LOS HIPOCAMPOS DE LA ESPIRITUALIDAD.
P. ¿Puede una persona espiritual ser comilona, codiciosa, obstinada o envidiosa?
R. Al contrario, tiene que comer menos que los demás. No en vano se dice: El creyente se nutre con la Espiritualidad.
P. ¿Crees que el público entendió la respuesta?
R. Por supuesto que no.
Generalicemos un poco en éstos hallazgos. Por lo general, una persona religiosa (espiritual) es una persona sabia, es decir, ve causas y efectos y los relaciona con ciertos acontecimientos que ocurren en el mundo que la rodea. Entiende la relación entre la acción y el resultado, es decir, la persona espiritual (religiosa) es una persona sabia y con visión de futuro. Su pensamiento e intuición es estratégico y visionario; Él ve las consecuencias de nuestras acciones en un futuro lejano. Una persona religiosa es empática, afable y se siente unida a todas las personas, por lo que no puede despreciar, insultar ni traicionar a los demás. No puede ser codiciosa ni avariciosa. Hace sacrificios con un corazón generoso, puede controlar sus deseos y se preocupa por los demás. Una persona religiosa no puede ser dura ni obstinada, aunque puede ser idealista y sabe bien que la dulzura defiende su amor y sus posiciones morales rectas, no permitiendo que otros controlen o manipulen sus decisiones, tratando de generalizar en éstos asuntos.
Una persona que supera la envidia y la tacañería y frena sus deseos sexuales o su instinto por la comida, reducirá así su conexión con las personas que le rodean siendo selectivo. ¿Cómo reducir ésta correlación? Ésto se puede lograr mediante el sacrificio y el autocontrol. Para poder pensar de manera abstracta, debemos ser abstractos respecto del objetivo y de los beneficios. Para ser sabio debes estar aislado del entorno que te rodea, estar pero no estar, pero nunca estar al margen. Por lo tanto, el método de frenar los deseos y hablar poco ayuda en la religiosidad y la espiritualidad. Cuando nos separamos y nos alejamos del mundo material, nos resulta más fácil entrar en los niveles superiores. Allí el nivel de autismo es mayor. Las conexiones entre los fenómenos se vuelven más claras y el futuro se vuelve más claro. El potencial espiritual es más elevado con la salida de los niveles inferiores, pues en los niveles superiores, las conexiones con el mundo material se vuelven menores.
Se trata de penetración y acceso a los niveles superiores. Pero no debemos olvidarnos, de que el Shaytan, también trabaja en los niveles espirituales aprovechando las debilidades materiales de los seres humanos. Entonces, si nos despertamos, tenemos que saber definir nuestros trabajos, sobre lo externo y frenarnos, y si reducimos el habla o nos aislamos, todo ésto significa que estamos enviando energía externa hacia los niveles superiores. Aquí pasamos de una energía potencial a otra. Pero si empezamos a materializar ésta espiritualidad, el amor saldrá de nosotros mismos, como si sólo adoráramos el estado material.
Shaytan es un ente genial, pero no tiene amor. Debemos entender que la espiritualidad es uno de los espectros del conocimiento de Allah y qué tanto el materialismo como la espiritualidad deben ser calentados por el amor.
El que santifica el dinero. Aquel que adora los deseos, las lujurias y las comodidades de la vida se convierte en un animal. Quien santifica el materialismo aumenta sus capacidades egoicas y se convierte en un demonio. Sólo quien santifica el amor puede ser espiritual, aunque no puede negar lo material, tiene que saber frenar en cierta medida sus deseos en ésta o aquella dirección. Incluso nosotros debemos restringirnos en lo que es material y ensalzar más lo que es espiritual.
No podemos desarrollar las capacidades de un niño antes de enseñarle y criarlo con buenos principios morales. Si un niño no puede amar, el desarrollo rápido y efectivo de sus potencialidades y habilidades lo convertirán en un criminal a nivel físico o espiritual. Si la civilización humana no aprende a amar, y si sus indicadores morales han caído hasta el fondo, entonces es absolutamente necesario frenar su progreso tecnológico. De lo contrario, el producto de ésta civilización serán personas más cercanas a los demonios y las máquinas, como resultado, el destino final de ésta civilización será su desaparición. Una persona verdaderamente espiritual no es sólo aquella que se restringe en el reino material por el bien de la espiritualidad, sinó también aquella que puede restringirse en el reino espiritual por el bien del amor. Si queremos entender la naturaleza del amor en todos sus aspectos, debemos buscar a Allah y unirnos con el Amor divino. En tal Amor, el universo se comprime en un punto y luego emerge del reino del tiempo.
¿Qué es la envidia y la arrogancia? Son la división del tiempo en dos corrientes, manifestándose el vacío por el tiempo. Si la meta que persigues es superior a ti, luchas por alcanzarla y tienes miedo de perderla, ésto puede generar en celos. Y si el objetivo está debajo de ti, entonces gíralo. Demasiado control genera envidia, altanería y arrogancia. Ésto y aquello son indicadores de conexión con éste mundo. Para vencer la envidia debes frenar los deseos y aliviar el dolor de la persona que amas con máxima humildad. Para superar la arrogancia hay que sacrificarse y estar limpio del pasado. Uno de los principales indicadores de la arrogancia interna es la falta de aceptación del pasado (que ahora yá no mueve ningún molino.) La persona discapacitada siempre, a cada segundo, lamenta su situación actual y la discapacidad adquirida de nacimiento o por accidente. Es una experiencia muy seria y real. Puede convertirse en una ola continua de autodestrucción, o puede ocurrir lo contrario, que la discapacidad se convierta en una herramienta para el desarrollo y la elevación del espíritu y del alma. Cuando a cada segundo se genera en tu alma una energía que busca transformarse en arrepentimiento, tristeza y hostilidad por el pasado, entonces debes evitar ese pensamiento y transformarlo en una energía de amor y cercanía a Allah.
No debes alienarte a ti mismo ni a los demás. En nuestra vida, no nos podemos permitir debilitar el amor en Allah, pues el pensamiento de la persona se vuelve unilateral o parcial y, para ser feliz, no es positivo el deseo de humillar y presionar a los demás, yá que primero, pisoteará a los demás y luego pasará a pisotearse y humillarse a sí mismo con el victimismo. Es necesario cuidarse de esos aspectos negativos, pero no suprimir los buenos deseos de vivir una vida correcta. En cada uno de nuestros buenos deseos hay una chispa divina, por eso no debemos suprimir nuestros deseos por completo, sinó más bien, debemos saber refinarlos y transformarlos en algo positivo.
Hay dos tendencias: primero, cuando una persona se adora a sí misma y se vuelve totalmente egoísta, entonces muestra cada vez más signos de rudeza, indiferencia y falta de preocupación por los demás, y esa persona se vuelve cada vez más agresiva. Existe también una segunda tendencia: el adorar a los demás. En la ortodoxia, ésto se llama literalmente idolatría sui géneris.
Apaciguamiento. Amar a los demás aumenta absolutamente el fortalecimiento en la relación con el entorno circundante. Sin embargo, puede existir una presión constante sobre uno mismo para el beneficio de los demás, y ello también genera ciertas tensiones internas hacia el entorno circundante, y ésto es normal. Tarde o temprano comenzaremos a clasificar en valor de importancia aquello que verdaderamente es menester de santificar, aunque no pueden ser llamados ni aptos para las personas egoístas. La moderación es lo mejor, pero la ley de la evolución dicta que el objetivo del hombre debe ser dar más que tomar y consumir, entonces podrá evolucionar. La célula piensa por sí misma, pero da la mayor parte de su energía al cuerpo. Consideremos el significado de éstas dos frases: una persona se sacrifica para guiar bien a la sociedad. A ésto se le llama conducta heroica. En cuanto al segundo caso: una persona destruye a la sociedad para salvarse a sí misma, busque usted un nombre adecuado para tal crimen.
La tradición profética nos ha enseñado que una persona fiel cuidará de sí misma y de los demás. Éste cuidado, (con el tiempo), no puede conducir a una reducción de sus necesidades por dejadez o comodidad, yá que dejar de cuidar a los demás, puede conducir a la corrupción. Amar a los demás no debe llevar a disminuir el valor y la dignidad del ser humano. Y aquí se encuentra la base del sexto mandamiento del Imamato. Pero, obviamente, no debe de llegar al nivel absoluto de prioridad.. pues primero es Allah y después todo lo demás. Esa es la regla.
Es posible ayudar a las personas que están dispuestas a desarrollarse, a cambiar lo que hay en su interior si son capaces de atravesar las etapas dolorosas en su camino hacia la perfección.
Si se ayuda a alguien que no quiere aprender a compartir el amor y la energía, eso es perjudicial y hasta peligroso, porqué se le está recompensando por su rechazo al amor.
La ayuda, tiene que servir como un incentivo para un mayor desarrollo interno. Cuando el Creador retiene Su don de un lado, sabe compensarlo desde el otro lado.
Existe una leyenda que dice: que en el antiguo Israel, se encontró un libro en el que estaba registrado cada pecado y la enfermedad correspondiente como castigo al pecador. Pero los judíos desecharon ese libro y lo enterraron bajo tierra, para que nadie supiera qué clase de enfermedad corresponde para cada pecado. De ahí se entiende, el porqué a una persona enferma ni siquiera se la puede despreciar, ni se la condena, ni se la acusa.
El Islam ha dado un paso más allá en el nivel de comprensión y conciencia, porque contiene un alto nivel del amor de Allah. Aquí se revela otra verdad: la enfermedad no es sólo un castigo o un ajuste de cuentas por un pecado o error cometido, sinó más bien es una preparación del alma para los grandes acontecimientos futuros. Te guste o no, la enfermedad hace que la persona se vuelva hacia Allah. Éste es el punto.
<Cuanto más nos centremos en Allah, menos probabilidades tendremos de enfermarnos.> Por lo tanto, encontramos: que la persona que lleva una creencia corrupta y tiene malos hábitos tiene una baja cantidad de energía espiritual, y solo puede vivir o puede enfermarse, hasta que sus malas acciones sean frenadas y su mal estilo de vida sea limitado.
El que usted ayude a los demás, no debe llegar al punto de someterse a ellos. No se debe de olvidar de la Voluntad del Creador, porqué la ayuda principal viene de Él. Cuando el paciente cuida del Amor-Dador-Sanador (de Allah), éste es el comienzo de la curación y también supone un gran mandamiento para los maestros.
<No quieras para los demás lo que no quieres para tí.. y cuando ayudas a los demás adecuadamente, también significa que te estás ayudando a ti mismo.>
(No es importante si las callejuelas están llenas de lluvia y hay muchas tormentas violentas o si brilla el sol. Lo importante es que se tiene que hacer un trabajo —espiritual—, y el resultado tiene que ser positivo.)
Assalamo Aleikum.