TRABAJANDO CON CORAZONES, NO CON PIEDRAS.
El hombre está sentado en la tierra que para él fué creada. Para que el hombre no tenga carencias de nada, ni de lo bueno, ni de lo útil, ni de lo hermoso, creó Allah las inmensas esferas del espacio, con el fin de que, con sus relaciones y con las leyes del movimiento que tienen se sucedieran los dias para trabajar, las noches para el descanso, el invierno para que arraigasen las plantas, la primavera para que se desarrollasen, el verano para que se sequen y el otoño para que sazonen las frutas: y todo ésto es obra de Allah para beneficio del hombre.
¿Estarémos perdidos en el espacio, sin nadie que nos escuche; sin nadie que nos vea? ¿Quién es el Creador poderoso del mundo? ¿Quién es el que impulsó leyes al sol, para que no nos faltára ningún día de luz y calor, con la benéfica y tónica influencia de sus ondas luminosas? ¿Quién es el que hizo la naturaleza que llena los campos de verdor y los árboles de frutas? ¿Nos escuchará entre la fuerza del dolor cuando acudimos en petición de Su amparo, profesando toda nuestra debilidad, para que alivie nuestro dolor? ¿Nos puede escuchar cuando tenemos conflictos morales y acudimos a Él con humildad de corazón y con una fé (imán) integra? ¿Nos oye cuando invocamos su nombre con amor, y llena nuestros corazones de sosiego y alegría? <¡NO ESTÁIS SOLOS!> Con la empresa espiritual de nuestra debilidad, le podemos encontrar dentro de nosotros mismos y nos consuela; por las emanaciones del sentimiento, le sentimos dentro de nosotros, y al hallarnos en Su cercanía, brota la esperanza nueva en nuestro corazón.
Él viene para inspirarnos en nuestras empresas espirituales: de modo que sin Allah, el hombre sería sólo una miseria sin más iniciativa que los brutos animales. Pues bien; la ciencia, la razón y el sentimiento nos demuestran Su existencia; yá que nuestra debilidad nos prueba la necesidad de un Ser que nos ampara; yá que por nosotros mismos, nada somos.. entonces acudimos al que Todo lo puede por nosotros, y Él nos otorga el poder que tenemos gracias a Su ayuda.
Trabajamos, porque el hombre sin trabajar es un ser inútil; trabajamos, porque es una ley que nos ha impuesto para que no degenere nuestra raza, sinó que se perfeccione por el ejercicio de la inteligencia; trabajamos para ser buenos, porque nadie es bueno sin trabajar, porque el trabajo es el gérmen de las virtudes, porque el trabajo, (si bien es un cansancio para el cuerpo), es un agrado para el espíritu, y una alegría para el corazón; un movimiento para el alma que con esa acción fructifica. Trabajamos, y en el ejercicio del trabajo meditando sobre la inteligencia que nos separa de los brutos, y en la materia que es objeto de nuestras obras, veamos al creador de los cuerpos, bienhechor del hombre, a cuyo poder los entregó para que los convirtiera en siervos de Su elevación. Trabajamos, por fin, para unirnos con Allah, para no caer en el embrutecimiento con la melancólica é irascible y viciosa ociosidad. Trabajamos entonces con el corazón, para evitar las piedras y distorsiones que nos rodean.. y en nuestro trabajo, encontrarnos con Allah, porque en Él encontraremos todas las pruebas de nuestra dignidad y nobleza; porqué con nuestro trabajo se elevará más nuestro espíritu, y se desdeñará el hombre de ser un bruto animal, cuando es quién es; y en nuestro fluir del trabajo, hallarémos al mismo tiempo el deseo de que las penalidades de ésta vida terminen, para ser recompensados con el Paraíso y la cercanía con Allah, en cuanto la muerte separe del cuerpo la causa de nuestra inteligencia; porque en el trabajo, olvidarémos la degradacion y el envilecimiento que al ocioso surgen con las pasiones bastardas del cuerpo, <el ocioso>, que por no hacer trabajar al espíritu, añade su ser en el fango de la abyección. El trabajo nos elevará a las regiones serenas y tranquilas del espíritu, y con el trabajo, el hombre se remontará sobre las pasiones, y será verdaderamente hombre de Ley; es decir, un
compuesto que elabora su elevacion y su grandeza, ideando la primera y obedeciendo Sus insinuaciones al segundo. Éste es el modo de ocupar el puesto de hombre. No te dejes envilecer por el sensualismo; sube a tú elevado puesto por medio del trabajo y de la nobleza de las virtudes. Cuanto más suban en espiritualidad, menos suplicio tendrán por el material.. Sois como los platillos de una balanza; no baja el uno sin que suba el otro. El hombre no estará arriba, mientras el materialismo no esté abajo.
El hombre no será hombre, mientras exista en él un ápice del animalismo que enciende sus deseos más bajos. ¿Quién proclama el sensualismo? El ateo que no cree en Allah.. ¿Quién proclama la nobleza y la elevacion del espíritu?.. El que cree en Allah.
<Compara y deduce las consecuencias resultantes.>
Creo en Allah, increado, Poderoso, Sabio, Justo, de quien emanan todas las virtudes, como la obra del universo creada por Él <lo demuestra>, como lo prueba la sana razón y como lo inspira nuestro sentimiento moral.
Si tienes un corazón sano, sin heridas profundas ni grandes cicatrices dolorosas, estás en el lugar adecuado, el principio del fundamento de la paz interior de todo individuo y del equilibrio emocional que regula y orienta las relaciones consigo mismo y también sus relaciones con los demás.. se llama Tasawwuf Sunna, la ciencia del Ihsan, (la espiritualidad, lo profundo), que es una parte importante del Islam.
Busca siempre y en todo momento la paz. Asume con valentía y con mucho Amor lo que no puedes cambiar de tú personal historia en el mundo.. pero cambia en tú interior, (transfórmate), y ten una sana convivencia con quienes viven cerca de ti, perdonando a quien o/a quienes tienes que perdonar.
Trabajar más con el corazón.
Assalamo aleikum.
Shaykh Ahmad Salah As Sufi.