HABLANDO CLARO -Parte I- Panegírico objetivo.
Vamos a plantearnos algunos problemas que están sucediendo en la actualidad y que no podemos dejar pasar por alto durante más tiempo.
Muchos caminantes de la senda, están siendo dirigidos por anomalías (y ciertos marketings) que para nada tienen que ver con el camino del corazón. Supongamos, que alguien está leyendo un libro y que hay una verdad en ese libro, y algo dentro del individuo, reconoce esa verdad como tal verdad. La verdad que se reconoce como verdadera, ¿es verdadera por quién la dijo, o por algo que está en la propia naturaleza de lo que se dice, junto con algo inherente al Individuo que la lee, y, por tanto, sería verdadera independientemente de quién lo dijo?
Me estoy refiriendo a los falsos maestros que deambulan por el mundo, algunos parecen expertos <unos más que otros> en poder escribir cosas que contienen, en diversos grados, elementos de esa verdad y, sin embargo, esas personas no han participado ni tienen bienes de tales verdades, aunque sus escritos podrían contener tales verdades. Desafortunadamente, todos podemos llegar a confundir, a veces, el mensaje y/a través de quién podría llegar el mensaje. Cuando hacemos ésto, tendemos a asumir que quien está transmitiendo el mensaje es capaz de transmitirlo porque el mensaje refleja lo que hay dentro de estas personas, pero ésto no tiene por qué ser así.
Algunas personas utilizan la capacidad que tienen dentro para reconocer la verdad y la prostituyen con la capacidad que tienen para los propósitos del ego, es decir, del deseo de ser considerados y tratados por otras personas como guías y maestros espirituales. Estas personas pueden decir la verdad <dentro de ciertos límites> porque son expertos en captar la verdad dicha por otros que no son como ellos mismos, uno con la verdad, de modo que el mensaje y mensajero, son para éste último tipo de individuos (un verdadero maestro), pero diferentes. Como las dos caras de una misma moneda.
Los falsos maestros son los parásitos de las verdades transmitidas por los verdaderos maestros. Como tal, cuando un individuo consuma cualquier verdad que pueda ser transmitida por medio de un falso maestro, entonces, es semejante al que consume un alimento plagado de parásitos, y puede tener consecuencias problemáticas para él.
Aquellos que ingieren tales alimentos, aunque las intenciones del que tiene hambre hayan sido bastante convincentes, inocentes y sinceras, no tendrá nunca las garantías suficientes para reconocer la verdad y poder transmitirla a otros sin tener un remordimiento de conciencia por utilizar una copia plagiada que puede llegar a distorsionar la propia verdad.
Alguien que es un verdadero maestro, ha estudiado con otro u otros maestros.. ha recibido la cadena en el cuello de manos de otro maestro, y no sólo con criterios de contenido textual, sinó que tiene que haber bebido de la misma fuente personalizada. No me sirven las visitas de dos días o de dos meses, ni tampoco, el hacerse muchas *fotografías con el maestro para aparentar haber estado en su prestigiosa presencia. (*En algunos lugares, aún hay gente que cuando observa esas fotografías, piensan que el que se las está mostrando y posando en ellas es también un importante maestro, aunque también puede ser un simple reportero o un aficionado a los selfies.)
En nuestro camino místico no se trata de tener conceptos, ideas, teorías o similares, ni es tampoco un ejercicio intelectual, y en consecuencia, sólo se pueden obtener los destellos extremadamente limitados de la realidad de las cosas a través de la Tarbiyyah perseverante y honesta que ofrece un maestro a sus alumnos.
Alguien puede escribir algo edificante, agradable informativo e interesante y hasta divertidos libros, que invitan a la reflexión e incluso sean una verdadera autoayuda, pero ésto no significa que esas personas sean capaces de ser el lugar a través del cual se transmite la baraka o gracia, y ésto, por sí solo, es la clave para el progreso espiritual y el levantamiento de los telones espirituales. Al sentirse atraído hacia la verdad de algo, uno tiene que llegar a comprender quién está dibujando (modelando) y quién es el que está siendo atraído, y exactamente qué es hacia lo que uno está siendo atraído y los medios por los que uno se siente atraído para ser dibujado (modelado).
Además, aunque todos tenemos dentro de nosotros la capacidad de reconocer la verdad, todos tenemos también dentro de nosotros la capacidad de velar para que no existan distorsiones que hagan alejarse de la verdad. Si la cuestión fuera simplemente la capacitación de poder reconocer esa verdad cuando estamos en contacto con ella, entonces nadie en el mundo necesitaría un maestro o guía espiritual, y todos serían unos místicos realizados. Pero como éste no es el caso, la respuesta debe estar en otra parte y ser más compleja y sutil que todo eso.
La Verdad/Realidad.
Hay muchas fuerzas dentro y fuera de nosotros que están dedicadas a garantizar que nunca nos demos cuenta del alcance total de la verdad para la cual la Divinidad nos ha dado la capacidad de hacerlo. En consecuencia, a veces lo que sentimos o creemos o pensamos que es verdad, (porque parece que algo resuena dentro de nosotros), ésto no es otra cosa que el ego mirándose la cara en un espejo. Entonces el problema es, ¿cómo se puede distinguir dentro de uno mismo esa dimensión de su ser que es capaz de reconocer la verdad de esa dimensión de su ser que es capaz de velar y distorsionar la verdad para sus propios propósitos no espirituales?
Cómo hemos dicho antes, cuando leemos algo en un libro, algo resuena dentro de nosotros. Debido a la experiencia de resonancia, familiaridad o atracción que tenemos respecto de lo que se dice en ese texto, podríamos decir: "Oh, ésto es verdad".. Pero, ¿lo es ciertamente?, ¿Cómo lo sabemos?, ¿Cómo podemos estar tan seguros?, ¿Cómo lo podemos probar?,
¿Cuál es el criterio de examen y evaluación que se puede utilizar?, ¿Que herramientas se utilizarán en ese proceso?, ¿Cómo se deben utilizar éstas herramientas?.. Por supuesto, para que podamos confiar en las lecturas que se nos dan, y ¿Quién confirmará todos nuestros hallazgos, y ¿cómo saber que podemos confiar en dicha confirmación?, ¿Quién reconoce en tal caso el hecho de decir que algo es verdad?,
¿Es el yo verdadero o el yo falso?.. Ninguna de éstas preguntas pueden ser resueltas por su cuenta. No se puede discernir la verdad en estos asuntos simplemente a través del esfuerzo, la concentración y la diligencia lectora. Se necesita mucho más, y eso, sólo se puede encontrar con la fusión y fuerza (espiritualmente) de una guía auténtica.
Hay personas que pueden hablar y escribir mucho sobre el camino místico, son como grandes cotorras teniendo todo bien guionizado: gran parte de éstos, siempre tienen las mismas retahilas y los mismos cánticos.. podrían incluso, ser buenos cantantes o buenos comediantes, y (hasta cierto punto), no tener la menor degustación de la realidad del Ser a la que el camino místico invita a cada uno de nosotros. El proceso es el de realizar la verdad con la verdadera identidad de uno y encontrar la capacidad espiritual esencial y única de uno que va más allá de lo que puede ser reconocido como verdadero en la superficie de las cosas. De hecho, cuando uno comprende plenamente la verdad, la superficie de las cosas se transmutan por completo en el proceso. Lo que uno reconocía como verdadero, previamente sigue siendo cierto <suponiendo que fuera cierto> pero se convierte en algo mucho más durante el proceso del "despertar".. hasta tal punto uno se da cuenta, (de que lo que uno reconocía como verdadero), previamente era en sí mismo una tremenda distorsión de la Verdad, aunque fuera en cierta medida dentro de su propio marco de comprensión.
Entonces, en relación al presente artículo, la respuesta depende de lo que uno quiere reconocer sobre la verdad de algo. ¡Y quién está bien guiado!, reconocerá rápido en qué nivel se está involucrando con la verdad, y cómo llegó la verdad a usted, y en qué grado de relación está con esa señal, (por así decirlo), si está involucrado en lo que se ha recibido o reconocido, o continúa usted en los bucles de las comedias y los circos mediáticos que cobran por la entrada al espectáculo.
Dijo al-Ghazzali:
"No llegué a la Verdad ni a través de una serie de pruebas ni secuencia de pasos en el razonamiento, sinó por medio de un destello de luz que Allah puso en mi alma".
Assalamo aleikum.