La TUTELA en el TASAWWUF ISLÁMICO.
Existe la palabra "wali" en el idioma Árabe que significa: cercano, amado, amigo, partidario, siervo, emancipador, compañero, vecino, aliado, benefactor, beneficiario, dueño, etc. La palabra "wali" es tan antigua en el idioma árabe como el idioma mismo, habiéndose utilizado antes del Islam y en el Corán antes del surgimiento del Tasawwuf. Otros sistemas también utilizan ésta palabra que se utilizó posteriormente.
Quizás la «cercanía» fue el primer significado primitivo de lo que significa la tutela, yá que se denominaba tutor al hijo, al tío, al primo, al hijo de la hermana y a otros parientes consanguíneos. Dado que el parentesco de sangre en la vida tribal exigía el apoyo y la asistencia al pariente, la tutela adquirió desde sus inicios el significado de apoyo, ayuda, protección y otros similares. Posteriormente, trascendió el parentesco de sangre para abarcar otro significado: el parentesco moral, como el de vecindad, el de afecto y otros.
Las palabras “wali” y “awliya” se han mencionado en un número considerable de versos del Corán, y Allah Todopoderoso se describió a sí mismo como el Amigo “wali de los que creen” (Sura 2 verso 256) y Allah es Protector “wali de los creyentes” (Sura 3 verso 67). Él es el Amigo de los que Le temen (Sura 45 verso 18), Él es el Protector y da la vida y la muerte (Sura 42 verso 7), y Él es el Amigo, el Digno de Alabanza (Sura 42 verso 26). Y Allah Todopoderoso dijo, dirigiéndose a los creyentes: «¿No sabes que a Allah Le pertenece el dominio de los cielos y de la tierra y que fuera de Él no tenéis quien os proteja ni os auxilie?» (Sura 2 verso 106). La palabra «protectores» (awliya's) también se usa en plural para referirse a los siervos más cercanos de Allah que se esfuerzan por Su causa.. "¿No es cierto que los amigos de Allah no tendrán que temer ni se entristecerán?
Esos que creyeron y tuvieron temor de El. Para ellos hay buenas noticias en esta vida y en la Ultima. No hay nada que pueda sustituir las palabras de Allah. Ese es el gran triunfo."(Sura 10, [Yunus] verso 62-64).
<A lo largo de todo éste proceso, las dos palabras no se desviaron de su significado lingüístico simple, sinó que éste significado evolucionó.> Y se desarrolló de manera notable gracias a los intérpretes sunnitas, chiítas y sufíes, y su desarrollo fue más pronunciado en ciertos entornos, pero luego, los sufíes, le dieron la mayor parte de la interpretación sobre la tutela.
Debemos de comprender, que el movimiento chiíta es fundamentalmente un movimiento político ante todo, y en segundo lugar religioso -a pesar de su larga tradición de venerar a la familia del Profeta-, nos damos cuenta de que los nuevos significados introducidos dentro de su concepto de tutela (wilayah) son de naturaleza política. La afirmación de que un tutor debe ser protegido, al igual que un profeta, que debe de ser «infalible», sin duda proviene de su concepto del Imamato y del imán, con su restricción de la tutela a los Imames con fines políticos. De igual modo, la afirmación de que la tutela es una herencia profética transmitida del Profeta, PyB a Alí y luego a su sucesor es una afirmación chiíta diseñada para servir a sus propósitos políticos de limitar la tutela a los Imames de la familia del Profeta. Asimismo, las afirmaciones de que todos los milagros y los acontecimientos extraordinarios pertenecen exclusivamente a los Imames, también tiene una clara motivación política.
Así, podemos observar cómo la «tutela» se transforma de su significado coránico, que es el apoyo y la protección que Allah otorga a sus siervos creyentes, piadosos y cercanos sin excepción, al apoyo y la protección de un grupo específico con sus propias condiciones y señales. De ser un derecho compartido por todos los musulmanes, se cerró y se limitó a unos pocos elegidos.
Dicen, que se les transmitió genéticamente del Profeta, y luego desde Ali y sus hijos. Así pues, la tutela -en éste sentido- parece una extensión de la profecía, limitada solamente a los imanes. Cuando los chiitas descubrieron que éstos imanes infalibles debían demostrar su tutela, afirmaron que ésto se hacía mediante la aparición de milagros realizados por ellos, y que dichos milagros eran para ellos y no para los demás.
Sin duda, los chiitas también vinculaban la santidad con el martirio, tomando el asesinato de Hussein ibn Ali como ejemplo de un mártir santo que sacrificó su vida por la verdad y por Allah, de forma similar a como los cristianos ven el martirio y sufrimiento de Cristo. Si la idea del martirio aparece en algunos dichos de los sufíes de Irán, (mazdeísmo), lo más probable es que provenga de los chiitas.
'Ellos son los que, habiéndose quedado sin hacer nada, dijeron a sus hermanos: Si nos hubieran hecho caso no les habrían matado. Di: Si es verdad lo que decís, haceros inmunes a la muerte. Y no deis por muertos a los que han sido matados en el camino de Allah; están vivos y reciben provisión junto a su Señor." (Sura Al Imran: 168-169).
Cuando surgieron los sufíes con nombre y apellidos, era natural que las ideas chiíes sobre la santidad se infiltraran en algunos de sus círculos, especialmente dado que tanto el sufismo como el chiismo habían brotado y florecido durante mucho tiempo en un mismo entorno: el ámbito persa. Sin embargo, los sufíes no limitaron su comprensión de la santidad a los límites establecidos por los chiíes; al contrario, los trascendieron y ampliaron el significado de la santidad en sus períodos posteriores, profundizando en las cuestiones que los chiítas no abordaron en profundidad y que ni siquiera se les ocurrieron. Hablaron del significado del guardián en general, no del exclusivo imán guardián, y mencionaron los atributos, las funciones y los rangos de los guardianes. Compararon la tutela con la profecía y debatieron cuál era el mejor, además de hablar del sello de la tutela y otros temas.
(Al-Qushayri, pág. 117)
¿Qué es un santo para el sufí?
La característica más distintiva de un santo en el Islam es su cercanía a Allah. El Corán contiene evidencia de que Allah ha escogido a ciertos siervos por ésta cercanía. En éste sentido general, los profetas se incluyen entre los santos, al igual que los Amigos cercanos, sean sufíes o no sufíes, porque la cercanía a Allah es un atributo común a todos ellos. De igual manera, Allah es el único que otorga a los santos protección, infalibilidad o cualidades similares. De hecho, al-Siraj, autor de al-Luma', llega a afirmar que «el pueblo elegido de Allah», [término que algunos sufíes utilizan para describirse a sí mismos], se aplica en primer lugar a los profetas a quienes Allah ha favorecido con la revelación, la profecía y la infalibilidad, y en segundo lugar a los walis-santos a quienes ha favorecido con una piedad sincera y una devoción de verdad.
Sin embargo, dentro de algunas comunidades de sufíes, se denomina «wali» (santo) a aquel sufí que ha alcanzado un estado de cercanía a Allah mediante su santidad, piedad y completa devoción a su Señor. Consideran a la santidad y la profecía como dos rangos distintos e independientes, hasta el punto de que pueden hacer comparaciones y afirman que el sufismo es propio de los musulmanes y la santidad es propia del sufismo, aunque aquí se refieren a que la santidad es propia de los musulmanes. Ciertamente, los musulmanes consideran que la santidad es el rango espiritual más alto que un musulmán puede alcanzar.
En el Islam sunní, la santidad no se asocia con ningún aspecto de la divinidad. Un santo no afirma poseer un aspecto divino mediante emanación, apego, encarnación o algo similar. Sin embargo, se afirma, o se invoca en su nombre, que Allah le ha otorgado un poder o cualidad sobrenatural que lo protege, tanto física como espiritualmente, del pecado. Éste poder podría explicar la creencia sufí de que un santo puede realizar milagros con el permiso de Allah, poseer conocimiento de lo invisible, ver sus plegarias respondidas, tener verdadera intuición y que sus bendiciones se extienden dondequiera que él las deposite, y sus maldiciones se cumplen dondequiera que él las envíe.
Se dice que en el Islam, Sa'd ibn Abi Waqqas fue distinguido entre los Compañeros por la aceptación de su súplica, (cómo Ibrahim (PyB) y se narró, según la autoridad del Profeta (la paz y las bendiciones sean con él), que dijo: "Muchos hombres desaliñados y polvorientos, (y entre ellos en Al-Bara’ de ibn Malik), vestidos con dos prendas gastadas, a quienes no se les da ninguna importancia, jurarían por Allah".
El wali-santo es un hombre absorto en Allah, que pasa su vida en Su compañía. Es un hombre que se ha desapegado de sus deseos y de sus relaciones consigo mismo y con el mundo que lo rodea. Es natural que quien ha alcanzado éste nivel y cuya alma ha sido preparada en éste estado espiritual no permita en su vida de retiro, apartada del fluir de la experiencia humana ordinaria, nada más que pensamientos y reflexiones acordes con ésta vida. Pero hay algo aún más elevado y profundo: gracias al grado de pureza espiritual que ha alcanzado, el wali-santo posee la capacidad de percibir los significados de lo invisible y recibir inspiración divina sobre la verdadera naturaleza de las cosas. En cuanto a realizar milagros y esas hazañas extraordinarias, éstas son cosas que pueden que les sean concedidas por Allah o también por sus seguidores para glorificar y elevar su estatus. Se ha dicho, con razón, que un gran número de musulmanes en países donde prevalecen la ignorancia y la superstición tienen una débil conexión espiritual con Allah, y que su única conexión es directamente con los santos; y que se conectan con Allah a través de ellos. Sin embargo, no debemos olvidar que tales creencias en el santo, su mediación y su poder son históricamente anteriores al sufismo. La idea de la santidad, o su equivalente, existía en los países conquistados por los musulmanes y estaba tan extendida como el propio Islam. Cuando el movimiento del Sufísmo surgió en los países islámicos, no creó la idea de la santidad, sinó que configuró las ideas que formaban parte del patrimonio espiritual de éstos países, resaltando el aspecto sufí de la vida religiosa.
La tutela es un don divino.
En el Tasawwuf, la santidad (wilaya) es un rango que un santo no puede alcanzar por sus propios méritos ni esfuerzos. Es, más bien, un don divino otorgado por favor de Allah a quien Él quiere de entre sus siervos. Un santo puede poseer gran devoción, ascetismo y conocimiento, o no. Sin embargo, una cualidad esencial es su completa devoción a Allah y su vida enteramente consagrada a Él. A éste significado se refieren los sufíes con la palabra «atracción» (jadhb), que significa «aniquilación» (fana') en Allah. En el Islam, un wali-santo es aquel que se siente atraído por Allah. Quien alcanza éste estado es considerado un wali-santo. Si a ésta atracción se suman los milagros que le pueda otorgar Allah, la gente reconoce su santidad tanto en vida como después de su muerte. Un santo también puede existir, vivir y morir en el anonimato, siendo su santidad desconocida para los demás e incluso para sí mismo. El significado de que Allah conceda la santidad a un santo radica en que está predestinada desde la eternidad, al igual que otros grados espirituales como la guía espiritual, las oraciones contestadas y otros asuntos que algunos sufíes, en particular los que se adhieren a la visión determinista, consideran divinamente ordenados. Éstos no se adquieren mediante el esfuerzo o las obras, sinó que Allah los otorga como favor y gracia a quien Él quiere. Así, la santidad, en éste sentido, es una «luz» que Allah proyecta en el corazón de su siervo, mediante la cual éste llega a conocer a su Señor.
Dijo Al-Husayn ibn Mansur al-Hallaj: Si Allah no os conociera, no lo habríais conocido. Es decir, Él os hizo conocerlo mediante esa luz. Ésta luz posee distintos grados de intensidad y debilidad, que varían según el grado de cercanía a Allah. Los sufíes hablan de permanecer en ese grado de cercanía. Algunos santos permanecen en el grado de conversación, otros en el de estar juntos y otros en el de una comunión íntima. Por eso se les llama la gente de la conversación, la gente de estar juntos, la gente de la comunión íntima, etc. El grado más elevado y poderoso de cercanía es el de ser testigo, que es el grado de aniquilación ante la divinidad, como dice Ibn Arabi.
Las cualidades de un wali-santo.
De todo lo anterior se desprende que el concepto de santidad en el Islam tiene dos significados: uno general, no técnico, que se refiere a la santidad de todo creyente que se ha acercado a Allah, como se menciona en los versículos coránicos citados anteriormente; y otro específico, técnico, que se refiere a la santidad con una definición, condiciones y sistema particulares. Al examinar los atributos de la santidad, (en éste segundo sentido), observamos que muchos de ellos tienen equivalentes en la santidad en su sentido general, y que los demás son atributos que algunos atribuyeron a los santos en épocas posteriores. Mencionamos ambos tipos, yá que están compuestos por los atributos que distinguen también al santo musulmán.
(Uno de los atributos más antiguos y fundamentales de la santidad es que un santo es alguien a quien Allah apoya y ayuda). Éste significado apareció en el Islam antes del surgimiento del sufismo y los santos sufíes, como yá se mencionó; es decir, apareció desde los inicios del llamado al Islam. La santidad se entendía como el apoyo de Allah al siervo en su defensa de la religión divina. Quienes se esforzaban en el camino de Allah eran sus santos, al igual que quienes eran piadosos y sinceros en la religión, y aquellos a quienes los Quraysh perseguían y dañaban por su fe. Todos ellos eran santos de Allah según los textos coránicos revelados sobre ellos, y acerca de todos ellos se reveló el versículo: «¿No es cierto que los amigos de Allah no tendrán que temer ni se entristecerán?» (Sura 10 verso 62). Y el Hadiz afirma: «Quien daña a un santo me ha mostrado enemistad». Éste atributo conservó su significado de apoyo y ayuda, y adquirió su forma técnica definitiva cuando la palabra “santo” entró en los círculos del Tasawwuf.
(Otro atributo ancestral del wali-santo es el honor que Allah le confiere). Éste honor se puede manifestar de diversas maneras, sobre todo mediante los karamat (milagros) que confirman su santidad y revelan su condición. El Corán alude a la aparición de éstos milagros y sus acontecimientos extraordinarios en manos de aquellos a quienes Allah ha elegido para la santidad. Un ejemplo de ello es la declaración de Allah en la historia de María: «Cada vez que Zacarías entraba a verla en el santuario, la encontraba provista de alimento. Y decía: “¡Oh, María! ¿Cómo es que ésto me sucede?”»
Assalamo Aleikum.