Assalamo aleikum.

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lunes, 22 de diciembre de 2025

¿ESTAMOS MÁS CERCA DEL CRISOL DE CULTURAS DIVERSAS QUE ENRIQUECEN AL HOMBRE.. O ÉSTO SUPONE UNA TORTURA DESAFIANTE QUE PONE EN PELIGRO LA PACIFICACIÓN EN LA CONVIVENCIA HUMANA?

¡ESTAMOS MÁS CERCA DEL CRISOL DE CULTURAS DIVERSAS QUE ENRIQUECEN AL HOMBRE! O ¿ÉSTO SUPONE UNA TORTURA DESAFIANTE QUE PONE EN PELIGRO LA PACIFICACIÓN EN LA CONVIVENCIA HUMANA?
[Redacción independiente©]
Zaragoza, 20-12-2025.
<Después de asistir al evento del I° Congreso que ustedes han organizado.. ésta redacción independiente tiene a buen agrado hacerle unas preguntas a nuestro médico espiritual y teólogo Islámico el Dr. Shaykh Ahmad Salah As Sufi, al que agradecemos su interacción y gran empatía, respeto, tolerancia y hermandad.> Hermano Shaykh: Assalamo Aleikum. 
Primera pregunta: ¿Podemos hablar de la existencia de un conocimiento científico sobre el Islam en Occidente, o más bien de la existencia de una supuesta imaginación occidental sobre el Islam?
-Waaleikum salam hermano: Bien.. Todos tenemos la libertad y el derecho de cuestionar la validez sin demagogia sobre la objetividad del conocimiento disponible en Occidente sobre el islam. Se han producido numerosos y continuos debates sobre éste tema, a menudo con un carácter serio, emotivo y apasionado, especialmente desde los años 70 en adelante. Vamos a pensar en que todas esas disputas ideológicas no han terminado con los conflictos que se produjeron y que aún se producen, y no solo en relación con el Islam, sinó también con el mundo árabe en general y la cultura árabe, en el contexto del sionismo de Israel. Ese debate es polémico y en aquel momento histórico fue extremadamente violento debido a su conexión con un antiguo conflicto religioso y político que se remonta a la Edad Media. Pero más allá de ese episodio histórico, que continuó después y persiste hasta nuestros días, hay otras implicaciones con las reacciones que provocó, y que siguen provocando, que han reavivado y amplificado la percepción negativa que Occidente tiene sobre el Islam.

El concepto de lo imaginario -planteado en tú pregunta- es verdaderamente nuevo. El público en general aún no lo comprende plenamente, pues ni siquiera los especialistas han definido sus límites ni han determinado con precisión sus funciones. Tampoco han sido acertados definiendo los niveles de sus manifestaciones, o las manifestaciones de esa facultad que llamamos imaginación. Para dar una breve idea, diré: que la imaginación de un individuo, un grupo social o una nación es la suma de las percepciones que son transmitidas a través de la cultura. Ésta cultura se difundió popularmente en el pasado a través de la epopeya, la poesía y el discurso religioso, y hoy se difunde principalmente a través de los medios de comunicación como algo novedoso que rellena lamentablemente titulares escandalosos y hasta ofensivos, partiendo de la ignorancia que tiene la sociedad sobre algo que a ellos mismos no les preocupa en absoluto y que tampoco quieren conocer.  
En éste sentido, cabe decir, por supuesto, que cada individuo y cada sociedad tiene su propio mundo imaginario vinculado también a una lengua compartida. Así, existen mundos imaginarios sobre el Islam, tanto francés como inglés, alemán, etc. De igual modo, que existen mundos imaginarios sobre Occidente, tanto argelino como egipcio, iraní, indio, etc. El mundo imaginario es el conjunto de las percepciones compartidas que un pueblo o grupo social tiene sobre otro.
Obviamente no somos partidarios de la metodología política de ningún bando, somos neutrales en ese aspecto, pero reconocemos, que a veces nos sumergen en éstas cosas sin hacer ningún esfuerzo. Somos parte de la sociedad, aunque la sociedad no lo tenga en cuenta.. por eso, solamente damos nuestra humilde opinión pero no comulgamos con esas ruedas de molino, (como se suele decir). 

La imaginación occidental, que se forma hacia el Islam, ha sido alimentada desde los años 50 por todo el poder y dominio de los medios de comunicación, que no pasan un día sin hablar del tema, debido a la sucesión de acontecimientos violentos de movimientos de protesta y rebelión prevalecientes en las muchas y diversas sociedades islámicas.

Ésta ignorancia del Islam no se limita a la actualidad. Me refiero a que los problemas de las sociedades musulmanas se han vuelto más complejos y numerosos desde el surgimiento de los estados-nación independientes en las décadas anteriores. Sin embargo, incluso en éste período relativamente corto, se ha producido una peligrosa distorsión que ha moldeado la percepción occidental del Islam. Todos los problemas de carácter político, social, económico o cultural se han atribuido al Islam, y se han exagerado enormemente y se ha convertido en la fuente y el motor de toda la historia contemporánea en un vasto mundo que se extiende desde Indonesia hasta Marruecos, y desde Noruega hasta Sudáfrica, si tenemos en cuenta a las minorías musulmanas en Europa. Es cierto que el discurso islámico común -me refiero al discurso de los movimientos islámicos que lideran las luchas políticas más importantes y decisivas- proyectan una imagen formidable de un Islam universal compartido, eterno y atemporal, que representa el modelo más elevado e ideal de acción histórica destinada a liberar al mundo del modelo imperialista y materialista sobre todo. Así percibimos la naturaleza y la función del proceso que persiguen los medios de comunicación occidentales: que transmiten (sin intervención crítica, a diferencia de las ciencias sociales) el imaginario islámico contemporáneo y lo integran en el discurso del imaginario social de los países occidentales.. todo revuelto. Observamos que la función crítica, o la práctica del pensamiento crítico, está ausente tanto en Occidente como en el Islam. En consecuencia, el ámbito de las percepciones se abre y se libera para el choque de éstos dos imaginarios, ambos incitados y agitados sólo por los prejuicios y las ideas erróneas acumuladas cómo montañas que cada uno tiene sobre el otro.

Ésta práctica cotidiana de incitar y amplificar ambos imaginarios se complica aún más por un conflicto mucho más antiguo y peligroso, que afecta a las fuentes más sagradas de las tres religiones monoteístas. De hecho, lo más importante en el conflicto cíclico en el espacio mediterráneo, desde el auge del Islam entre el 610 y el 632 d. C., es la rivalidad continua e insuperada entre las tres principales religiones: judaísmo, cristianismo e islam. El objetivo de éste conflicto es para controlar el capital simbólico asociado a lo que las tres tradiciones religiosas llaman "revelación", y luego gestionar, administrar o monopolizar dicho capital simbólico. Se trata de un asunto enorme, trascendental y de suma importancia, pero que se encuentra simultáneamente sepultado bajo los discursos secularizados de las ideologías nacionalistas de la Europa del siglo XIX, y bajo las ideologías del progreso científico y el humanismo universal de esa misma Europa. También está sepultado desde el principio de intervención de la catástrofe nazi y las atrocidades cometidas durante las guerras de liberación nacional contra el colonialismo, bajo los escombros de discursos no menos engañosos o exagerados que los anteriores -me refiero a la retórica anticolonial post-liberación nacional, caricaturizada a su manera, que utiliza el colonialismo como un pretexto y excusa constante para justificar sus acciones y deficiencias; luego los discursos de desarrollo y subdesarrollo que prevalecieron en la década de los años 60; y luego los discursos que promovieron la educación gratuita de los niños de la nación en la tercera fase del llamado movimiento de "independencia".

¿Cuáles son sus acciones y sus defectos?. Bien. Después de los discursos sobre el desarrollo y del pobre desarrollo que prevalecieron en los años sesenta, y más tarde con los discursos de apoyo a la construcción de unidades nacionales en los países del Tercer Mundo, terminaron de conseguir su independencia política al estilo del modelo centralista y jacobino francés. Ese fue un defecto de forma con acciones infructuosas que oscureció el panorama vivificante en aquel momento, cerrando muchas más posibilidades de planteamientos satisfactorios para todos. 

Sin duda, la cuestión de la "revelación" no se ha estudiado en ningún lugar ni universidad del mundo a través de sus tres manifestaciones lingüísticas: hebreo, arameo y árabe. Tampoco se ha estudiado a través de las circunstancias históricas y antropológicas de éstas tres emergencias o manifestaciones. Claramente, ésto constituye una deficiencia en las ciencias comparadas de las religiones, las ciencias sociales y las ciencias humanas, que ceden ésta cuestión a los teólogos de cada secta, dejándoles la tarea de gestionar la propiedad de la salvación: es decir, perpetuar el discurso teológico mediante su función de otorgar legitimidad y legalidad a la voluntad del poder que cada secta posee necesariamente. Ésto lleva a convertir éste discurso teológico en una especie de sistema cultural de exclusión y marginación permanentes. Me refiero a la exclusión de todos aquellos que se han atrevido a profanar el propio capital simbólico o a afiliarse a él. La intención es excluir a toda secta de lo que es ajeno a ella y considerarla fuera de la fe verdadera y correcta”.

Quizás ésta afirmación pueda parecer algo exagerada al afirmar que la "revelación" no se ha estudiado en ningún lugar del mundo en sus tres manifestaciones históricas, a pesar de la vasta y abundante literatura sobre éste mismo tema que llena nuestras bibliotecas. Sin embargo, la intención tras ésta categórica observación es para llamar la atención sobre la siguiente verdad evidente: el cristianismo, por ejemplo, tanto en su rama católica como en la protestante, habiendo moldeado la visión judeocristiana de la historia de la salvación, ha integrado tan plenamente el Antiguo Testamento con el Nuevo que los judíos ahora protestan contra la disolución de sus tradiciones talmúdicas y proféticas y su asimilación al cristianismo, como si el judaísmo hubiera sido "nacionalizado" por el cristianismo. Los musulmanes, por otro lado, están excluidos de ésta construcción teológica. No se habla de valores judeocristianos-islámicos, por ejemplo, sinó siempre de valores judeocristianos. Ésto se debe a que el Islam surgió más tarde, y Jesús (PyB) es considerado la expresión completa y definitiva de la Palabra del Altísimo para ellos, después de él, yá no hay nada. Ésta disputa teológica existe desde hace mucho tiempo. Y después de eso, nada de ha investigado, porque no les interesa mucho el último mensaje.. y prefieren seguir con el mensaje anterior. Ésta disputa teológica lleva mucho tiempo en danza. Sabemos que los judíos y los cristianos de la ciudad se negaron a reconocer a Muhammad (s.a.w.s.) como el profeta perteneciente a la misma línea espiritual e histórica de salvación y liberación, al igual que Moisés o Jesús. A éste axioma histórico se suma otro hecho: la abdicación de la responsabilidad por parte de las ciencias humanas y sociales, qué -¿pero por qué?- eluden abordar todos los conflictos antiguos heredados de los marcos teológicos y filosóficos de las tres religiones. Es decir, se encogen de hombros al asumir la responsabilidad de éstos conflictos como problemas propios de la historia y la antropología religiosa. Y puedo afirmar qué, hasta la fecha, éstas cuestiones nunca se han estudiado desde ésta perspectiva crítica -me refiero a una crítica de las mentes teológicas- en los departamentos de historia religiosa afiliados a las universidades de tamaño y prestigio en el mundo. 
Otro factor que contribuyó a la exacerbación de éste antiguo conflicto entre el Islam y Occidente es que el Islam, como fuerza impulsora histórica de las sociedades que lo abrazaron, dominó el espacio mediterráneo entre los siglos VII y XII d.C., y luego resurgió políticamente entre los siglos XVI y XVIII bajo el liderazgo de los turcos otomanos.
Aquí también encontramos que el destino histórico de éste espacio mediterráneo no ha sido estudiado adecuadamente por la investigación histórica, es decir, independientemente de las divisiones ideológicas entre las orillas norte y sur, o entre el Mediterráneo oriental y occidental. El espacio mediterráneo al que me refiero es más cultural que geográfico o estratégico. Es el espacio históricamente cultivado y moldeado por las grandes culturas del antiguo Oriente Medio: aquellas que abarcan las religiones y las culturas mesopotámica, caldea, siríaca, aramea, hebrea y árabe, antes de la intervención de Grecia, Roma, Bizancio y el Islam. Cabe destacar aquí, brevemente, la fuerza del vocabulario que refleja el multiculturalismo de Oriente Medio. Cuando hablamos de arameo y siríaco, sabemos que el espacio y el tiempo constituyen, para todos los humanos, las coordenadas y los marcos que condicionan y controlan toda percepción de un objeto de conocimiento, donde entonces podemos medir la gran influencia de los sistemas teológicos en los patrones de comprensión y racionalidad prevalecientes en las sociedades del libro, en éste caso (la Biblia), pero recordemos, que el último Libro revelado es el Corán, y el Corán no puede ser manipulado de ninguna manera, por lo tanto, no se presta a los arrestos y los cambios de los demás, sinó que sigue unos parámetros lingüísticos propios.

El libro revelado y sagrado dio origen a todos los libros que pertenecen al mismo linaje, y a través del cual se formó el conocimiento que constituye cada "patrimonio cultural particular". Aún no hemos escapado a éstos marcos de comprensión. Lo que te he mencionado antes -sobre los libros de texto de historia en las universidades europeas- que nos muestran cómo las condiciones de comprensión y racionalidad propias de un espacio-tiempo secularizado, como el espacio-tiempo europeo moderno, simplemente han reemplazado las divisiones rígidas y dirigidas previamente establecidas por las religiones, aunque bajo formas ideológicas. Con ésto quiero decir qué, no se abolieron las divisiones excluyentes ni los muros que separaban las diferentes herencias y pueblos, sinó que se los reemplazó bajo otras formas seculares trazadas por un tal Constantino en el conciliar del 325 d. C. en Nicea, ésto en cuanto a los cristianos. 

En el marco del espacio-tiempo teológico, observamos que los geógrafos musulmanes de la época clásica presentaron y enseñaron percepciones y comprensiones mundanas sobre los pueblos y culturas no islámicos. 

La importancia de ésta rica literatura geográfica reside en su demostración del papel que desempeñan lo maravilloso, lo asombroso, lo cautivador y, en consecuencia, lo imaginado, en la percepción y concepción del otro -en éste caso, para el no musulmán-. Cuando el investigador contemporáneo describe cómo se forma la imagen del otro como un proceso psicocultural vinculado a una historia específica y a un marco particular de comprensión y racionalidad, nos ofrece una nueva curiosidad epistemológica y un método innovador para practicar la historia (o escribirla). La gran contribución de un sector significativo de la producción cultural árabe -el sector de la literatura geográfica- se beneficia de las metodologías y los problemas más recientes de la historia contemporánea. Aquí, la historia se concibe y se entiende como una antropología del pasado o una arqueología de la conciencia colectiva. Ahora bien, ¿qué se puede decir sobre la visión de Occidente o la percepción de “Occidente” por parte del “Islam” contemporáneo? Bueno, la combinación del islam -como religión- con el islam como marco histórico para el desarrollo de una cultura y civilización específicas se ha vuelto cada vez más compleja y multifacética. Sin embargo, para comprender la situación en las sociedades denominadas "islámicas", primero debemos de volver a éstas sociedades, examinándolas y estudiándolas en sí mismas antes de analizar el papel del Islam. Ésto es precisamente lo que hacen los académicos con respecto a Francia, Alemania, Bélgica, Estados Unidos, Polonia, etc.
Es cierto que es legítimo que la investigación científica explore los factores comunes que generan el mismo discurso islámico en las sociedades muy diferenciadas. Sin embargo, nosotros, debemos reflexionar sobre la historia y la cultura específicas de cada una de éstas sociedades si queremos que el análisis sea preciso y exhaustivo. En cuanto a la región mediterránea, es importante identificar los obstáculos ideológicos que dificultan su estudio u ocultan su importancia para la revisión crítica moderna sobre la historia de las religiones, la filosofía y las culturas.

<Fernand Braudel ha ofrecido a través de su tesis principal, "El Mediterráneo y el mundo mediterráneo durante el reinado de Felipe II", numerosos impactos en la modificación de los currículos de historia en las escuelas secundarias y universidades europeas. Pero de hecho, no se ha logrado llegar a la igualdad.>

¡Claro! porque existe una brecha significativa entre ambas orillas en cuanto a la disponibilidad de especialistas y la calidad de la atención prestada al Mediterráneo. Las orillas sur y este del Mediterráneo siguen estando científicamente descuidadas en comparación con otros campos y disciplinas. Siguen siendo, en gran medida, el dominio de los arabistas o turquistas (eruditos turcos), es decir, dentro del ámbito de ese nebuloso campo "científico" llamado orientalismo. Por ejemplo, lo que se enseña sobre el Mediterráneo "árabe" o "islámico" en las universidades europeas está en gran medida condicionado por la perspectiva europea sobre el mundo mediterráneo. Pero incluso, ésta perspectiva europea ha quedado relegada a un segundo plano por la Séptima estadounidense, que domina estratégicamente todo el espacio mediterráneo hasta Irán. Ésto ocurre mientras Europa dedica todos sus recursos y energías a la flotación de la Comunidad Económica Europea. Sabemos que la Alemania Occidental, con una profunda influencia en la cultura mediterránea, ocupa un lugar destacado en la configuración de la unidad europea. ¿Significa ésto que Europa dará la espalda al mundo mediterráneo? ¿O la entrada de Grecia, España y Portugal en el Mercado Común Europeo logró mantener una atención constante y efectiva en la dimensión mediterránea de Europa y, pasará posteriormente a integrar en ella al mundo árabe e islámico, dentro del impulso vital e histórico del desarrollo europeo? Es un reto político y cultural crucial el que está en juego para los próximos años, es decir, hasta el año 2040. Es evidente qué, si se alcanza una paz definitiva entre Israel y los palestinos, se abrirán horizontes y esperanzas sin precedentes para todos los pueblos vinculados a la cuenca mediterránea.
El objetivo aquí no es simplemente arrojar luz sobre las perspectivas históricas precisas de los desafíos políticos, económicos y estratégicos que han alimentado y provocado constantemente guerras en la cuenca mediterránea. Más bien, el objetivo es algo más amplio y profundo. Creo que la tarea de los historiadores de las religiones, las culturas y la filosofía (hoy en día) reside en demostrar cómo los diversos y vibrantes grupos etnoculturales mediterráneos han recurrido a un mismo repositorio común para construir sistemas de creencias y no creencias, dotando así a la existencia humana de un sentido pleno.

Finalmente.. éstos sistemas de creencias han servido como instrumentos para legitimar la voluntad del poder, los imperios de dominación y las guerras sangrientas. Si abordamos los asuntos desde ésta manera radical y desde ésta perspectiva amplia, todos los creyentes, yá sean seguidores de religiones monoteístas o de religiones seculares contemporáneas, se verán igualmente obligados a abordar en algún momento el problema del significado.. pero yá no lo abordarán desde una perspectiva rígida e inmutable de trascendencia, ni desde una ontología fija y desvinculada de toda historicidad, sinó a la luz de las fuerzas históricas que transforman los valores más sagrados y "divinos" y no sólo como un mero capital simbólico. Éste capital simbólico es inseparable de las narrativas fundacionales (es decir, las narrativas necesariamente míticas en las que cada grupo etnocultural encuentra lo que se denomina su identidad o carácter).

Debemos reexaminar y estudiar el fenómeno de la "revelación" dentro de éste nuevo campo de comprensión y racionalidad, fuera del marco de todas las definiciones dogmáticas que siguen manteniendo el poder movilizador, con su esencia ideológica, de las llamadas religiones reveladas. Si lo hacemos, (un análisis multidisciplinario), centrado en un fenómeno específico con múltiples facetas y funciones, puede conducir a la extracción del imaginario fundamental y compartido, común a todas las sociedades del Libro (o de los Libros; aunque esté concepto es desconocido para muchos historiadores y antropólogos). Aún estamos lejos de alcanzar esa etapa.  

<Todos somos conscientes de la pobreza intelectual y cultural de las cortas clases dedicadas al Islam en las escuelas secundarias europeas. Y en cuanto a los departamentos de historia en las universidades europeas, los que aceptan a un historiador del Islam siguen siendo muy escasos. Sin apertura, no puede ser factible la evolución.>

Absolutamente. Por ejemplo, pensemos en lo que le ocurrió al gran historiador Claude Cahen cuando se jubiló en 1979. No pudieron encontrar un sustituto para su cátedra de Historia Oriental Islámica en la Universidad París I (Panteón-Sorbona). En consecuencia, la cátedra simplemente fue eliminada de la universidad. La enseñanza de la historia islámica quedó relegada a los márgenes del departamento de Lenguas Orientales, si es que hoy existe tal departamento. Ésto se aplica a la mayoría de las universidades occidentales. Ésto, en sí mismo, es una prueba clara y suficiente del alcance de éste descuido o falta de interés. También tenemos el desprecio que los países del norte y del oeste muestran hacia los países de las orillas sur y este del Mediterráneo.
La visión ideológica de la historia mediterránea encuentra su expresión administrativa e institucional incluso en las propias universidades. Así, vemos cómo el campo permanece abierto a aficionados y pseudos-periodistas que se dedican a moldear una imagen distorsionada del Islam y de los musulmanes, basándose únicamente en la actualidad y manteniendo una mentalidad totalmente cerrada.

La imagen de la relación entre el "Islam" y "Occidente" debe revisarse ahora y ofrecerse una descripción más equitativa y justa. Reitero, que aplicar el término "Islam" indiscriminadamente a sociedades muy diferentes es extremadamente peligroso. Lo mismo se aplica al término "Occidente", que no es menos peligroso. Debemos distinguir aquí entre el Occidente cristiano y el Occidente secular o mundano. Ambos están experimentando cambios debido al clima tecnológico e informativo que impregna a todo el planeta. Para presentar una imagen más equitativa y justa de ésta relación entre el Islam y Occidente, se debe de abordar la situación desde la propia perspectiva islámica. Para ello es necesario distinguir entre los marcos de percepción y concepción específicos del Islam clásico y aquellos específicos del Islam contemporáneo. Así observamos qué, en lo que respecta al Islam clásico, al igual que en el cristianismo anterior al Vaticano II, el mundo habitado estaba dividido, teológica y legalmente, en Dar al-Islam (la morada del islam), abarcaba la región donde se aplicaba la ley divina, revelada en el Corán y luego explicada e implementada por el Profeta PyB y los califas bien guiados en Medina entre el 622 y 661.
En cuanto a los politeístas de la época del Profeta PyB en La Meca y Medina.. éstos estaban amenazando constantemente con reemplazar la ley divina verdadera e ideal por leyes "paganas". De aquí surge el estatus de "protegido" o dhimmi, según la terminología islámica clásica. Éste término se aplica a judíos y cristianos que se reconozcan como el Pueblo del Libro. Sin embargo, teológicamente, quedan fuera de ese círculo de la secta salvada (es decir, musulmanes, por supuesto). Los Judíos y cristianos actuales cometen el error de usar éste estatus de dhimmi) como tema de polémica y denuncia contra los musulmanes contemporáneos. Ésta cuestión pertenece al clima medieval, y por tanto debemos abordarla desde una perspectiva histórica, evitando cualquier falacia histórica que se proyecte sobre la común exclusión teológica de las religiones reveladas, la filosofía de los derechos humanos y de la libertad religiosa, que no fue captada históricamente a nivel teórico, excepto desde el advenimiento de la Revolución Francesa, y que permanece prácticamente incompleta o no aplicada ni garantizada en ningún caso.

De manera similar, la visión teológica divide el tiempo en un antes y después del momento inaugural de la nueva historia de la salvación (refiriéndose a la salvación escatológica o liberación en el más allá y la dicha eterna). Por eso, nos encontramos qué, tanto los judíos, cristianos y musulmanes tienen su propio calendario. El año judío, el calendario gregoriano, el calendario islámico: todos plantean la cuestión del estatus teológico de quienes vivieron antes del advenimiento de la revelación final. Por ejemplo, ¿cuál es el estatus de todos los que vivieron y murieron antes de la llegada del Islam a la Península Arábiga? ¿Dónde están todos? ¿Eran ellos de entre los infieles?.. etc.

Cuando comprendemos que el espacio y el tiempo constituyen, para todos los humanos, las coordenadas y los marcos que condicionan todo, la primera ruptura con los marcos clásicos de percepción y comprensión se aprecia mejor en la obra del egipcio Rifa'a al-Tahtawi, quien llegó a Francia en el siglo XIX. Dejó un libro conmovedor sobre sus recuerdos y descubrimientos en una Francia que acababa de emerger de los conflictos revolucionarios y las guerras napoleónicas. Su visión de Francia era positiva, admirativa y aprensiva. Y digo aprensiva, porqué el contraste que observó entre una sociedad libre, dinámica y abierta al cambio y la renovación (como Francia) y una sociedad islámica repetitiva, conformista y conservadora (como en Egipto) despertó sus inquietudes y galvanizó su deseo de progreso, reforma y autoexamen crítico. A pesar del inicio de violentas y repentinas conquistas coloniales, especialmente en Argelia en aquella época, la civilización occidental asombró al visitante oriental que la visitaba por primera vez, llenándolo de admiración y envidia. Despertó en él un deseo irresistible de impulsar el cambio y el dinamismo en la sociedad islámica. En aquella época, numerosas figuras políticas, literarias, artísticas y académicas comenzaron a explorar las lecciones, implicaciones y significados de la filosofía de la Ilustración. Creían que las sociedades islámicas podían seguir el mismo camino histórico que llevó a Occidente a formar una civilización percibida como «superior», eficaz y liberadora.
Sin embargo, a partir de las décadas de los 30, surgió una corriente nacionalista secular, seguida posteriormente por una corriente reformista islámica cuyos orígenes se remontan al siglo XIX con Jamal al-Din al-Afghani y Muhammad Abduh. Ésta corriente continuó y se expandió en Egipto y también con la Asociación de Eruditos Musulmanes en Argelia, a partir de esa década. Ésta corriente se opuso a la corriente liberal, que tendía a emular el modelo cultural occidental. El conflicto entre éstas dos posturas dio un giro decisivo con el final de la Segunda Guerra Mundial y la creación del Estado de Israel, seguido del auge del Movimiento de Oficiales Libres y el nasserismo en Egipto en julio de 1952. En noviembre de 1954, comenzó la Guerra de Argelia, que moldeó la visión nacionalista contra el colonialismo, el imperialismo y el sionismo, reemplazando la postura liberal de pequeños grupos "occidentalizados". Éstos grupos mantenían una visión ingenua y apolítica del intercambio cultural entre las sociedades islámicas y occidentales.
Para entender bien la situación, debemos reescribir la historia del ascenso del nasserismo frente a las consignas del conflicto. Lo que facilitó la labor de los círculos occidentales hostiles a los árabes y musulmanes fueron los actos terroristas perpetrados por organizaciones y grupos políticos extremistas en los mundos árabe y musulmán usando inapropiadamente el nombre del islam. Éstos atroces actos y actividades terroristas fueron un regalo gratuito para que los círculos occidentales antes mencionados, ayudándolos a convencer a la opinión pública occidental de que el Islam representa una amenaza, cuando la verdadera amenaza eran unos individuos ávidos de sangre por el poder político. <Al Islam no se le puede responsabilizar de lo que hagan unos energúmenos con cabeza de ladrillo.> Posteriormente, se facilitó la orientación de los medios de comunicación, la política y la inteligencia occidentales hacia la lucha contra éste nuevo enemigo. Ésto es lo que está sucediendo actualmente en todo el mundo árabe y musulmán, y en el propio Occidente. Ésta es una situación extremadamente peligrosa para los árabes y musulmanes, cuya imagen en el mundo está gravemente distorsionada, y el mundo se muestra reacio a comprender sus problemas ni a solidarizarse con ellos, incluso cuando son objeto de agresiones atroces. La opinión pública mundial permaneció notablemente indiferente cuando Israel lanzó una guerra contra todos los que ellos piensan que son enemigos.

¿Existe una conspiración?
Hay quienes afirman que existe una conspiración occidental destinada a distorsionar la civilización árabe y socavar sus cimientos, les digo: la verdadera conspiración, si es que existe, no reside en el orientalismo, sinó en el silencio y el apagón cultural sobre los mundos árabe e islámico, y en querer apartarlos del centro de atención cultural y exponerlos al olvido cultural. En cuanto al frente que penetró en esa posible conspiración y la hizo fracasar parcialmente, todo está bien representado por los orientalistas, quienes devolvieron la atención a la cultura árabe islámica y atrajeron la atención de sus pueblos hacia los logros culturales de los árabes y musulmanes.
En el año 1995, Annemarie Schimmel perdió su puesto. El ejemplo más reciente que ilustra éste hecho es la batalla mediática y cultural que acompañó la concesión del Premio de la Paz a la gran orientalista alemana Annemarie Schimmel. Círculos antiárabes y antimusulmanes desplegaron una ferocidad, malicia y diversidad inimaginables para impedir que éste premio se le otorgara a la mencionada orientalista, cuya vida se dedicó a estudiar la cultura islámica y a mostrar su riqueza y diversidad, centrándose en sus aspectos y dimensiones desatendidos. Éstos mismos círculos hostiles no pudieron socavar académicamente a Annemarie Schimmel, yá que desconocían profundamente el campo en el que ella trabajaba y, por lo tanto, fueron incapaces de confrontarla en ese ámbito. En consecuencia, recurrieron a arrastrarla a un ámbito secundario -el político- con la esperanza de poder. Cómo hemos dicho antes, y en otras  numerosas intervenciones, las etiquetas negativas las ponen las personas que no pueden admitir la realidad de la verdad y que no tienen una deontología de humildad prevaleciente. Pero no busques éstos conceptos en el diccionario Vox, que no los encontrarás. Guiño, guiño. 

Assalamo Aleikum.