más exacto; también el estudio de la historia nos enseña algo de una manera, (tal vez no tan certera), pero más adecuada para nuestra naturaleza, porqué así vemos cómo se van sucediendo numerosas series de existencias humanas, que no dejan de ser también experiencias para mejorar.
El hombre, durante los primeros dias de su existencia, no tiene la idea sobre las distancias, cuyas primeras nociones no adquiere sinó con la experiencia de algunos meses. En la medida en que adelanta en la vida, la experiencia se desarrolla, y pronto puede apreciar las distancias que le separan de los objetos que su vista le permite distinguir. Cuando su espíritu ha formado las apreciaciones exactas de las distancias visibles, las aplica para las distancias que no puede avaluar con la sola percepcion de los sentidos. La aplicacion se hace más dificil para los objetos situados a mayor distancia, y, mientras que su mente le representa con prontitud y facilidad la longitud de un palmo, un metro o un kilómetro, yá no puede alcanzar más allá que de un modo indeciso y confuso en la extensión universal. La inmensidad de esas extensiones (nos hace comprender) en tanto el orbe que habitamos, y que nos parece tan enorme, si lo comparamos con nuestra pequeñez, (que es sin embargo), de imperceptible dimensión en medio del espacio.
¡Vosotros! los que no creéis que no hay nada. ¡Vosotros! los que reconocéis el infinito poder del Creador, y que cultivais vuestra intelingencia con la esperanza de concebir la inmensidad del Universo. No creais que no hay nada.. ¡Creed con preferencia, como lo indica vuestra razón, que en esa misma variedad y multitud de existencias diferentes entre sí, (que son tan distintas de las nuestras), se extienden más allá de los ínfimos límites de nuestro orbe, para vivificar los mundos del Creador.
En cuanto a la materia orgarnizada, ésta siempre es susceptible de movimientos interiores y de desarrollo; a eso también se limita la vitalidad de las plantas. Pero en cuanto esa materia organizada es capaz de producir movimientos exteriores, (es decir.. de traslación), y llega a ser susceptible de ciertas influencias que provienen de los objetos exteriores, (facultad que llamamos sensibilidad), es preciso que esté animada por una esencia particular diferente de la misma materia y ligada a ésta por una indispensable reciprocidad de servicios mútuos. Ciertamente, así como la esencia inmaterial sirve para la materia organizada, (en la cual está ligada), para producir acciones voluntarias y percibir sensaciones, ella no es apta para ejercer esa voluntad de la accion del sentir las impresiones de las causas exteriores, sinó por el medio de la materia organizada que la anima: la unión absoluta de la materia organizada (a un principio inmaterial) es lo que constituye la vitalidad animal.
Para cualquier naturalista que quiera limitarse a la mera observacion de los hechos fisio-lógicos, ese principio, no es más que una facultad inherente a un desarrollo determinado del organismo. A medida que el organismo se perfecciona, las facultades puramente instintivas dejan el puesto a manifestaciones de orden más elevado, hasta las cualidades que no son yá propias únicamente de todos los seres de una misma especie, como ley común indispensable, sinó que son especialidad de cada individuo de aquella especie, y entonces, esos individuos están dotados de inteligencia. Por medio de la inteligencia es como los seres organizados son capaces de concebir y combinar ideas, hacer comparaciones, manifestar su voluntad y realizar series de acciones que concurren al buen éxito de un fin propuesto de antemano.
No presentaré aquí alguna enumeracion de los hechos observados en los animales, (y reconocidos), no como el resultado de facultades puramente instintivas, pero sí, tener en cuenta tal efecto producido por la combinación de tales ideas particulares, enteramente distintas del instinto.
Dejando en un lado a los animales, que viven en sociedad y que se ocupan de los trabajos comunes, examinamos los que no se reunen con ese objeto, y encontramos una multitud de hechos, cuya realizacion sólo se puede alcanzar con la aplicacion de un raciocinio persistente, esencialmente opuesto al instinto. No puedo dejar de citar algunos actos de éste genero, a pesar de lo inútil que son esas citaciones para las personas acostumbradas en observar a los animales de las especies superiores. No escogeré entre los ejemplos presentados por sujetos mejorados por la educación, como los caballos y los elefantes de los circos, los perros adiestrados o las cabras de los saltimbanquis de las ferias.. que más que educación, es una rutina por demora en la alimentación. La preferencia está entre aquellos en cuya ejecución no ha influido la voluntad del hombre para diversion de un momento, o para demostrar lo que todos yá conocen.
La resignación por leyes inmutables. Si la materia, por bien organizada que fuese, pudiera pensar, éste acto no se produciría nunca fuera de las sensaciones experimentadas por los órganos; y sin embargo, nuestros pensamientos están por momentos en contradicción con nuestras sensaciones orgánicas, (y nuestro espíritu), que sabe modificar las impresiones de nuestros órganos, concentrarlas y alterar sus resultados. Si los órganos fueran los principios mismos del pensamiento, no podríamos tener otros gustos ni otras inclinaciones que los que están acordes con nuestras necesidades materiales. ¿Cuál es pues, el órgano, o la série de órganos, que nos puedan hacer concebir el amor por lo bello, lo justo y lo verdadero?, ¿No se encuentra acaso el amor por el bien moral en oposición formal con el amor por el bienestar físico, cuya satisfacción está viva y constantemente solicitada por nuestros órganos? Y.. ¿cómo producirían éstos órganos efectos contrarios a su propio interés, a su propia naturaleza, si fuesen ellos los motores originarios y únicos del pensamiento?, ¿No conocemos que nuestro cuerpo y nuestra alma están siempre discordes?, ¿No vemos que el alma independiente sacrifica con frecuencia las necesidades del cuerpo por los nobles sentimientos de un cariño desinteresado, de justicia, de libertad, de verdad, de honor, de gloria, de amor por lo bueno?, ¿Acaso la materia con o sin organización, tiene alguna conciencia de todas esas grandes ideas? El alma tiene concepciones enteramente independientes del organismo, y por consiguiente, no puede ser propiedad de éste último. Si los órganos fueran los únicos autores del pensamiento, ¿cómo podrían los sueños desarrollar tan poderosamente algunas de nuestras facultades intelectuales, tales como la imaginación y la memoria, cuando aquellos se encuentran entregados al reposo? Si las combinaciones moleculares y accidentales de la materia, pudieron alguna vez producir un organismo.. ¿porqué no lo producen igualmente en la época actual?, ¿Se dirá acaso que tal resultado no se pudo alcanzar sinó en un momento dado?
Ciertamente, es una empresa imposible la de conocer todas las obras de Allah que son inmensas y sin número, (aunque es dado por lo menos), para la inteligencia humana, el leer en el magnífico libro de la creación, (y hacer, por decirlo asi), un inventario del universo.
La contemplación del universo nos revela la existencia de una inteligencia Suprema, que lo ha ordenado todo y ha prescrito al mundo leyes de las que no se separará. Las leyes primitivas que le rigen no tienen necesidad de ninguna modificación, y servirán hasta el fin del mundo, como han servido desde el primer día de su creación.
Hemos visto cómo es el poder de Allah para sacar el universo de la nada: hemos contemplado esos astros que con orden admirable se mueven en el inmenso espacio, y descendiendo luego al orbe de la tierra, (al planeta que habitamos), hemos empezado su estudio por el de los seres del reino mineral, que nada tienen semejante a la vida orgánica de los seres pertenecientes a otras clases. Los seres que constituyen el reino vegetal que después hemos considerado, tienen una vida orgánica que resulta de la acción reciproca de los sólidos y los fluidos que los componen.
En el reino animal hemos examinado a los seres organizados que tienen un principio de vida y de sentimiento. El hombre, por sus órganos corporales, pertenece a ésta clase de seres en los que ocupa el lugar más elevado, y nosotros en atención a que por sus facultades intelectuales pertenece al orden de seres espirituales del que Allah posee la suprema perfección, hemos formado aparte con él otra clase o reino hominal, sólo para el ser organizado, animado y dotado de razón, para el hombre, en fin, para quien todos los seres animados han sido criados. Hemos creído en la responsabilidad y respuesta, (que siendo el hombre como es, el complemento de la gratitud), y viendo que todo está dispuesto con la mayor sabiduria para la felicidad de las criaturas de la Creación.. Éste hombre, es una criatura privilegiada y la única sobre la tierra que disfruta del inestimable beneficio de la razón, y ha sido establecido como el viceregente de las demás cosas de la naturaleza para satisfacer la deuda de gratitud con Su soberano autor. Todas las criaturas Le alababan en la creación tambien a su manera, por su fidelidad constante en seguir su voluntad y en dirigirse constantemente hacia al fin que les está prescrito. Sometidas de la invisible mano que las dirige, todas llenan fielmente el objeto de su existencia. Ningún ser, ninguno de los insectos por pequeño que sea, ha sido olvidado, y todos son igualmente preciosos para Aquel que les ha dado el ser.
Assalamo Aleikum.