كيفية العمل مع درجة الماجستير.
Ciertamente es con la sabiduría y la inteligencia del sentido (que hay que adaptarlo para darle el enfoque de la belleza que lleva la disciplina) sin resolverlo todo mediante un planteamiento radical sobre el método, para no caer en la posibilidad del fracaso ni tampoco en la debilidad, sinó enseñando el camino más directo y abrir al coraje las mentes con la guía necesaria e interactuando con la facilidad sin lágrimas, haciendo hincapié en la profundidad con el vínculo del estudiante y examinar su conducta ante la disciplina, en un marco de afectividad, amor y compasión. Ciertamente la enseñanza es una caridad que debe ser bien entendible para ambas partes y debe de llevar un mapa claro para la intervención, si queréis que esos aprendices prosperen con las materias que se le están ofreciendo.
Nos puede resultar paradójico creer -hasta ser realmente quiénes somos- que cada uno de nosotros tiene el reto más difícil al que debemos de enfrentarnos; Se trata de hacer el trabajo (laborar) sin tener la pretensión de hacer unas "fotocopias" de nosotros con ningún aprendiz, pues eso sería solamente una imitación que desobedece con la personalidad de cada cual y no sería una verdadera enseñanza. Debemos saber cómo corresponder y comprometernos sin tomar el servicio por una rutina con sus repeticiones; el cultivo puede ser extensivo pero no debería ser repetitivo.. pues cada semilla requiere de su espacio para que crezca. La seriedad es una garantía para la buena retribución de la enseñanza. Todo tiene sus claves, con el sentido y la práctica, que son factores fundamentales para el bienestar del aprendizaje. Una buena enseñanza puede convertirse en un elemento sútil que nos marcará para toda nuestra vida, pues es un camino expresivo que tiene implícito lo auténtico y lo íntegro. Después, cada uno debe de seguir para cultivarse y beneficiarse de ello.. aunque eso sea distinto para cada caso.
Cada uno se enfrentará a su propio reto por descubrir quién es y para vivir su vida de acuerdo con su propia vocación. Y ésto es algo que debemos de hacer prestando atención al despliegue, en el momento presente, de los diferentes aspectos que nuestro aprendizaje ha llevado. Ese es un trabajo que nadie puede hacer por nosotros; nadie puede vivir tú vida por ti.. y los que se quedan mirando para las moscas, no volarán nunca.
Quizás lo dicho hasta ahora no tenga para ti mucho sentido. De hecho, probablemente no lo tenga hasta que te sientes y extiendas ese gesto en el tiempo, (es decir), hasta que te comprometas con el cultivo formal que tiene que estar apoyado por la aspiración a buscar y descubrir por tí mismo cómo es realmente todo lo que se esconde detrás del velo de las apariencias para subsanar las historias que al respecto te hayan contado, (las cosas), aunque no sean completamente ciertas o sólo lo sean de un modo parcial, se tienen que poner en orden y quitar los poderes fácticos que puedan tener los errores.
Independientemente del tipo de enseñanza y didáctica que hayan recogido en el pasado, (en éste mismo instante), es para usted una tarea el perfeccionar aquél trampolín que recibió para llevarlo a cabo en el presente de manera consciente, ecuánime, lúcida y atenta. El pasado es, (para nosotros), como el hierro en bruto es para el herrero. El trabajo y la aventura de la vida consisten en no quedarnos atrapados en el pasado, en nuestras ideas y en nuestros conceptos y moldear lo que realmente tenemos ahora en nuestras manos. Ese ha sido siempre el mejor sistema para operar en el presente y caminar al futuro.
Si puedes estar atento a éste momento, es posible que el siguiente momento sea extraordinario y creativamente diferente, porqué eres y estás consciente de lo que sucede con esa evolución sin tener que usurpar ideas anticuadas o radicales que el mundo yá no necesita en absoluto.
A veces añadiremos, a esa definición, la frase de "como si tu vida dependiera de ello", porqué se profundiza en su efecto. Técnicamente hablando, lo que emerge cuando prestas una atención deliberada y no crítica al momento presente, es como si tu vida dependiera de ello. Y lo que emerge, no es más que la conciencia.. que pese a estar íntimamente familiarizados con ella, la conciencia es una facultad que a veces nos resulta ajena por completo. Por ello, el entrenamiento (la instrucción) educativa consiste, (en realidad), en la aceptación del ejercicio de un recurso que yá poseemos. No tenemos, para ello, que ir a ningún lugar del fin del mundo, sinó tan sólo aprender a habitar en el lugar con un dominio de la mente del que, (hablando en términos generales), muchas personas están desconectados. Y eso, es lo que podríamos denominar, como la modalidad del ser de la mente.
A menudo estamos tan activos, que pasamos apresuradamente de una cosa a la siguiente con la idea de qué, en algún momento posterior, estaremos mejor. Vivimos para eliminar cosas de nuestra lista de situaciones pendientes, (y al finalizar el día), caemos cansados en la cama, para levantarnos a la mañana siguiente y poner en marcha de nuevo la misma rueca. Ésta forma de vida -si tal nombre tiene para algunos- se ve impulsada por diferentes expectativas que nos las estamos imponiendo a nosotros mismos de forma generalizada como una gran rutina, (de repeticiones), [en gran medida], por la creciente dependencia de una tecnología omnipresente que cada vez está acelerando más nuestro ritmo de vida.
Resulta muy fácil, (si no estás atento), olvidar quién está haciendo todo eso y por qué y, dejando de lado tú cualidad de ser humano, para convertirte en un hacedor humano.
Ahí es, (precisamente), donde entra en juego la atención y la conciencia, con la modalidad de hacer que la modalidad sea personal para tí. Entonces, nuestra acción resulta mucho más integrada y eficaz porqué brota de nuestro ser interior.. también dejamos de buscar etiquetas, de agotarnos y así aprendemos a tejer y unificar todos los hilos de los que hemos estado aprendiendo.. resolviendo el puzzle con todas sus piezas bien colocadas.
El ser humano tiene capacidad para aprender, pero depende en gran medida de su parte para relacionarse con sus circunstancias y evitar los peligros. Siempre confiamos en el pensamiento y la razón para conocer nuestro entorno. Pero ésta razón puede ser lenta, y en su lentitud volverse inútil. Así, muchos de nuestros procesos mentales internos tienden, por ser obsesivos, a desconectarnos del entorno. En el nivel de la maestría, las facultades intuitivas son una mezcla de lo instintivo y de lo racional, lo consciente y lo inconsciente, lo humano y lo animal. Ésta es nuestra forma de hacer ciertas asociaciones súbitas y eficaces con el entorno, para sentir o pensar las cosas por dentro.. interiormente.
De niños tuvimos algo de esa espontaneidad y facultad intuitiva, la cual suele ser expulsada por la información que recarga nuestra mente con el paso del tiempo. Los maestros regresan a ese estado infantil, (fitrah), y sus obras exhiben cierto grado de espontaneidad y de acceso a lo inconsciente, aunque en un nivel muy superior al del niño.
Si seguimos el procedimiento que conduce a éste punto primordial, activaremos la facultad intuitiva latente en todo cerebro humano, que quizás hemos experimentado de paso al trabajar con ahínco en un problema o proyecto. De hecho, en la vida solemos tener atisbos de éste poder cuando, (por ejemplo), tenemos un presentimiento o corazonada sobre una situación particular, o cuando nos llega de la nada la solución perfecta para cierto problema. Pero éstos momentos son efímeros y no se basan en la experiencia suficiente para ser repetibles. Cuando alcanzamos la maestría, la intuición es un poder a nuestro mando, el fruto de haber seguido un proceso completo. Y como el mundo premia la creatividad y la aptitud para descubrir nuevos aspectos de la realidad, también nos brinda un poder práctico que puede ser enorme.
Concibe la maestría de ésta manera: a lo largo de la historia, hombres y mujeres se han visto atrapados por las limitaciones de su conciencia, por su falta de contacto con la realidad y la facultad para influir en el mundo que los rodea. Han buscado todo tipo de atajos para acceder a esa mayor conciencia y sensación de control, en forma de rituales mágicos, trances, conjuros y otros sintéticos. Muchos han consagrado su vida a lo sintético, buscando la piedra filosofal, la fórmula o la sustancia que convertiría todo en oro. Todo un materialismo. Ese ansia por el atajo, ha sobrevivido hasta nuestros días bajo la forma de simples fórmulas de éxito, antiguos secretos finalmente revelados según los cuales un mero cambio de actitud atraerá la energía indicada. Hay algo de verdad y sentido práctico en esos afanes; por ejemplo, en el énfasis de la concentración profunda. Pero, al final, todas esas búsquedas giran en torno a algo que no existe: buscar el camino fácil al poder práctico, con una solución simple y rápida de la mente.
Cuando se pierden dentro de esas fantasías interminables, muchas personas ignoran el verdadero poder que poseen. Y -a diferencia de las fórmulas mágicas o simplistas, los efectos materiales de éste poder pueden verse en la historia: en los grandes inventos y descubrimientos, construcciones y obras de arte, en la destreza de la avanzada tecnología que poseemos, son todas las producciones de la mente material magistral. Éste poder brinda a quien lo posee la conexión con la realidad y la aptitud para cambiar el mundo con que los místicos del pasado sólo pudieron soñar.
Al paso de los siglos, la gente ha levantado una barrera en torno a la maestría. La ha llamado "genialidad" y la ha creído inaccesible. La ha visto como resultado de ciertos privilegios, talento innato o hasta en la alineación correcta de las estrellas. La han hecho parecer tan alusiva como la nube de vapor. Pero esa barrera es imaginaria. El verdadero secreto es éste: nuestro cerebro es producto del desarrollo y, más que nada, de ésta evolución buscando que nos lleve a la maestría, el poder latente que existe en todos nosotros. Puede decirse, de hecho, que ésta relación revolucionaria con el tiempo alteró en esencia la mente humana misma y le dio una calidad o naturaleza particular. Cuando nos damos tiempo para concentrarnos profundamente, cuando confiamos en que seguir un procedimiento de meses o años nos conducirá a la maestría, estamos operando conforme a la naturaleza de éste instrumento maravilloso, el cual se desarrolló a lo largo de muchos años. Pasamos infaliblemente a unos niveles de inteligencia cada vez más elevados. Vemos todo con más profundidad y realismo. Practicamos y hacemos las cosas con más habilidad. Aprendemos a pensar por nosotros mismos. Somos capaces de manejar situaciones complejas sin sentirnos abrumados por ellas. Siguiendo éste camino, nos convertimos en magister, en maestros.
Pero, en la medida en que creemos que podemos omitir pasos para eludir el procedimiento, obtener un poder mediante contactos y/o fórmulas fáciles o depender de nuestro talento innato.. actuamos en contra de esa naturaleza y anulamos nuestras facultades más importantes. Nos volvemos esclavos del tiempo: conforme éste pasa, nos hacemos más débiles, menos capaces, atrapados en un derrotero sin muchas oportunidades de progreso. Nos volvemos prisioneros de las opiniones y los temores de los demás. En vez de que la mente nos vincule con la realidad, nos estamos desconectando de ella y nos encerramos en una jaula mental con estrecha puerta. El ser humano, que dependía de su atención concentrada para sobrevivir, se vuelve ahora como un animal explorador distraído, incapaz de pensar a fondo y que también estará obligado a depender de sus instintos.
El colmo de lo absurdo, es creer qué: en el curso de tú corta vida, de tus escasas décadas de conciencia, serás capaz de reprogramar la configuración de tu cerebro mediante la tecnología o las buenas intenciones, para superar el efecto de tantos años de desarrollo. Ir en contra de la naturaleza te puede ofrecer una distracción temporal, pero el tiempo exhibirá de forma despiadada tu debilidad e impaciencia.
Hemos heredado muchas cosas espirituales.. pero no nos servirán para nada si no las sabemos utilizar con maestría.
Assalamo Aleikum.