MÁXIMAS III
La obediencia de los amantes es una manifestación de Allah para cada uno de Sus siervos de diversas maneras.
Algunos se convirtieron en adoradores, otros en amantes, algunos se volvieron sabios, otros ascetas, algunos justos, algunos pecadores, algunos viajeros, algunos coperos.
Algunos yacen inconscientes y duermen cómo animales, otros se han levantado con Allah.
Algunas personas piensan que el sustento del mañana está en la comida. Otras personas piensan que el dhikr es la comida y se convierten en guías de los santos.
Algunas personas sirven a Allah día y noche, mientras que otras se someten a Satanás y a sus almas malvadas.
Algunas personas son serias y diligentes en sus estudios, mientras que otras están ansiosas por reunirse sólo con el mundo.
Algunos atormentan a la gente con sus lenguas como si fueran escorpiones, y algunos tienen la costumbre de hablar palabras dulces como agradecimiento.
Algunos son como una rosa fragante sin espinas, otros son solamente las espinas para los demás.
Ciertamente, el amante que esfuerza su vida en éste camino, ha existido en los dos mundos.
Quien ama su color se pinta con «el más afortunado». Incluso entonces se volvió abultado, de modo que disolverse se convirtió en su principal ganancia.
Es una maravilla, dicen los que ponen esperanzas en el dinero.. pero no tienen ni un ápice de misericordia ascética. Pues nunca se convirtieron en compañeros insaciables de los amantes.
El sabio, que siguió ésta costumbre, se convirtió en una desgracia para el mundo y arrojó la botella de vino al suelo.
Hay personas que entregan su corazón a los charlatanes del mundo. No entregues tú corazón al desconocido del momento.
El verdadero amante pasa por ambos mundos, oh viajero, ¿qué puedes hacer con ese otro mundo? ¿qué puedes transmitir al Amado?
Ven y tómate la molestia de reunir tus espiritualidades y escucha mis palabras. No sigas las miserias de la gente de éste tiempo.
Aunque tuvieras mil años, tendrás que morir eventualmente. Haz un esfuerzo para evitar las redes de la oscuridad del mundo mortal.
El corazón del amante ha pasado por otros mundos, recuerda, que desde ahora ha entrado en el mar del efluente de ese centro vivificador.
¡Yá Allah! Tu Nombre, es mi tesoro escondido, se ha vuelto invisible a los ojos ajenos. Y una vez que he contemplado, me he enamorado del todo. Menos mal que no soy el único que admira la Belleza.
Si apartas los granos sin darte cuenta o por asombro, no los fuerces a volver, pues muchas personas sólo están deseando las bendiciones de los genios.
Assalamo Aleikum.