Assalamo aleikum.

.

viernes, 20 de septiembre de 2024

LAS PURIFICACIONES التطهيرات

LAS PURIFICACIONES التطهيرات
___________
FUNDAMENTOS DE LA DOCTRINA METAFÍSICA. 
El primer aspecto que tendríamos que estudiar es el wird (pl. awrād). El wird es uno de los aspectos funcionales en la práctica de la Purificación, (como yá hemos mencionado en algunos artículos del blog), también es una forma de aprendizaje, meditación y autognosis. Nos otorga la protección diaria y, en muchos contextos, especialmente para los seguidores del Tasawwuf, se entiende como un alimento espiritual. La palabra wird (pl. awrād), que en árabe significa de forma literal "lugar de donde se bebe", es el grupo de letanías o invocaciones del dhikr que recitan los miembros de una Tariqa y constituye una de sus señas de identidad doctrinal.

El wird representa una forma de protección, aprendizaje, meditación, en definitiva, de autognosis, dentro de la práctica y ejercicios espirituales. En ella también se expresan los principales elementos de la cosmovisión, como son la creencia metafísica ('aqīda) tanto de Allah como del rol del Profeta, la gnoseología gnóstica (ta'rif) como el proceso de autognosis hasta alcanzar el conocimiento de Allah. Por esa razón, la práctica del wird no es tanto un ritual mecánico (de movimientos) que es lo que se desprende de la interpretación que hace Abu-Nasr como práctica dedicada para incrementar esa mencionada autognosis. El wird tiene una carga simbólica muy elevada en su contenido, algo que aligera el peso del componente más mecánico y ritual. "El practicante no debería verlo como un rito en que al final acaban perdiendo el sentido, sinó como un proceso de autognosis".
(Muhammad al-Mishry)

Según explica Malik, somos conscientes de que es algo parecido a una meditación. (Pero si se pierde la consciencia, se pierde el valor de la práctica.) 
Abdallah al-'Alawī dijo: "El objetivo de las recitaciones es obtener la fragancia de la haqiqa muhammadiyya". Es más, de éstas palabras se intuye una voluntad seria y consciente por lograr el objetivo de alcanzar la haqiqa.

(El wird no está organizado para ser algo complicado.) 

Existen tres letanías en el wird, uno obligatorio y dos en la wazīfa. El wird obligatorio se realiza de forma individual y consiste en la primera parte en solicitar el perdón de Allah (istighfar), una invocación sobre el Profeta (al-salāt 'alā nabī) con la letanía especial llamada şalāt al-fatih y, por último, expresar que "no hay más dios que Allah" (al-tahlil). La wazīfa, como se dice, usa las mismas letanías recitadas pero incluyendo una letanía muy especial titulada al-Qadir (la grandeza), que según la tradición fue entregada por el Profeta Muhammad (s.a.w.s.).

Precisamente, las şalawāt (invocaciones sobre el Profeta) el șalāt al-fatih (invocación de la apertura) y (la recitación de la grandeza) son las claves para entender todo el peso simbólico del wird. Ambas letanías ilustran de una forma muy intensa el fondo de la Tariqa, estando envueltas en un poderoso contexto interior y simbólico. Según Muhammad al-Bakrī, se pueden considerar que han sido reveladas desde el cielo, por la tradición dada por el Profeta Muhammad (s.a.w.s.). Ésto hace que en ambientes tradicionales se le otorgue, <por su procedencia>, una consideración especial, además de un poder espiritual interior incalculable. De ahí su omnipresencia en todos los ámbitos de la Tariqa, hasta convertirse en dispositivos identitarios utilizados por todos los miembros sin ninguna excepción. 
Las virtudes de éstas recitaciones son descritas por innumerables Shaykhs de todas las épocas como crecimiento espiritual (taşliya). Se dice: que al recitar todas las otras alabanzas (tasbih) sobre Allah con un dhikr (recuerdo de Allah) o un du'a (petición) es más o menos importante que el de la recitación del Corán.. como una forma considerable de la ortodoxia islámica. Sin embargo, lo que cuenta son las afirmaciones de Nuestro Profeta y maestro Muhammad (s.a.w.s.) con el escrupuloso celo hacia la equivalencia y la adecuación entre la palabra de Allah (el Corán) y la demostración del amor (mahabba) hacia el Profeta. Pues según nos muestran algunos Hadices, una salawāt hacia el Profeta vale por diez oraciones de Allah hacia la persona que lo invoca.

"¡Oh, Allah! Sea tu plegaria sobre nuestro señor Muhammad, el que abre aquello que está cerrado, el sello de lo previo, el conocedor de la realidad absoluta y guía en tu camino recto, y también [sea tu plegaria] sobre toda su gente con el verdadero valor del absoluto. Amin".

Ésta es una salawāt de (invocación hacia el Profeta) con la estructura recalcada de enaltecimiento para Allah en éste tipo de fórmulas. La figura del Profeta Muhammad (s.a.w.s.) en esta salawāt está guardando la cosmovisión total de su representación para los miembros de la Tariqa. En ella se pide directamente a Allah [Allāhumma], en imperativo respetuoso, que realice su plegaria (taşliya) (la práctica del dhikr con salawāt) sobre el Profeta Muhammad (s.a.w.s.) descrito como el que abre aquello que está cerrado para la humanidad. Aquí podemos apreciar la gran importancia del Profeta dentro de los esquemas de la Tariqa que lleva al practicante, de facto, para pedir a Allah su plegaria y que haya una manifestación (tajally) suya, (y según otros maestros), termine manifestando Su Luz (nūr) sobre todos. Para Sidi Muhammad Al-Ghally (QS) "éste hecho es un signo del maestro de la humanidad, el cual es requerido y tiene que ser apreciado por las propias criaturas (creación) mediante las plegarias, en donde el fragmento del siervo ('abd) solicita la manifestación de Su Señor. In sha Allah".

En tanto que el siervo se aniquila ante la presencia de Allah y el profeta Muhammad. Ésto representa todo un entendimiento para superar las dualidades hacia la unidad y que las identidades personales vayan fundiéndose poco a poco en el proceso de ascensión (sayr). A continuación, se describe a Muhammad como aquel que abre lo que está cerrado [al-fatihi li-māughliq] y el que sella lo anterior [wa al-khātimi li-māsabaq] en referencia al estatus interior dentro de las prescripciones de la Tariqa en la que el Profeta es la luz (nūr) pura con la que Allah iluminó a la creación, y a la vez, el último de sus enviados para ésta. También está descrito como el que facilita la auténtica realidad [nāşir haqq bi al-haqq], una atribución que deriva de la anterior prescripción, es decir, de la idea de que sólo Muhammad puede guiar [wa al-hadī] hacia Allah a través de las manifestaciones (tajally).. Partiendo de la base de la aleya de Corán 5:15 "Os hemos enviado luz de Allah y un libro manifiesto". Además, también se puede ver una referencia en el episodio de la apertura del pecho en la biografía del Profeta, en la cual Muhammad, (s a w.s.) fue liberado de toda la oscuridad en su corazón. Ésto le convirtió en un ser puro (mutahir), pudiéndose establecer la analogía con la luz. Además, el Profeta, por ésta naturaleza podía sellar todo lo anterior en un acto de generosidad de Allah no pudiendo haber más mensajeros ni nadie superior a él.  
El análisis que la apreciación de éstos atributos del Profeta proviene de la obra del Kitāb al-Shifa' (El libro de la curación) del sabio andalusí al-Qadī 'Iyād). En concreto, sobre las alusiones de "Muhammad al-fatih" (pag, 328-329), que son una visión global fundamentada en una narración del tafsir de Ibn Kathīr en la que Salāma al-Kindī explica una invocación que recitaba Alī sobre el Profeta y como ésta es una recompensa para los que lo hagan. El fragmento es el siguiente: Salāma al-Kindī dijo: Ali solía enseñarnos a hacer una oración sobre el Profeta de la siguiente forma: "¡Oh, Allah! ¡Que extendiste la tierra y creaste los cielos! Sea tu salat sobre Muhammad, tu siervo y mensajero, el que abre lo que está sellado y sella lo anterior, quien anuncia la realidad absoluta y el que triunfa sobre los ejércitos de la falsedad.."
Después, la fórmula prosigue retomando un componente muy importante que es el ético-escatológico: de continuar por el camino recto [ilā şirāti-ka al-mustaqīm]. Ésta frase, (que también aparece en la fatiha-apertura), es la que representa el tránsito por el sendero trazado por Allah y por la corrección de la Sunnah -por eso- Muhammad era considerado el guía que conduce finalmente al Jannah (Paraíso). La letanía termina con una mención o petición sobre aquellos [wa 'alā 'ālihi] (tanto de Muhammad como de otros personajes importantes para el islam) que mantienen el verdadero valor del absoluto [haqqa qadri-hi wa al-miqdari- hi al-'azīm], quienes son los guardianes (walāyā) de la profecía y los que aún la mantienen siglos después del fallecimiento del Profeta. El secreto que contienen es algo que traspasa cualquier límite ('azīm), mostrando la verdadera naturaleza de la ma'rifa, porqué es el camino directo hacia Allah.

Es muy interesante ver cómo desde ésta letanía se (reconstruye) la imagen del Profeta Muhammad en la Tariqa. Esa emanación (tajally) es cada manifestación de Allah en la creación. Según explicita a lo largo del texto, en el tajally no hay dualidad porqué es una manifestación limpia de Allah y un recuerdo de su ahadiya (la unidad trascendental). Para acceder a la comprensión de ésta se necesita un nivel elevado de gnosis (ma'rifa) y la luz (nūr) del Profeta Muhammad. La elevación metafísica del Profeta Muhammad, fue elaborada desde la percepción del hombre perfecto (al-Insān al-Kamil) por Ibn Arabī.)

(Transitar por el camino recto, porque ésta guía (al-hadī) es la que explican los walāyā (Lit. guardianes), que son autoridades espirituales dentro del islam, la familia espiritual del Profeta.)
(Kashif al-Ilbās, p. 235).
El primero de los guardianes del secreto es sobre el alif (el símbolo de la existencia), que designa la presencia de la unicidad divina (tawhid). El segundo es el sidqq (la sinceridad), asociado con su rol de nāșir haqq bi al-haqq (facilitador de la auténtica realidad). El tercero es la siyāda (el señorío sobre la gnosis absoluta), que domina a su vez el fath (la apertura) y la khatimīya (el sellado) de los corazones, la khilāfaya (la designación) impuesta por Allah para su misión, así como la hidāya (guía) y la istiqāma (constancia). 

El uso de las plegarias al-fatih son una auténtica declaración de intenciones por parte del  siervo, yá que ésta contiene todos los elementos para dotar a la Tariqa de una identidad que se define como legítima. Si nos fijamos bien, ésta letanía usa la base de la construcción ideológica de la muhammadiyya, pues se advierte un fuerte énfasis en la Sunnah; pero de igual forma, vemos la preeminencia de la haqiqa desde un plano interno y, sobre todo, "de una transmisión profética directa". Es la primacía, de la plegaria para 'ala al-nābī (invocación para el Profeta) sobre el tahlil (la invocación de la unicidad de Allah), pues el Profeta, a través de la continua taşliya de los discípulos, obtiene para ellos un más elevado rango espiritual logrando así una mayor relevancia en sus vidas.

Del mismo modo, los atributos de su biografía (sīra) -como he observado anteriormente con la referencia al Kitab al-Shifa' de Qadī 'Iyād son actualizados hacia el presente logrando, una inmediatez y una enorme simpatía hacia él, facilitando el nexo (conexión) identitaria con los miembros de la Tariqa. Ésto enfatiza la idea de que el Profeta es alguien cercano, accesible y no es un personaje lejano.
La apertura (fāth) es hacia él, quien después proseguirá guiando al iniciado hacia el conocimiento de Allah por la (ma'rifa) a través de las diferentes presencias (hadarāt).

(Las letanías funcionan como recordatorios de un orden que se resquebraja y en el que se necesita, de nuevo, la presencia del Profeta todos los días con sus virtudes. Así, se recoge por el propio Profeta Muhammad (s.a.w.s.) y que su práctica constante será gratamente recompensada por el propio Profeta yá qué, según las fuentes ésta invocación era su preferida. La mayoría de éstas prácticas tienen que ver con la posibilidad.. (de experimentar la presencia del Profeta), sin duda es una de las mejores recompensas para cualquier musulmán tradicional. Algo que también se recoge es la Purificación, que tiene una puerta o virtud para acercarse en lo espiritual (ruhanīya) a las formas del mundo invisible (ghayb). 
-La oración y las plegarias bien efectuadas suponen una Purificación y es una elevación del propio Alma. (Nota ap. 1 de Sahih Muslim 853).
-El wudū (purificación ritual) también es una Purificación.
-El Zakat es otra Purificación sobre los bienes materiales.
-El Tawbah (que rompe con el pasado) es una Purificación del Alma.
-El Hajj es una Purificación.
-Las buenas obras son Purificaciones.
-El Wird y el Dhikr son Purificaciones.
"La Purificación es la mitad de la fe". (Abu Malik Al-Ash'ari, 432 de Sahih Muslim.)
(Todo en la vida del creyente, tiene que ser una Purificación en todos los sentidos.)

(El viaje místico (sulūk) hacia la presencia profética es -la principal característica de las invocaciones- que además, en palabras de eminentes sabios, suponen un secreto (sirr) y una certeza (haqāi'q) acerca de la existencia (wujūd) de la creación. Algo que siempre reafirmamos recordando al Profeta para no alejarse nunca de él.)

Cómo expliqué antes, cuando me refería al wird, que es una autognosis en la que el practicante descubre que la puerta de la gnosis (bāb al-ma'rifa) es el Profeta y que nadie puede facilitarle el acceso a la unidad, es decir a Allah, si no se somete primero tanto al khātm al-anbyā' (el sello de los profetas) y después al khātm al-awliyā' (el sello de los santos).. la autognosis pasa por un proceso en el que la persona de forma consciente va aniquilando (fanā) su ego (nafs) en el recto camino (șirāt al-mustaqim) hasta conseguir vislumbrar la verdadera realidad (haqīga) a través de las diferentes luces (anwar) muhammadianas. Por eso, podemos decir que éstas invocaciones representan el núcleo de las creencias y son una declaración de las intenciones por parte de los siervos. 

"Allāhumma şalli wa sālim 'alā 'aīni al-rahmati al-rabbānīhi al-yāqūtati al-mutahaqqati al-hāi'ţati bi markazi al-fahūmi wa al-ma'āni; al-nūr al-ākwāni al-mutakawnahi al-ādamī şāhibi al-haqq rabbānī; al-barqī al-āsta i bi-muzūni al-ārbāņi al-māli'ti li-kulli muta'arradin min al-buhūri wa al-āwānī; wa nūrika al-alāmi'i al-dhī malātabihi kawnaka al-ḥāi'ța bi-āmkinati al-makāni; Allāhumma şalli wa sālim.

Creo, que se puede apreciar, que ésta salawāt es una exaltación del poder gnóstico del Profeta Muhammad y un ejercicio para el murid que, al recitarlo, va viendo qué lugares (maqāmāt) debe de transitar y cómo interpretar las luces (anwār) o diversas manifestaciones del Profeta que se va a encontrar en su camino. Formalmente podemos dividirla en tres partes, coincidiendo con cada una de las invocaciones a Allah ..[Allāhumma şalli wa sālim...]. En la primera se enfatiza sobre dos de esas luces: al-nūr al-ākwāni (luz universal) y nūr al-alāmi 'i (luz deslumbrante). En la segunda parte se explicita al profeta Muhammad como 'aīni al-haqq al-latī tatajallī o emanación de la realidad absoluta. Y en la tercera como ihāțati al-nūri al-muțalsam o conocedor de una luz oculta dentro de un esquema cosmogónico. A diferencia del neo-sufismo y otras corrientes new-age, el Shaykh Ahmad Salah incide en la importancia de la contemplación para tener una relación con Allah- teniendo como guía conductor al Profeta Muhammad- (y la linea blanca del camino), para no aducir, (cómo otros hacen), sobre la imposibilidad de poder llegar a tener una comprensión (ta'arif) en el ser humano, mientras aceptamos que el único que es capaz de ayudar a alguien a adquirir esa gnosis es el Profeta, puesto que es una emanación de la realidad absoluta, una criatura de la cual depende toda la creación. Otra de las características de la Tariqa Sufiyya, es el énfasis mayor en la figura espiritual del Profeta, (que por supuesto), está por encima en la Silsila de la de cualquier Shaykh auténtico. El Profeta se convierte en la realidad última (haqīqa) emanada (tajallī) de lo Absoluto, dependiendo toda la creación de su existencia y su irradiación, convirtiéndose en pura generosidad de Allah. Una generosidad (fadl) que puede llegar a apartar de castigos o dar recompensas a aquellos que sean plenamente conscientes de la realidad (haqīqa) muhammadiana. Es por eso, que es tan importante la práctica del recuerdo (dhikr) porque con la autognosis se consigue la liberación de los velos interpuestos y otras realidades a favor de la verdadera realidad profética, la pura Rahma emanada de Allah. Ésto lo seguimos viendo en el fragmento [al- yāqūtati al-mutahaqqati] -que es una metáfora intensificada- (al- tashbihi al-balīgh)- que significa que Muhammad es una preciosa realidad que reúne la comprensión y los significados [al-hāi'țati bi-markazi al- fahūmi wa al-ma'āni] y es como una "lámpara llena de luz".

Continúa en segunda parte.

Assalamo Aleikum.