AHORA.. CUIDAR LA MENTE.
El Musulmán y la Musulmana deberían de ejercitar más su mente, porqué el ejercicio, constituye una gran desventaja para los entes malignos, que se ven obligados a ejercer de toda su fuerza para dejar la mente en blanco. Sólo cuando la mente está funcionando de manera normal, el creyente está apto para discernir las revelaciones sobrenaturales, (en lo que no tienen lugar los sentidos), y en las impresiones y sugerencias diversas, para reconocer así sus orígenes. Una mente vacía proporciona una base para el enemigo. Todas las revelaciones y nociones aceptadas (por una cabeza vacía) proceden de fuentes enemigas. ¡Si un Musulmán, durante algún tiempo no se ocupa activamente del órgano de pensar, va a descubrir el interés que tienen los entes malignos en ayudarle a pensar negativamente!
La mente pasiva.
Hablando de forma general, una mente vacía no difiere demasiado de una mente pasiva. Dicho de un modo estricto: tener la cabeza vacía significa no usarla, en tanto que una cabeza pasiva significa esperar que alguna fuerza extraña la ponga en actividad. Ésta última es un paso más allá de la primera. La pasividad es abstenerse de moverse por la acción de uno mismo, y en vez de ello, permitir que los elementos extraños le muevan. Un cerebro vacío no piensa por su cuenta, pero permite a los poderes extraños que piensen por él. La pasividad reduce al hombre al nivel de una simple máquina.
Ese estado pasivo es el más ventajoso para los entes malignos, porque les ofrece la oportunidad de ocupar la voluntad del creyente con el cuerpo también. Una mente oscurecida es engañada fácilmente porqué no sabe lo que está haciendo ni adónde se dirige.. también una mente pasiva es una base para que los entes malignos puedan hacer sus operaciones.
Por otra parte, muchos creyentes entienden mal las verdades de Allah. Al ser ignorantes sobre el verdadero significado de algunas cosas, (p.ej. el de la muerte), el movimiento negativo tiende hacia el miedo y esas verdades en sus corazones se viabilizan en interpretaciones erróneas que les causan prejuicios. Los entes malignos se aprovechan de cualquier oportunidad, impartiendo a los creyentes la misma cosa que ellos entienden mal de las verdades de Allah. Ellos hacen sus planes conforme al malentendido del creyente. Éste último juzga que éstas cosas son de Allah, sin darse cuenta de que no son más que una burda falsificación de los entes malignos fundada en su mala interpretación.
Aceptar las sugerencias.
Muchas son las sugerencias que las huestes del negativo plantan en la mente del creyente, especialmente ideas referentes a las circunstancias del futuro. Disfrutan diciéndole con antelación lo que sería de él y lo que le sucederá. Si no se da cuenta de la fuente de éstas predicciones y permite que permanezcan en su mente, los entes malignos, en el momento apropiado, van a trabajar en su ambiente para oscurecer y engañar más fácilmente porqué el creyente no sabe lo que está haciendo ni adónde se dirige; también una mente que es pasiva es vulnerable a éste ataque, puesto que no tiene sensibilidad en absoluto. Si alguno permite que su cabeza deje de pensar, le estará dando ventaja a la locura, conjuntamente con la pasividad de algunos creyentes para operar en sus mentes.
La pasividad.
Toda base que se ha cedido a los entes malignos les invita a ellos para trabajar. De éstas bases, la más seria es la pasividad. Ésta refleja la actitud de la voluntad, que a su vez representa al ser total. La pasividad proporciona la libertad para que funcionen los elementos malignos, aunque generalmente lo hacen de modo oculto, intentando engañar a los creyentes. La causa de la pasividad es la ignorancia. Éste creyente entiende mal el papel del intelecto en la vida intelectual. Piensa que tiene un concepto demasiado elevado del mismo, pero a la vez lo rebaja demasiado. Por ello permite que su raciocinio se quede en la inercia y da la bienvenida a todo pensamiento que surge de ese estado de inercia. ¡Cuán necesario es, pues, que captemos claramente la forma en que Allah nos guía!
La pasividad en la mente es debida a una concepción equivocada del significado de la obediencia. Muchos dan por sentado que los pensamientos que hay en su cabeza estorban en su andar espiritual. No se dan cuenta, de que un cerebro que deja de funcionar, (o que funciona de modo caótico), estorba en la vida espiritual.. en tanto qué, uno que funciona debidamente no solo es beneficioso, sinó que es esencial. Una mente así solamente puede cooperar con Allah. Como yá se ha dicho en otros artículos, el camino normal de la guía se encuentra en la intuición del espíritu, no en la mente. El apreciar bien éste principio es en extremo necesario y no debería de ser olvidado. El creyente ha de seguir la revelación en su intuición, no en el pensamiento de su cabeza. El que hace caso de la mente, estará andando según la materia y ésta va a descarriarle. Sin embargo, no hemos dicho que la mente sea totalmente inútil, sinó que tiene que ejercer un papel secundario. Es verdad, que cometeremos equivocaciones graves si elevamos la mente por encima y en lugar del corazón, que disfruta del nexo directo con Allah para recibir la revelación de Él; con todo, tiene un papel asignado en ella. Éste papel consiste en ayudar a la intuición. ¡Sí, es por medio de la intuición que conocemos la voluntad de Allah!, pero de modo adicional necesitamos que la mente inspeccione nuestro sentido interno para decidir si es de nuestra intuición o es una falsificación de nuestras emociones, si es o no es de Allah y armoniza con Su Palabra. Conocemos por la intuición; verificamos con la mente. ¡Qué fácil es que nos equivoquemos! Necesitamos la ayuda de la mente para no tener dificultades en decidir lo que es de Allah de un modo auténtico.
En el proceso normal de guía, la mente es también necesaria. Si bien, la guía de la intuición con frecuencia se opone diametralmente al raciocinio, con todo, tenemos que hacer uso de la cabeza, no para discutir con la intuición, sinó para examinar si la cosa es realmente de Allah. La intuición capta la voluntad de Allah muy rápidamente; sin embargo, se requiere tiempo para que el cerebro verifique y demuestre si lo que hemos captado es verdaderamente de nuestra intuición y proviene del mundo espiritual. Si es de Allah, nuestra intuición emitirá un mensaje aún más preciso bajo la verificación, corroborando con ello en nosotros más del valor de la fe y todavía más que antes si de lo que se trata es de la verdad de Allah. El ejercicio del intelecto de ésta manera -sólo cómo de examen- es a la vez beneficioso y apropiado. Pero si el sentido o mensaje es de nuestro pensamiento y sentimiento material, entonces en el proceso del examen nuestra conciencia va a levantar su voz con la oposición. En consecuencia, la verificación de nuestra mente, para saber si la cosa es de Allah o no, no va a interferir, sinó que dará oportunidad para que la intuición se demuestre a sí misma. Si es de la intuición, ¿qué tiene que temer de la verificación de la mente? Por otra parte, todo lo que teme ser verificado probablemente procede de uno mismo. La cabeza nunca debe de guiar o dirigir, pero es necesaria, sin la menor duda, para verificar la autenticidad de la guía.
Una enseñanza así, ¿está de acuerdo con el Libro y las normas? El funcionamiento de la mente no puede ponerse a un lado como algo inútil. Allah ta'ala no borra los diversos componentes de la mente del hombre; los renueva primero y luego los usa. Allah quiere que el hombre conozca lo que está haciendo cuando obedece. No desea que se le siga a ciegas, sin ningún sentido o con la mente aturdida, sin darse uno cuenta de lo que está sucediendo; ni tampoco es su método el usar alguna parte del cuerpo del creyente sin su consentimiento y comprensión. La intención de Allah es que el creyente entienda Su voluntad y conscientemente ponga en funcionamiento las distintas partes de su cuerpo para obedecer a Allah. Es la persona perezosa la que rehúsa aceptar toda la responsabilidad, porqué espera ser movida parcial o totalmente por Allah solo, hallándose él en un estado de pasividad. Allah sin embargo, quiere que el hombre examine activamente cuál es Su voluntad y luego que ejerza el hombre su propia voluntad para obedecerLe. Eso requiere la cooperación armoniosa de la intuición del hombre y de su conciencia.
Aun así, un creyente, no reconociendo que ésta es la forma normal de guía, puede dejarse caer en la pasividad. Puede esperar que Allah ponga la voluntad de Él en su propio pensamiento para seguir ciegamente toda guía sobrenatural sin emplear su inteligencia para examinar si ésto es de Allah o no. Incluso espera que Él use las partes de su cuerpo más allá de la esfera de la invasión del enemigo, puesto que la pasividad es una condición para éste fenómeno. (Ésto lo tratamos en detalle en otro artículo del blog.) Si el hombre no usa su inteligencia, Allah tampoco lo hará, porqué el hacerlo.. sería contrario al principio de la operación de Allah. Los malos entes sí que lo harán, no obstante, éstos nunca vacilan en aprovechar cualquier oportunidad de usar la mente del hombre. Por tanto, es muy insensato que uno permita que su mente se hunda en un estado de pasividad, porque esos entes enemigos están al acecho buscando a quien devorar.
Prosigamos un paso más adelante en ésta cuestión de la pasividad como una condición para la operación de los entes malignos. Nos damos cuenta que una clase de personas especialmente se deleitan en comunicar con éstos entes. La gente, en general, no tiene mucho interés en ser poseída por el demonio, pero ésta clase especial siente un deseo intenso de serlo. Éstos son los adivinadores, los médiums, los espiritistas o nigromantes. Al observar con cuidado la causa de su posesión podemos entender el principio de la posesión por esos entes negativos. Estas personas nos dicen, que para poder estar poseídos (por lo que ellos llaman dioses y que en realidad son demonios) su voluntad no tiene que presentar resistencia alguna, sinó estar dispuesta favorablemente a aceptar todo lo que llega a sus cuerpos. Para hacer la voluntad por completo pasiva, primero su mente tiene que quedar reducida al vacío. Un cerebro en blanco produce una voluntad pasiva. Estos dos elementos son los requisitos básicos para la posesión demoníaca. De aquí, que un espiritista o nigromante que está esperando que su "dios" entre en él, deja caer su cabeza y después la mueve durante cierto rato hasta que queda mareado y su mente permanece por completo fuera de la acción con el aturdimiento. Cuando la mente está en blanco, su voluntad, (naturalmente), se queda inmóvil. En éste punto su boca empieza a moverse inconscientemente, su cuerpo empieza gradualmente a temblar, y antes de poco, lo negativo desciende sobre él. Ésta es una manera de llegar a ser poseído. Aunque puede haber otros sistemas, el principio para todo espiritista es el mismo: el llegar a la pasividad de la voluntad por el procedimiento de dejar la mente en blanco; porqué todos están de acuerdo, en que cuando los entes o
demonios descienden sobre ellos, su cabeza yá no puede pensar y su voluntad no puede actuar. No son poseídos todavía hasta que se alcanza éste estado de una mente vacía con una voluntad inerte.
Lo que hoy se denomina como hipnotismo científico, y los yogas religiosos, se fundan, en realidad, sobre éstos dos principios. Usando el argumento de que ciertos métodos pueden ser beneficiosos a la humanidad, los de ésta clase (los que ejecutan estas técnicas) están en realidad empleando éstos medios para reducir su mente a una condición en blanco y su voluntad a la pasividad a fin de invitar a los entes sobrenaturales o demonios para que les proporcionen muchas experiencias maravillosas. Nuestro propósito, aquí, no es inquirir si éstas personas se dan cuenta de que están invitando a que entren en ellos los entes malignos; meramente, estamos observando que están cumpliendo con todos los requisitos para una posesión demoníaca. La consecuencia es grave; quizá más tarde van a despertar al hecho de que han dado la bienvenida realmente a los entes malignos.
Nuestra intención ahora no es dar un tratamiento pleno sobre el tema. Simplemente queremos que los creyentes en Allah adquieran una información sobre los principios básicos detrás de la práctica de las artes negras, y que son: una mente en blanco y una voluntad pasiva. Los entes malignos sienten gran alegría cuando se dan éstas dos condiciones, puesto que inmediatamente pueden comenzar a realizar su trabajo de tinieblas.
Es positivo que los musulmanes sepan sobre la distinción básica y la importancia crucial entre el trabajo de los entes malignos y los del Espíritu de Luz: el Espíritu de Luz obra cuando el hombre cumple con sus condiciones para operar, en tanto que los primeros obran cuando el hombre cumple las condiciones en que ellos operan. Si el hombre, por más que parezca que está buscando el Espíritu de Luz, se cubre con los requisitos para que operen los entes malignos, el Espíritu de Luz nunca va a operar. Los entes malignos pueden esperar, sin cansarse, a que les llegue la oportunidad para poder poseer y actuar.
Si alguno es incompetente en distinguir lo que es verdaderamente de Allah de lo que es una falsificación, sólo ha de hacerse ésta pregunta: ¿En qué clase de condición se encontraba cuando experimentó por primera vez éste fenómeno? Si había cumplido los requisitos previos para la actividad de la Luz, entonces tiene que ser de Allah; pero si se había cubierto con las condiciones necesarias para que operaran los entes malignos, entonces lo que tiene delante será el efecto del ente maligno. No rechazamos todos los fenómenos que son sobrenaturales; lo que deseamos simple y sinceramente es separar lo que es de Allah de lo que es del lapidado Satanás.
La distinción básica está en los requisitos para que opere el Espíritu de Luz o los entes malignos, y pueden resumirse como sigue:
A) Todas las revelaciones, visiones sobrenaturales y otros fenómenos extraños que requieren el cese total de la función de la mente, aturdimiento o efectos secundarios de alguna sustancia que se obtienen solo después que ha cesado de operar, no son de Allah.
B) Todas las visiones que provienen del Espíritu de Luz son conferidas cuando la mente del creyente está en plena actividad. Se necesita la cooperación activa de varias funciones de la mente para captar éstas visiones. Los esfuerzos de los malos espíritus siguen exactamente el curso opuesto.
C) Todo lo que fluye de Allah está de acuerdo con la naturaleza de Allah y con el Libro revelado.
Pongamos a un lado la forma externa -que puede identificarse de un modo claro como demoníaca o bien disfrazarse como si fuera divina (éstos son, en realidad, los términos que se dan)- y simplemente inquiramos en cuál es el principio que está implicado. Tenemos que reconocer, que toda revelación sobrenatural de los poderes de las tinieblas requieren del cese de la función de la mente; pero todo lo que viene de Allah permite que su capacidad y resto sea claro y consciente.
Considera día y noche éstas ideas, soñando en lo grande y maravilloso que Él Es. Quién no usa el raciocinio de su mente, falla en comprender lo dañinos que son esos entes o fuerzas negativas.
Algunos predican mensajes en nombre de Allah.. pero con frecuencia son guiados por pensamientos raudos de éstos entes negativos. Cuidado con eso, por que a veces, ciertas palabras tienen otro significado y proceden de otros lugares cargados de tinieblas. Si han cedido territorio en su mente a los espíritus malignos, éstos espíritus pueden provocar toda clase de pensamientos en él y sembrar las dudas sin base para acabar en separación. Por eso, la lengua tiene que ser lenta y la cabeza tiene que reflexionar sobre cada palabra antes de que salga por la boca
Imágenes.
El adversario negativo también puede proyectar imágenes en la pantalla de la mente de un creyente. Algunas de ellas son claras y rápidamente se detectan por su impureza y pecaminosidad. Otras muchas son detectadas por la conciencia.. sean buenas o negativas.. queridas o detestadas, el triste hecho, es que el hombre no tiene la fuerza para impedir que éstas imágenes entren en su cabeza. Contra la oposición de su voluntad, permanecen delante de sus ojos algunas experiencias pasadas, predicciones de sucesos futuros, y muchas otras cosas. Ésto es debido a que su poder de imaginación se ha hundido en la pasividad. No puede controlar sus poderes imaginativos, pero ha permitido que los entes malignos los manipulen. El hombre debería darse cuenta de todo lo que emerge de su propia mente y saber si procede de las fuerzas enemigas sobrenaturales.
Sueños.
Los sueños pueden ser naturales o sobrenaturales. Algunos son inspirados por Allah y otros son generados por el negativo. Aparte de los que son producidos por las condiciones fisiológicas y psicológicas del hombre, el resto son de origen sobrenatural. Si la mente de uno ha estado abierta a los malos entes, las pesadillas surgirán, así como un estado de obstinación o repetición negativa.
La obstinación.
Una vez que la facultad mental de una persona ha caído en la pasividad y es ocupada por los poderes de las tinieblas, de modo categórico rehúsa escuchar cualquier razón o evidencia una vez ha tomado su decisión. Ve todo intento del otro para hacerle comprender algo mejor como un atropello a su libertad. ¡Le parece que es una necedad, los otros nunca pueden saber algo mejor que él! Sus conceptos pueden ser totalmente equivocados, pero él cree que tiene razones inexplicables. Como su mente está enteramente inmóvil como un ladrillo, no sabe cómo examinar, distinguir y juzgar con la razón. De modo indiscriminado se traga todo lo que los entes malignos llevan a su mente, y considera que es excelente. Cuando un individuo así oye una voz sobrenatural, de modo automático la acepta como si fuera la voluntad de Allah; para él la voz yá ha pasado a ser ley; por tanto, trasciende la investigación de la razón. Sea cual sea el pensamiento, voz o enseñanza, considera que es infalible y positivamente segura. Rehúsa poner nada a prueba, examinar o considerar con tenacidad y se aferra a ello, pues no quiere prestar atención a nadie. Ni su raciocinio ni su conciencia, ni la explicación y evidencia de los demás pueden moverle de su punto de vista. Una vez ha creído que es una guía divina, su mente queda sellada contra todo cambio. Y como no emplea su raciocinio, puede ser engañado fácilmente por los espíritus malignos. Los que tienen un poco de conocimiento (ven el peligro) pero él lo devora como si fuera un caramelo. Restaurar a una persona así.. ciertamente no es fácil.
El síntoma en los ojos.
Una mente que es pasiva y atacada por los espíritus malignos puede ser identificada por medio de los ojos. Los ojos del hombre revelan su mente mejor que cualquier otra parte del organismo. Si la mente es pasiva, una persona que lee puede mirar el libro, pero ninguna idea va a entrar en su cerebro ni va a hacer una impresión en su memoria. Cuando habla con otros, sus ojos tienden a vagar de un lado a otro, arriba y abajo, en todas direcciones. Sin duda es una falta de modales, pero él no puede mirar directamente a la cara de otro. En otras ocasiones puede actuar en el extremo opuesto y mirar directamente a la cara del otro sin pestañear, como si estuviera petrificado por un poder desconocido. Éste modo de mirar puede ser muy serio, porque el maligno usa éste medio para inducir al creyente a una actitud de nigromántico. Con frecuencia, al mirar largo rato al rostro del interlocutor, el creyente empieza a dejar de escuchar lo que está diciendo, con la mente puesta en los muchos pensamientos que los poderes malignos (en ese momento) se están engendrando en su cabeza.
Hemos de observar si el movimiento de sus ojos sigue el estado de consciencia de su mente o actúa de un modo independiente del intento de su corazón. Cuando la mente es pasiva los ojos de la persona son como si soñaran. Puede contemplar muchas visiones no vistas y peculiares, y ser incapaz de concentrarse para mirar lo que ésta desea ver.
Para recapitular.
Los fenómenos de la mente que está bajo el ataque de los espíritus malignos son múltiples y variados. Sin embargo, hay un principio bajo todos ellos: la persona ha perdido el control de sí misma. Según la orden de Allah, cada una de las capacidades del hombre (entre las cuales está el proceso del pensamiento de la mente) ha de estar sometida por completo al dominio propio del hombre. Pero si un hombre, aunque sea sin darse cuenta, cede terreno a los espíritus malignos, éstos pueden ocupar su vida mental y actuar de modo directo en ella, sin ser obstaculizados por la voluntad de la víctima. En consecuencia, si alguna vez descubre alguna acción independiente en su mente deberá comprender que está bajo el asalto de los poderes de las tinieblas y tendrá.. la inactividad en lugar de la actividad, la inquietud en vez de la calma, el malestar debido a los pensamientos que fluyen y rebosan, la incapacidad de concentrarse o recordar, la confusión que no puede ser controlada, el trabajo sin fruto, la ociosidad
durante el día y los sueños con pesadillas por la noche, el insomnio, las dudas, el descuido, el temor irrazonable, la perturbación hasta el punto de la congoja, pueden ser, cada uno y todos ellos, la inspiración nefasta de los poderes del mal. Se hace necesario saber discriminar si lo son (o no lo son.
Assalamo Aleikum.