Assalamo aleikum.

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viernes, 31 de octubre de 2025

HABLANDO CLARO. Panegírico objetivo.

HABLANDO CLARO. 
Panegírico objetivo.
Vamos a plantearnos algunos problemas que están sucediendo en la actualidad y que no podemos dejar pasar por alto durante más tiempo. 
Muchos caminantes de la senda, están siendo dirigidos por anomalías (y ciertos marketings) que para nada tienen que ver con el camino del corazón. Supongamos, que alguien está leyendo un libro y que hay una verdad en ese libro, y algo dentro del individuo, reconoce esa verdad como tal verdad. La verdad que se reconoce como verdadera, ¿es verdadera por quién la dijo, o por algo que está en la propia naturaleza de lo que se dice, junto con algo inherente al Individuo que la lee, y, por tanto, sería verdadera independientemente de quién lo dijo?
Me estoy refiriendo a los falsos maestros que deambulan por el mundo, algunos parecen expertos <unos más que otros> en poder escribir cosas que contienen, en diversos grados, elementos de esa verdad y, sin embargo, esas personas no han participado ni tienen bienes de tales verdades, aunque sus escritos podrían contener tales verdades. Desafortunadamente, todos podemos llegar a confundir, a veces, el mensaje y/a través de quién podría llegar el mensaje. Cuando hacemos ésto, tendemos a asumir qué quien está transmitiendo el mensaje es capaz de transmitirlo porque el mensaje refleja lo que hay dentro de éstas personas, pero ésto no tiene por qué ser así.

Algunas personas utilizan la capacidad que tienen dentro para reconocer la verdad y la prostituyen con la capacidad que tienen para los propósitos del ego, es decir, del deseo de ser considerados y tratados por otras personas como guías y maestros espirituales. Éstas personas pueden decir la verdad <dentro de ciertos límites> porque son expertos en captar la verdad dicha por otros que no son como ellos mismos, uno con la verdad, de modo que el mensaje y mensajero, son para éste último tipo de individuos (un verdadero maestro), pero son diferentes. Como las dos caras de una misma moneda.

Los falsos maestros son los parásitos de las verdades transmitidas por los verdaderos maestros. Como tal, cuando un individuo consuma cualquier verdad que pueda ser transmitida por medio de un falso maestro, entonces, es semejante al que consume un alimento plagado de parásitos, y puede tener consecuencias problemáticas para él.
Aquellos que ingieren tales alimentos, aunque las intenciones del que tiene hambre hayan sido bastante convincentes, inocentes y sinceras, no tendrá nunca las garantías suficientes para reconocer la verdad y poder transmitirla a otros sin tener un remordimiento de conciencia por utilizar una copia plagiada que puede llegar a distorsionar la propia verdad. 
Alguien que es un verdadero maestro, ha estudiado con otro u otros maestros.. ha recibido la cadena en el cuello de manos de otro maestro, y no sólo con criterios de contenido textual, sinó que tiene que haber bebido de la misma fuente personalizada. No me sirven las visitas de dos días o de dos meses, ni tampoco, el hacerse muchas *fotografías con el maestro para aparentar haber estado en su prestigiosa presencia. (*En algunos lugares, aún hay gente que cuando observan esas fotografías, piensan que el que se las está mostrando y posando en ellas es también un importante maestro, aunque también puede ser un simple reportero o un aficionado a los selfies.)

En nuestro camino místico no se trata de tener conceptos, ideas, teorías o similares, ni es tampoco un ejercicio intelectual, y en consecuencia, sólo se pueden obtener los destellos extremadamente limitados de la realidad de las cosas a través de la Tarbiyyah perseverante y honesta que ofrece un maestro auténtico a sus alumnos.

Alguien puede escribir algo edificante, agradable informativo e interesante y hasta divertidos libros, que invitan a la reflexión e incluso que sean una verdadera autoayuda, pero ésto no significa que esas personas sean capaces de ser el lugar a través del cual se transmite la baraka o gracia, y ésto, por sí solo, es la clave para el progreso espiritual y el levantamiento de los telones espirituales. Al sentirse atraído hacia la verdad de algo, uno tiene que llegar a comprender quién Es el que está dibujando (modelando) y quién es el que está siendo atraído, y exactamente qué es hacia lo que uno está siendo atraído y los medios por los que uno se siente atraído para ser dibujado (modelado).  
Además, aunque todos tenemos dentro de nosotros la capacidad de reconocer la verdad, todos tenemos también dentro de nosotros la capacidad de velar para que no existan distorsiones que hagan alejarse de la verdad. Si la cuestión fuera simplemente la capacitación de poder reconocer esa verdad cuando estamos en contacto con ella, entonces nadie en el mundo necesitaría de un maestro o guía espiritual, y todos serían unos místicos realizados. Pero como éste no es el caso, la respuesta debe estar en otra parte y ser más compleja y sutil que todo eso.

La Verdad/Realidad. 
Hay muchas fuerzas dentro y fuera de nosotros que están dedicadas a garantizar que nunca nos demos cuenta del alcance total de la verdad para la cual la Divinidad nos ha dado la capacidad de hacerlo. En consecuencia, a veces lo que sentimos, creemos o pensamos que es verdad, (porque parece que algo resuena dentro de nosotros), ésto no es otra cosa que el ego mirándose la cara en un espejo. Entonces el problema es, ¿cómo se puede distinguir dentro de uno mismo esa dimensión de su ser que es capaz de reconocer la verdad de esa dimensión de su ser que es capaz de velar y distorsionar la verdad para sus propios propósitos no espirituales?
Cómo hemos dicho antes, cuando leemos algo en un libro, algo resuena dentro de nosotros. Debido a la experiencia de resonancia, familiaridad o atracción que tenemos respecto de lo que se dice en ese texto, podríamos decir: "Oh, ésto es verdad".. Pero, ¿lo es ciertamente?, ¿Cómo lo sabemos?, ¿Cómo podemos estar tan seguros?, ¿Cómo lo podemos probar?, ¿Cuál es el criterio de examen y evaluación que se puede utilizar?, ¿Qué herramientas se utilizarán en ese proceso?, ¿Cómo se deben utilizar éstas herramientas?.. Por supuesto, para que podamos confiar en las lecturas que se nos dan, y ¿Quién confirmará todos nuestros hallazgos? y ¿cómo saber que podemos confiar en dicha confirmación?, ¿Quién reconoce en tal caso el hecho de decir que algo es verdad?, ¿Es el yo verdadero o el yo falso?.. Ninguna de éstas preguntas pueden ser resueltas por su cuenta. No se puede discernir la verdad en éstos asuntos simplemente a través del esfuerzo, la concentración y la diligencia lectora. Se necesita mucho más, y eso, sólo se puede encontrar con la fusión y con la fuerza (espiritualmente) de una guía auténtica.

Hay personas que pueden hablar y escribir mucho sobre el camino místico, pues son como grandes cotorras teniendo todo muy bien guionizado: gran parte de éstos, siempre tienen las mismas retahilas y los mismos cánticos.. podrían incluso, ser buenos cantantes o buenos comediantes, y (hasta cierto punto), no tener la menor degustación de la realidad del Ser a la que el camino místico invita a cada uno de nosotros. El proceso es el de realizar la verdad con la verdadera identidad de uno y encontrar la capacidad espiritual esencial y única de uno que va más allá de lo que puede ser reconocido como verdadero en la superficie de las cosas. De hecho, cuando uno comprende plenamente la verdad, la superficie de las cosas se transmutan por completo en el proceso. Lo que uno reconocía como verdadero, previamente sigue siendo cierto <suponiendo que fuera cierto> pero se convierte en algo mucho más durante el proceso del "despertar".. hasta tal punto uno se da cuenta, (de que lo que uno reconocía como verdadero), previamente era en sí mismo una tremenda distorsión de la Verdad, aunque fuera en cierta medida dentro de su propio marco de comprensión.

Entonces, en relación al presente artículo, la respuesta depende de lo que uno quiere reconocer sobre la verdad de algo. ¡Y quién está bien guiado!, reconocerá rápido en qué nivel se está involucrando con la verdad, y cómo llegó la verdad a usted, y en qué grado de relación está con esa señal, (por así decirlo), si está involucrado en lo que se ha recibido o reconocido, o acaso ¿continúa usted en los bucles de las comedias y los circos mediáticos que cobran por la entrada al espectáculo?

Assalamo aleikum.

LAS FORMAS de LA ENVIDIA.(Sociales, extenso)

LAS FORMAS de LA ENVIDIA.
(Sociales, extenso)
La envidia se manifiesta de muchas maneras, como en todas las acciones humanas. Su abundancia proviene de la maravillosa creación de la humanidad y la multitud de sus componentes, visibles e invisibles, perceptibles e imperceptibles. Los seres humanos son capaces del bien y del mal, tienen libre albedrío, están sujetos a las consecuencias de sus actos y son responsables de todo lo que hacen.

La envidia se activa a través de diversos medios, entre ellos:
1- Los medios visuales directos, como mirar con los ojos y tocar con las manos, y ésto se realiza a corta distancia.
2- Los medios visuales indirectos, como escuchar con el oído, yá sea de cerca o a distancia.
3- Los medios invisibles y directos, como el olfato y el gusto, y ésto ocurre a corta distancia.
4- Los medios indirectos e invisibles, tales como: el yo y pensar en las bendiciones otorgadas a alguien, tanto de cerca como de lejos.

<Aunque existen otros métodos que se ajustan a lo explicado, y también otros métodos que no se ajustan a la explicación de los medios de comunicación.>

<La intención no es enumerar todas las formas en que se manifiesta la envidia, sinó más bien presentar un ejemplo para purificar el alma de lo que se adhiere a ella, para que pueda quedar limpia.>

El mejor camino que una persona puede tomar es seguir el ejemplo de aquel a quien Allah Todopoderoso hizo modelo para toda la creación, como Él mismo dijo en Su Libro Sagrado:
"Ciertamente, en el Mensajero de Allah tenéis un excelente ejemplo para todo aquel cuya esperanza está en Allah y en el Último Día y que recuerda a Allah con frecuencia." (Sura Al-Ahzab: Verso 21)

Y el Todopoderoso dijo:
Di, [¡Oh, Muhammad!]: «Si amáis a Allah, seguidme, [y] Allah os amará y os perdonará vuestros pecados. Y Allah es Indulgente y Misericordioso.» (Corán 3:31)

<El propósito de éste seguimiento es seguir en palabra y obra al Profeta (la paz y las bendiciones sean con él y su familia), esforzándose por emular su ejemplo y adoptando sus virtudes. Ésta cualidad forma parte de la fe pura.>

Allah Todopoderoso dijo, enfatizando la coherencia entre palabra y obra:
"Es sumamente odioso para Allah que digáis lo que no hacéis." (Sura As-Saff: Verso 3)

<Quien busque el velo del amor divino debe actuar conforme a lo que ama el Amado, (exaltada sea su gloria). Una de las manifestaciones más auténticas de amor y obediencia a Allah Todopoderoso es que quien ama se abstenga de lo que el Amado detesta, pues ésto contradice la esencia misma del amor.>

Respecto a ésto, Sayyid Ibn Tawus narró en Falah al-Sa'il wa Najah al-Masa'il: Según la autoridad de Muhammad ibn Abi Umayr, quien dijo: Alguien que oyó a Abu Abdullah al-Sadiq, la paz sea con él, decir: "Allah no ama a quienes le desobedecen."
Entonces actuó y dijo:
Desobedeces a Allah mientras profesas tu amor por Él; ésto es una contradicción imposible. Si tu amor fuera verdadero, le obedecerías; en efecto, el amante obedece al que ama.

Signos de los envidiosos.
El Libro Sagrado incluye una declaración sobre las señales de una persona envidiosa, en palabras del Todopoderoso:
"Si te sucede algo bueno, les entristece; pero si te sucede algo malo, se alegran." (Sura Al Imran: Verso 120)

Y Su dicho, Exaltado sea: «Si os sucede el bien, les entristece; pero si os sobreviene la calamidad, dicen: “Ya habíamos tomado precauciones”, y se alejan, regocijándose.» (Sura At-Tawbah: Verso 50)

<Allah Todopoderoso envió a Sus profetas, mensajeros y sus sucesores como misericordia y luz, y los convirtió en puerta de acceso al conocimiento y llave del entendimiento, y a través de ellos clarificó los caminos por los que Sus siervos pueden ser guiados.>

Allah Todopoderoso eligió a Su Mensajero Muhammad, (la paz y las bendiciones sean con él y su familia), como maestro para la humanidad, y Él, el Exaltado, dijo en Su Libro:
"En verdad, Allah ha sido misericordioso con los creyentes al enviarles un Mensajero de entre ellos mismos, que les recitaba Sus versículos, los purificaba y les enseñaba el Libro y la sabiduría, aunque antes se encontraban en un error manifiesto." (Sura Al Imran: Verso 164)

Entonces Allah Todopoderoso hizo de la familia de Su Profeta, (que la paz y las bendiciones de Allah sean con ellos), un depósito de conocimiento y herederos del conocimiento de los profetas, (la paz sea con ellos), y se refirió a ellos en Su Libro, diciendo: El Todopoderoso: "Así pues, preguntad a los sabios si no lo sabéis." (Sura Al-Anbiya: Verso 7)

En los textos de los nobles Hadices, dentro de la interpretación del versículo mencionado anteriormente, se afirma que la gente del recuerdo se refiere a la familia del Mensajero de Allah, (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él y con todos ellos).
<Al-Saffar, en el año 290 AH, narró en su libro Basair al-Darajat, vol. 1, pág. 40, capítulo 19, hadiz: Según la autoridad de Abu Ja`far, la paz sea con él, con respecto al dicho de Allah Todopoderoso: “Preguntad, pues, a la gente de conocimiento.”>

Si no lo sabes, dijo:
"Somos el pueblo de la memoria, y somos nosotros quienes seremos interrogados."
Al explicar el significado del Recuerdo (Dhikr) en el décimo verso de la Sura At-Talaq, Al-Bahrani (f. 1107 AH) narró en su libro Al-Burhan fi Tafsir Al-Qur'an, vol. 3, p. 425, Sura An-Nahl, Hadiz 10: según Abu Abdullah (la paz sea con él), quien dijo: Allah Todopoderoso dice: «Temed, pues, a Allah, ¡oh vosotros, creyentes dotados de entendimiento! Allah os ha enviado un Recuerdo (Dhikr) y un Mensajero…» Dijo: El Recuerdo (de Allah) es uno de los nombres de Muhammad, (que Allah lo bendiga a él y a su familia), y nosotros somos el pueblo del recuerdo.

Digo: Nos inspiramos para el conocimiento en todos los campos de la ciencia en la gente de la memoria, la paz sea con ellos, y en sus ciencias, que son los intérpretes del Sagrado Corán. Entre sus escritos, se mencionan textos sobre las señales de la persona envidiosa, que aclaran su condición. He aquí algunos extractos:
Acerca de las señales de la persona envidiosa:
1- Al-Karajaki 449 AH, en Kanz al-Fawa’id, vol. 1, p. 136, según la autoridad de Ali ibn Abi Talib, la paz sea con él, que dijo:
La persona envidiosa siente resentimiento hacia alguien que no le ha hecho ningún mal, y es tacaña con lo que no posee.
2- Al-Amidi, 550 AH, en su libro Ghurar al-Hikam wa Durar al-Kalim, p. 301, Hadiz 6838, según la autoridad de Ali ibn Abi Talib, la paz sea con él, que él Dijo: El envidioso se regocija en el mal y se entristece con la alegría.
3- Al-Nuri, 1320 AH, en Mustadrak al-Wasa’il wa Mustanbit al-Masa’il, vol. 12, Capítulo 17, Hadiz 55, según la autoridad de Ali ibn Abi Talib, (la paz sea con él), quien dijo:
La envidia solo trae daño e ira; debilita el corazón y enferma el cuerpo, y es lo peor que te puede pasar.
4- Al-Karajaki, 449 AH, en Kanz al-Fawa’id, vol. 1, p. 137, según la autoridad de Ali ibn Abi Talib, la paz sea con él, que dijo:
La persona envidiosa es rápida para atacar, lenta para mostrar compasión y se angustia fácilmente; la persona mezquina es despreciada.
5- Sheikh Al-Mufid, 413 AH, en Al-Irshad, vol. 1, p. 303, según la autoridad de Ali ibn Abi Talib, (la paz sea con él), que dijo: No hay descanso para los envidiosos.
6- Al-Karajaki, 449 AH, en Kanz al-Fawa'id, vol. 1, p. 136, según la autoridad de Ali ibn Abi Talib, (la paz sea con él), quien dijo: Nunca he visto un opresor más parecido al oprimido que el envidioso; un aliento constante, un corazón errante y una tristeza inseparable.
7- Al-Karajaki, 449 AH, en Kanz al-Fawa’id, vol. 1, p. 137, según la autoridad de Ali ibn Abi Talib, (la paz sea con él), que dijo:
Te basta con saber de la persona envidiosa que tu alegría le entristece.

<El Imam Abu Abdullah Ja'far ibn Muhammad al-Sadiq (la paz sea con él) explicó las señales de una persona envidiosa, que cualquiera puede reconocer aplicándolas a las personas que le rodean y con las que está.>

Al-Saduq (f. 381 AH) narró en su libro Al-Khisal, vol. 1, pág. 121, Los Tres Signos / Hadiz 113, según la autoridad de Abu Abdullah (la paz sea con él), quien dijo: Luqman le dijo a su hijo: Hijo mío, todo tiene una señal por la cual se conoce y se atestigua, y el envidioso tiene tres señales: habla mal de los demás cuando están ausentes, halaga cuando están presentes y se regodea con la desgracia ajena.
Al-Saduq (f. 381 AH) narró en su libro, Ma'ani al-Akhbar, p. 228, capítulo sobre el significado del mal de la persona envidiosa cuando envidia / Hadiz 1, según la autoridad de Ibn 'Umayr, quien lo rastreó hasta el Profeta, con respecto a las palabras de Allah Todopoderoso: "Y del mal del envidioso cuando envidia." [Sura Al-Falaq: Verso 5]. 
Al-Saduq (f. 381 AH) narró en su libro, Man La Yahduruhu al-Faqih, vol. 4, pág. 394, hadiz 5838, según la autoridad del Imam Abu Abdullah Ja'far ibn Muhammad al-Sadiq (la paz sea con él), que dijo: Cinco cosas, como digo, no traen consuelo al avaro, placer al envidioso, lealtad al esclavo, honor al mentiroso ni guía al necio.

Ibn Shu’bah al-Harrani, una de las figuras prominentes del siglo IV AH, narró en su libro: Tuhaf al-‘Uqul, pág. 22, según la autoridad del Profeta, (que Allah lo bendiga a él y a su familia y les conceda la paz), que dijo (dentro de un largo hadiz sobre los sermones).. Las señales de una persona envidiosa son cuatro: hablar mal de los demás a sus espaldas, adular y regodearse con la desgracia ajena.
Allamah Majlisi (f. 1111 AH) dijo en su libro, Bihar al-Anwar, vol. 1, pág. 128, capítulo 4, Signos del intelecto y sus fuerzas, dentro de su explicación del texto anterior: Sus palabras, (que la paz y las oraciones de Allah sean con él y su familia): “En cuanto a la señal del envidioso, parece que uno de los cuatro fue omitido por los escribas, como sucedió anteriormente, o había tres en lugar de cuatro, como en el consejo de Luqman, donde dijo: El envidioso tiene tres señales: murmura cuando está ausente, halaga cuando está presente y se alegra de la desgracia ajena”.

Resumen de las señales de una persona envidiosa:
1- La persona envidiada es objeto de habladurías cuando está ausente.
2- Halaga a la persona envidiada cuando está presente con ella.
3- Se regodea con la desgracia que le sobreviene a la persona envidiada.
4- Es irritable y visiblemente enojado, y su lengua pronuncia palabras ofensivas, difamatorias y despectivas hacia la persona envidiada.
5- Está inquieto e intranquilo, lleno de preocupación y tristeza, pensando constantemente en aquellos a quienes envidia, y su condición empeora cada vez que se habla favorablemente de la persona envidiada en su presencia.
6- Es tacaño con lo que no posee.
7- Se entristece al enterarse de que una bendición se renueva para la persona envidiada, o de que la alegría entra en su vida.
8- Se regocija cuando se le quita una bendición a la persona envidiada, o cuando se le aflige con algún daño.

<La envidia es una de las enfermedades del corazón. Algunos la definen como el daño causado por el conocimiento de la buena situación de los ricos. No le está permitido a la persona virtuosa sentir envidia, pues siempre tiene que actuar de manera virtuosa. Hay quienes afirman que la envidia consiste en desear que se le quite la bendición a la persona envidiada, incluso si ésta no la recibe, a diferencia de la emulación, que consiste en desear la misma bendición sin amar que se le quite a quien es emulado.>

<La investigación muestra que la envidia es odio y aversión a lo que se ve de la buena condición de la persona envidiada, y es de dos tipos: Una de ellas es el odio absoluto a la bendición que se le ha concedido. Ésta es la envidia reprensible. Si odia aquello que odia, entonces sufre y se resiente por la existencia de lo que odia, y eso es una enfermedad en su corazón. Se complace en que se le quite la bendición, aunque no obtenga ningún beneficio de ello. Su beneficio reside en la desaparición del dolor que sentía en su alma. Pero ese dolor no desapareció sinó por su propia acción, y es un alivio. Lo peor es como el enfermo al que se le trata con lo que alivia su dolor, pero la enfermedad persiste. Porque su odio a la bendición de Allah sobre su siervo es una enfermedad, yá que esa bendición puede regresar al envidiado e incluso ser mayor, y una bendición semejante puede obtenerse para alguien semejante al envidiado.>

<La persona envidiosa no tiene un objetivo específico, pero su alma odia lo que se ha concedido a otros; por eso, algunos han dicho que desea que se le quite la bendición, pues quien odia una bendición sobre otro desea que se le quite con su corazón.>

El segundo tipo se da cuando a uno le disgusta la superioridad de esa persona sobre sí mismo y desea ser como ella o mejor. Ésto es envidia, y es lo que se denominaba emulación. El Profeta, (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), lo denominó envidia en el hadiz consensuado de Ibn Masud e Ibn Omar (que Allah esté complacido con ellos), donde dijo: «No hay envidia excepto en dos casos: un hombre a quien Allah ha dado sabiduría, y que juzga y enseña con ella, y un hombre a quien Allah ha dado riqueza y le ha permitido gastarla en la causa de la verdad» (Ésta es la formulación de Ibn Masud, y la de Ibn Omar es: un hombre a quien Allah ha dado el Corán, y que lo recita de noche y de día, y un hombre a quien Allah ha dado riqueza, y que la gasta en la causa de la verdad de noche y de día. Fue narrado por Al-Bujari del hadiz de Abu Hurairah, y su formulación es: «No hay envidia excepto en dos casos: un hombre a quien Allah ha dado el Corán, y que lo recita de noche y de día» Y de día, un hombre lo oyó y dijo: «Ojalá me hubieran dado lo que le han dado a éste hombre, para poder hacer con ello lo que él hace, y a quien Allah le ha dado riquezas, para que las gaste en la causa de la verdad». Un hombre dijo: «Ojalá me hubieran dado lo mismo que a éste hombre, para poder hacer con ello lo que él hace». Ésta es la envidia que el Profeta, (que Allah le bendiga y le conceda la paz), prohibió salvo en dos ocasiones. Es lo que aquella gente llamaba «envidia», que consiste en desear la misma situación que los demás y odiar ser superior a ellos.
Si se dice: «Si a eso se le llama envidia, ¿acaso solo desea que Allah le conceda bendiciones?», se responde: «El origen de éste deseo radica en observar las bendiciones que otros reciben y en el odio que siente por ser favorecido por ellos. Si no existieran esos otros, no sentiría ese deseo. Por lo tanto, puesto que su origen es el odio a que otros sean favorecidos, se trata de envidia, porque es un odio seguido de amor». En cuanto a quien desea que Allah le conceda bendiciones sin importarle la situación de los demás, entonces no siente envidia. Por eso, la mayoría de las personas se ven afectadas por éste segundo tipo de rivalidad, que podría llamarse competencia. Ambos compiten por lo deseado, cada uno intentando obtenerlo, porque uno detesta ser favorecido por el otro, del mismo modo que los competidores se detestan mutuamente ser precedidos por el otro. La competencia no es del todo reprochable, sinó más bien loable por su bondad. Allah Todopoderoso dijo: «En verdad, los justos estarán en la dicha. Reposan en divanes, contemplando. Reconocerás en sus rostros el resplandor de la dicha. Se les dará a beber de un vino puro sellado. Su sello es almizcle. Que los competidores compitan por ésto». [Al-Mutaffifin: 22-26]

Así pues, al competidor se le ordena competir en ésta dicha, no en la fugaz dicha de éste mundo. Éste versículo 114:10 concuerda con el hadiz del Profeta, pues él prohibió la envidia salvo en el caso de quien ha recibido conocimiento y lo pone en práctica y lo enseña, y de quien ha recibido riqueza y la gasta. En cuanto a quien ha recibido conocimiento y no lo pone en práctica ni lo enseña, o quien recibe riqueza y no la gasta en obediencia a Allah, a éste no se le debe envidiar ni desear una situación similar, pues no se encuentra en el estado de bienestar que anhela, sinó que está expuesto al castigo. Y quien asume la autoridad y lo hace con conocimiento y justicia, cumpliendo con las responsabilidades depositadas en su pueblo y juzgando entre las personas según el Corán y la Sunnah, éste tiene un alto rango, pero ésto implica una gran lucha, como la de quien se esfuerza en el camino de Allah.

<La gente no envidia a quienes sufren grandes dificultades; por lo tanto, no los mencionó, aunque quien se esfuerza en el camino de Allah es superior a quien gasta dinero. Ésto difiere del gastador de dinero y del maestro, yá que éstos dos no suelen tener un enemigo externo. Si tuvieran un enemigo contra el que luchar, eso sería mejor para su posición. De igual modo, el Profeta no mencionó a quien ora, ayuna o realiza el Hajj, porque éstos actos no suelen reportar el mismo beneficio a la gente que les haga respetar y enaltecer a una persona, como se logra mediante la enseñanza y gastar para Allah.>

La envidia surge originalmente solo cuando otros alcanzan el liderazgo y la autoridad. De lo contrario, un trabajador no suele ser envidiado, incluso si disfruta más de la comida, la bebida y el matrimonio que otros. A diferencia de éstos dos tipos, quienes sí tienen seguidores son objeto de gran envidia. Por eso hay más envidia entre los eruditos que tienen seguidores que entre los que no los tienen, e igualmente entre quienes tienen seguidores debido a su gasto de dinero. Uno beneficia a las personas con alimento para el alma, y ​​otro con alimento para el cuerpo; y todas las personas necesitan de aquello que les beneficia de una u otra forma.

Por lo tanto, Allah (Exaltado sea) dió dos parábolas: una con ésto y otra con aquello, diciendo: 
"Allah pone como ejemplo a un siervo que pertenece por completo a otro y no tiene ningún poder, y a uno al que le hemos dado procedente de Nos una buena provisión de la que gasta en secreto y públicamente. ¿Son iguales acaso? Las alabanzas pertenecen a Allah; sin embargo la mayoría de ellos no saben.
Y Allah pone el ejemplo de dos hombres, uno de ellos es mudo y no tiene ninguna capacidad, siendo una carga para su amo; donde quiera que lo manda no le trae nada bien. ¿Son iguales éste y aquel que ordena la justicia y está en el camino recto?  (Sura An-Nahl: 75, 76)

Éstas dos parábolas fueron dadas por Allah (Exaltado sea) para sí mismo y para lo que se adora fuera de Él. Los ídolos son incapaces de realizar ninguna acción beneficiosa ni de pronunciar ninguna palabra beneficiosa. Si un siervo, que no tiene poder, no puede hacer nada, y otro a quien Allah ha bendecido con abundantes recursos, y que gasta de ellos en secreto y en público, ¿es éste siervo, incapaz de hacer el bien, igual a aquel que es capaz de hacer el bien y que lo hace a la gente en secreto y en público? Él (Exaltado sea) es capaz de hacer el bien a sus siervos, y siempre les hace el bien. Entonces, ¿cómo se puede comparar con Él al siervo débil, que no puede hacer nada, aunque esté asociado con Él? Éste es como aquel a quien Allah ha dado riquezas, y las gasta día y noche.
El segundo ejemplo: Si se consideran dos personas, una de ellas es muda, no entiende, no habla y no es capaz de nada, y sin embargo también es una carga para su amo dondequiera que lo dirija, y no aporta ningún bien, por lo que no hay ningún beneficio en ella, sinó que es una carga para quien se hace cargo de sus asuntos; y la otra es una persona sabia y justa que ordena justicia y actúa con justicia, por lo que está en el camino recto, y ésto es similar a aquel a quien Allah dio sabiduría, por lo que actúa con ella y la enseña a la gente.

Él mismo lo estableció como ejemplo, pues Él (Exaltado sea) es Omnisciente, Omnijusto, Omnipotente, que ordena justicia y defiende la equidad por el camino recto. Como dijo Él, el Altísimo: «Allah da testimonio de que no hay más divinidad que Él, y [también] los ángeles». [Al Imran: 18] Y Hud dijo: «En verdad, mi Señor está en el camino recto». [Hud: 56]

Por eso la gente tenía en alta estima a la casa de Abbas y Abdullah solía enseñar y su hermano alimentaba a la gente, por lo que lo respetaban mucho por ello. Muawiyah vio que la gente le preguntaba a Ibn Umar sobre los rituales y que él emitía fatuas, así que dijo: «¡Por Allah, ésto es un honor!», o algo parecido.
Ésto se debe a que Umar ibn al-Jattab (que Allah esté complacido con él) competía con Abu Bakr (que Allah esté complacido con él) en la caridad, como se establece en el Hadiz auténtico transmitido por Umar ibn al-Jattab (que Allah esté complacido con él), quien dijo: El Mensajero de Allah nos ordenó dar caridad, y yo tenía cierta riqueza en ese momento, así que dije: «Hoy superaré a Abu Bakr, si es que alguna vez lo he superado». Él dijo: «117/10. Así que traje la mitad de mi riqueza». Él dijo: «El Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones sean con él) me preguntó: "¿Qué has dejado para tu familia?". Respondí: "La misma cantidad". Luego Abu Bakr (que Allah esté complacido con él) llegó con todo lo que tenía, y el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones sean con él) le preguntó: "¿Qué has dejado para tu familia?". Él respondió: "Les he dejado a Allah y a Su Mensajero". Entonces dije: "Jamás competiré contigo en nada"».
(Al-Tirmidhi en Al-Manaqib (3675) y dijo: “Es bueno y auténtico”, y Abu Dawud en Al-Zakat (1678), y Al-Darimi en Al-Zakat 392, 391/1)

<Lo que hizo Umar fue competencia y envidia permisibles, pero la situación de Al-Siddiq (que Allah esté complacido con él) es mejor, yá que está completamente libre de competencia y no se fija en la situación de los demás.>

De igual modo, en el relato de la Ascensión, Moisés experimentó rivalidad y envidia hacia el Profeta (la paz y las bendiciones sean con él), hasta el punto de llorar cuando éste pasó a su lado. Al preguntarle por qué lloraba, respondió: "Lloro porque tras mí ha sido enviado un joven que entrará en el Paraíso y entrarán más personas de su nación que de la mía." Ésto se incluyó en los dos Sahihs. Y se narró en algunas de las palabras transmitidas, aunque no son auténticas: Pasamos junto a un hombre que decía, alzando la voz: «Lo honré y lo preferí». Dijo: «Entonces lo saludamos y nos acercamos a él, y él nos devolvió el saludo. Preguntó: "¿Quién es éste que te acompaña, oh Gabriel?". Respondió: «Éste es Ahmad». Dijo: «Bienvenido, profeta iletrado que transmitió el mensaje de su Señor y aconsejó a su nación». Dijo: «Luego seguimos adelante y pregunté: "¿Quién es éste, oh Gabriel?". Respondió: «Éste es Moisés, hijo de Imran». Pregunté: «¿Y a quién reprende?». Respondió: «Reprende a su Señor por ti». Pregunté: «¿Y alza la voz contra su Señor?». Respondió: «Allah Todopoderoso conoce su veracidad»

Y Umar (que Allah esté complacido con él) era similar a Moisés, y la situación de nuestro Profeta era mejor que la de Moisés, pues él no tenía nada de eso. [>118/10]

Asimismo, entre los Compañeros se encontraban Abu Ubaidah ibn al-Jarrah y otros como él, libres de todas éstas ataduras. Eran de un rango superior al de aquellos que albergaban rivalidad y envidia, aun cuando ésto fuera permisible. Por ello, Abu Ubaidah (que Allah esté complacido con él) mereció ser el administrador de ésta nación. Pues quien recibe la confianza no siente competencia por lo que se le ha confiado, es más merecedor de dicha confianza que quien teme la competencia. Por eso, las mujeres y los niños son confiados a eunucos, la tutela de los menores a quien se sabe que no compite por la de los mayores, y el dinero a quien se sabe que no tiene interés alguno en apropiárselo. Si a alguien que lleva la traición en su interior se le confía una tarea, se le compara con un lobo al que se le confían ovejas, pues es incapaz de cumplir con lo que se le ha confiado debido a lo que hay en su mente: el deseo de poseer aquello que se le ha confiado.

En el Hadiz narrado por el Imam Ahmad en su Musnad, transmitido por Anas (que Allah esté complacido con él), dijo: «Un día estábamos sentados con el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones sean con él) cuando dijo: “Un hombre de la gente del Paraíso aparecerá ahora ante vosotros desde éste paso de montaña”. Entonces apareció un hombre de los Ansar, con la barba aún húmeda por la ablución y las sandalias colgando de su mano izquierda. Los saludó. Al día siguiente, el Profeta le dijo lo mismo, y apareció el mismo hombre con su estado», y cuando llegó el tercer día, el Profeta, (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), pronunció su declaración, y aquel hombre apareció en el mismo estado que él (119/10). Cuando el Profeta, (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), se puso de pie, Abdullah bin Amr bin Al-Aas, (que Allah esté complacido con él), lo siguió y dijo: «Tuve una disputa con mi padre, así que juré no entrar en su casa durante tres días. Si considera oportuno acogerme en su casa hasta que pasen los tres días, lo haré». Él respondió: «Sí». Anas, (que Allah esté complacido con él), dijo: «Abdullah solía contar que se quedó con él tres noches, y no lo vio levantarse en ninguna, excepto qué, cuando se movía, se daba la vuelta en la cama y recordaba a Allah, el Altísimo, y decía el Takbir hasta que se levantaba para la oración del Fajr». Abdullah dijo: «Sin embargo, no le oí decir nada malo». Cuando terminamos las tres noches, y yo estaba a punto de menospreciar sus obras, le dije: «Oh, Abdullah, no había enojo ni distanciamiento entre mi padre y yo, pero oí al Mensajero de Allah, (que la paz y las bendiciones sean con él), decir tres veces: “Un hombre de la gente del Paraíso se os aparecerá”, y apareciste las tres veces, así que quise quedarme contigo para ver qué hacías y poder imitarte. Pero no te vi hacer mucho, así que ¿qué te ha llevado a lo que dijo el Mensajero de Allah, (que la paz y las bendiciones sean con él)». Él respondió: «No es nada más que lo que viste, salvo que no encuentro en mi corazón ninguna malicia ni envidia hacia ningún musulmán por ningún bien que Allah le haya concedido». Abdullah dijo: «Ésto es lo que te ha llevado a ésto, y ésto es lo que no podemos soportar». La declaración de Abdullah bin Amr: «Ésto es lo que te ha llevado a ésta situación, y ésto es lo que no podemos soportar», indica su libertad y seguridad frente a todo tipo de envidia.

Y así, Allah Todopoderoso alabó a los Ansar, diciendo: «Y no encuentran en sus corazones necesidad alguna de lo que se les ha dado, y dan preferencia a otros sobre sí mismos, aun cuando se encuentran en extrema necesidad». [Al-Hashr: 9] Es decir, de lo que sus hermanos, los Muhajirun, han recibido. Los comentaristas dijeron: «No encuentran en sus corazones necesidad alguna», queriendo decir: envidia y resentimiento por lo que los Muhajirun han recibido. Luego, algunos de ellos dijeron: «del botín de guerra», y se dijo: «del favor y la precedencia», por lo que no encuentran necesidad alguna de la riqueza o el estatus que se les ha dado, y la envidia que se dirige hacia ésto.

Existía una rivalidad entre los Aws y los Khazraj en materia religiosa. Si éstos hacían algo que los hiciera más favorecidos ante Allah y Su Mensajero, los demás querrían hacer lo mismo. Era una competencia por lo que los acercaba a Allah, como Él dijo: «Que en eso compitan los que compiten» [Al-Mutaffifin: 26].

En cuanto a toda envidia reprobable, Allah Todopoderoso dijo acerca de los judíos: «Muchos de la Gente de la Escritura desearían haceros volver a la incredulidad después de que hayáis creído, por envidia propia, incluso después de que la verdad les haya quedado clara». [Al-Baqarah: 109] «Desearían» significa que anhelan vuestra apostasía por envidia, haciendo así de la envidia la causa de ésto.
(Ahmad 166/3.)

El afecto surgió cuando la verdad les quedó clara, pues al ver que habías recibido la bendición que tú habías recibido, en lugar de lo que ellos habían recibido semejante, te envidiaron. Igualmente, en el otro versículo: «¿Acaso envidian a la gente por lo que Allah les ha concedido de Su favor? Pero yá les hemos dado (dijo Ibrahim) la Escritura y la sabiduría, y les hemos dado un gran reino. Y entre ellos hay quienes creen en ella, y entre ellos hay quienes se apartan de ella. Y el Infierno es suficiente como un fuego abrasador». [An-Nisa: 54, 55] Y Allah Todopoderoso dijo: «Di: “Me refugio en el Señor del alba”». Del mal de lo que Él ha creado, del mal de las tinieblas cuando se asientan, del mal de quienes soplan nudos y del mal del envidioso cuando envidia. (Sura Al-Falaq)

Un grupo de comentaristas mencionó que la revelación se debió a la envidia que los judíos sentían por el Profeta, (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), hasta el punto de lanzarle embrujos: Labid bin Al-A'sam, el judío, lo embrujó. Así pues, quien siente envidia o aborrece la bendición que Allah le ha concedido es un opresor y un transgresor. Y a quien aborrece su superioridad y desea ser como él, le está prohibido hacerlo, salvo en aquello que lo acerque a Allah. Por lo tanto, si desea dar lo mismo que recibió en aquello que lo acerque a Allah, no hay nada de malo en ello. Y es mejor apartar su corazón de ésto, para que no se fije en la condición de los demás.
Entonces, ésta envidia, si se lleva a cabo, convierte a quien la siente en un opresor y transgresor merecedor de castigo a menos que se arrepienta. El envidiado, por otro lado, es agraviado y se le ordena ser paciente y piadoso, para que soporte el daño infligido por el envidioso, y lo perdone, como dice Allah Todopoderoso: {Muchos de la Gente de la Escritura desearían haceros volver a la incredulidad después de que habéis creído, por envidia propia, incluso después de que la verdad les haya quedado clara. Así pues, perdonad y pasad por alto hasta que Allah cumpla Su mandato.} [Al-Baqarah: 109]. Y José fue puesto a prueba por la envidia de sus hermanos, quienes dijeron: «José…». Y su hermano es más querido por nuestro padre que nosotros, siendo nosotros un grupo. Ciertamente, nuestro padre está en un claro error. [Yusuf: 8] Así que lo envidiaron por la preferencia que su padre les tenía. Por eso Jacob le dijo a José: No cuentes tu visión a tus hermanos, no sea que tramen contra ti. Porque Satanás es, sin duda, el enemigo declarado del hombre. [Yusuf: 5]

Entonces lo agraviaron hablando de matarlo, arrojándolo al pozo y vendiéndolo como esclavo a quien lo llevó a la tierra de la incredulidad, convirtiéndose así en esclavo de un pueblo incrédulo. Luego, José se afligió al ser agraviado por alguien que lo incitó a la inmoralidad y trató de seducirlo, y buscó ayuda de alguien que lo asistiera en ello. Así que se mantuvo firme, y escogió la prisión antes que la inmoralidad, prefiriendo el tormento de este mundo a la ira de Allah. De ésta manera, fue agraviado por aquel que lo amó por sus propios deseos, 122:10, y por su propósito corrupto.

Éste amor lo amaba por el bien de su amado, por su propia sanación y la de él, si convenía a sus deseos. Aquellos que lo odiaban, en cambio, lo odiaban con un odio que exigía que lo arrojaran al pozo, lo capturaran y lo esclavizaran contra su voluntad. Aquellos que lo odiaban lo sacaron de la libertad y lo sumieron en la esclavitud de una falsa servidumbre, mientras que éste amor lo impulsaba, y su paciencia era una elección unida a la piedad, a diferencia de su paciencia ante la injusticia, pues ésta era una de las calamidades qué, sin la paciencia de un noble, se asemejaba a la paciencia de los animales. Ésta segunda paciencia es mejor que las otras dos; y por eso Él dijo: «En verdad, quien teme a Allah y es paciente, sabrá que Allah no desperdicia la recompensa de quienes obran el bien». [Yusuf: 90].

Así pues, si un creyente es perjudicado por su fe y se le pide que descrea, cometa inmoralidad o desobedezca, y si no lo hace, es perjudicado y castigado, entonces elige el perjuicio y el castigo antes que abandonar su religión: yá sea el encarcelamiento o abandonar su país, como les ocurrió a los emigrantes, que prefirieron abandonar sus tierras natales antes que su religión, y fueron torturados y maltratados.

El Profeta PyB sufrió diversos tipos de daño, y los soportó con paciencia voluntaria. Solo fue perjudicado para disuadirlo de hacer lo que hizo por voluntad propia. Ésto fue mayor que la paciencia de José, a quien solo se le pidió que cometiera adulterio, y sólo fue castigado con prisión si no lo hacía. Al Profeta PyB y a sus compañeros se les pidió que descreyeran, y si no lo hacían, su castigo era la muerte o algo menor, siendo la prisión el menor de los castigos que recibió. Los politeístas lo encarcelaron a él y a Banu Hashim en el valle durante un tiempo. Luego, cuando murió Abu Talib, se volvieron severos con él. Cuando los Ansar juraron lealtad y ellos se enteraron, comenzaron a impedirle partir y lo encarcelaron a él y a sus compañeros para evitarlo. Nadie emigraba sinó en secreto, excepto Umar ibn al-Khattab y otros como él. Los habían obligado a abandonar sus hogares, y sin embargo, a aquellos de entre ellos a quienes se les impidió hacerlo, los encarcelaron.

El daño y las aflicciones que sobrevinieron a los creyentes se debieron a su decisión de obedecer a Allah y a Su Mensajero. No fueron como las calamidades divinas que ocurren sin la voluntad del siervo, como el encarcelamiento de José o la separación de su padre. Éste último tipo es el más noble de los dos, y quienes lo experimentan son de un rango superior, aunque quien sufre aflicciones es recompensado por su paciencia y aceptación, y sus pecados son expiados por sus pruebas. Ésta persona fue afligida y dañada por su decisión de obedecer a Allah, y es recompensada por las aflicciones mismas, y se le registra una buena acción por ellas. Allah Todopoderoso dice: «Ésto se debe a que no son afligidos por la sed, ni por el cansancio, ni por el hambre en la causa de Allah, ni pisan terreno que enfurezca a los incrédulos, ni infligen daño alguno a un enemigo, sin que ésto les sea registrado». Tienen una obra que realizar en consecuencia.

“En verdad, Allah no desperdicia la recompensa de quienes hacen el bien.” [At-Tawbah: 120]

A diferencia de las calamidades que ocurren sin la voluntad del siervo, como la enfermedad, la muerte de un ser querido y el robo de su dinero, por las cuales recibe recompensa por su paciencia, no por la calamidad en sí. Pero la calamidad expía sus pecados, pues la recompensa es solo por las acciones voluntarias y sus frutos.
Aquellos que sufren daño por su fe y obediencia a Allah y a Su Mensajero, y que por ello se afligen.
O la enfermedad, o el encarcelamiento, o la separación de la patria y la pérdida de bienes y familia, o los golpes, los insultos, o la pérdida del liderazgo y la riqueza. En ésto, siguen el camino de los profetas y sus seguidores, como los primeros emigrantes. Éstas personas son recompensadas por lo que sufren y se les registra una buena acción, al igual que el muyahidín es recompensado por el hambre, la sed y el cansancio que padece, y por su ira hacia los incrédulos, aunque éstos efectos no sean una acción que él realice, sinó que sean causados ​​por su acción voluntaria, y son lo que se denomina generados.

Se ha discrepado sobre si se trata de una acción del agente de la causa, de Allah o si carece de agente. La opinión correcta es que es compartida entre el agente de la causa y todas las demás causas; y por ésta razón, se le registra una buena acción.

La cuestión es que la envidia es una enfermedad del alma, una enfermedad muy extendida de la que pocos se libran. Por eso se dice: «Nadie está libre de envidia; el mezquino la manifiesta y el generoso la oculta». Le preguntaron a Al-Hasan Al-Basri: «¿Siente envidia el creyente?». Él respondió: «¡Que no olvides a los hermanos de José, que no tengas padre! Pero guárdala en tu corazón, pues no te hará daño mientras no la lleves a cabo con tus manos ni con tus palabras».

Quien sienta envidia hacia otro, debe ser piadoso y paciente con él, y aborrecer esa envidia en sí mismo. Muchos religiosos no pecan contra el envidiado, ni ayudan al que les hizo daño, ni cumplen con su deber. Si alguien los critica, no se unen a la crítica ni mencionan sus elogios. Y si alguien los elogia, guardan silencio. Éstas personas son culpables de descuidar su deber, y son negligentes en ello, sin pecar contra él. Su castigo es la privación de sus derechos; no se les hace justicia en ciertos lugares ni se les concede la victoria sobre quien les hizo daño, así como ellos no concedieron la victoria al envidiado. En cuanto al que peca de palabra o de obra, ese es castigado.

Y quien tema a Allah, sea paciente y no se junte con los malhechores, Allah le recompensará por su piedad, como sucedió con Zainab bint Jahsh (que Allah esté complacido con ella), pues ella fue superior a A'isha entre las esposas del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él). La envidia entre las personas es muy común, especialmente entre quienes están casados ​​con un solo hombre, pues la mujer siente celos de su esposo por la parte que le corresponde, yá que, al compartir, pierde parte de ella.

Así pues, la envidia suele surgir entre quienes comparten el liderazgo o la riqueza, si uno se beneficia y el otro no. También se da entre iguales cuando a uno le disgusta ser favorecido sobre el otro, como en el caso de la envidia de los hermanos de José y la de los dos hijos de Adán, uno de ellos hacia su hermano, porque Allah aceptó su ofrenda y no la del otro, por lo que lo envidiaba por la superioridad que Allah le había concedido en fe y piedad, como la envidia de los judíos.

<Orgullo y envidia, porque la avaricia es de Adán, la arrogancia es de Satanás y la envidia es de Caín cuando mató a Abel.>

Y en el Hadiz: (Hay tres cosas de las que nadie puede salvarse: la envidia, la sospecha y la arrogancia, y te diré lo que resulta de eso: si tienes envidia, no odies, si sospechas, no verifiques, y si deseas arrogancia, entonces sigue adelante. Narrado por Ibn Abi Al-Dunya del hadiz de Abu Hurairah.)

Y en el Sunan bajo la autoridad del Profeta, (la paz y las bendiciones de Allah sean con él): La enfermedad de las naciones que te precedieron ha llegado a ti: envidia y odio, y se están afeitando. No digo: afeitarse el pelo, sino afeitarse la deuda. (Por eso lo llamó enfermedad, así como llamó enfermedad a la tacañería cuando dijo: ¿Qué enfermedad padecen los de la tacañería? Él sabía que se trataba de una enfermedad, y se menciona en otro hadiz: Busco refugio en Ti contra la maldad de la moral, los deseos y las enfermedades. Entonces las enfermedades estaban relacionadas con la moral y los deseos. Porque las buenas maneras se han convertido en un hábito del alma, y ​​en una característica. El Todopoderoso dijo: “Y en verdad, en verdad, eres de gran carácter moral” [Al-Qalam: 4]. Ibn Abbas, Ibn Uyaynah y Ahmad bin Hanbal (que Allah esté complacido con ellos) dijeron: Sobre una gran religión, y en una declaración bajo la autoridad de Ibn Abbas: Sobre la religión del Islam, y A'isha también (que Allah esté complacido con ellos y Allah la bendiga): Su creación fue el Corán. Asimismo, Al-Hasan Al-Basri dijo: La etiqueta del Corán es la gran creación.

En cuanto a la pasión, puede ser temporal, y la enfermedad es enfermedad, que es el dolor del corazón y la corrupción que hay en él. En el primer Hadiz, la envidia estaba relacionada con el odio, porque la persona envidiosa primero odia el favor de Allah sobre esa otra persona, luego pasa a odiarlo, por lo que odiar lo necesario requiere odiar lo necesario, porque si la bendición de Allah es necesaria y Él ama su desaparición, y no desaparece excepto con su desaparición, entonces la odia y ama su ausencia, y la envidia necesita de la transgresión, como Allah Todopoderoso dijo acerca de quien sea. Aceptamos: No estuvieron de acuerdo después de que el conocimiento les llegó por envidia entre ellos mismos, por lo que su desacuerdo no se debió a la falta de conocimiento, más bien sabían la verdad pero se perjudicaron unos a otros, tal como el envidioso perjudica al Masood.

Y en los dos Sahihs, bajo la autoridad de Anas bin Malik (que Allah esté complacido con él) que el Profeta, (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), dijo: No os envidiéis unos a otros, no os odiéis, no os miréis (mal) unos a otros, no os interrumpáis, y sed siervos de Allah como hermanos.

Assalamo Aleikum.
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Referencias:
(Kanz Al-Ummal (43789).
(Al-Tirmidhi en la descripción de la Resurrección (2510)
(Ahmad 165/1, 167, ambos bajo la autoridad de Al-Zubayr bin Al-Awwam.)
(Al-Bukhari bajo la obligación del quinto (3137)
(Ahmad 308/3, ambos bajo la autoridad de Jabir.)
(Al-Tirmidhi en Al-Dawa’at (3591), y dijo: Es un hadiz de hasan ghareeb.
(Muslim en la oración de los viajeros (139/746)
(Abu Dawud en la oración (1342) y Ahmad 188/6.)
(Al-Bujari en Manaqib Al-Ansar (3887) y Muslim en Al-Iman (264/164), ambos según la autoridad de Malik bin Sa’sa’ah. (Al-Durr Al-Manthur de Al-Suyuti 4/147, quien dijo: (Fue narrado por Ibn Arafa en su famosa obra, Abu Nu’aym en Al-Dala’il e Ibn Asakir en su historia según la autoridad de Abu Ubaydah bin Abdullah bin Masoud, quien lo transmitió de su padre).

jueves, 30 de octubre de 2025

LA ENVIDIA SOCIAL. (Sociales)

LA ENVIDIA SOCIAL.
(Sociales)
En el Sahih Muslim, Hadiz n.° 6541, se menciona sobre algunos aspectos de la unidad en la sociedad. El noble Mensajero Muhammad, (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), aconsejó inicialmente a los musulmanes que no fueran envidiosos.

La envidia ocurre cuando una persona desea obtener la misma bendición que otra posee, es decir, desea arrebatársela a su dueño. Le molesta que Allah Todopoderoso le otorgue la bendición a su dueño y no a él. Algunos desean ésto sólo en su corazón, sin demostrarlo con acciones ni palabras. Si aborrece sus pensamientos y sentimientos, se espera que no sea responsabilizado por su envidia. Otros se esfuerzan con palabras y acciones para quitarle la bendición a otros, lo cual es sin duda un pecado. La forma más grave de envidia es cuando una persona busca arrebatarle la bendición a su dueño, incluso si no la obtiene.

La envidia sólo es permisible si la persona no actúa impulsada por esos sentimientos, los rechaza y se esfuerza por obtener una bendición similar sin privar al receptor de la que yá posee. Si bien éste tipo de envidia no está prohibida, es reprobable cuando se dirige hacia bendiciones mundanas y solamente loable cuando se dirige hacia bendiciones religiosas. El Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) mencionó dos ejemplos de éste tipo de envidia loable en un Hadiz que se encuentra en Sahih Muslim, número 1896. El primero es envidiar a alguien que ha ganado riqueza lícitamente y la ha gastado de manera que agrada a Allah. El segundo es envidiar a alguien que ha usado su sabiduría y conocimiento correctamente y los ha enseñado a otros.

Como mencionamos antes, la envidia malintencionada impugna directamente la elección de Allah Todopoderoso. El envidioso actúa como si Allah Todopoderoso se hubiera equivocado al otorgar una bendición a otra persona. Por lo tanto, es uno de los pecados mayores. En efecto, como advirtió el Profeta, (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), en un Hadiz del Sunan Abi Dawud n.° 4903, la envidia destruye las buenas obras como el fuego consume la leña.

El musulmán envidioso debe esforzarse por actuar conforme al Hadiz narrado en Jami' al-Tirmidhi, n.º 2515, que afirma que una persona no es un verdadero creyente hasta que desea para los demás lo que desea para sí misma. Por lo tanto, el musulmán envidioso debe procurar erradicar éste sentimiento de su corazón mostrando buen carácter y bondad hacia la persona a la que envidia, elogiando sus buenas cualidades y orando por ella, para que su envidia se transforme en amor. Asimismo, debe seguir cumpliendo con los derechos de la persona a la que envidia según las enseñanzas islámicas. Además, debe estudiar y practicar el conocimiento islámico para comprender que Allah Todopoderoso concede a cada persona lo mejor que puede, y si no se le concede una bendición terrenal en particular, es porque es mejor para ella no recibirla. (Sura Al-Baqarah, verso 216)

<Quizás te disgusta algo que es bueno para ti, y quizás amas algo que es malo para ti. Y Allah sabe, mientras que tú no sabes.>

Uno de los consejos del Hadiz principal mencionado al principio es que los musulmanes no deben odiarse entre sí. Ésto significa que no se debe de odiar nada a menos que Allah Todopoderoso lo odie. Ésto se describe como un aspecto de la perfección de la fe en un Hadiz que se encuentra en Sunan Abi Dawud, n.° 4681. Por lo tanto, un musulmán no debe odiar cosas ni personas por caprichos personales. Si alguien odia a otra persona por caprichos, jamás debe permitir que ésto influya en sus palabras o acciones, yá que es un pecado. Un musulmán debe esforzarse por eliminar tales sentimientos tratando a los demás según las enseñanzas del Islam, es decir, con respeto y bondad.

Un musulmán debe recordar que nadie es perfecto, y que si alguien tiene un rasgo negativo, sin duda también posee otros positivos. Por lo tanto, un musulmán debe aconsejar a los demás que abandonen sus rasgos negativos, a la vez que sigue apreciando y admirando sus cualidades positivas. Un musulmán debe rechazar los pecados, pero no odiar a la persona, yá que ésta siempre puede arrepentirse ante Allah. Debe expresar su aversión a los pecados dentro de los límites del Islam y aconsejar con amabilidad a los demás sobre sus malas acciones, porque la dureza suele alejarlos de Allah.

Otro punto que debe abordarse en éste asunto es: que un musulmán que sigue a un erudito (Shaykh) en particular que defiende una doctrina específica no debe actuar como un fanático, creyendo que su erudito siempre tiene la razón en todo y, por consiguiente, acaba odiando a quienes discrepan de su opinión. Éste comportamiento no tiene que llegar al odio hacia nada ni nadie. Mientras exista una diferencia de opinión legítima entre los eruditos, un musulmán que sigue a un erudito en particular debe respetar éstas diferencias y no odiar a quienes discrepan de la opinión del erudito al que sigue.

El siguiente punto mencionado en el Hadiz principal en cuestión es que los musulmanes no deben distanciarse unos de otros. Ésto significa que no deben romper los lazos con otros musulmanes por asuntos mundanos y, por lo tanto, negarse a apoyarlos, como enseña el Islam. Según un hadiz en Sahih al-Bujari, n.° 6077, un musulmán no debe romper relaciones con otro musulmán por un asunto mundano durante más de tres días. De hecho, quien rompe relaciones durante más de un año por un asunto mundano se considera que ha asesinado a otro musulmán. Ésto se advierte en un hadiz en Sunan Abi Dawud, n.° 4915. Romper lazos con otros sólo está permitido en asuntos de fe. Pero incluso en éste caso, un musulmán debe seguir aconsejando al otro musulmán que se arrepienta sinceramente y evite sus pecados. Solo deberían mantener su compañía si se niegan a cambiar para bien. Sin embargo, deberían apoyarlos en asuntos legales cuando se les pida, yá que éste acto de bondad podría inspirarlos a un arrepentimiento sincero por sus pecados.

Otro punto que se plantea en el Hadiz principal que estamos analizando es que a los musulmanes se les ordena ser hermanos entre sí. Ésto solo se puede lograr si siguen el consejo dado anteriormente sobre éste Hadiz y son diligentes en cumplir con su deber hacia los demás musulmanes según las enseñanzas del Islam, como ayudarlos en las buenas obras y advertirles contra el mal. (Sura 5 Al-Ma'idah, verso 3b:
"Y buscad ayuda en la virtud y en el temor (de Allah), no en la desobediencia ni en la trans-gresión."

En Sahih al-Bujari, número 1240, se encuentra un hadiz que aconseja a los musulmanes respetar los siguientes derechos de los demás musulmanes: Devolver el saludo, visitar a los enfermos, orar por ellos y responder a quien estornude si alaba a Allah. Un musulmán debe aprender y respetar todos los derechos de los demás, especialmente de aquellos que estén por encima de él, yá que cada persona será interrogada sobre los derechos ajenos en el Día del Juicio. Uno debe tratar a los demás como desearía ser tratado.

Otro punto mencionado en el Hadiz principal que estamos analizando es que un musulmán no debe perjudicar, abandonar ni odiar a otro musulmán. Los pecados que comete una persona deben ser odiados, pero no al pecador, porque puede arrepentirse sinceramente en cualquier momento.

El Profeta, (que Allah le bendiga y le conceda la paz), advirtió en un hadiz del Sunan Abi Dawud n.º 4884 que quien humille a un musulmán, Allah Todopoderoso lo humillará, y quien proteja a un musulmán de la humillación, Allah Todopoderoso lo protegerá.

<Las cualidades negativas mencionadas en el Hadiz principal citado pueden desarrollarse cuando una persona adopta el orgullo.>

Según el hadiz n.º 265 de Sahih Muslim, el orgullo consiste en menospreciar a los demás. La persona arrogante se considera perfecta y ve a los demás como deficientes. Ésto le impide respetar los derechos ajenos y la lleva a odiarlos. El orgullo también la impulsa a rechazar la verdad cuando se le presenta, pues no proviene de ella y contradice sus deseos.

Entre los puntos mencionados en el Hadiz se encuentra que la piedad no es meramente una apariencia externa, como vestir ropa islámica, sinó una cualidad interior. Ésta cualidad interior se manifiesta externamente en la obediencia a los mandamientos de Allah, la abstención de lo que Él prohíbe y el afrontar el destino con paciencia, tal y como se describe en la Sunnah del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él). Ésto garantiza que las bendiciones que Allah ha otorgado a la humanidad se utilicen de maneras que le agraden. Por ésta razón, el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) afirmó en un hadiz que se encuentra en Sahih Muslim, número 4094, que si el corazón es puro, todo el cuerpo es puro, y si el corazón está corrompido, todo el cuerpo está corrompido. Es importante destacar que Allah no juzga basándose en las apariencias externas, como la riqueza, sinó que observa las intenciones y las acciones de las personas. Ésto se enfatiza aún más en un hadiz del Sahih Muslim, número 6542. Por lo tanto, un musulmán debe esforzarse por adquirir piedad interior aprendiendo y practicando las enseñanzas del Islam, para que se refleje en su trato con Allah y con los demás.

El siguiente punto mencionado en el Hadiz principal que estamos analizando es que el odio de un musulmán hacia otro musulmán es un pecado. Éste odio se refiere a asuntos mundanos, no al odio por causa de Allah. De hecho, amar y odiar por causa de Allah son aspectos de la fe perfecta. Ésto se confirma en un hadiz que se encuentra en Sunan Abi Dawud, n.° 4681. Sin embargo, incluso en éste caso, un musulmán debe respetar a los demás en toda circunstancia y solo desaprobar sus pecados sin odiarlos realmente. Además, su aversión no debe llevarlo a actuar en contra de las enseñanzas del Islam, yá que ésto demostraría que su odio se basa en sus propios deseos y no en la causa de Allah. La raíz del desprecio hacia los demás por razones mundanas es el orgullo. Es crucial comprender que incluso un ápice de orgullo es suficiente para condenar a una persona al Infierno. Ésto se confirma en un hadiz que se encuentra en Sahih Muslim, n.° 265.

El siguiente punto mencionado en el Hadiz principal es que la vida, la propiedad y el honor de un musulmán son inviolables, y no le está permitido a un musulmán violar ninguno de éstos derechos. De hecho, el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) afirmó en un hadiz que se encuentra en Sunan an-Nasa'i, n.° 4998, que una persona no puede ser un verdadero musulmán hasta que proteja a los demás, incluidos los no musulmanes, de sus palabras y acciones dañinas. El verdadero creyente es aquel que aleja el mal de la vida y la propiedad ajenas. Quien viole éstos derechos no será perdonado por Allah Todopoderoso hasta que la víctima lo perdone primero. De lo contrario, se hará justicia en el Día de la Resurrección, donde las buenas obras de la víctima se le otorgarán al malhechor, y si es necesario, los pecados del malhechor se le imputarán. Ésto puede llevar al malhechor a ser arrojado al Infierno. Ésto se advierte en el hadiz que se encuentra en Sahih Muslim, n.° 6579.

El verdadero creyente es aquel que protege la vida y los bienes ajenos. Quien viole éstos derechos no será perdonado por Allah hasta que la víctima lo perdone primero. De lo contrario, en el Día de la Resurrección, la justicia prevalecerá: las buenas obras de la víctima se le atribuirán al ofensor, y si es necesario, sus pecados también. Ésto podría llevar al ofensor a ser arrojado al Infierno. Ésta práctica se advierte en el hadiz n.° 6579 de Sahih Muslim.

En conclusión, un musulmán debe tratar a los demás como le gustaría ser tratado, y ésto le traerá muchas bendiciones y creará unidad dentro de su comunidad.

Assalamo Aleikum.

FORTALECER VUESTRA FE.

FORTALECER VUESTRA FE.
Durante mucho tiempo, eruditos y sabios han dicho: «Al-'ilmu nurun». El conocimiento es luz. Por lo tanto, dado que el conocimiento es luz, la oscuridad significa ignorancia. 

Quien vive sin conocimiento es como un viajero que camina en la oscuridad, sin un solo rayo de luz que lo ilumine. Por lo tanto, como religión perfecta y muy racional, el Islam ha determinado que la búsqueda del conocimiento es obligatoria para todo musulmán (fardhu 'ain), tanto para hombres como mujeres. El Profeta Muhammad (la paz sea con él) dijo: «Buscar el conocimiento es obligatorio para todo musulmán». (Narrado por Ibn Mayah).

De hecho, como yá hemos entendido, en la primera revelación que Allah SWT envió a Su Mensajero, el Profeta Muhammad (la paz sea con él) (Sura 96 [al-'Alaq] verso 1), se explicó implícitamente sobre la urgencia de buscar el conocimiento. El mandato de LEER (iqra'), en su sentido más amplio, cubre esencialmente todas las formas de actividad científica. El mandato de iqra' en éste versículo no solo pretende "leer" la palabra de Allah (los versículos del Corán), sinó también leer varios fenómenos naturales (versos ka-uniyah) hasta donde pueda alcanzar la capacidad de la razón humana en éste sentido, incluyendo la lectura propia. Allah Ta'ala dijo: Les mostraremos Nuestros signos (poder) en los horizontes y dentro de ellos mismos (Sura 41 [Fushshilat] verso 53).

Pero, realmente, la primera revelación no explicó -qué es lo que se debe de leer-, porque el Corán requiere que sus seguidores lean cualquier cosa siempre que la lectura sea bismi Rabbik, es decir, que sea beneficiosa para la humanidad. Iqra' significa leer, examinar, profundizar, conocer las características de algo; leer la naturaleza, los signos". Y, debido a la gloria del conocimiento, para que los eruditos, (quienes buscan el conocimiento), quienes lo enseñan (maestros), incluso aquellos que simplemente aman a los tres (eruditos, buscadores de conocimiento y quienes lo enseñan) sean elevados en rango, tanto a la vista de Allah, el Omnisciente, como a los ojos de la gente. Como se ha enfatizado en el Corán, Allah Todopoderoso dice: ¡Oh, creyentes! Cuando se les diga: "Hagan lugar en la asamblea", hagan lugar, Allah les hará lugar. Y cuando se les diga: "Levántense", levántense, Allah elevará a los creyentes entre ustedes y a quienes se les ha otorgado conocimiento en muchos grados. (Sura 58 [al-Mujadilah] verso 11). Luego, en otro versículo, usando lenguaje retórico, Allah Todopoderoso reafirma en Su palabra: Di: "¿Son los que saben iguales a los que no saben?". De hecho, la persona inteligente es la que puede aceptar las dos fases de la fe (imán) y la creencia (Aqidah), dónde una es genuina (innata) desde el nacimiento y otra se va incrementando con los signos y el conocimiento que el corazón (alma) recoge de aquello que recibe de Allah Todopoderoso. 

Quienquiera que salga con el objetivo de buscar conocimiento, entonces está en el camino de Allah hasta que regrese. (Tirmidhi). Y, sus palabras nuevamente: La superioridad de una persona con conocimiento sobre un adorador (sin conocimiento) es como la superioridad de la luna llena que brilla intensamente sobre las otras constelaciones de estrellas. (Abu Daud, Tirmidhi, Nasa'i e Ibn Mayah).

Los musulmanes, tanto sunnitas como no sunnitas, coinciden en la necesidad de creer en Allah, sus Ángeles, sus libros, sus mensajeros y en el Día del Juicio Final. Coinciden en la necesidad de la oración, el zakat, el ayuno y el Hajj. Coinciden en que quien obedezca a Allah y a su Mensajero entrará en el Paraíso y no será castigado. Coinciden en que quien no crea que Muhammad es el Mensajero de Allah, excepto Allah, es un incrédulo, y en asuntos similares, que constituyen los fundamentos de la religión y los cimientos de la fe, en los que coinciden quienes se declaran musulmanes y creyentes. Su disputa posterior sobre algunas de las sentencias de amenaza o algunos de los significados de algunos nombres es un asunto menor en comparación con lo que han acordado, a pesar de que quienes se oponen a la clara verdad del Libro y la Sunnah son conocidos entre la mayoría de la nación por su innovación y se les considera descarriados. No tienen una lengua veraz en la nación ni aceptación general, como los Jariyíes, los Rawafidh y similares. Más bien, la gente de conocimiento y la Sunnah disputan sobre asuntos sutiles que están ocultos para la mayoría de la gente. Sin embargo, lo que disputan debe remitirse a Allah y a Su Mensajero. Remitirse a Allah y a Su Mensajero en materia de Islam y fe requiere que cada uno de los dos nombres -y si su nombre es obligatorio- nadie merece el Paraíso a menos que sea creyente, musulmán. Entonces, la verdad en ésto es lo que el Profeta explicó en el Hadiz de Gabriel, por lo que clasificó la religión y a su gente en tres niveles: el primero es el Islam, el medio es la fe, y el más alto es el ihsan. Quien alcanza el nivel más alto ha alcanzado el siguiente. Así qué, quien hace el bien es un creyente y el creyente es un musulmán, pero en cuanto al musulmán, no es necesario que sea creyente. Así llegó el Corán y clasificó a la nación en éstas tres categorías. Allah Todopoderoso dijo: «Entonces dimos el Libro como herencia a quienes elegimos de entre Nuestros siervos. Y entre ellos está el que se perjudica a sí mismo, y entre ellos está el que es moderado, y entre ellos está el que es el primero en buenas obras con permiso de Allah. Esa es la gran recompensa». Así que el musulmán que no cumplió con el deber de la fe es el que se perjudica a sí mismo, y el moderado es el creyente absoluto que cumplió con el deber y abandonó lo prohibido, y el que es el primero en buenas obras es el hacedor de bien que adora a Allah como si lo viera.

El Islam es la palabra, y la fe es la acción, y usó el versículo como prueba. Otros opinaron que el Islam y la fe son una sola cosa, y usaron como prueba su dicho: ‘Así que sacamos a todos los creyentes que había en él, y no encontramos allí más que una casa de musulmanes.. y ibn Nasr dejó sentado: sobre el hecho de que el Islam y la fe son una y la misma cosa entre la gente de la Sunnah y el Hadith, y no conozco a nadie antes que él que hablara extensamente sobre ésto. Y sobre ésta base, algunas personas tienen una rama de incredulidad, y también de fe. Y sobre ésta base, se reportó del Profeta (que Allah le bendiga y le conceda paz) que él llamó a muchos pecados incredulidad, aunque quien los cometiera tuviera más que un átomo de fe, para no permanecer en el Infierno para siempre, como su dicho: "Insultar a un musulmán es transgresión y combatirlo es incredulidad", y su dicho: "No regresen detrás de mí como incrédulos, golpeándose el cuello unos a otros". Ésto se reporta ampliamente del Profeta (que Allah le bendiga y le conceda paz) en el Sahih de más de una fuente, yá que ordenó durante la Peregrinación de Despedida que se anunciara a la gente, así que llamó incrédulos a quienes se golpeaban el cuello unos a otros sin derecho, y llamó a ésta acción incredulidad. Y con ésto, Allah Todopoderoso dijo: “Y si dos grupos entre los creyentes pelean, hagan las paces entre ellos” hasta que dijo: “Los creyentes no son más que hermanos” [Sura Al-Hujurat: 9-10]. Así que quedó claro que éstas personas no abandonaron la fe por completo, sinó que hay algo en ellos que es incredulidad, ¿que es ésta característica? como dijeron algunos de los Compañeros: "La incredulidad es menor que la Incredulidad." Y asimismo dijo: “Quien diga a su hermano: ‘Oh, incrédulo’, entonces uno de ellos lo ha cometido”. Lo nombró su hermano cuando lo dijo, e informó que uno de ellos lo había cometido. Entonces, si uno de ellos abandonara el Islam por completo, entonces no sería su hermano, sinó que habría incredulidad en él.

Estudiar la ciencia de la fe es crucial para todo musulmán, yá que constituye el fundamento de toda fe y práctica religiosa. Una fe sólida y correcta permite al musulmán vivir una vida en armonía con las enseñanzas islámicas y le proporciona fortaleza para afrontar los desafíos y las tentaciones que podrían quebrantar su fe.

El Profeta Muhammad (s.a.w.s.) dijo: «A quien Allah quiera el bien, le concederá entendimiento en materia de religión». (Bujari y Muslim). Éste Hadiz enfatiza la importancia de un profundo conocimiento de la religión, incluida la fe, como señal de que una persona recibe el bien de Allah.

Una fe firme también influye en la formación del carácter y la moral del musulmán, haciéndolo firme en sus creencias y comportándose conforme a los valores islámicos. Al tener una comprensión correcta de la fe, el musulmán tendrá paz mental, una creencia firme en el decreto de Allah y resiliencia para afrontar las diversas pruebas de la vida. Además, una fe sólida protege a la persona de diversas desviaciones de la fe, como el politeísmo, las innovaciones o las ideas que contradicen las enseñanzas islámicas. El Corán enfatiza la importancia de una fe firme.

La importancia de estudiar la ciencia de la fe para un musulmán.
Estudiar la ciencia de la fe es muy importante para todo musulmán porque es el fundamento de toda fe y práctica religiosa. El Corán enfatiza la importancia de una fe firme en Sura Ibrahim verso 27:
Allah confirma a los creyentes con su palabra firme en la vida mundana y en el Más Allá. Y extravía a los injustos.
Traducido:
Allah fortalece a los creyentes con una palabra firme, tanto en la vida de acá como en la de allá. Allah extravía a los injustos, y Él hace lo que quiere). Lo que se entiende por palabras firmes aquí es la palabra tayyibah mencionada en el versículo 24.

Éste versículo demuestra que una fe firme y verdadera será una base sólida para el musulmán en éste mundo y en el más allá. Por lo tanto, estudiar y comprender el credo no es solo una obligación, sinó también la clave para una vida bendecida y que agrade a Allah (SWT).

La ciencia de la fe también proporciona la base teológica necesaria para comprender otras enseñanzas islámicas, como la Jurisprudencia islámica, el Tasawwuf y la moral. Sin una comprensión profunda de la fe islámica, un musulmán puede tener dificultades para comprender la relación entre los diversos aspectos de las enseñanzas islámicas y cómo aplicarlas a la vida cotidiana.

Una comprensión correcta de la fe puede prevenir divisiones y conflictos dentro de la comunidad musulmana.

Estudiar la ciencia del credo tiene varios beneficios importantes para un musulmán, entre ellos:
1) Una correcta comprensión del Islam: Una correcta comprensión del Islam depende en gran medida de un dominio profundo de la Aqidah (credo islámico). La Aqidah sienta las bases para que los musulmanes comprendan los conceptos islámicos fundamentales como el tawhid, que afirma la unicidad de Allah, y la Shari'a, que abarca las leyes que todo musulmán debe seguir. En Hidayat (2019) explica que sin una correcta comprensión de la Aqidah, se pueden incurrir en malentendidos y prácticas que se desvían de las verdaderas enseñanzas del Islam. Por ejemplo, una mala comprensión del concepto de tawhid puede llevar al acto de shirk, que consiste en asociar algo con Allah, lo cual constituye un pecado grave en el Islam. Por lo tanto, estudiar la Aqidah es un primer paso importante para garantizar que la fe y el culto del musulmán se ajusten a las verdaderas enseñanzas del Islam.
2) Formación de la identidad: La ciencia de la Aqidah no solo sirve como fundamento de la creencia, sinó que también desempeña un papel vital en la formación de la identidad musulmana. Con una profunda comprensión de la Aqidah, un musulmán puede desarrollar una sólida identidad islámica, tanto personal como comunitaria. En Adhinda edtal. (2023) afirman que la identidad que se forma a través de la Aqidah refleja una fe firme y una buena moral, lo que en última instancia contribuye a formar una comunidad musulmana sólida y unida en la sociedad.

Fundamento para otras prácticas islámicas: Un credo sólido y correcto es la base de todas las demás prácticas islámicas. Sin un credo sólido, actos de adoración como la oración, el ayuno y el zakat pueden perder su significado espiritual y convertirse en meros rituales vacíos. En Rofam (2017) se enfatiza que comprender el credo proporciona un marco para que el musulmán lleve a cabo todos los aspectos de la vida de acuerdo con las enseñanzas islámicas. Por ejemplo, cuando un musulmán comprende correctamente el concepto del monoteísmo, realizará sus oraciones con plena conciencia de que dicha adoración es una forma de devoción y obediencia al Único Creador. Además, el credo también guía el comportamiento diario del musulmán, asegurando que sus acciones siempre se ajusten a los valores islámicos, como la honestidad, la justicia y la compasión. Por lo tanto, el credo no solo es el fundamento de la fe, sinó que también sirve como guía en todos los aspectos de la vida del musulmán.

Éste estudio demuestra la importancia de la educación sobre la fe islámica para formar una correcta comprensión, identidad y práctica del islam entre los musulmanes. Una buena educación sobre la fe islámica ayuda a garantizar que cada musulmán tenga una base sólida en su fe, lo que se traduce en acciones y comportamientos cotidianos acordes con las enseñanzas islámicas. Con una educación adecuada sobre la fe islámica, los musulmanes pueden evitar malentendidos y desviaciones en su religión, fortaleciendo así su identidad islámica.

La educación en la Aqidah es un elemento crucial para formar en el musulmán una comprensión profunda y correcta de las enseñanzas fundamentales del Islam. Quien recibe una sólida educación en la Aqidah desde una edad temprana, crece con una firme creencia en la unidad de Allah, los principios del monoteísmo y los valores fundamentales que deben defenderse en la vida diaria. Una educación sistemática e integral en la Aqidah permite a las personas no solo comprender, sinó también interiorizar los valores islámicos, para que su fe no se vea fácilmente afectada por diversas influencias externas que puedan desviarlas del camino.

Además de fomentar la comprensión, la educación sobre la fe islámica también desempeña un papel crucial en el desarrollo de la identidad musulmana. Ésta identidad no es simplemente una etiqueta, sinó un reflejo de las creencias y principios a los que se adhiere una persona. Una identidad cimentada sobre una base sólida de fe islámica se reflejará en las actitudes, comportamientos y decisiones que toma en diversos aspectos de la vida. Un musulmán que comprende e interioriza bien la fe islámica tendrá una identidad musulmana sólida y coherente.

Un musulmán que entiende y vive bien el credo tendrá una identidad fuerte y consistente como un devoto siervo de Allah, cuya vida está guiada por los principios islámicos en cada acción e interacción social.

Una creencia sólida también sirve como guía para la correcta práctica del Islam. Con una sólida base de fe, actos de culto como la oración, el ayuno, el zakat y el hajj se convierten no solo en rutinas, sinó también en un medio para acercarse a Allah con plena conciencia del significado y el propósito de cada acto. Además, una creencia sólida también guía al musulmán en la práctica de la ética y la moral en la vida diaria, asegurando que sus acciones siempre estén alineadas con los valores islámicos. En éste contexto, la educación sobre la fe actúa como un guardián, asegurando que todos los aspectos de la vida del musulmán, yá sea el culto ritual o la práctica religiosa, estén en armonía.

Fundamentos del credo islámico: La comprensión de la creencia islámica -realizada correctamente, sinceramente y de acuerdo con la ley islámica.
En relación con la educación del carácter islámico, una fe sólida es la base fundamental para desarrollar una moral noble en el Islam. Cuando alguien tiene una firme creencia en Allah, sus Ángeles, sus libros, sus mensajeros, el Último Día y el destino, ésta creencia se reflejará en sus actitudes y comportamientos diarios. Por ejemplo, la creencia en el Último Día inculca un sentido de responsabilidad e integridad en cada acción, yá que el musulmán reconoce que cada obra rendirá cuentas ante Allah. Asimismo, la creencia en el destino (qada) y el destino (qadar) fomenta el optimismo y la resiliencia mental para afrontar las pruebas de la vida, impidiendo que uno se desespere o se rinda fácilmente ante las dificultades. Por lo tanto, la educación en la fe no se trata sólo de enseñar los pilares de la fe, sinó también de cómo éstas creencias se aplican para formar un carácter individual que se adhiera a los valores islámicos.

La educación islámica del carácter, basada en la fe, también desempeña un papel vital en el fomento de una sociedad armoniosa y civilizada. Una fe sólida anima a las personas a practicar valores morales nobles en las interacciones sociales, como la honestidad, la confiabilidad, la justicia, la paciencia y el respeto mutuo. Ésto concuerda con la frase del profeta Muhammad (la paz sea con él): "En verdad, fui enviado para perfeccionar valores morales nobles". (Narrado por Ahmad). Por lo tanto, la educación en la fe no solo produce individuos devotos en su culto, sinó también individuos con una alta conciencia moral, capaces de convertirse en agentes de cambio positivo en la sociedad. Implementar los valores de la fe en la vida diaria creará un entorno lleno de justicia, compasión y comportamiento ejemplar, lo que en última instancia conducirá a una civilización islámica avanzada orientada al bien común.

Assalamo Aleikum.

LA MÁS GRANDE RUQYAH ESTÁ CON EL RECUERDO DE ALLAH.

LA MÁS GRANDE RUQYAH ESTÁ CON EL RECUERDO DE ALLAH.
ATENTOS.
Todo musulmán que desea seguridad en Allah de Satanás y sus planes debe trabajar para aumentar su fe y debe recurrir a Allah en busca de protección y seguridad. Y no hay poder ni fuerza excepto en Allah SWT.
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Estar ocupado con el recuerdo Dhikr de Allah. 
El recuerdo de Allah es uno de los actos más importantes que salvará a la persona de Satanás. Presentamos un Hadiz en el que Juan llegó a las Tribus de Israel con cinco mandamientos. Uno de ellos fue: "Y os ordeno que recordéis a Allah, pues su ejemplo es como el de un hombre que es perseguido rápidamente por un enemigo hasta que llega a una fortaleza protegida. Entonces se protege del enemigo. De manera similar, el siervo no se protege a sí mismo excepto mediante el recuerdo de Allah". Se dijo qué, si ese fuera el único beneficio del recuerdo de Allah, entonces el siervo debería estar siempre recordando a Allah y nunca dejar que su lengua se aparte de Su recuerdo. La persona no se protege de su enemigo excepto mediante el recuerdo de Allah. Satanás no entra en escena a menos que uno se descuide y caiga en su emboscada. Pero si recuerda a Allah de nuevo, Satanás será derrotado, humillado y será hecho pequeño como un pequeño gorrión o una pequeña mosca. Por eso se le llama el susurrador que se retira. En otras palabras, susurra en las almas de los hombres, pero cuando se recuerda a Allah, se aleja. Ibn Abbas dijo que Satanás se posa en el corazón del hijo de Adán. Si es olvidadizo o negligente, Satanás le susurra. Si recuerda a Allah, Satanás se retira.

Según algunos sabios, los demonios rodean a los humanos y son sus mayores enemigos. ¿Qué piensas de una persona rodeada por sus mayores enemigos, empeñados en su destrucción? Todos la atacan con todo el mal y daño que pueden. La única manera de estar a salvo es estar a salvo de todos ellos, y eso es a través del dhikr (recuerdo de Allah).  
Hadiz que relató Abdurahman ibn Samra. Dijo: que el Profeta (la paz sea con él) salió a su encuentro. Se paró en medio de ellos y dijo: Ayer vi algo asombroso. Vi a un hombre de mi comunidad al que el ángel de la muerte se le acercaba para llevarse su alma. Luego intercedió por sus padres y el ángel de la muerte lo dejó. Y vi a un hombre al que le estaban preparando su castigo en la tumba. Luego realizó sus abluciones y fue rescatado por ellas. Luego vi a un hombre de mi comunidad que había estado rodeado de demonios. Luego recordó a Allah y los demonios fueron expulsados ​​de él. Y vi a un hombre de mi comunidad rodeado de ángeles del castigo; luego rezó y fue rescatado de sus manos. Y vi a un hombre de mi comunidad que jadeaba de sed. Cuando se acercó a ellos, le impidieron beber de todas las jarras de agua y se las quitaron. Luego ayunó durante el mes de Ramadán y, por lo tanto, bebió y quedó satisfecho. Vi a un hombre de mi comunidad y vi a profetas sentados en grupos. Cada vez que el hombre se acercaba a los círculos, era expulsado, pero llegó su purificación de la mayor impureza, y lo tomaron de la mano y lo sentaron a mi lado. Y vi a un hombre de mi comunidad, delante de él había oscuridad, detrás de él había oscuridad, a su derecha había oscuridad, y a su izquierda había oscuridad, y encima de él había oscuridad, y debajo de él había oscuridad. Y estaba perdido en la oscuridad. Luego vino su peregrinación menor y lo sacaron de la oscuridad y lo introdujeron en la luz. Y vi a un hombre de mi comunidad que estaba siendo quemado por un fuego. Entonces vino su caridad y formó una cubierta entre él y el fuego. Y le proporcionó sombra sobre la cabeza. Y vi a un hombre de mi comunidad que hablaba con los creyentes, pero ellos no querían hablar con él. Entonces vino su mantenimiento de las relaciones familiares y dijo: 'Oh asamblea de musulmanes, él mantuvo unidos los lazos familiares, así que hablen con él'. Por lo tanto, los creyentes hablaron con él y le estrecharon la mano Y vi a un hombre de mi comunidad rodeado por los ángeles que arrojan a los incrédulos al infierno. Entonces vino él, ordenando el bien y prohibiendo el mal, así que fue rescatado de sus manos y entró entre los ángeles de la misericordia. Y vi a un hombre de mi comunidad que estaba arrodillado y entre él y Allah había una cortina. Entonces llegó su buen carácter y fue tomado de la mano y se le permitió estar con Allah. Y vi a un hombre de mi comunidad cuyas obras registradas fueron tomadas de su mano izquierda. Entonces llegó su temor de Allah y tomó sus papeles y los colocó a su derecha. Y vi a un hombre de mi comunidad que tenía un peso muy ligero en la balanza. Entonces llegaron sus hijos pequeños que habían muerto y su peso aumentó. Vi a un hombre de mi comunidad que estaba al borde del fuego del infierno. Entonces llegó su esperanza en Allah y fue rescatado de ello y siguió adelante. Vi a un hombre de mi comunidad que fue arrojado al fuego. Entonces llegaron sus lágrimas que lloró por miedo de Allah y fue rescatado de eso. Y vi a un hombre de mi comunidad de pie junto a un camino que temblaba de la misma manera que tiembla la rama de una palmera en una noche tormentosa. Entonces llegaron sus buenos pensamientos sobre Allah y el temblor cesó. Y vi a un hombre de mi comunidad arrastrándose por un camino [sobre el fuego del infierno]. A veces se arrastraba por él y a veces colgaba de él. Entonces llegaron sus oraciones sobre el Profeta y se le hizo ponerse de pie y lo cruzó. Y vi a un hombre de mi comunidad que llegó a las puertas del paraíso y se cerraron delante de él. Entonces llegó su testimonio de que no hay más dios que Allah y las puertas se abrieron para él y entró en el paraíso.
[Éste Hadiz fue registrado por al-Hafiz Abu Musa al-Madini en su libro At-Targhib fi al-Khisal al-Manjiya wa at-Tarhieb min al-Khilaal al-Mardiyya.]

La parte importante del Hadiz [para nuestros propósitos] es: "Vi a un hombre de mi nación que había sido rodeado por demonios. Entonces vino el recuerdo de Allah y los demonios fueron expulsados ​​de él."

Ésto es consistente con el Hadiz de al-Harith al-Ashari que dice: "Os ordeno el recuerdo de Allah. Es como un hombre que es perseguido rápidamente por sus enemigos hasta que encuentra una fortaleza segura donde refugiarse y se ha protegido de ellos". De la misma manera, el recuerdo de Allah protege de Satanás.

Una persona nunca se protege completamente de Satanás excepto a través del recuerdo de Allah. At-Tirmidhi registra, según Anas ibn Malik, que el Profeta (la paz sea con él) dijo: «Quien diga (al salir de su casa): "En el nombre de Allah. Confío en Allah. No hay poder ni fuerza sino en Allah", se le dirá: "Has sido guiado, defendido y protegido". Y estará protegido de Satanás. Y Satanás dirá a otro demonio: "¿Qué podemos hacer con un hombre que ha sido guiado, defendido y protegido?"». (Abu Dawud y an-Nasai también relataron ésto. At-Tirmidhi afirmó que el hadiz es hasan. Y se confirma que el Profeta (la paz sea con él) dijo: «Quien repita cien veces al día: "No hay más dios que Allah, el Único, sin asociados, a quien pertenecen el dominio y la alabanza, y que tiene poder sobre todas las cosas", estará protegido de Satanás hasta la noche». Sufyan mencionó, según Abu az-Zubair, que Abdullah ibn Dhamra dijo que Kaab afirmaba que cuando un hombre sale de su casa y dice: "En el nombre de Allah", un ángel le dirá: «Has sido guiado». Y si dice: "Confío en Allah", el ángel le dirá: «Has sido protegido». Y cuando dice: "No hay poder ni fuerza excepto en Allah", el ángel dice: «Has sido protegido». Entonces los demonios se dicen unos a otros: "Regresen, no tienen manera de llegar a él. ¿Cómo podrían tener una manera de llegar a alguien que ha sido suficientemente, guiado y protegido?"

Y Abu Khilaad al-Misri dijo: "Cuando una persona abraza el Islam, entra en una fortaleza. Cuando entra en la mezquita, ha entrado en dos fortalezas. Y quien se sienta en una asamblea de dhikr del recuerdo para Allah, ha entrado en tres fortalezas."

Al-Hafedh Abu Musa relató que Abu Imran al-Jauni relató que Anas dijo que el Profeta (la paz sea con él) dijo: "Si una persona se acuesta de lado en su cama y dice: 'En el nombre de Allah', y recita la Sura Al-Fatiha, entonces estará a salvo del mal de los genios y los humanos y de todo."

En el Sahih al-Bujari se relata de Muhammad ibn Sirin, según la autoridad de Abu Huraira, que se le encomendó la recaudación del zakat y un hombre vino y comenzó a tomar de la comida. En la tercera ocasión, Satanás le dijo a Abu Huraira: "Te enseñaré algunas palabras con las que Allah te beneficiará.." Le enseñó a leer el versículo del trono al acostarse. El Profeta (la paz sea con él) comentó que había dicho la verdad, aunque Satanás es un mentiroso.

Al-Hafedh Abu Musa registra de Abu al-Zubair, según la autoridad de Jaabir, que el Mensajero de Allah (la paz sea con él) dijo: "Cuando una persona se acuesta, un ángel y un demonio están inmediatamente con ella. El ángel dice: 'Sella tu día con el bien'. Y el demonio dice: 'Sella tu día con el mal'. Si recuerda a Allah hasta que el sueño lo vence, el ángel ahuyenta al diablo y pasa la noche vigilándolo. Cuando se levanta, el ángel y Satanás están inmediatamente con él. El ángel dice: «Comienza el día con el bien». El diablo dice: «Comienza el día con el mal». Si la persona dice: «Alabado sea Allah, quien dio vida a mi alma después de su (sueño) muerte y no la mató mientras dormía. Alabado sea Allah, quien se aferra a [el alma] a la que se le ha determinado la muerte y envía las demás [de vuelta a la persona] por un período determinado. Alabado sea Allah, quien sostiene los cielos y la tierra para que no perezcan. Y si perecieran, nadie podría sostenerlos después de Él. Alabado sea Allah, quien sostiene los cielos para que no caigan sobre la tierra, excepto con Su permiso». Entonces el ángel ahuyenta a Satanás y lo protege durante el día.
(As-Suyuti lo menciona en al-Jaami al-Kabeer y lo remonta a al-Bazzaar y al-Dalami. Ibn Hibban lo declara confiable. El resto de los narradores son de los dos Sahihs.)
Y en los dos Sahihs, se registra de Ibn Abbas que el Mensajero de Allah (la paz sea con él) dijo: "Cuando uno de vosotros va a su esposa y dice: 'En el nombre de Allah. ¡Oh Allah, aleja a Satanás de nosotros y aléjalo de lo que nos proporciones!', entonces, si se les da un hijo de esa unión, Satanás nunca lo dañará."

En Mawarid al-Dbamaan y en Majma al-Zawaid, se afirma, en lugar de la última frase citada anteriormente: "Si luego se acuesta en su cama, entrará en el paraíso". En Mustadrak de al-Haakim, se afirma: "Si es estrangulado por un animal, morirá como mártir. Y si se pone de pie para orar, ora entre los virtuosos." (Estos comentarios fueron citados en al-Waabil al-Sayib).

El significado de éste Hadiz ha sido registrado por Ibn Hibban (n.º 2362, como se indica en Muwaarid) y al-Hakim (vol. 1, pág. 548). Al-Hakim lo declaró sahih y al-Dhahabi estuvo de acuerdo con él. Sus narradores son confiables; Al-Haithami lo mencionó en Majma al-Zawaid (vol. 10, pág. 120) y afirmó: Registrado por Abu Yala. Y sus narradores son del Sahih, excepto Ibrahim ibn al-Hajajal-Sami, aunque es confiable. Está registrado por al-Bujari (vol. 13, p. 321) en el "Libro del Tawhid", Capítulo: Pedir por los nombres de Allah, "Libro del Comienzo de la Creación", Capítulo: Atributos de Iblis y sus soldados, y en el "Libro de las Súplicas".

Al-Hafez Abu Musa también relató que al-Hasan ibn Ali dijo: "Soy el garante para cualquiera que recite éstos veinte versículos de que Allah lo protegerá de todo demonio opresor, de todo demonio rebelde, de todo animal depredador dañino y de todo ladrón asaltante. Los versículos son: el versículo del trono, tres versículos de la Sura al-Araaf, de 'En verdad, vuestro Señor es Allah, quien creó los cielos y la tierra' (al-Araf 54-57), los diez primeros versículos de al-Saffaat, tres versículos de la Sura al-Rahmaan (versículos 33-35) y el final de la Sura al-Hashr (versículos 21-24)."

Y Muhammad ibn Abaan dijo: Mientras un hombre oraba en la mezquita, algo a su lado lo sobresaltó. Dijo: "No sufrirás ningún daño de mí. Vine a ti por la causa de Allah. Ve a Urwah y pregúntale: '¿Qué dices para buscar refugio de Iblis?' Él (Urwah) dijo: "Di: Creo en Allah, el Grande, el Único. Y he descreído [y negado] a los dioses falsos e ídolos. Y me aferro al asidero firme que no tiene rotura. Y Allah es Quien todo lo oye, Quien todo lo ve. Allah es suficiente y basta. Allah oye a quien lo invoca. Y no hay fin más allá de Allah."

Y Bishr ibn Mansur dijo: Wuhaib ibn al-Warid dijo: Un hombre fue al cementerio durante parte de la noche. Dijo: "Oí una voz aguda. Luego trajeron una cama y la extendieron. Algo se acercó hasta que se sentó sobre ella. Sus soldados se reunieron a su alrededor. Entonces gritó, diciendo: '¿Quién me librará de Urwah ibn al-Zubair?' Ninguno de ellos le respondió hasta que uno de ellos dijo: 'Yo me encargaré de él por ti'. Se volvió hacia Medina y yo estaba observando. Pronto regresó y dijo: «No hay manera de llegar a Urwah». Y añadió: «¡Ay de ti! Descubrí que decía unas palabras por la mañana y por la tarde. Con esas palabras, no podemos llegar hasta él». El hombre continuó diciendo: «Cuando llegó la mañana, le dije a mi familia que preparara mi viaje a Medina. Llegué a Medina y pregunté por Urwah hasta que me guiaron hasta él. Era un anciano. Le pregunté: "¿Qué es lo que dices por la mañana y por la tarde?". Se negó a decírmelo. Entonces le conté lo que había visto y oído. Respondió: "No sé nada, excepto que digo por las mañanas: 'He creído en Allah, el Grande, y he descreído en los dioses falsos y los ídolos. Y me aferro al asidero firme que no tiene rotura. Y Allah es Omnioyente, Omnisciente'. Por las mañanas, lo digo tres veces. Y por las tardes, lo digo tres veces"».

Abu Musa registró, según la autoridad de Muslim al-Bateen, que el ángel Gabriel le dijo al Profeta (la paz sea con él): «En verdad, un demonio trama contra ti. Así qué, cuando te acuestes, di: "Me refugio en las palabras perfectas de Allah, que ni los piadosos ni los corruptos pueden superar, del mal de lo que desciende del cielo y del mal de lo que asciende a él, del mal de lo que la tierra derrama y del mal de lo que sale de ella, del mal de las pruebas de la noche y del día, y de las visitas de la noche y del día, excepto una que llama con el bien, ¡Oh Misericordioso!"»

En el Sahih también se afirma que Satanás huye de la llamada a la oración. Suhail ibn Abu Saleh dijo: Mi padre me envió a la tribu de Haritha y conmigo iba un joven, mi compañero. Alguien lo llamó por su nombre desde detrás de un muro. Miró por encima del muro y no vio a nadie. Cuando se lo comenté a mi padre, me dijo: «Si hubiera sabido que te encontrarías con algo así, no te habría enviado. Pero si alguna vez oyes una voz, haz la llamada a la oración, como oí narrar a Abu Huraira del Mensajero de Allah (la paz sea con él), quien dijo: “Cuando se hace la llamada a la oración, Satanás huye y expulsa un gas ruidosamente”». Otra narración dice: «Si oye la llamada a la oración, se da la vuelta y se tira un gas ruidosamente hasta que ya no puede oír la llamada..». Al-Hafiz Abu Musa también registró del hadiz de Abu Raja que Abu Bakr relató que el Profeta (la paz sea con él) dijo: «Sed fervientes al decir “No hay más dios que Allah” y al pedir perdón, pues Satanás dice: “Yo los destruyo con sus pecados y ellos me destruyen diciendo ‘No hay más dios que Allah’ y pidiendo perdón. Cuando veo eso entre ellos, los destruyo con sus deseos hasta que se dan cuenta de que están bien guiados y yá no piden perdón”».

También se menciona de Ibrahim ibn al-Hukm de su padre, según la autoridad de Ikrima, quien dijo: Mientras un hombre viajaba, pasó junto a un hombre que dormía. Vio dos demonios con ese hombre. El viajero oyó a uno de los demonios decirle a su compañero: «Ve y destruye el corazón de esa persona dormida». Cuando se acercó a él, regresó y dijo: «Se durmió con algunos versículos, así que no tenemos forma de llegar a él». El otro demonio fue al durmiente para confirmarlo. Cuando se acercó a él, regresó. Dijo: «Tienes razón». Entonces ambos se fueron. El viajero fue a despertar a la persona que dormía para informarle de lo que había visto de los demonios. Le preguntó al durmiente: «Dime con qué versículos te dormiste» El hombre dijo: «Sobre éste versículo: “¡En verdad, vuestro Señor es Allah, Quien creó los cielos y la tierra en seis días, y luego se estableció en el Trono! Cubre la noche con el día, que se apresura a seguirlo, y ha sometido al sol, la luna y las estrellas por Su mandato. Suyo es, en verdad, toda la creación y el mandato. ¡Bendito sea Allah, Señor de los Mundos!” (Al-A'raf 54)».

Abu al-Nadhr Haasim ibn al-Qaasim dijo: "Vi [algunos genios] en mi casa.. Se dijo: 'Oh, Abu al-Nadhr, aléjate de nuestro vecindario'. Eso fue difícil para mí, así que escribí a ibn Idrees, al-Muhaarabi y Abu Usaamah en Kufa. Al-Muhaarabi me respondió: "Había un pozo en Medina y cortaban la cuerda del cubo. Un grupo de jinetes se detuvo allí y se quejaron de eso. Pidieron un recipiente con agua y dijeron estas palabras [que se dan a continuación] y luego vertieron esa agua en el pozo. Salió fuego del pozo. Se extinguió en la parte superior del pozo". Abu al-Nadhr dijo: "Así que tomé un recipiente de agua y luego pronuncié esas palabras. Fui a las esquinas de la casa y rocié esa agua sobre ellos. Me gritaron: 'Nos estás quemando. Nos iremos de ti'. Esas palabras fueron: 'En el nombre de Allah, comenzamos nuestra noche en el nombre de Allah, Aquel para quien nada está impedido; por el poder de Allah que nadie puede alcanzar o que nunca hace mal alguno; y por la autoridad de Allah, el que prohíbe, buscamos una cobertura; y por todos Sus excelentes nombres, busco refugio de los engañadores y del mal de los demonios, tanto de hombres como de genios; y [busco refugio] del mal de todo mal abierto y oculto; y [busco refugio] de lo que sale de noche y echa raíces de día y de lo que echa raíces de noche y sale de día; y del mal de lo creado, animado e inanimado; del mal de Iblis y sus soldados; Del mal de toda criatura viviente a la que has cortado el cabello; en verdad, mi Señor está en el camino recto. Me refugio en Allah de todo aquello de lo que se refugiaron Moisés, Jesús y Abraham, que cumplieron su pacto; y del mal de todo lo creado, animado e inanimado; del mal de Iblís y sus soldados, y del mal que desea. Me refugio en Allah, el Omnioyente, el Omnisciente, del maldito Satanás. En el nombre de Allah, el Compasivo, el Misericordioso. «Por aquellos [ángeles] dispuestos en filas, por aquellos [ángeles] que guían las nubes, por aquellos [ángeles] que traen el Libro, en verdad, vuestro Señor es uno, Señor de los cielos y de la tierra, y de todo lo que hay entre ellos, y Señor de cada punto de salida del sol. En verdad, hemos adornado el cielo cercano con las estrellas para protegernos de todo demonio rebelde. No pueden escuchar a los ángeles, pues son azotados por todas partes, desterrados. Y el suyo es un tormento constante, excepto aquellos que roban algo, y son perseguidos por un fuego llameante de brillo penetrante' (al-Saaffaat 1-10).

<Ésto es parte de lo que se relata en referencia a la declaración del Profeta a la persona: "Uno se protege de Satanás mediante el recuerdo de Allah".>

Para terminar éste tema, expongo un Hadiz que no ha sido mencionado por muchos. Éste Hadiz muestra que recordar a Allah en cada asunto hará que Satanás sea despreciado, menospreciado, humillado y derrotado. El Imam Ahmad relató que Tameema escuchó de uno de los compañeros del Profeta (la paz sea con él) quien relató que iba montado detrás del Profeta (la paz sea con él) y el asno del Profeta tropezó. El compañero dijo: "¡Perezca Satanás!". El Profeta dijo: "No digas: 'Perezca Satanás', porque en ese caso le das algún honor, y dijo: 'Por mi fuerza cayó'. Si hubieras dicho: 'En el nombre de Allah', Satanás habría sido menospreciado hasta convertirse en una mosca". (Ibn Kazir dijo que solo Ahmad lo relató y tiene una buena cadena de transmisión.)

Al-Ashqar, (que Allah lo recompense) consideró éstos informes lo suficientemente importantes como para reproducirlos en su obra, pero hay que tener mucho cuidado al tratarlos. El principio general es cierto y no cabe duda al respecto: el recuerdo de Allah repele a Satanás. Sin embargo, algunas personas pueden concluir de éstos informes que hay algo especial en lo que éstas diferentes personas dijeron o recitaron del Corán. Éste estatus especial sólo puede conocerse del propio Corán o del Profeta (la paz sea con él). Especialmente preocupante es la narración en la que la persona vio a dos genios que habían intentado acercarse a una persona que estaba durmiendo, pero debido a que había leído un determinado versículo, los demonios no pudieron alcanzarlo. Lo que se sabe del Profeta (la paz sea con él) es que recitar "el versículo del Trono" protege de Satanás durante el sueño. Uno podría preguntarse: ¿Por qué se les aparecieron esos genios a esos humanos? Aunque simplemente, se puede tratar de otro intento de los demonios para engañar a las personas. 

Assalamo Aleikum.