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domingo, 21 de enero de 2024

LO ESPIRITUAL Y LA NATURALEZA.

LO ESPIRITUAL Y LA NATURALEZA.
Ésto que es considerado en su esencia como una y entera, no puede ser comprendido ni por los sentidos ni por la clara imaginación; son uno y otra el objeto de una intuición, así de pura como parcial, que está comprendida por la intuición fundamental en Allah; el Uno es una determinación del Ser Infinito y Absoluto, bajo éste punto de vista predominante de lo absoluto; la otra, es una determinacion del mismo Ser bajo el punto de vista predominante de lo infinito. Éstas intuiciones deben de completarse por el conocimiento que tenemos de las leyes de nuestra actividad espiritual y física. Son, como decimos, las leyes del pensamiento, del sentimiento y de la voluntad. Las que son formuladas por la psicología, nos hacen entrever los atributos del Espíritu universal, como las leyes de la luz, del calor y del movimiento que nos revelan las propiedades de la Naturaleza. Nuestro espíritu es un organismo del Espíritu del mundo, en dónde se reflejan y se concentran todas las fuerzas espirituales, así como las fuerzas físicas se manifiestan y se equilibran en nuestro cuerpo. La psisplogía general o la ciencia del mundo espiritual debe, pues, ser conforme a la témpera de la psicología individual, como ciencia del alma humana. También está la filosofía del Espíritu, que es la ciencia de los principios del mundo espiritual y moral. La psicología experimental, o la historia de los fenómenos del alma, son una preparación para la filosofía del Espíritu. Ésta es mucho más extensa que aquella: y tiene por objeto determinar la naturaleza y las leyes de la razón universal, considerada en sí misma y en sus relaciones con el conjunto de los espíritus, de donde se deducen el orígen, las leyes y el destino de los espíritus individuales, considerados en todas sus relaciones entre sí, con la materia y con Allah. La filosofía del Espíritu, (así entendida), podría llamarse la metafísica de la Realidad.

La segunda parte es la conocida como la Cosmología, que es la ciencia de los principios del mundo, y que entra dentro de la Filosofía de la Naturaleza. Las producciones de la naturaleza son objetos de las intuiciones sensibles, pero la
Naturaleza misma, es el objeto de una intuición intelectual de la razón. Concebimos a la Naturaleza como algo infinito en su género, conteniendo una infinidad de cuerpos que obran y resisten unos sobre otros, moviéndose según sus leyes en el tiempo y en el espacio infinito. Toca pues, a la filosofía de la Naturaleza, el determinar cuál es la esencia de éste Ser, cuáles son sus Atributos, y cuál es la regla de sus creaciones, cuáles son sus relaciones con los otros sistemas, (y también), el dilucidar todos los sistemas de cuerpos que viven y se desenvuelven de una manera contínua en su Ente-ro-seno.

La esencia de la naturaleza sabemos que es la materia. La materia también es un todo, un todo continuo, un todo compuesto de unas partes colocadas unas al lado de otras y divisibles sin fin. Si la materia, (como contínua se divide), toda parte o partícula de materia es suceptible de división: en consecuencia, no existen los átomos como elementos insecables o indivisibles de los cuerpos. La teoría atómica o la filosofía corpuscular, que explica ésta constitución de la materia por la solidez absoluta de los átomos y el vacío absoluto, (que dejan entre sí), es pués contraria a la noción misma de la materia. Pero nada impide admitir en los cuerpos moléculas, si se entiende por ellas las pequeñas masas que podemos justificar en la composición de los cuerpos. Las moléculas, (en éste sentido), se dejan conciliar con la teoría dinámica que considera a la materia como dotada y penetrada por fuerzas; y cada molécula, es en sí misma, un centro de acciones y relaciones inumerables, un órgano de la actividad de la materia en el que se manifiestan las propiedades que caracterizan las diversas especies de cuerpos.

Todas las categorías de la esencia, de la forma y de la existencia se aplican a la materia, conforme a la esencia propia de la naturaleza, es decir, con el carácter de enlace, continuidad, encadenamiento de todo con todo o fatalidad. La materia tiene su unidad, su identidad, su dirección, su capacidad, su causalidad, su actividad, su transmutación, su organización, su plenitud; y tiene ciertas propiedades que corresponden con las del espíritu y que mantienen su similitud con ésta ciencia entera: la cohesión la llama intimidad: la luz, el pensamiento: el calor, el sentimiento: que contienen ciertas propiedades que corresponden a las del espíritu y que mantienen su similitud. El sentimiento, el movimiento, la voluntad, la infinidad, el amor; la materia, (en fin), tiene cierta relación con lo Absoluto, puesto que tiene su propio valor, su dignidad, su bondad, y contiene lo infinito en la potencia, puesto que es divisible hasta lo infinito y puede manifestarse por una infinidad de fenómenos. Todas las manifestaciones de la actividad de la materia, miéntras que son susceptibles de un aumento o de una disminución, son fuerzas.

Las primeras fuerzas son la atracción y la repulsión, la fuerza centrípeta y la fuerza centrífuga que se despliegan en el juego de las moléculas y en la mecánica celeste. La gravitación universal es un testimonio patente de la esencia de la materia, como un encadenamiento necesario de todo con todo. Las ciencias principales que se ocupan del estudio de la materia son la astronomía (la cosmografía, la uranografia), la geología y la geografia física, la fisica y la meteorología, la química y la mineralogía, la agronomía y la tecnología, la botánica y la zoología (incluso hasta la paleontología), en fin, la anatomía y la fisiología o las biologías generales y comparadas. Todas éstas ciencias descansan sobre algunos principios tomados de la filosofía de la Naturaleza.

La materia, como las demás cosas, tiene sus formas. Se desenvuelve de instante en instante y de punto en punto de una manera continua; es lo qué la ciencia específica que descansan sobre algunos principios tomados de la niosona, que es el vehículo prometedor de liberación controlada de la Naturaleza. La serie de instantes que se suceden bajo la forma del antes y del después constituyen el tiempo; la serie de puntos que coexisten unos al lado de otros o que están yuxtapuestos constituyen el espacio. El tiempo es la forma de transmutación, la forma de los estados o de los fenómenos que se realizan; en el espacio es la forma de la coexistencia o de la yuxtaposición de las partes de un objeto. El tiempo tiene más extension que el espacio, pero uno y otro convienen a la materia. Cada cuerpo tiene su tiempo, como propiedad inherente a su actividad interna; cada cuerpo tiene su extensión, como propiedad inherente a su divisibilidad. El tiempo y la extensión propias de cada cuerpo forman parte del tiempo y del espacio infinitos, como atributos del mundo. El tiempo y el espacio son homogéneos, contínuos, y por consiguiente divisibles hasta lo infinito. Cada porción del espacio y del tiempo contiene una infinidad de partes infinitamente pequeñas. El tiempo y el espacio se combinan en el movimiento, forma compleja de la materia, que indica que los cuerpos se modifican a la vez bajo la forma de la duración y de la extensión. El movimiento interior de las moléculas dan la vibración; el movimiento exterior, es la mudanza o la traslación. Todo movimiento en el dominio de la naturaleza exige alguna sucesión y algún cambio de lugar. De ahí vienen las relaciones constantes que existen entre el tiempo, el espacio y el movimiento o la velocidad. El espacio tiene dos factores, el tiempo y el movimiento: que es proporcional al tiempo, si los movibles tienen la misma velocidad, suponiendo que la velocidad sea uniforme y constante; es proporcional a la velocidad, si los movibles emplean un mismo tiempo al correr; es, en fin, el producto del tiempo y del movimiento. El tiempo está en razón directa con el espacio, y en razón inversa de la velocidad: crece con el espacio por una misma velocidad, y decrece a medida que la velocidad aumenta en el mismo espacio. La velocidad está en razón directa del espacio, en razón inversa del tiempo, cuando es constante: crece con el espacio, si los tiempos son iguales, y decrece con el tiempo, si los espacios son iguales. La velocidad es la relación del espacio al tiempo; el tiempo es la relación del espacio a la velocidad.

En éstas consideraciones se apoyan las matemáticas que pertenecen a la Filosofia de la Naturaleza y se adaptan en todas partes a las ciencias físicas. Las matemáticas, son para las ciencias, (que tienen por objeto la materia), como la forma es para el fondo: es una ciencia puramente formal. Las matemáticas son la ciencia de la cantidad considerada en sí misma y en sus aplicaciones. De ahí vienen las matemáticas puras y aplicadas. La cantidad considerada en sí misma es el objeto de la Algorítmica, la ciencia del cálculo que comprende la aritmética, el álgebra y el análisis. La cantidad aplicada al espacio, al tiempo, al movimiento, es el objeto de la Geometría, la Cronología y la Cinemática. La mecánica es la ciencia del movimiento considerado en sus causas o la ciencia de las fuerzas motrices; comprende la estática y la dinámica, como ciencias del equilibrio y de la acción de fuerzas, y se aplica a los cuerpos sólidos particularmente como mecánica celeste; a los cuerpos líquidos como hidráulica, y/a los cuerpos gaseosos como pneumática. 

La cosmología filosófica comprende, en fin, la ciencia de los seres formados por la unión del espíritu y cuerpo, y especialmente la Filosofia de la humanidad, en que ésta unión aparece de la manera más íntima y más completa. La filosofia de la humanidad no se ocupa solamente de la humanidad terrestre, sinó ante todo de la mecánica celeste y de la humanidad universal que se ostenta sobre todos los globos celestes en que son realizadas las condiciones de una vida panarmónica. Tiene por objeto la humanidad una y entera, considerada en sí misma, en sus diversos grados de cultura, en su ideal y en el conjunto de sus relaciones con Allah, con la Naturaleza, con la Razón y con los seres inferiores. De ahí un gran número de ciencias particulares que están destinadas a agotar la idea de la humanidad en sus manifestaciones internas, como espíritu y cuerpo, como pensamiento, sentimiento y voluntad, como vida individual y social, y en sus relaciones universales con todo lo que es divino. La ciencia de la humanidad considerada en sus condiciones terrestres es la Antropología. La antropología es el estudio de la naturaleza humana. La importancia de éste estudio es incontestable: el conocimiento más útil al hombre es el del hombre. El "Nos cete ipsum" es la base de todo trabajo intelectual y de toda actividad moral. Todas las manifestaciones de la vida racional, de la vida física y de la vida común, las religiones, las ciencias, las artes, las costumbres y las leyes, las lenguas, las razas, los sexos, las edades y las enfermedades, la familia, el Estado y la sociedad, son determinaciones de la naturaleza humana y no pueden ser apreciadas con seguridad más que por la ciencia filosófica del hombre. La antropología se divide en tres partes, segun la tésis, la antítesis y la síntesis: el hombre, considerado en su unidad indivisa; el hombre, considerado en su dualidad interior, como espíritu y como cuerpo, de donde nacen la psicología y la somatología; y en fin, el hombre considerado en la armonía de sus partes entre sí y con el todo, de donde dimana la Antropología general.

Al estudio del cuerpo humano se refieren la Anatomía y la Psicología del hombre, con las ciencias de los órganos y de sus funciones, la Higiene, ciencia de la salud, y la Nosología abrazando el conjunto de los conocimientos médicos, y entre otros la Patología, o ciencia de las enfermedades, y la Terapéutica, ciencia de los tratamientos o de los medios de curación.

Al estudio del espíritu humano se refieren las ciencias morales y racionales. La Lógica, ciencia del conocimiento, expone las leyes que el pensamiento debe seguir para llegar a la verdad y adquirir la certeza. La Estética, ciencia de lo bello, que expone las leyes del desenvolvimiento del sentimiento y del gusto en el dominio del arte. La Moral, ciencia de lo bueno, expone las leyes a las cuales la voluntad debe obedecer para cumplir el deber y obtener la virtud. El Derecho natural, ciencia de la justicia, expone las condiciones dependientes de la voluntad de otro, que son indispensables en la realización del destino humano. La Religión, en fin, que trata de las relaciones íntimas o personales que existen entre el Creador y los seres racionales en la vida. Todas éstas ciencias tienen su base subjetiva en el espíritu humano y su base objetiva en Allah, considerado como verdad, como bondad, como bien, como justicia o como personalidad y providencia. Se discute hoy día la independencia de las ciencias morales. El problema es fácil de resolver si se remonta a los principios de la síntesis. Las ciencias morales son independientes de todo dogma revelado, pero no son independientes de Allah, como principio absoluto de todas las ciencias. Son distintas de la metafísica, de la teología racional, pero no están separadas de ellas. La moral tiene su principio propio como las matemáticas, pero éste principio no está aislado y no es la razón última de las cosas; está fundado en Allah, y está unido a todos los demás principios de las ciencias particulares. Cuando la ciencia está organizada, todas sus partes son solidarias.

Al estudio de las relaciones que existen entre el espíritu y el cuerpo se refiere también la Pedagogía, ciencia de la educacion física y moral del hombre; la Lingüística o la Filología, ciencia de los medios de expresion de la vida espiritual por un conjunto de signos fonéticos o gráficos; la Etnología, ciencia de las diversidades de la naturaleza humana como caractéres de las razas y pueblos, bajo el doble punto de vista del espíritu y del cuerpo; la Teratología, ciencia de las anomalías de la organización, que provienen de una detención del desenvolvimiento en la vida embrionaria, causada con más frecuencia por la influencia de lo moral sobre lo físico; en fin, la Frenopatia o Patología mental, ciencia de las enfermedades que resultan de alguna perturbación entre las relaciones del espíritu y el cuerpo.

Conclusión:
Encontramos que todas las ciencias parten de una Sabiduría divina y que son unas herramientas que permiten al hombre aprender más y mejor algunas cosas sobre todos los medios y sistemas internos y externos para que se puedan acercar más a la dimensión compleja de la Divinidad. Pués todo lo que nos rodea, en mayor o en menor proporción, pertenecen a la Divinidad, es Todo Suyo.. desde un simple átomo hasta el vacío sobre lo más preponderante Le pertenecen.

Deseamos, especialmente en éstos tiempos en los que se le ponen al Islam tantas barreras y se dicen tantas mentiras sobre él, que es una gran bendición de Allah el haberle dado a personas en particular la capacidad de ver la ver-dad y la luz del Islam.
Primero, por creer en Allah ta'ala, tener fe (Imán) que es tener una creencia de corazón en seis hechos específicos que se averiguan a través de la revelación (kashf) o de la consciencia (wijdan) o por la comprensión del intelecto o la razón ('aql), por una evidencia o por confiar en una declaración distinguida y aprobada, y se tiene que confirmar ésto con la lengua.

El primero de éstos seis hechos es que Allah es el Wajib al wujud y el Ma'bud Real (Al que se adora), y el Creador de todas las criaturas. Se debe creer que ciertamente sólo Él lo crea todo [cada sustancia, átomo, elemento, molécula, compuesto, sustancia orgánica, célula, vida, muerte, cada evento, cada reacción, todo tipo de poderes y energías, movimientos, leyes, espíritus, ángeles y cada ser viviente o sin vida y sostiene la vida de todos ellos] en éste mundo y en el que viene, sin barrera de materia, tiempo o similitud. Y lo crea de la inexistencia. Así como creó a todas las criaturas en el universo [en un momento, cuando no existían], Él [crea algunas de ellas a partir de las otras y, cuando llegue el Día del Juicio, en un momento] lo aniquilará todo. Él es el Creador, Dueño, Soberano Absoluto de todas las criaturas. Se debe creer y reconocer que no hay nadie capaz de dominarle, darle órdenes o de ser superior a Él. Todo tipo de superioridad, todo atributo de perfección le pertenece a Él. Él puede hacer lo que quiera. Lo que hace no está hecho con la intención de ser útil a Él o/a otros. No hace las cosas por una recompensa. Sin embargo hay causas ocultas (hikma), utilidad, bendiciones y favores en todo lo que Allah hace. Sin embargo, Allah no tiene que hacer lo que es bueno y útil para Sus criaturas, ni tiene que recompensar a unos y castigar a otros. Llevar a los desviados al Jardín se ajustaría a Su Superioridad. Y se haría Su justicia si Él decidiera poner en el Fuego a todos los que le obedecen y adoran. Pero Él decretó que pondría en el Jardín a los musulmanes, a aquellos que le adoran, y les llenaría de favores, y que castigaría eternamente a los incrédulos en el Fuego. Él no se arrepiente de Su palabra. No sería de ninguna utilidad para Él que todas las criaturas creyeran y le adoraran, ni le haría ningún daño que todas las criaturas dejaran de creer, se dieran a excesos o le desobedecieran. Si el hombre desea hacer algo, Allah lo crea si también Él lo desea. Solo Él es el que crea cada acción de las criaturas humanas y todas las cosas. Si Él no tiene la voluntad de crear, nada se mueve. Si Él no lo quiere, nadie puede dejar de creer o revelarse. Él crea la incredulidad y el error, aunque no le agradan. Nadie puede interferir en Su trabajo. Nadie tiene la fuerza ni el derecho de preguntar la razón de que Él haya hecho ésto o aquello, ni tan siquiera de comentar sobre cómo debería de hacer las cosas. Él perdonará, si Él quiere, a una persona que se ha desviado gravemente y ha muerto sin volverse a Él, excepto en la asociación (shirk) y la incredulidad. Él castigará, si quiere, hasta por un error menor.

Allah ha declarado que nunca perdonará a los que le asocian y/a los que no creen, y que éstos serán castigados eternamente. Él castigará a los musulmanes que le adoran pero cuya creencia (i'tiqad) está en desacuerdo con Ahl as-Sunna y mueren sin volverse a Allah. Pero éstos musulmanes de bida' (innovación) no estarán en el Fuego eternamente.

¿Es posible ver a Allah con los ojos de éste mundo? Ciertamente, pero nadie le ha visto jamás. En el Ultimo Día será visto en Su Gloria e Ira por los que no creyeron y por los musulmanes extraviados, y será visto en Su Belleza y Bondad por los creyentes. Los ángeles también le verán. Aquellos que no Le han visto jamás. Los que no creen estarán privados de ésta visión. Hay un informe digno de crédito, con el que están de acuerdo la mayoría de los 'ulama, que dice que a los genios se les privará también de la visión. "Aquellos musulmanes a los que Allah ama serán honrados con la visión de Su Belleza cada mañana y cada noche; los musulmanes de rango inferior serán honrados cada Viernes. Las mujeres le verán unas cuantas veces al año, como en las fiestas en éste mundo." Debe creerse que Allah ta'ala será visto. Aunque no debemos preguntarnos cómo ocurrirá. Sus obras no pueden ser comprendidas con el intelecto ('aql). No son como los asuntos del mundo. [No pueden ser medidas con los criterios de la ciencia física y química.] Conceptos como la dirección, estar en frente a algo o detrás de ello no tienen conexión con Allah. Él no es material. No Es un objeto [ni tampoco Es un elemento, ni es una aleación, ni es un compuesto]. No es contable, ni puede ser medido ni calculado. Tampoco sufre cambios. No está en un lugar. No está en el tiempo. No tiene pasado ni futuro, delante o detrás, arriba o abajo, derecha o izquierda. Por lo tanto, nada de Él puede ser comprendido por el intelecto humano, puesto que éste es insuficiente para esa tarea. Así que el hombre no puede comprender ni el futuro, delante o detrás, arriba o abajo, derecha o izquierda. Y aunque palabras como mano, pie, dirección, lugar y cosas así se mencionan en el Corán y en los Hadices, no se usan en el sentido en el que nosotros las conocemos y usamos hoy. Éstos ayats del Corán y los Hadices se llaman mutashabihat. Debemos creer en ellos, pero no debemos intentar comprender qué o cómo son. O pueden explicarse de forma breve o en detalle, (es decir), se les puede atribuir significados aceptables a Allah. Por ejemplo, la palabra 'mano' puede interpretarse como 'energía' o 'poder'.

El Profeta Muhammad (que Allah le bendiga y le dé paz) vio a Allah durante el Viaje Nocturno. Pero ésta visión no fue con sus ojos, como se puede ver en éste mundo. Una persona que dice haber visto a Allah ta'ala en éste mundo es un zindiq. La observación de los allegados de Allah (awliya') no es como ver en éste mundo o ver en el mundo que viene. En otras palabras, no es ver (ru'ya) sinó shuhud lo que ocurre en ellos [es decir, que ven los ejemplos (mizals) con los ojos de sus corazones]. Algunos awliya' dijeron haberLe visto, pero debieron confundir el shuhud que experimentaron mientras estaban inconscientes con el ver. O bien sus palabras requieren explicación.
"Se dice que es posible (ja'iz) ver a Allah con los ojos en éste mundo. Entonces, ¿por qué se considera zindiq a alguien a quien le ha ocurrido algo que es posible? Si una persona que dice ésto se convierte en incrédula, ¿se puede decir que es posible?

Respuesta: En su significado literal, "ja'iz" quiere decir que es posible que ocurra o no. Sin embargo, de acuerdo con la escuela (madhab) de al-Ash'arî, la posibilidad de ver significa que Allah es capaz de crear en el hombre una forma diferente de ver en éste mundo, diferente a ver de cerca o cara a cara con Él y es diferente a ver con las leyes físicas que Él ha creado en éste mundo. Por ejemplo, Él es capaz (y por lo tanto es posible) de hacer que un ciego en China vea un mosquito en Andalucía, y que un hombre en la tierra vea cualquier cosa en la luna o en una estrella. Éste poder es particular de Allah ta'ala. Y decir "Le he visto en éste mundo" es incompatible con el ayat karima y con el consenso de los 'ulama. Por tanto, quien dice ésto es zindiq o mulhid. Luego la frase "es posible ver a Allah en éste mundo" <no quiere decir> "que es posible verle en la tierra dentro de las leyes físicas." Una persona que dice haber visto a Allah y quiere decir que le ha visto como ve otras cosas, no está en lo correcto, ésta es una visión que no es posible. Una persona que dice palabras que causan incredulidad, es zindiq o mulhid. [Tras éstas frases, se declara ¡Tened cuidado!.. Porque la incredulidad, la rebeldía y el mal son destrucción e inexistencia. Sin embargo, la destrucción vasta y las instancias innumerables de inexistencia pueden resultar de un asunto teórico simple y una instancia de inexistencia. A través de aquél que abandona sus tareas, el resultado puede naufragar, y el trabajo, con todos esos esfuerzos empleados en ello, terminan en la nada; todas esas instancias de destrucción resultarán de una simple instancia de inexistencia. De modo similar, y yá que la incredulidad y la rebeldía son inexistencia y destrucción, el poder de elección puede provocarlos a través de un asunto teórico y causar consecuencias increíbles. Porqué a pesar de que la incredulidad es sólo un mal, insulta a todo el universo, acusándolo de ser inútil y despreciable y niega a todos los seres que demuestran las pruebas de la unidad Divina, y es despectivo con todas las manifestaciones de los Nombres Divinos. Por consiguiente, es sabiduría pura que Allah Todopoderoso pronuncie severas quejas sobre los incrédulos, amenazándolos increíblemente en nombre del universo y de todos los seres y de los Nombres Divinos; es justicia pura que dan castigo eterno. Yá que a través de la incredulidad y la rebeldía el ser humano toma el camino de la destrucción, pues con un pequeño acto se pueden realizar muchísimas obras. En vista de la incredulidad, entonces, los creyentes necesitan de la gracia ilimitada de Allah Todopoderoso. Porqué debido a un niño problemático que está intentando quemar una casa, hay diez hombres fuertes que han asumido la tarea de protegerla y repararla obligados a suplicarle a los padres del niño, o incluso recurrir a otras instancias. De la misma manera, los creyentes necesitan muchos de los favores Divinos para resistir a la gente rebelde y descortés.

Brevemente: Si quien habla del Decreto Divino y del poder de elección tiene una fe perfecta y es conciente de la presencia Divina, le atribuye el universo y su persona a Allah Todopoderoso, sabiendo que están bajo Su disposición. Tiene derecho de hablar de ellos. Porqué yá que sabe que él mismo y todo es de Allah
Todopoderoso, asume la responsabilidad, basándola en su poder de elección. Acepta que es la fuente de los males y proclama que su Sustentador está libre de faltas. Permanece dentro de la esfera de la adoración y asume las obligaciones que Allah Todopoderoso le ha asignado. Además, no se vuelve orgulloso de sus buenas obras y logros; más bien considera el Decreto Divino y lo agradece. Ve el Decreto Divino en las calamidades que le aquejan, y las soportan con paciencia. Sin embargo, si quien habla del Decreto Divino y del poder de elección es alguien descuidado y negligente, entonces no tiene derecho para hablar de ellos. Porqué, obligado por su extravío, su alma está dominada por el mal y atribuye el universo a las casualidades y quiere dividir la propiedad de Allah entre ellos, queriendo atribuirse su propiedad desde la humana materialidad. Por eso.. ¡Tened cuidado con lo que habláis!.

Assalamo Aleikum.