DEL ÁRBOL DEL UNIVERSO.
Los retoños de éste árbol son distintos y sus frutos de diferentes clases, a fin de que se manifieste al pecador el misterio de Su perdón, de Su misericordia con el que obra bien, Su generosidad con el obediente, Su favor hacia el creyente y Su venganza contra los incrédulos. En Su existencia está sagradamente separado del contacto con todo cuanto creó, de toda proximidad unida o separada, pues Él existía cuando no había Universo y es ahora como era entonces, ni unido ni separado del Universo, porqué éstos son atributos de cosas creadas y no del Pre-existente. Estar unido o separado implica un acto de aproximación o de distanciamiento y éstos, implican un cambio, desplazamiento, alteración, sustitución, todo lo cual constituye los atributos de la imperfección y no de la perfección, mientras que Él, (glorioso y exaltado sea), se encuentra infinitamente alejado de lo que dicen los pecadores y los que reniegan de la fe.
Entonces se establecieron la Tabla y el Cálamo como si fueran un libro para el mulk, en el que están escritas sus leyes, todas las cosas cuya creación y destrucción, cuyo nacimiento y muerte han sido decididos, toda la munificencia y bendiciones por venir, así como todas las recompensas y castigos que existirán.
Yá en la antigüedad se especuló abundantemente sobre la naturaleza de la Palabra creadora. Algunos pensaban en una frase o palabra oculta, una palabra de poder (...) que podría haber sido dada al hombre, y si por casualidad la aprendiera, la usará en capacidad de crear. Otros sostenían que Allah, (glorioso y exaltado sea), creaba al pronunciar Su Nombre secreto. Sin embargo, por lo general, se consideraba que la palabra creadora era una palabra de mando.
En el antiguo Egipto se consideraba que la palabra Hu era la orden creadora, la expresión de autoridad, así como en el Corán, en el Génesis bíblico es la orden de Allah la que inicia las diversas etapas del proceso creador. Así pues, dado que afirma que cuando Allah, (glorioso y exaltado sea), decide originar algo.. dice simplemente: "Sea y Es" (Sura 3 verso 47). Ibn 'Arabi toma éste imperativo "Sea" (kun) como la palabra creadora. Desde luego, ésto no es original suyo. Uno de los puntos discutidos en la ense- ñanza de Abu' l-Hudhail al-'Allaf (M. 236 a.H.) fue su interpretación del significado de que Allah utilizase "kun" como palabra creadora. Sin embargo, parece que Ibn 'Arabi es el único que la combina con otra imagen cosmológica, la del Árbol del Universo.
Es éste, nuevamente, un símbolo antiguo, frecuentemente asociado al de la Montaña del Mundo, sobre cuya cima crece el Árbol del Universo. Se trata, generalmente, de un árbol situado en el centro de la tierra, cuyas raíces descien- den hasta lo más profundo del mundo inferior y cuyas ramas se extienden hasta abarcar el Este y el Oeste, penetrando las más elevadas en el cielo más alto. La figura de tal Árbol del Universo aparece en las visiones de Daniel y Ezequiel. Dado que el Árbol del Universo es, por lo general, el de la Vida, su relación con la cosmología resulta evidente. Ibn 'Arabi comienza describiendo al Cosmos como un árbol surgido de la semilla de "kun", que ha hecho descender sus raíces, elevado su tronco y extendido sus ramas, de forma que los tres reinos que incumben a la vida mulk, malakut y jabarut están en éste árbol, bajo el Trono Divino, y las huestes celestiales que rodean al Trono tienen determinadas sus formas de servicio con respecto al árbol. Habiendo satisfecho así su deseo de una visión del Cosmos, procede a abandonarla en favor del concepto más popular de los tres árboles, uno celestial, uno terrestre y uno infernal, todos en el mismo eje, componiendo la triada de árboles que conforman la mónada. Al Profeta Muhammad (s.a.w.s.) le incumben las raíces de éste Árbol, (la Espiritualidad), así como sus ramas, (el Imam), y el Árbol de la Vida está mencionado en la Sura 24 verso 35, que es el olivo bendito que no es del Este ni del Oeste, es decir, que está en el centro del Cosmos y que es un árbol que se ilumina por su propia actividad.
En el Corán, éste árbol se asocia con la Luz de Allah e Ibn 'Arabi hace una distinción fundamental entre el bien y el mal de éste mundo, que surgen de su relación con la irradiación de la Luz de Allah desde ese Árbol del Universo. Es más, cuando se termina la vida en éste mundo y los hom- bres son llevados para ser interrogados en el Juicio Final, lo que puedan testificar en relación con Allah estará en concordancia con lo que han podido ver de Su luz en el Árbol, yá que todo el proceso de crear el árbol era mostrar el Nombre y los Atributos de Allah, (glorioso y exaltado sea).
Opuesta a la Luz de Allah, sin embargo, está la oscuridad, que es la fuente de todo mal, así como Su luz es la fuente de todo bien. La primera criatura formada de la fuente de la Luz de Allah fue la Luz de Muhammad, (s.a.w.s.), y que.. aunque no lo menciona explícitamente, parece considerar a Iblis como una especie de primicia de la oscuridad. Así como el Universo fue hecho para manifestar la gloriosa naturaleza de Allah, la humanidad se creó para que la nobleza de Muhammad, (s.a.w.s.), pudiera manifestarse, y la primera ocupación de Iblis está en intentar corromper tal manifestación. El barro con el que se formó el hombre, en el cual, <por causa de Iblis>, existen elementos tanto de luz como de oscuridad, fue imbuido con una parte del que estaba preparado para el futuro cuerpo de Muhammad, con el fin de que todos los hombres pudieran, en cierta forma, compartir su santidad, y la forma humana se construyó a imagen del nombre de Muhammad. Además, ese cuerpo es un microcosmos que refleja el macrocosmos del Árbol del Universo. La exposición del microcosmos que realiza Ibn 'Arabi en su tratado, es única sólo en dos aspectos: en primer lugar, en la curiosa manera de asociar las verdades de la religión práctica islámica con las extremidades del cuerpo humano, y en segundo lugar, en su idea de que el Cosmos no es esférico, sinó que tiene forma humana, al haber sido modelado por el Creador con la forma de Muhammad. La Luz de Muhammad, (s.a.w.s.), habiendo realizado su función en la Creación, tenía necesariamente que cumplir su parte en la Historia, una vez completada la Creación, y así, Ibn 'Arabi la relaciona con Adán y su conflicto con Iblis y con la sucesión de profetas desde Adán, quienes derivaban su luz profética de la de Muhammad. Tal sucesión profética, sin embargo, apuntaba al momento en que la luz encontraría una entidad más completa, un último mensajero que seria el sello de los Profetas, viniendo del malakut y mulk, que había sido creado por su causa. Ibn 'Arabi describe ésta venida en términos de los cuatro «estados» (maqamat) de Muhammad. La cuarta concierne a su continuo acceso al malakut, incluso después de venir a habitar en el mulk, y así, el escrito termina con una visión muy personal del famoso "Viaje Nocturno" o Ascensión de Muhammad, en cuya descripción Ibn 'Arabi se esfuerza por demostrar que, por muy venerada que sea la persona de Muhammad en éste mundo, es todavía más enaltecida en las altas esferas celestiales.
Al ser un ardiente defensor de la unicidad, Ibn al-'Arabi, a lo largo de todo su escrito, se esfuerza por describir el Universo como una mónada. Es el círculo de "kun", un todo del que proceden las cosas, y al que retornan. Es un "Kay un kana" y también un yakun. El Árbol, (aunque se compone de raíces), tronco y ramas con frutos es, sin embargo, una unidad, así como la Luz es una unidad y Muhammad como luz pertenece tanto a la raíz como a las ramas y los frutos. Así como es el primero, es también el último, completando al final lo que había iniciado al principio. Quizás intentó recalcar la idea del Universo como mónada al describir el Trono como depositario de todo, porqué en 'Uqla, pg. 51 y ss., jugando con el símbolo de Al-'Arsh, Al-Majid y Ath-Thalabi, nos dice que era una creencia muy extendida que la imagen de todas las cosas creadas estaba en el Trono. Sin embargo, dentro de la mónada de Ibn 'Arabi existen díadas, triadas, tétradas, péntadas e incluso una héxada, mientras que los grupos de triadas y péntadas componen cada uno una héptada para equilibrar la doble héptada de sus díadas. Al comienzo de su argumento del Árbol juega con una especie de secretismo sobre las letras, tal como lo refiere en al-Futuhat, y éste juego de triadas y péntadas configurando héptadas sugieren un similar oculto de los números. El contraste entre parejas de opuestos es muy corriente en la teología musulmana ortodoxa, pero parece que Ibn 'Arabi utiliza las parejas deliberadamente:
-Derecha e Izquierda..
-Fe e Indredulidad..
-Bien y Mal..
-Luz y Oscuridad..
-Conocimiento e Ignorancia.. ---Guiado y Perdido..
-Paraíso e Infierno..
-Corazón y Alma..
-Tuba y Żaqqum..
-Ángeles y Demonios..
-Adán e Iblis..
-Trono y Thara..
-Misionero y Exhortador..
y los dos exhortadores más importantes son: Gabriel y Muhammad (s.a.w.s.).
Salam.
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AUTOR: (Muḥammad ibnʿArabī al-Ḥātimī aṭ-Ṭāʾī). Más conocido por Ibn Arabi.