LA DEONTOLOGÍA DEL GUERRERO UNIVERSAL.
Así se declara: "Que cuando fatigas el cuerpo y no descansas, desfalleces; pero, cuando usas tú espíritu y no cesas, lo llenas de energías."
La naturaleza del agua limpia, se hace clara y saludable cuando no está mezclada con el barro; su superficie es como un espejo cuando no se agita; pero pierde su limpieza en cuando se estanca. Por eso se dice: "Permanecer puros, sin mezclarse; concentrados en la serena unidad, sin sufrir mudanzas; desapegados de las cosas externas, sin actuar; sin moverse conforme al orden natural: he ahí el arte de alimentar bien el espíritu sin bailar. El espíritu se extiende y fluye cuando no hay parte que no le alcance, cuando no está limitado por ningún lado. Por arriba llega al círculo Celestial y por abajo le envuelve la Tierra; viaja con el poder de la transmutación y se alimenta siendo invisible su forma; en operar, es semejante al Ángel.
Observa cuánto poder tiene el vapor para mover máquinas enormes y pesadas de hierro forjadas.. es simplemente vapor de agua. Ahora, ¿Qué no hará el espíritu con toda la luz y energía que tiene?
Para conservar la pureza y la simplicidad original, sólo se precisa guardar tú espíritu; y si lo guardas y no lo pierdes, te harás uno con el espíritu; y penetrando en la esencia de la pura unidad, te identificarás con la razón del mundo Celestial. Hay un dicho que dice: "El hombre del vulgo estima las riquezas, el honesto letrado estima el buen nombre, el sabio ensalza los nobles ideales, para el gran sabio lo más precioso es el espíritu." Y así, se díce simple a lo que no está mezclado y es puro a lo que no menoscaba el espíritu. A quién es capaz de comprender la simplicidad y la pureza, le llaman el hombre verdadero.
Por eso, un gran hombre verdadero se conduce sin causar daño a los demás, y no se empacha de vanagloriarse de su benevolencia ni de sus favores. No actúa por interés, ni desprecia al rico o al siervo, ni hace contiendas por las riquezas, ni alardea de sus concesiones o de sus renuncias. A nadie humano pide ayuda, sin por ello enorgullecerse de su sólo esfuerzo con la ayuda de Allah ta'ala. No se rebaja al extremo de los ambiciosos y corruptos. Se aparta en su conducta del común de los hombres, más no se muestra ufano por ser diferente. Y cuando sigue a la multitud en su obrar, no se rebaja al extremo de los aduladores ni de los charlatanes. Las dignidades y las rentas no bastan para persuadirle, ni los castigos ni las humillaciones son suficientes para avergonzarle. Sabe que entre el <Es> y el <no Es> no hay distinción alguna, y tampoco existen límites entre lo menudo y lo grande.
Escuché decir: "El hombre que no es conocido, puede llegar a alcanzar todo con el entendimiento, con lo fino de las cosas." En cuanto a lo que no se puede tratar con las palabras, ni con el entendimiento se puede alcanzar, pues está más allá de lo fino y de lo grueso.
"Un pez que vive en un pozo, nada puede hablar acerca del mar."
El hombre cuya mente está en completa calma, irradiará luz celeste. E Irradiando luz celeste, los hombres le verán como hombre y las cosas cual cosa le ven. Sólo el hombre que ha sabido perfeccionarse, puede cultivar las virtudes permanentes; y poseyendo las virtudes permanentes, los demás hombres tomarán refugio en él, y Allah ta'ala siempre le favorecerá. Porqué las gentes en él tomarán refugio, y le llamarán como el favor que recibe. Es decir: "que cuando la mente está en una calma total, la luz de la sabiduría atrae beneplácitos."
Los que quieren aprender, se empeñan por aprender aquello que no pueden aprender. Los que quieren hacer algo, se afanan por hacer lo que no pueden hacer. Los que quieren argüir, se esfuerzan por argüir lo que no pueden dilucidar. La más alta perfección, es saber detenerse allí en donde yá no se puede avanzar más. Si no lo haces así, el movimiento te destruirá.
Hay que disponer de las cosas necesarias para cuidar el cuerpo. No sumirse demasiado en las cavilaciones que no llevan a ningún sitio. Alimentar la mente cultivando más el propio interior para comprender a los demás seres. Si haces así, sobre ti no caerán los males del mundo, que yá no serán por obra del hombre, sinó que vendrán de la negatividad; pero yá no te podrán turbar la virtud que está completada, ni entrar con el hocico hasta la terraza de tú espíritu. El espíritu tiene el dominio, pero ignorar que lo tiene, no supone ejercerlo por los intentos.
Cuando un hombre se vuelca hacia el exterior, sin conocer su verdad interior, todos y cada uno de sus actos son inadecuados. Si.. las cosas exteriores pueden entrar en él, más en él no se tienen que asentar, yá que cada vez que entran, más pierde su original verdad. Al que hace el mal de forma manifiesta, los hombres le castigan; y quien hace el mal contra los demás espíritus, el Creador también le impone un castigo referente a Su ley.. Si puedes presentarte abiertamente ante los hombres, "respeta el propio interior", (que quiere decir), que seas respetuoso con la sabiduría interior. Así podrás comprender a fondo a los otros, es decir, a las cosas exteriores y también obtendrás profundidad ante los espiritus, por lo que podrás obrar solo (sin tener de qué arrepentirte).
Los que se esfuerzan en su perfección interior, actúan sin dejar manchas; quienes se afanan en lo exterior ponen todo su ánimo en conseguir riquezas. Quienes actúan sin dejar manchas, brillan siempre; los que ponen todo su ánimo en conseguir riquezas, no son más que mercaderes. No hay más que ver de qué forma caminan, tan empinados y con ese talle tan seguros de sí mismos. A quienes se acomodan enteramente a las cosas, las cosas les acaban sometiendo; más quienes no encajan con esas cosas, ni aún su propio cuerpo son capaces de soportar ¿Cómo podrían, pues, ser iguales a los demás hombres? El que no tiene amor sufre.. yá que es como estar en un completo abandono. No hay una espada más afilada que el ánimo, aunque la espada más mellada siempre le vaya a la zaga; ni hay mayor negativo que el que fue expulsado del Cielo y que por la Tierra campa. Pero no es, pues, el que despoja a los hombres, sinó que es su propia vanidad la que los empuja hasta la negatividad.
Por eso los hombres espirituales detestan reunirse con tantas multitudes. Cuando se reúnen las multitudes, yá no hay armonía, y no habiendo armonía, no se tiene provecho. Por eso, con nadie intiman demasiado, ni de nadie se apartan en exceso; abrazan la virtud y alimentan la armonía interior, para acomodarse a todos los hombres. A éstos es a los que les llaman hombres verdaderos. Los que no rechazan la sabiduría sobre una hormiga, y se sienten tan a gusto como un pez, porqué también rechazan la intención del cordero, pues no van de víctimas por los campos.
Usan de los ojos para ver lo que el ojo puede ver; usan de los oídos para oír lo que el oído puede oír; usan de la mente para iluminar lo que la mente puede comprender. Si haces así, tu mente estará naturalmente en calma y tus movimientos estarán naturalmente adaptados. Los hombres verdaderos se apoyan en la Eternidad para tratar los asuntos humanos con otra métrica, no se pueden apoyar en los negocios humanos que distraen e interrumpen el flujo de la conexión. Para esos hombres verdaderos.. mis plegarias siempre.
Assalamo Aleikum.