PUEDE QUE SI..
PUEDE QUE NO. (Primera parte)
Las suposiciones inciden en las emociones negativas y generan una falta de seguridad que pueden llegar hasta las distorsiones. Se debe de alentar a las personas para que entiendan sus creencias participativas y dejen de hablan de distintos niveles de pensamiento negativo que sólo llevan a situaciones concretas de desconfianza con el enfrascamiento erróneo en donde nunca descubrirán lo verdadero. Y por eso pongo énfasis en ésto: primero deshazte de todo tu pensamiento titilante para permanecer en la claridad transparente para que puedas ver las cosas tal como son, sin pensar en negativo, y conforme a la integridad de la predisposición, la ética, el extenso conocimiento, la constante perseverancia y las normas del diálogo y de la diversidad, en miras a lograr al- Ihsán (la perfección) y a proteger al-'Adl (la justicia) entre los seres humanos dotados de razón. La razón es el instrumento funcional desplegado para organizar la relación del hombre consigo mismo y con el mundo, (por ende), la razón se erige como la principal cualidad del ser humano y es el agente que ha demostrado ser cada vez más activo en la historia humana. Sin embargo, es conciso el determinar la naturaleza de la razón desde una perspectiva abstracta e identificar los modos complejos de su uso instrumental de acuerdo con el reconocimiento de la credibilidad de sus leyes que se deben a su coexistencia en la historia, y que se le atribuye el potencial de contribuir al logro de la existencia humana en la Tierra. Su naturaleza complementaria está en la raíz de la viabilidad para invertir las facultades racionales grabadas en el hombre para hacer el bien y servir al bienestar comunitario. Dentro de ésta última corriente intelectual se hace necesario el planteamiento distinguido sobre la visión de la naturaleza y la esencia de la razón. El enfoque original, sobre la funcionalidad de la razón en la vida humana, es un proceso que tiene la necesidad humana para utilizar la razón como una herramienta eficiente de juicio y que no es menos vital que su necesidad de responder al llamado del Espíritu. Es, desde esa necesidad de comprender el valor de la razón, en el que la visión del mundo se unifica como una base sólida para promover el proyecto de reforma civilizatoria y el advenimiento del aspirado despertar islámico.
Por tanto, la identificación de la naturaleza del término anterior es un paso necesario para determinar el significado del significado o del fenómeno y formular un pacto semántico cognitivo entre el hablante y el receptor. Éste pacto se puede lograr a través de la interacción, la elucidación y la comprensión de manera destacada sin usar la simpleza del eslogan cómo un mero término de un modismo particular o incluso una frase indirecta. La "razón" es un hecho quimensencial puesto a prueba en la tarea de precisar, describir y analizar la esencia y la funcionalidad. La mente evoca el "conocimiento de las cosas tal y como son".
Se afirma que la mente es "lo que usas para pensar". Es un instrumento de observación y sentimiento activo. En consecuencia, su significado
léxico del término "mente" se basa en su estatura y en la capacidad cognitiva considerada como el rasgo principal del ser humano. Éste rasgo es lo que lo distingue del resto de organismos básicos porqué fomenta el pensamiento, análisis, asociación de percepciones humanas y la formulación de conclusiones. ¿Pero podríamos considerar los juicios de la razón como definitivos y absolutos? ¿Es posible o incluso suficiente identificar a un hombre mediante una descripción simple y breve que indique que es una criatura racional? Dijo un sabio: “La mente es una facultad mental común entre los humanos”, al mismo tiempo, destacar el significado que el Corán concede a la reflexión y al uso instrumental.
En la funcionalidad del razonamiento. El término “razón” aparece en el Corán más de 50 veces. Los términos "jurisprudencia islámica" veinte veces y el "pensamiento" aparece dieciocho veces. Ésta característica del texto coránico prueba que existe una invitación divina a los hombres para emplear la razón en la comprensión del universo, en el aprovechamiento de sus recursos, en el reconocimiento de sus elementos, en la gestión de los asuntos públicos y en la organización de la sociedad humana en ésta tierra esférica. El concepto de "razón" en el Corán emerge como el equivalente de acción. Es el "sentido central del hombre llamado corazón humano". "La mente es la recepción de las verdades comunicadas en la revelación divina por medio del corazón". Así, debe saberse combinar la razón con el corazón considerando la vida emocional interior como el origen del conocimiento. Se distingue (por tanto) entre "lo terrenal, lo material y lo vital".
La razón mal orientada es incapaz de captar los hechos de la vida humana o de comprender los fenómenos tangibles. La razón creyente personifica la faceta espiritual del hombre y abarca las dimensiones como el destino humano después de la muerte y en el más allá.
La razón creyente tiene su magnitud porqué es liberadora y multidimensional. Tiene en cuenta las necesidades del alma y la llamada del pensamiento. Éste género de la razón extrae su sustancia de una "religión basada en la destrucción progresiva de todos los ídolos morales y sensoriales, y en la transferencia de las lealtades de la mente humana para alejarse de la devoción a los ídolos mundanos y afianzar la lealtad a Allah Todopoderoso".
Pero la mente creyente no debe de retirarse totalmente a la esfera de la metafísica o apartarse de la realidad de la comunidad. En cambio, tiene que reflexionar sobre el universo. Y al renovarse tendrá un potencial regenerado para reflejar y comprender el universo. Sólo de ésta manera la mente creyente puede absorber las energías del mundo y emplearlas al servicio del público, asegurando así la sucesión de Allah en la tierra. Pero siempre que no se asuman tales funciones clave, la posición original de la mente creyente quedará dislocada, lo que puede resultar en la disipación de los dones racionales innovadores. Respecto a éste aspecto, el sabio dice lo siguiente: "sucede que la mente creyente es consciente de los defectos a los que puede estar expuesta en caso de que se muestre ciega a la luz de la revelación divina y a los conocimientos comunes", en caso de que sea incapaz de aprender del universo, ésta razón enfrentará un destino sombrío si arroja sus propios instrumentos al borde del olvido. Si éste es su destino, entonces será ignorada por nuevos desarrollos sin ningún papel activo como los rezagados o los órganos mutilados. Ésta violación del verdadero potencial de la razón creyente conlleva la incomprensión del mensaje de la revelación divina que predijo que Allah ta'ala creó para la humanidad el universo y ordenó a sus criaturas trabajar, fijarse en la tierra, protegerse de los riesgos y luchar por sobrevivir. Ninguna de éstas exigencias es alcanzable si no utilizamos voluntariamente el extraordinario instrumento llamado mente a través de nuestra educación y buena diligencia."
El trabajo de la razón creyente no sólo se sustenta en la invocación de Allah, pero también sale fortalecido por la elección de la acción como credo en el universo de Allah. Se fortalece aún más mediante el uso de habilidades mentales e intelectuales desde la energía por la comprensión del mundo, en la gestión de sus asuntos y en el control de sus recursos. Pero el apego, (a lo trascendental Invisible sin querer aprovechar la agencia humana y su potencial para actuar sobre la realidad), es completamente repudiada. Se renuncia (así igualmente) a la búsqueda de la religión y las características de la mente: revisando las promesas falsas prometidas por la sibilina cosmovisión que surge de la vida orientada que lleva a la razón mundana con el ostracismo que se le quiere imponer a la razón creyente.
Es digno de mención, que los defensores de la razón mundana tienden a tener una predisposición para despreciar a "Allah, Sus decretos divinos y los del más allá, aunque sean factores por excelencia que llevan al hombre a disfrutar de la felicidad aquí y allá, en la vida eterna."
Assalamo Aleikum.