LAS CINCO PREGUNTAS. Parte segunda.
En un hadiz encontrado en Jami’ al-Tirmidhi, N°. 2417, el noble Profeta Muhammad (que Allah le bendiga y le conceda paz) advirtió que los pies de un hombre no se moverán en el Día de la Resurrección hasta que responda a cinco preguntas.
La primera se relaciona con sus vidas y lo que hicieron con ellas. Se refiere al tiempo que se les ha concedido. Un musulmán debe comprender que la muerte a menudo llega de forma inesperada. Un musulmán no debe asumir nunca que llegará a la vejez; muchos mueren antes. De hecho, independientemente de la edad de una persona, todos reconocen que su vida ha pasado en un abrir y cerrar de ojos. Un musulmán no debe asumir que siempre obedecerá a Allah, es como asistir a la mezquita para las oraciones en congregación cuando llegue a la vejez; ésto es una ilusión. Incluso si una persona llega a esa edad por estar demasiado preocupada por el mundo material durante su vida, cambiar su entorno tendrá poco impacto positivo en su carácter y obediencia a Allah. En cambio, un musulmán debe aprovechar el tiempo que se le ha concedido en lugar de retrasarlo obedeciendo al mundo; debe obedecer a Allah, lo cual incluye cumplir sus mandatos, abstenerse de sus prohibiciones y ser paciente con el destino, de acuerdo con la Sunnah del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él). Quienes actúan de esyta manera utilizan las bendiciones que han recibido de una manera que agrada a Allah. Ésto les garantizará la paz y el éxito en ambos mundos, independientemente de cuánto tiempo vivan. (Sura An-Nahl, verso 97)
“Quienquiera que haga justicia, sea hombre o mujer, mientras sea creyente, ciertamente le haremos vivir una vida buena y ciertamente le daremos su recompensa [de acuerdo a] lo mejor de lo que solían hacer”.
Pero quien no aprovecha bien su tiempo y lo malgastará en cosas sin valor, lo que le impedirá alcanzar la paz y el éxito en ambos mundos, yá que no utilizó sus recursos de una manera que agrade a Allah Todopoderoso. (Sura 20 Ta-Ha, verso 124)
Y quien se aparte de Mi recuerdo, ciertamente tendrá una vida oprimida, y lo reuniremos ciego el Día de la Resurrección.
No utilizar adecuadamente el propio tiempo también será de un gran arrepentimiento en el Día del Juicio, especialmente cuando vean la recompensa de quienes utilizaron su tiempo adecuadamente.
La siguiente pregunta recomendada en el Hadiz principal en discusión se refiere a su conocimiento y a lo que han hecho con él. Es importante que los musulmanes se esfuercen por adquirir conocimiento religioso beneficioso, y aún más importante, que lo utilicen para satisfacer sus propias necesidades y las de sus familiares, de acuerdo con las enseñanzas del Islam, en obediencia a Allah y en el debido cumplimiento de los derechos de las personas. Quien permanece en la ignorancia o no actúa según su conocimiento tiene pocas probabilidades de alcanzar el éxito en ninguno de los dos mundos. Una persona sólo alcanzará la posición deseada encontrando primero el camino correcto y luego recorriéndolo. Sin embargo, si una persona no identifica el camino correcto (es decir, adquirir conocimiento) o no lo sigue (es decir, no actúa según su conocimiento), no alcanzará su destino deseado (es decir, el éxito en los asuntos mundanos y sobretodo religiosos). El conocimiento beneficioso aplicado conduce al bien, mientras que el mal uso del conocimiento conduce a los problemas en ambos mundos.
La tercera y cuarta preguntas que se les harán a las personas en el Día del Juicio Final se refieren específicamente a su riqueza: cómo la obtuvieron y cómo la gastaron. En primer lugar, los musulmanes deben asegurarse de obtener únicamente riquezas lícitas (legales) y evitar las dudosas o ilícitas. La riqueza ilícita anula todas las buenas obras. Así lo indica un Hadiz en Sahih Muslim, nº 2342. Si se basa en riquezas ilícitas, todo lo que provenga de ellas es ilícito y, por lo tanto, rechazado por Allah. Así como el fundamento interno del Islam es la intención, el fundamento externo del Islam es obtener riquezas lícitas (legales) y beneficiarse de ellas. Un musulmán es libre de obtener riquezas lícitas y gastarlas lícitamente, por ejemplo, para satisfacer sus necesidades y las de sus dependientes, sin extravagancia ni derroche. La riqueza puede ser una gran bendición para una persona en ambos mundos cuando se gana y se gasta sabiamente. De lo contrario, será un gran arrepentimiento para ella en ambos mundos. Por eso, el Noble Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) advirtió en un Hadiz encontrado en Sahih al-Bujari, Nº 6444, que los ricos no recibirán mucho bien en el Día del Juicio, excepto aquellos que gasten en la causa de Allah Todopoderoso. Antes de gastar en cosas triviales, uno debe considerar la pérdida de la gran recompensa que recibirán quienes gasten su riqueza sabiamente en el Día del Juicio. Ésto garantiza que gasten solo en la causa de Allah Todopoderoso y eviten gastar en el pecado y la falsedad.
La pregunta final será sobre el cuerpo individual y cómo se utiliza. Por lo tanto, el musulmán debe usar cada uno de sus órganos, como la vista y el oído, de la manera correcta que prescribe el Islam. Ésta es la verdadera gratitud y, por lo tanto, conduce a mayores bendiciones. (Sura Ibrahim, verso 7)
"Y cuando vuestro Señor dijo: «Si sois agradecidos, os aumentaré la gratitud.."
Hay que asegurarse de evitar las palabras maliciosas y falsas, yá que éstas últimas serán motivo de gran arrepentimiento en el Día del Juicio Final y a menudo conducen a malas palabras. Se debe hablar bien o guardar silencio.
También deben usar su fuerza física de una manera que agrade a Allah antes de que llegue el día en que la pierdan y yá no puedan realizar buenas obras. Se espera que quienes usan su fuerza correctamente sean ayudados por Allah en momentos de debilidad. De hecho, quienes hacen buen uso de su salud recibirán la misma recompensa cuando enfermen, incluso si yá no pueden realizar las mismas buenas obras. Estot se menciona en un Hadiz encontrado en Al-Adab Al-Mufrad por el Imán Al-Bujari, Nº 500.
Finalmente, un musulmán debe abstenerse de causar daño físico y verbal a sí mismo y a la propiedad ajena. Ésto es señal de que es un verdadero musulmán y creyente. Lo confirma un Hadiz que se encuentra en la Sunan al-Nasa'i, Nº 4998.
Assalamo Aleikum.