DOS OBJECIONES con SU ACLARACIÓN BIBLIOGRÁFICA en DEFENSA del CREDO ISLÁMICO y la SHARI'A (contra las acusaciones de los modernos orientalistas).
Estimados lectores: quien posea sensibilidad expresiva, gusto por la retórica y el conocimiento, con el mantenimiento de la posición neutral -sin ideas preconcebidas contrarias-, con la mente abierta y el corazón muy atento, podrá distinguir entre el estilo del Corán, (palabra de Allah Todopoderoso), y el estilo del Hadiz, [palabra del Mensajero] (la paz y las bendiciones sean con él). Encontrarán una profunda diferencia que refleja la gran diferencia entre el poder del Creador y el poder de lo creado. El Corán y el Hadiz proclaman ésta profunda distinción, sobretodo, para quienes posean algún conocimiento de la lengua árabe, su retórica y sus estilos.
Si lo que afirman algunas personas de corte radical, tuviera algún fundamento aceptable o sólido, aquellos antiguos elocuentes árabes a quienes el Profeta confrontó con la milagrosa palabra de Allah, desafiándolos a producir tan siquiera un capítulo similar -un desafío que no lograron superar-habrían sido los primeros en aceptarlo. Ésto a pesar de que eran los más ansiosos por frustrar y silenciar al Profeta, pues él había expuesto la insensatez de sus creencias, refutado sus ídolos, invalidado su culto, condenado sus costumbres y transmitiendo un mensaje -que erradicaría- la religión de aquellos que la habían heredado de generación en generación. Sin embargo, gracias a su profundo conocimiento de su lengua y sus matices, y a su capacidad para distinguir entre la palabra de Allah y la del Profeta, y entre sus dichos y los suyos propios, ellos se abstuvieron de proferir ciertas flagrantes falsedades y se libraron de proclamar una vergonzosa calumnia. Nos estamos refiriendo a la revelación, que si hubiera provenido del propio Muhammad, PyB, se podría haber enorgullecido de atribuírsela y hasta habría podido reclamar cierta divinidad además de la profecía. Ciertamente, habría sido considerado más sagrado (como un dios) que como profeta, y no necesitaría buscar una santidad atribuyéndosela a sí mismo.
El profeta, no necesitaba buscar una falsa santidad atribuyéndose la revelación del Corán.. ¡Pobres ignorantes y engañosos son éstos que piensan lo contrario! ¡Ay de aquellos que no entienden ni una palabra!
Pruebas de que el Corán proviene de Allah.
Entre las pruebas irrefutables e indiscutibles de la revelación divina, y de que el Corán fue revelado por Allah en su redacción exacta, sin ninguna alteración por parte de Muhammad (la paz sea con él) ni de ningún otro ser creado.
Lo que les presento, estimados lectores, son ejemplos extraídos de su biografía, y debajo de ellos encontrarán párrafos que les mostrarán la clara evidencia de lo que decimos:
1- El Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) se encontraba a menudo con situaciones que requerían una resolución y una decisión, pero se detenía y no emitía un dictamen. Podía permanecer durante días esperando una revelación clara para resolver lo que no le resultaba evidente. Entre éstas situaciones y problemas, se encontraba la pregunta que los Quraysh, guiados por los judíos de Medina, le hicieron al Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones sean con él) sobre tres asuntos: acerca de unos jóvenes que habían fallecido en la antigüedad y qué había sido de ellos; y sobre un hombre que recorrió la tierra del Este al Oeste, ¿cuál fue su historia y cuál es la naturaleza del alma? Si él te lo cuenta, entonces es un profeta, así que síguelo.
Cuando le preguntaron al Mensajero de Allah, (que la paz y las bendiciones sean con él), acerca de las tres preguntas, él, (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), les respondió: «Mañana les responderé a lo que me preguntaron, si Allah quiere», y no dijo nada más.
El Mensajero de Allah, (que la paz y las bendiciones sean con él), esperó quince noches sin que Gabriel le trajera revelación, hasta que la gente de La Meca comenzó a difundir rumores, diciendo: «Muhammad nos prometió mañana, y hoy es la decimoquinta noche, y no nos ha dicho nada sobre lo que le preguntamos». El Mensajero de Allah, (que la paz y las bendiciones sean con él), se entristeció por la demora en la revelación y se angustió por lo que decía la gente de La Meca. Entonces Gabriel, (que la paz sea con él), le llegó de parte de Allah con la Sura Al-Kahf, en la cual Allah lo amonestó por su tristeza y le informó sobre lo que le habían preguntado acerca de los jóvenes, el hombre que viajaba y la naturaleza del alma. Si la revelación hubiera surgido de su ser puro, habría podido responder a esas preguntas rápidamente, y no habría esperado tanto tiempo, causándose tristeza y dando lugar a la difusión de rumores entre la gente de La Meca. Pero él, (que la paz y las bendiciones sean con él), no dijo nada, sinó que esperó pacientemente la revelación de Su Señor.
2- ¿Acaso no temblaron los hipócritas ante las calumnias contra su esposa A'isha? (que Allah esté complacido con ella). La revelación se retrasó, el asunto se prolongó y la gente se enfrascó en él hasta que el corazón les llegó a la garganta. Y él solo pudo decir con toda cautela y reserva: "Simplemente soy un advertidor."
<Es decir, como dice el Todopoderoso: «Quizás os consumáis de tristeza por sus pasos si no creen en éste mensaje», lo que significa: no os consumáis de tristeza y dolor porque no hayan sido guiados. Quien es guiado lo hace para su propio beneficio, y quien se extravía solo se extravía para su propio perjuicio.
«¿O acaso pensáis que los Compañeros de la Cueva y la Inscripción fueron algunos de Nuestros signos maravillosos?». Se trata de una cueva en la montaña, donde se refugiaron los jóvenes mencionados. Y la Inscripción es el nombre del valle. Sa'id ibn Jubayr dijo: La Inscripción es una tablilla de piedra en la que escribieron las historias de los Compañeros de la Cueva, y luego la colocaron a la entrada de la cueva.
«Y te preguntan acerca de Dhul-Qarnayn. Di: “Os recitaré una mención sobre él”», etc. En cuanto al espíritu, está en lo que dice Allah Todopoderoso en la Sura Al-Isra: «Y te preguntan acerca del espíritu. Di: “El espíritu es de mandato de mi Señor. Y a vosotros [la humanidad] no se os ha concedido más que un poco de conocimiento”».
En cuanto al tema de A'isha (que Allah la bendiga siempre).. «No sé nada malo de ella». Después de haber dedicado tiempo a investigar, preguntar y consultar con sus compañeros, y tras un mes entero en el que todos afirmaban: «No sabemos nada malo de ella», no añadió nada más que decirle al final: «Oh, A'isha, he oído ésto y aquello. Si eres inocente, Allah te absolverá; y si has pecado, pídele perdón a Allah». Ésta es su declaración, inspirada por su conciencia, y como pueden ver, es la declaración de un ser humano que desconoce lo oculto, y la de un amigo fiel que no se deja llevar por las conjeturas ni habla de lo que ignora. Sin embargo, permaneció en su lugar tras pronunciar éstas palabras hasta que se reveló el comienzo de la Sura An-Nur, que proclamaba su inocencia y constituía la fuente del veredicto definitivo sobre su honor y pureza. El Hadiz fue narrado por los dos Shaykhs y otros.
¿Qué le habría impedido, (si el asunto del Corán hubiera estado en sus manos), pronunciar éstas palabras decisivas antes, para proteger su honor y defender su hogar, atribuyéndolas a la revelación divina, para que las lenguas de los calumniadores fueran silenciadas? Pero no habría dejado de mentir a la gente, y habría mentido a Allah: (Y si hubiera inventado sobre Nosotros algunas palabras, lo habríamos agarrado por la mano derecha y le habríamos cortado la aorta. Y no hay ninguno de vosotros que nos lo hubiera impedido).
El tema de Hudaybiyyah: Contiene la evidencia concluyente, sin lugar a dudas, de que el Profeta, (la paz y las bendiciones sean con él), transmitía éste gran Corán de su Señor, con sus palabras y significados exactos, sin añadir nada por su cuenta. Éste es el punto establecido, probado por el Corán, la Sunnah y el relato ampliamente transmitido, que no deja lugar a dudas sobre la validez de ésta afirmación.
En el sexto año de la Hégira, el Mensajero de Allah, (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), se disponía a visitar la Casa Sagrada (la Kaaba) para realizar la Umrah. Lo acompañaban 1400 de sus compañeros, o según se dice, eran 1500. Portaban sus armas para defenderse en caso de que los Quraysh los obligaran a entrar en guerra o les declararan la guerra. Cuando los Quraysh se enteraron, reunieron sus fuerzas con la intención de impedir que el Mensajero y sus compañeros llegaran a La Meca.
Al entrar en La Meca, el Profeta y sus compañeros estaban completamente preparados para luchar contra cualquiera que les impidiera llegar a la Casa Sagrada (la Kaaba). Se dirigían a Hudaybiyyah cuando la camella del Profeta se arrodilló. Sus compañeros intentaron ahuyentarla hacia el santuario, pero no se movió. Dijeron: «Al-Qaswa' se ha vuelto obstinada», queriendo decir que la camella se había negado a avanzar. El Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) dijo: «Al-Qaswa' no se ha vuelto obstinada, ni es su naturaleza. Más bien, Aquel que detuvo al elefante la ha detenido a ella». En ese momento, comprendió que Allah no les había permitido entrar en La Meca ese año como combatientes, ni iniciando ni contraatacando. Animó a la camella, y ésta se dirigió hacia otro lugar. Él y sus compañeros acamparon entonces en el extremo de Hudaybiyyah. Tras numerosas negociaciones con los Quraysh, el Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) aceptó su oferta de paz: regresaría a Medina y no le permitirían entrar en La Meca hasta el año siguiente. Los Quraysh impusieron duras condiciones, entre ellas que él devolviera a todo aquel que viniera de La Meca convertido al Islam, y que ellos no devolverían a nadie que viniera a ellos desde La Meca.
"Todo aquel que venga de La Meca regresará como musulmán, y nadie será rechazado en Medina si llega a ella desde allí, ni nadie entrará en La Meca éste año." Éste tratado de paz tuvo un impacto negativo en los Compañeros, pues eran más fuertes que los Quraysh, yá que estaban agotados por las guerras, y se presentaba una oportunidad propicia para que el Profeta y sus Compañeros los pudieran combatir para que la verdad triunfara sobre la falsedad. Pero a pesar de todo, el Mensajero aceptó éste tratado de paz, porque sabía que era un mensajero del Señor de los Mundos y no podía hacer lo que no se le había ordenado. Quizás esperaba que éste tratado de paz tuviera buenos resultados: honrar a los musulmanes, humillar a los politeístas, el triunfo de la verdad y derrotar la falsedad. Pero cuando se les ocultó a los Compañeros la sabiduría que lo sustentaba, se sintieron profundamente entristecidos, hasta el punto de que los corazones de un grupo de ellos casi se desviaron. Entonces comenzaron a cuestionarse unos a otros y a cuestionar al Mensajero, diciendo: ¿Por qué hemos de aceptar la humillación en nuestra religión?
-Consideremos su respuesta- cuando Umar (que Allah esté complacido con él) le preguntó: «Soy el Mensajero de Allah, no le desobedezco y Él es mi Auxiliador». Es decir, soy un siervo al que se le dan órdenes, no tengo voz ni voto en el asunto. Y Allah reveló: «Él es Quien impidió que ellos te atacaran y que tú los atacaras en el valle de La Meca, después de haberte dado la victoria sobre ellos. Y Allah siempre observa lo que hacéis». (De igual modo, se reveló: «Ellos son los que se negaron a creer y os apartaron de la Mezquita Inviolable y de las ofrendas, impidiendo que llegaran al lugar de sacrificio.
Y de no haber sido porque había hombres y mujeres creyentes que no conocíais, habríais atacado y entonces, sin saberlo, habríais incurrido en delito a causa de ellos. Para que Allah incluyera en Su misericordia a quien quiso.
Pero si hubieran estado aparte de ellos, habríamos castigado a los que de ellos se negaron a creer con un doloroso castigo.
[Es decir, Allah les hubiera permitido atacar dándoles poder para ello, pero Él lo evitó para que no mataran a musulmanes sin saberlo. Todo ello se refiere a que en Meca había musulmanes que ocultaban su fe y que no habían podido emigrar a Medina.]». (Sura Al-Fath: Verso 25).
"Cuando los que se negaban a creer pusieron la arrogancia en su corazón, la arrogancia de la ignorancia, y Allah hizo descender Su sosiego sobre Su mensajero y sobre los creyentes y les infundió la palabra del temor de Él de la que ellos eran más merecedores y más dignos. Allah conoce cada cosa."
(Sura Al-Fath: Verso 26)
«Se les restringió la Mezquita Sagrada y los animales del sacrificio, la cabeza afeitada, hasta que lleguen a su lugar, hasta que el Todopoderoso diga: «Allah ha cumplido la visión para Su Mensajero. Entraréis en la Mezquita Sagrada, (si Allah quiere), a salvo, con la cabeza afeitada y el cabello corto, sin temor a nadie». Así pues, Él sabe lo que no sabía.
(Entonces aprendieron, y Él les concedió una victoria cercana).
¡Decidme entonces!.. si la revelación hubiera provenido del profeta, ¿les habría explicado la sabiduría que había detrás de sus acciones y no los habría dejado sumidos en la tristeza? Tristemente, algunos siguieron regresando, incapaces de comprender la interpretación de lo que los había desconcertado, hasta que se reveló la Sura Al-Fath, que esclareció la brillante sabiduría y les dio la buena nueva de entrar en la Casa Sagrada a salvo y sin temor. Éste tratado entre el Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) y los Quraysh fue una victoria manifiesta y una gran conquista, pues duró diez años. Durante éste tiempo, politeístas y creyentes convivieron, las gentes llegaron a confiar unos en otros y muchos comenzaron a comprender la verdadera naturaleza del Islam y a abrazar la fe. Luego, en el octavo año de la Hégira, Allah concedió la conquista de La Meca, y los Quraysh abrazaron el Islam, seguidos por el resto de los árabes, que entraron en la religión de Allah en multitudes.
<A veces, la orden le llegaba de forma general o ambigua, cuya interpretación ni él ni sus compañeros podían comprender hasta que Allah les revelaba su explicación. Díganme: ¿qué persona racional recibiría sugerencias que no entendiera, o se le ordenaría hacer algo cuya sabiduría no pudiera comprender? ¿Acaso no es ésto una clara evidencia de que era un transmisor, no un emisor, y que recibía órdenes, y no era un comandante? Entonces se reveló el versículo: «Ya sea que revelen lo que hay en sus corazones o lo oculten, Allah les pedirá cuentas de ello». Ésto perturbó profundamente a los Compañeros, y algo en él penetró en sus corazones como nada más lo había hecho, porque comprendieron que serían responsables de todo, incluso de los movimientos y pensamientos de sus corazones. Dijeron: «¡Oh Mensajero de Allah!, éste versículo nos ha sido revelado y no podemos soportarlo». El Profeta, (la paz y las bendiciones sean con él), les dijo: «¿Acaso quieren decir lo que dijeron las Gentes del Libro…?»
"El Mensajero cree en lo que se le ha hecho descender procedente de su Señor y los creyentes (con él).
Todos creen en Allah, en Sus ángeles, en Sus libros y en Sus mensajeros: "No aceptamos a unos mensajeros y negamos a otros".
Y dicen: Oímos y obedecemos, (danos) Tu perdón Señor nuestro, y hacia Ti es el retorno.
(Sura Al-Baqarah: Verso 284)..
Ante ti: ¿Oímos y desobedecimos? Di más bien: Oímos y obedecimos. Te pedimos perdón, Señor nuestro, y a ti es el retorno. Y así comenzaron a suplicar con éstas súplicas hasta que Allah reveló su explicación, diciendo: (Allah no impone a un alma una carga superior a su capacidad) hasta el final del capítulo mencionado.. y allí aprendieron que sólo son responsables de lo que son capaces de hacer en asuntos del corazón, es decir, de las intenciones adquiridas y las resoluciones establecidas, no de los pensamientos y deseos que recorren el alma sin elección.
El hadiz se encuentra en Muslim y otras fuentes, y Al-Bujari se refirió a él en su comentario brevemente.
-La prueba aquí radica en que si el Profeta, (que Allah le bendiga y le conceda la paz), hubiera conocido su interpretación desde el principio, les habría explicado su error y disipado su confusión de inmediato, porque no les habría ocultado éste conocimiento cuando más lo necesitaban, ni los habría dejado entre ese pánico que casi les destrozaba el corazón, mientras que él era compasivo y misericordioso con ellos.
Narrado por Muslim, según la autoridad de Abu Hurairah (que Allah esté complacido con él), quien dijo: Cuando se reveló lo siguiente al Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones sean con él): «Por Allah, no hay nada en los cielos ni nada en la tierra. Yá sea que revelen lo que hay en sus corazones o lo oculten, Allah les pedirá cuentas por ello».
Ésto afligió a los compañeros del Mensajero de Allah, (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Entonces se acercaron al Mensajero de Allah, (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), se arrodillaron y le dijeron: «¡Oh, Mensajero de Allah!, nos hemos visto sobrecargados con obras que podemos soportar: la oración, la lucha, el ayuno y la caridad; y éste versículo te ha sido revelado, y no podemos soportarlo». El Mensajero de Allah, (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), dijo: «¿Acaso queréis decir como la Gente del Libro que os precedió: “Hemos oído y desobedecido”? Decid más bien: “Hemos oído y obedecido. Te pedimos perdón, Señor nuestro, y a Ti es el retorno”». Así pues, cuando la gente lo recitó y sus lenguas se humillaron ante ello, Allah Todopoderoso reveló a continuación: «El Mensajero ha creído en lo que le fue revelado por su Señor, y [así] los creyentes. Todos ellos han creído en Allah, en Sus ángeles, en Sus libros y en Sus mensajeros, [diciendo]: “No hacemos distinción entre ninguno de Sus mensajeros”. Y dijeron: “Hemos escuchado y obedecido. Te pedimos perdón, Señor nuestro, y a Ti es el retorno”». Entonces, cuando hicieron ésto, Allah Todopoderoso lo anuló, y Allah Todopoderoso reveló: «Allah no impone a nadie más de lo que puede soportar. Recibirá lo que haya ganado y sufrirá lo que haya merecido. Señor nuestro, no nos castigues si olvidamos o cometemos un error». Él dijo: «Sí, Señor nuestro. Y no nos impongas una carga que no podamos soportar». Él dijo: “Sí. Y perdónanos, absuélvenos y ten misericordia de nosotros. Tú eres nuestro Maestro, así que concédenos la victoria sobre el pueblo incrédulo”. Él dijo: “Sí”.
(Al-Bujari narró, según Ibn Umar (que Allah esté complacido con él) dijo: «Yá sea que reveléis lo que hay en vuestros corazones o lo ocultéis, el Mensajero ha creído en lo que hay en vuestros corazones».
----------
La segunda objeción radica en lo que se basan algunos sobre el testimonio de una joven francesa. La respuesta a ésto es:
En cuanto a su argumento para promover ésta débil afirmación, que sostiene que la fuente de la revelación de Muhammad PyB fue él mismo, y que citan como evidencia a una joven francesa llamada Juana de Arco, del siglo XV d. C., una de las mujeres más bellas en cuanto a carácter, alejada de los asuntos políticos. Creía haber sido enviada por el Creador para salvar a su patria y repeler al enemigo, y comenzó a oír la voz de la revelación que la instaba a luchar. Con sinceridad, hizo un llamado al combate y, gracias a la sinceridad de su voluntad, alcanzó el liderazgo de un pequeño ejército, luchó contra el enemigo y triunfó sobre él. Sin embargo, la suerte cambió y cayó en manos de su enemigo, quienes la arrojaron viva al fuego. Su memoria perdurará en la historia, y hoy es una figura de reverencia y veneración para cierto pueblo, pues su renacimiento se vio facilitado por ella, y lograron grandes avances en la ciencia y el progreso.
Y la respuesta es:
1 - Si esta ridícula idea errónea no estuviera extendida entre algunos musulmanes.. Para quienes tenían conocimientos limitados, no hacía falta responder, pues la debilidad de éste argumento y las fallas en éste razonamiento resultan obvias para cualquiera con un mínimo de intelecto, por no hablar de conocimiento. ¿Cómo se puede comparar la profecía de Muhammad PyB y su reforma universal -esa profecía que salvó a cientos de millones del abismo de la incredulidad, de los mares del politeísmo y el extravío, y de costumbres reprobables, guiándolos hacia la luz del monoteísmo y el islam, las nobles costumbres y la moral, y el establecimiento de un estado religioso y político cuya religión es la justicia en sus decisiones- con una joven francesa incitada a luchar por la injusticia que presenció de los enemigos de su país y su voluntad?
"¡Pero no! Por el contrario amáis la vida fugaz y dejáis en abandono la Última." (Sura Al-Qiyamah: Versos 19-20)
-Algunos de ellos incluso se plantearon una pregunta al erudito Sayyid Rashid Rida (que Allah tenga misericordia de él) de cómo en la revelación de Muhammad, PyB.. él mencionó que se le plantearon dudas sobre la ocurrencia de la revelación, luego mencionó la historia de ésta chica y Sayyid Rashid les respondió con lo que mencionamos, el significado de la pregunta y la respuesta y algunos de los párrafos textualmente son los siguientes:
"La conquista de su patria y las divisiones internas que asolaban Francia, junto con las supersticiones imperantes en su época, la marcaron profundamente. Creía firmemente que una joven virgen resucitaría para liberar a Francia de su enemigo. Así, se llenó de fervor por su patria y su pueblo, lideró la batalla contra el enemigo y venció. Sin embargo, el enemigo la capturó y la asesinó."
¿Qué reforma dejó esa joven, qué ley trajo, y cuándo se pudo demostrar que escuchó una revelación del cielo, y se considera el fuego de su entusiasmo y su levantamiento en revolución por esas razones antes mencionadas como una revelación del cielo?
Así pues, a pesar de que sienta las bases para dividir a la nación islámica, fragmentar su unidad y socavar su existencia, cada grupo trató de atrincherarse tras ella para atacar a otros grupos, acusándolos de incredulidad y desviación del Islam, aunque el atrincheramiento difiriera de un grupo a otro.
(Son amplias las referencias) Ibn Tahir al-Baghdadi, La diferencia entre las sectas, pág. 4. Véase también: Abu al-Walid Muhammad ibn Ahmad ibn Rushd, Desvelando los métodos de prueba en las creencias de la comunidad o la Crítica de la ciencia del Kalam contra la demarcación ideológica del credo y en defensa de la ciencia y la libertad de elección en el pensamiento y la acción, con una introducción y prefacio analítico del supervisor del proyecto, Muhammad Abed al-Jabiri, Serie del patrimonio filosófico árabe, Las obras de Ibn Rushd 2, Beirut, Centro de Estudios de la Unidad Árabe, 1998), p. 99; Taqi al-Din Abu al-Abbas Ahmad ibn Ali al-Maqrizi, El libro de sermones y lecciones por mención de planos y monumentos, conocido como planos de al-Maqriziyya, 2 vols. (Beirut: Dar Sader, [1970]), vol. 2, pág. 345, y Fakhr al-Din Muhammad ibn Umar al-Razi, Creencias de las sectas de musulmanes y politeístas (Beirut: [n.p.], 1989), págs. 13-14.
Hemos consultado algunos libros de Hadices que trataban sobre los hadices fabricados y débiles, y el autor encontró una gran cantidad de hadices atribuidos al Profeta que contenían insultos, calumnias y difamaciones contra los seguidores del Tasawwuf, los Qadiria, los Murji'ah, etc. todas ellas escuelas teológicas. Es evidente que quienes fabricaron éstos hadices tenían un objetivo: socavar y desacreditar a éstos grupos. Ésto se enmarca dentro de la categoría de propaganda falsa y engañosa, (qué yá sabemos a quién pertenece), y que está destinada a debilitar al adversario. Entre éstos hadices se encuentran: «Dos grupos de mi nación no tienen parte en el Islam: los Qadiria y los Murji'ah», y «Cada nación tiene sus magos, y los magos de mi nación son estos Qadiria. Si enferman, no los visiten; si mueren, no asistan a sus funerales ni recen por ellos...», y así sucesivamente, junto con otros hadices falsos cuyas fallas y debilidades son evidentes y cuya falsedad se expone rápidamente. Para aquellos que deseen profundizar más, se recomiendan las siguientes fuentes de hadices: Abu al-Fada'il al-Hasan ibn Muhammad al-Saghani, al-Durr al-Multaqat fi Tabyin al-Ghalat al-Mawdu'at, editado por Abu al-Fida' Abdullah al-Qadi (Beirut: Dar al-Kutub al-'Ilmiyya, 1985), vol. 1, pág. 69; Abdul Aziz ibn al-Siddiq al-Ghumari, al-Jami' al-Musannaf mimma fi al-Mizan min Hadith al-Rawi al-Mudha'af (Marruecos: Mu'assasat al-Taghlif wa al-Tiba'a wa al-Nashr wa al-Tawzi' lil-Shamal, 1987), vol. 1, pág. 150; Muhammad ibn al-Sayyid Darwish al-Hut, Asna al-Matalib fi Ahadith Mukhtalifat al-Maratib, editado por Khalil al-Mays, 2ª ed. (Beirut: Dar al-Kitab al-'Arabi al-Maktab al-Islami, 1983), vol. 1, pág. 1014; Abdullah al-Husayn Ibrahim al-Jurqani, al-Abatil wa al-Manakir wa al-Sahihah wa al-Mashahir, editado y comentado por Abdul Rahman Abdul Jabbar al-Fariwai, 2 vols. (Nueva Delhi, Varanasi, India: al-Jami'a al-Salafiyya - Idarat al-Buhuth al-Islamiyya, 1983), vol. 1, pág. 34; Ali ibn Sultan Muhammad al-Qari al-Harawi, Al-Asrar al-Marfu’ah fi al-Akhbar al-Mawdu’ah, editado, anotado y explicado por Muhammad ibn Lutfi al-Sabbagh, 2.ª edición con un aumento de la investigación y el comentario (Beirut: Al-Maktab al-Islami 1986), vol. 1, pág. 139, y Jalal al-Din Abd al-Rahman ibn Abi Bakr al-Suyuti, Al-Ta’qibat ‘ala al-Mawdu’at, editado por Sayyid Muhammad Maqshu Qa’li, India: Al-Matba’ al-‘Alawi, [1885]), vol. 1, pág. 3. (Abu Muhammad Ali ibn Ahmad ibn Hazm al-Andalusi, Al-Fasl fi al-Milal wa al-Ahwa’ wa al-Nihal, con notas marginales sobre Al-Milal wa al-Nihal de Abu al-Fath Muhammad ibn Abd al-Karim al-Shahrastani, 5 vols. en 3 (Beirut: Dar al-Ma'rifah, 1983), vol. 3, págs. 247-248. (127) Muhammad Al-Ghazzali, en Defensa del Credo y la Shari'ah contra las acusaciones de los orientalistas, 2ª ed. (El Cairo: Dar al-Kutub).. etcétera.
Assalamo Aleikum.