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domingo, 3 de agosto de 2025

SOBRE LA ENERGÍA ESPIRITUAL

SOBRE LA ENERGÍA ESPIRITUAL.
Introducción:
A pesar del interés de la ciencia por la energía espiritual, (que se está despertando actualmente), y no solo en el mundo árabe, sinó también en el occidente y el mundo civilizado, éste mundo, está lleno de secretos y posibilidades interesantes, emocionantes y útiles, pero no es algo nuevo. De hecho, yá era conocido por las antiguas civilizaciones de Oriente hace miles de años, y cientos de manuscritos y libros se dedicaron a ello, comenzando por la antigua civilización egipcia, pasando por la china, e incluso en las civilizaciones sánscrita, persa, japonesa y otras. El hombre antiguo de Oriente fue el primero en estudiar la energía espiritual del hombre, así como la energía cósmica que lo rodea y la relación entre ambas, porque comprendió la gran importancia de éste tipo de energía y su claro y efectivo impacto, (no sólo en el hombre mismo), sinó también en aquellos acontecimientos que ocurren a su alrededor.

Los antiguos pueblos de Oriente trabajaron para estudiar los secretos de ésta vasta ciencia para profundizar en todos sus aspectos y comprender sus leyes y componentes, comparándolos con las leyes de la realidad y la naturaleza, llegando a resultados asombrosos en éste sentido y registrando éstos resultados en forma de leyes específicas similares a las leyes de la física moderna.

Quizás, lo sorprendente de ésta historia, es que los estudiosos han notado que quienes estaban más interesados en éste tipo de ciencia -en cada una de éstas civilizaciones- eran aquellos a quienes podríamos llamar en el lenguaje actual, los representantes del Sufísmo y la Espiritualidad dentro de las religiones y creencias prevalecientes en éstas civilizaciones.

Incluso hoy, podemos observar ésto en las inscripciones y dibujos en las paredes de templos de otras civilizaciones orientales antiguas. En éstas paredes, vemos numerosos dibujos que representan posturas y movimientos que se asemejan mucho a las que hoy se practican en la meditación, así como quienes practican las técnicas de la sanación energética espiritual. 

No es de extrañar, por tanto, que observemos el gran interés que tienen los que trabajan constantemente para purificar el espíritu humano y limpiarlo de impurezas, y otros que tratan de conectarse con la energía cósmica circundante, y ascender en la conciencia humana a grados de manifestación con el intento de descubrir los secretos superiores del universo, según los cuales todos los componentes del vasto universo proceden con todo y todos con el Creador. 

Hace miles de años, el hombre antiguo comprendió que éste universo no opera aleatoriamente, sinó mediante un sistema preciso y controlado por numerosas leyes naturales y materiales. Tras éstas leyes materiales se encuentran otras leyes más completas y generales qué, con su visión abstracta, moral e integral, explican esos detalles materiales y las leyes naturales que los vinculan con la visión de una conciencia superior que las establece y las controla.

Mientras que los físicos, naturalistas, científicos médicos y otros científicos materialistas buscaron estudiar éstas leyes materiales que controlan los fenómenos del universo y la naturaleza, los espirituales en cada una de éstas civilizaciones buscaron estudiar las otras leyes ocultas y metafísicas que se encuentran detrás de éstas teorías materiales y explicarlas, confiados en que el conocimiento de las leyes ocultas y los secretos del universo, -con la buena comprensión de ellos-, sería un camino para alcanzar la sabiduría absoluta y revelar los secretos de ese universo para entender los fenómenos de dicho universo, que es el pináculo de éste vasto sistema cósmico.

En el antiguo Oriente, los humanos se esforzaban por aprovechar la energía espiritual mediante diversas formas, métodos y técnicas, buscando beneficiarse de ella con diversos objetivos, según sus deseos. Así surgieron las diversas técnicas terapéuticas basadas en el uso de la energía espiritual que aún se utilizan en la actualidad. De ellos, algunos intentaron utilizar las técnicas de energía espiritual para tratar enfermedades psicológicas y nerviosas, lograr la relajación y la calma y salir de los estados de tensión, excitación y presión nerviosa. Otros intentaron utilizar esas técnicas energéticas para deshacerse de la envidia, la posesión, el daño y las maldiciones, mejorar las condiciones de vida, deshacerse del mal de la magia oscura y atraer el éxito y la prosperidad para crear condiciones favorables. Por el lado contrario, hubo quienes intentaron usar las ciencias y técnicas de la energía espiritual con fines dañinos, como la magia negra, la atadura, el control mental, la maldición, enfermedades y daños, daños físicos y psicológicos, la venganza y otras formas de propósitos malignos y perversos. Que Allah nos proteja a nosotros y a ustedes de ellos.

Con el surgimiento de las grandes revelaciones celestiales, dentro del Islam y su difusión, y su llegada a los centros de las antiguas civilizaciones orientales, y la entrada en ellas de muchos seguidores de éstas civilizaciones, los representantes de éstas civilizaciones intentaron reconciliar lo que sus antepasados habían alcanzado de los secretos cósmicos y leyes específicas de la ciencia de la energía espiritual, y lo que éstos mensajes (revelaciones) trajeron de principios generales y metas elevadas, y vincularlos para alcanzar la perfección de la sabiduría, y éstos seguidores espirituales tuvieron un gran éxito en ésta reconciliación, -y les ayudó en eso- el hecho de que encontraron que éstas revelaciones y leyes celestiales no entraban en conflicto con muchas de sus teorías y conocimientos previos, sinó que a veces lo confirmaban y confirmaban algunas de éstas teorías, y también encontraron que todos éstos mensajes revelados apuntaban a un objetivo general, que es la elevación del espíritu humano y su pureza, y la purificación del alma humana de toda deficiencia y defecto, y la contemplación del universo y sus secretos, y el vínculo entre éste y el Superior que los creó, que es Allah Todopoderoso. Las religiones celestiales lo definieron mejor posteriormente. Más aún, todos éstos mensajes revelados instaron al hombre a contemplar y pensar, para llevar a la mente al máximo nivel de conciencia y percepción, todos los cuales representan los objetivos de la ciencia de la energía espiritual. ¿Y por qué no? dado que todas éstas religiones provienen de una sola fuente y son emitidas por el Señor de los Mundos, ¿quien insta a las personas a reconocer todo lo que les beneficia para evitar todo lo que les perjudica?

La mayor armonía que éstos buscadores espirituales encontraron entre los mensajes divinos y sus creencias, residía en que todos honraban el espíritu humano y lo elevaban a las más altas esferas, tras declarar que éste no es más que una chispa del espíritu de Allah Todopoderoso. Ésto es totalmente coherente con su creencia en la trascendencia del espíritu humano y la necesidad de ubicarlo en el lugar que le corresponde como parte del Ser Supremo (yá que la primera ley en la que se basaba su antiguo conocimiento de la ciencia energética era que la energía espiritual del hombre no es más que parte de la energía natural de Allah). Por lo tanto, al ser el espíritu humano parte del espíritu de Allah, es capaz de obrar milagros y maravillas, y contiene en sí todos los factores de la felicidad, la salud, el bienestar y el éxito humanos. Todo lo que se requiere del hombre es familiarizarse con los secretos del alma humana, comprender las leyes generales que la rigen y dirigirla con las técnicas especiales para alcanzar sus metas y traer felicidad a sí mismo, a quienes lo rodean y para toda la humanidad.

El hombre y la energía cósmica.
El universo entero, con todo lo que contiene, depende fundamentalmente de la energía para su desarrollo y continuidad. De hecho, no exageramos al afirmar que todo el universo no es más que «energía» y que adopta diferentes formas, frecuencias, vibraciones y ondas. Con ésta diversidad, todos los componentes y fenómenos de éste universo varían.

Basándonos en éste concepto, llegamos a la conclusión de que todo en éste universo contiene en su interior alguna forma de ésta energía cósmica general, acorde con sus capacidades y naturaleza.

Si observamos el espacio exterior, descubriremos que el Sol posee una energía tremenda que todos pueden ver y sentir, y nadie lo niega. Descubrimos que la Luna posee otra energía, uno de cuyos efectos se manifiesta en el fenómeno de las mareas terrestres. Descubrimos que los planetas, las estrellas, las constelaciones, etc., poseen energía.

Si observamos nuestro planeta Tierra, es decir, el mundo que nos rodea, descubriremos que todo sobre la faz de la Tierra también posee su propia energía. La Tierra tiene energía, el agua tiene energía, las plantas tienen energía, el aire tiene energía, los animales tienen energía, e incluso los objetos inanimados tienen la energía que les corresponde.

Sí, los objetos inanimados también tienen energía, ¡y no es de extrañar! En el pasado, el hombre creía que los objetos inanimados no tenían energía, o en el mejor de los casos, creía que su energía era meramente moral o espiritual, que no alcanzaba el nivel de energía material tangible, hasta que la ciencia moderna descubrió el átomo y logró dividirlo para producir (para el mundo) la forma de energía física más poderosa y peligrosa jamás vista a partir de un elemento natural que el hombre solía considerar simplemente "inanimado", es decir, el "uranio".

Entonces, cada cosa y cada componente de ésta vida contiene dentro de sí una cierta cantidad de “energía”, que toma diferentes formas en ella que son compatibles con la naturaleza de éste componente. Y el significado de ésto, -yá que cada cosa tiene su propia energía-, es que dentro de cada cosa hay “vida”, que es compatible con las capacidades y los objetivos de ésta cosa, porque la energía es el secreto de la vida, y es lo que mantiene la continuidad de la vida en éste vasto universo.

Quizás la mejor evidencia de la existencia de ésta vida, (que obviamente requiere energía para su existencia y continuidad en todo lo que nos rodea), es lo que Allah Todopoderoso nos dijo en Su Corán en más de un lugar, incluyendo, por ejemplo, las palabras de Allah: «Los siete cielos y la tierra y cuanto hay en ellos lo glorifican. Y no hay nada que no lo glorifique con alabanzas, pero tú no percibes su glorificación. En verdad, Él es Indulgente y Perdonador» (Al-Isra’ 44). Si todo glorifica a Allah según el texto del Corán, ésto significa que todo tiene su propia «vida» y, en consecuencia, su propia «energía».

Y el hombre, como uno de los componentes de éste gran universo, también contiene en su interior una parte de los componentes de la energía de éste universo. Si consideramos la energía que conforma éste vasto universo como una cadena compuesta de varios eslabones conectados y fuertemente interconectados, entonces la energía del hombre representa uno de los eslabones de ésta cadena, y quizás el más fuerte e importante, pues es el fideicomisario de éste mundo y quien lleva en su interior una chispa del espíritu divino. Sin embargo, no es el único eslabón de ésta gran cadena de energía, sinó uno de sus eslabones, conectado a otros eslabones de energía cósmica, es decir, a otros componentes de éste universo. Por lo tanto, debe armonizar con ésta energía que lo rodea, estar en armonía con ella, sentirse parte de ella, interactuar con ella, ser afectado por ella e influir en ella, no entrar en conflicto con ella, ni colocarse en la posición del enemigo, destruyéndose a sí mismo, destruyendo lo que le rodea y perturbando su energía y la energía de todas las cosas y eventos que lo rodean.

El grado de felicidad o miseria de una persona en la vida depende del grado de armonía y concordancia de su energía espiritual con la energía cósmica que la rodea. La relación aquí es directa, según los conceptos de la física. Cuanto mayor sea ésta armonía y concordancia, mayor será la felicidad de la persona y el disfrute de salud, prosperidad y éxito. Cuanto menor sea ésta armonía y concordancia, mayor será la miseria de la persona en éste mundo y más enfermedades, pobreza y fracaso le azotarán. Y la persona debe elegir por sí misma cuál de los dos estados desea.

Allah Todopoderoso, creó al hombre y depositó en él los factores de su felicidad y desdicha en éste mundo. El hombre debe estimular los factores de felicidad que le son innatos y eliminar los factores de desdicha, o si es posible, eliminarlos por completo. Ésto no ocurrirá a menos que trabaje su energía espiritual y la armonice con la energía de quienes lo rodean. Si lo logra, alcanzará la salud, la tranquilidad y la felicidad, y todos sus deseos se harán realidad.

Pero la energía en éste universo no adopta la misma forma, efecto ni función. Más bien, sus formas, capacidades y objetivos difieren debido a la diferencia en la longitud de onda, frecuencia y vibraciones entre cada una de ellas. Por lo tanto, debemos diferenciar aquí las siguientes formas de energía, que juntas constituyen lo que se conoce como «energía cósmica» o «el mundo etéreo del universo»:

La Energía física: Es la energía que todos conocemos y que se utiliza con fines domésticos, industriales, científicos, médicos, etc., como la energía térmica, la energía eléctrica, la energía nuclear, la energía luminosa, así como la energía solar, hidráulica, eólica y otras formas de energía diferentes que todos conocemos.

La Bioenergía: También llamada energía «biológica», es la energía que todo organismo vivo necesita para llevar a cabo sus diversos procesos vitales, como el crecimiento, la respiración, el movimiento, la reproducción, etc. Los organismos vivos obtienen ésta energía a través de los alimentos, en forma de vitaminas, minerales, sales, azúcares, calorías, etc.

La Energía espiritual: También se denomina energía psíquica, interna, oculta, etérica o del aura. Es la energía latente del interior.

El alma humana: Es una energía derivada de la interacción del espíritu humano y del yo interior con la energía cósmica que lo rodea. Hay artículos en el blog que hablan sobre ésto.

De éstas tres formas anteriores se forma lo que se conoce como "energía cósmica".. y todas éstas formas son necesarias y esenciales para el ser humano y para la continuidad de la vida en éste universo. A pesar de la presencia de todas éstas diferentes formas de energía en el universo, se mueven en caminos paralelos y complementarios, sin entrar en conflicto ni cruzarse, y ésto se debe, (como yá mencionamos), a la diferencia en sus ondas etéricas, frecuencias y vibraciones. Algunas son completamente perceptibles, como la energía física; otras son apenas perceptibles, como la energía vital; y otras están imperceptibles, como la energía espiritual u "oculta".

La pregunta ahora es: ¿De dónde obtiene una persona su energía espiritual?
El hombre obtiene su energía espiritual o etérica de diversas fuentes, algunas externas (fuera del planeta) y otras internas. Éstas fuentes son:
Fuentes externas: Son aquellas que están fuera de la Tierra, como el sol, la luna, los planetas, las estrellas, las órbitas y otros componentes del espacio exterior.
Fuentes internas: Son aquellas que se encuentran dentro de la esfera terrestre, y son aquellas fuentes que representan los cuatro elementos básicos que conforman el planeta, que son: agua, aire, fuego y tierra.

Cómo convertirse en un ser de energía espiritual:
¿De dónde obtiene una persona su energía negativa o positiva si las fuentes de energía son prácticamente aquellas que nos rodean?
Para poder responder a ésta pregunta, debemos darnos cuenta de un hecho importante, y es que la energía cósmica que el hombre obtiene de éstas fuentes son en realidad energía neutra, es decir, no es ni negativa ni positiva, sinó que es más bien una materia prima, capaz de tomar la forma adecuada y las cargas necesarias para alcanzar el objetivo hacia el cual se dirige.

¿Pero cómo, ésta materia prima o energía neutra se convierte en energía negativa o energía positiva?
La respuesta es que los humanos, junto con otros elementos del universo, somos quienes cargamos ésta energía neutra con nuestras cargas positivas o negativas. Sin embargo, centraremos nuestro estudio aquí en el papel de los humanos tienen específicamente en éste proceso, yá que son los elementos más importantes y los que más influyen en la energía cósmica y el mundo etéreo que los rodea.

Habíamos visto previamente que la energía cósmica penetra dentro del ser humano como parte de la energía de éste universo, por lo que ésta energía lo afecta, y él lo afecta, y el ser humano aquí juega el papel de la “fábrica” que remanufactura ésta energía bruta, cargándola con cargas positivas o negativas, para que luego ésta energía sea liberada al mundo exterior y al éter cósmico, cargado con esas cargas positivas o negativas para comenzar su nuevo viaje en éste universo después de que se haya identificado, por lo que funciona como un imán, atrayendo energía similar a ella en carga del éter cósmico, por lo que si está cargado con cargas positivas, atrae cargas positivas del éter cósmico hacia él.
Otra, incluso cargada con cargas negativas, atrae otras cargas negativas, aumentando su energía y adquiriendo mayor influencia en el individuo que la originó y en el universo que la rodea, tras multiplicarse sus cargas. Es similar a una bola de nieve que empieza a rodar desde la cima de una montaña siendo pequeña, y luego aumenta gradualmente de tamaño hasta convertirse en una bola enorme e indetenible.

Aquí observamos un asunto importante: ésta ley de la energía, que algunos llaman "ley de la atracción", difiere de la ley tradicional de la atracción magnética, considerada una de las leyes más importantes de la física tradicional. Como siempre nos han dicho los físicos, las fuerzas opuestas se atraen, mientras que las fuerzas iguales se repelen. Por ejemplo, observamos que los polos negativo y positivo de un imán se atraen, mientras que el negativo repele al negativo, y el positivo repele al positivo.

Pero ésto es completamente diferente en el caso de la energía espiritual que no opera según ésta ley física tradicional, sinó según su propia ley. Lo positivo atrae lo positivo, y lo negativo atrae lo negativo. Ésta es una forma de sabiduría divina y de las leyes de la justicia universal, para que cada persona tenga una parte en sus acciones. Si fue una fuente de energía positiva, recibirá lo mismo a cambio, y si fue una fuente de energía negativa, recibirá lo mismo a cambio, pero de forma duplicada. Ésto explica el dicho común de que la recompensa es del mismo tipo que el trabajo. Quizás ahora que hemos comprendido ésta ley de la naturaleza de la energía espiritual, podamos decir ésta frase de una manera que ahora les resulte comprensible: la energía de la recompensa es del mismo tipo que la energía de la acción por el trabajo.

Pues no hay acción, palabra o pensamiento en éste universo emitido por un ser humano que no emita una energía adecuada, por lo que reúne a su alrededor una energía similar y comienza su trabajo de acuerdo con ella. Si es bueno, devuelve el bien a su fuente y a quienes lo rodean, y si es malo, devuelve el doble de malo. Nada es en vano en éste universo, aunque lo creamos. Todo tiene un retorno, tarde o temprano, yá que todo es energía. Y como sabemos desde la infancia, la energía "no se puede destruir" y "no se puede crear de la nada". Por tanto, sé siempre una fuente de energía positiva para alcanzar la felicidad, hacer realidad tus sueños y esperanzas, disfrutar de salud y ser una fuente de felicidad para los demás. No seas una "fábrica" de energía negativa, de modo que experimentes fracaso, enfermedad y depresión, y atraigas todo tipo de daños, maldad y dolencia hacia ti y hacia quienes te rodean.

¿Cómo transforma una persona la energía cósmica neutra que lleva dentro en energía positiva o negativa? ¿Y cómo la transmite a la energía etérica cósmica en ésta nueva forma?
Respondemos a la primera parte de ésta pregunta diciendo que éste proceso de carga o transferencia lo realiza la persona promedio sin darse cuenta, y es a través de sus intenciones y objetivos que están detrás de cada acción que realiza. Ésto significa que cada intención, propósito u objetivo detrás de ésta acción, y los sentimientos, emociones e impresiones que acompañan a ésta intención y que se propagan en la persona, son los que desempeñan el papel de "cargadores" que convierten ésta energía neutra en energía negativa o positiva. Si el objetivo y la intención previos a ésta acción son buenos, entonces, por supuesto, convierte la energía interna en energía positiva. Sin embargo, si el objetivo o la intención era mala, la energía emitida por ésta acción se convertirá en energía negativa.

Si consideramos, por ejemplo, la envidia como una forma de energía negativa que puede emitir una persona hacia otra, encontraremos que depende principalmente de la intención de ésta persona, yá sea un odio profundo o un deseo de que le quiten una bendición, o la mera admiración y alegría por ésta bendición o desearla sin quitársela al otro, entonces ésta energía apropiada a la intención de ésta persona sale con la acción que realiza, y ésta acción en el caso de la envidia es a menudo una palabra o una mirada, y ésta palabra o mirada lleva ésta carga de energía negativa y la transfiere a la otra persona, de modo que ésta energía negativa resulta en un daño notable para la otra persona, en lo que la gente llama "envidia".

En cuanto a la respuesta de la segunda parte de la pregunta, que se refiere a la forma en que una persona transmite su energía interna, yá sea positiva o negativa, al espacio etérico que la rodea.. Toda actividad que realiza una persona está acompañada de energía positiva o negativa según la energía que transmite en su interior. Una palabra tiene energía, un movimiento tiene energía, una mirada tiene energía, e incluso la idea que da vueltas en la cabeza de una persona también tiene una energía que la acompaña. Y en nuestra vida diaria vemos muchísimo el impacto de ésta energía y sus resultados sin ser conscientes ni saber por qué ni cómo es.

De toda la actividad que realiza una persona emana una energía que afecta al éter cósmico que la rodea y se ve afectada por él. La mirada tiene una energía que la acompaña, que puede ser positiva o negativa. Como resultado de la naturaleza de ésta energía, se producen fenómenos tangibles como la envidia, la admiración y la fascinación.
Todos hemos oído hablar del amor a primera vista, para el cual a menudo no encontramos una explicación lógica. Quizás algunos lectores hayan caído en la garra de ésta "mirada". Éste amor o admiración que surge de ésta mirada no es más que una forma de la influencia de la energía de la mirada.

Y también la palabra tiene una energía que la acompaña, y es un poco de las muchas formas de la energía de la palabra, y la fe no es más que una palabra, y los mensajes celestiales no son más que una palabra, y las religiones no se abrazan ni se abandonan excepto por una palabra, y el matrimonio no es más que una palabra, y el divorcio no es más que una palabra, así que con una palabra lo prohibido se hace permisible y con una palabra lo permisible se prohíbe, y la magia y los hechos y similares no son más que una palabra hablada o escrita. La historia de la humanidad nos ha mencionado guerras que tuvieron lugar a causa de una palabra, así que no subestimes, querido lector, la energía de la palabra.

La idea también tiene poder, quizás el más poderoso de todos los tiempos. Si leemos las memorias de todas las personas que hicieron historia y transformaron la faz de la tierra, todas confirman que no alcanzaron lo que alcanzaron hasta que primero provocaron un cambio interior, cambiaron sus pensamientos y luego transformaron el mundo que los rodeaba. Sócrates, Platón, Aristóteles e Ibn Rushd eran personas como nosotros, y Gandhi, Mandela, Marx, Luther King, Sartre y otros eran personas como nosotros, y lo único que hicieron fue provocar un cambio interior, en sus pensamientos y puntos de vista, de modo que la fuerza y los caminos de su energía cambiaron, y cambiaron el mundo con esos pensamientos.

Sí, querido lector, cada actividad que emprende una persona tiene su propia energía en el mundo de la energía cósmica, y el feliz es aquel que logró controlar ésta energía, y mejor que sea una energía positiva dirigida hacia lo que le hace feliz y la felicidad del universo que le rodea. Eso se siente cómo penetra en cada célula de tu cuerpo y se filtra en tus poros.
Haz éste ejercicio de concentración positiva todos los días de 5 a 10 minutos, luego abre los ojos y agradece mentalmente la energía que Allah te ha brindado. Repite el ejercicio todos los días hasta que sientas cómo te has integrado a la energía espiritual y que estás en armonía con todo, y cómo ha comenzado a brindarte su energía por sí solo. Puedes hacer éste ejercicio en un lugar abierto bajo el sol mientras estás sentado en posición de cuclillas como si estuvieras haciendo ejercicios de meditación. También se puede hacer de noche, sobretodo en los cuatro meses lunares más importantes. Permite que el aire de la mañana llene tus pulmones. Con cada inhalación, siente cómo la energía del aire se filtra en tus pulmones y, con cada exhalación, ésta energía se libera a las distintas partes de tu cuerpo y células, llenándolas de energía. Realiza éste ejercicio de 5 a 10 minutos cada mañana con regularidad, y es preferible continuar haciéndolo a diario. También puedes sentarte en una habitación tranquila, lejos de ruidos e interrupciones. Enciende una vela y colócala frente a ti. Apaga las luces eléctricas y simplemente enciende la vela. Observa la llama que sale de la vela, fijando la mirada en el centro de la mecha. Siente la luz y el calor del fuego que emana de la vela. Siente cómo la energía del fuego impregna tu cuerpo a través de la mirada fija en la llama. Continúa concentrándote en la llama durante 5 a 10 minutos. Repite éste ejercicio todos los días, si es posible, hasta que sientas armonía interior con la energía.

Estimado lector, éstos ejercicios pueden parecerte simples y sin importancia a primera vista, pero le aseguro que éste punto de vista es completamente erróneo. Éstos ejercicios son recomendados por numerosos expertos en autoenergía y destacados practicantes de meditación de todo el mundo, especialmente para principiantes en el campo de la energía espiritual, yá que desempeñan un papel fundamental en el logro de la armonía y la congruencia entre la energía interior de una persona y la energía etérica cósmica circundante. Éste paso es uno de los más importantes para trabajar con la energía interior. Sin lograr ésta sensación de armonía interior con la energía del universo, el estudiante no podrá dar sus primeros pasos en el mundo de la energía espiritual.

Tras un breve periodo de práctica con éstos ejercicios, te sorprenderás de que te sientes más tranquilo que antes, de que yá no te enojas tanto por las situaciones más sencillas como si estuvieras enojado, y de que sientes una paz interior que no sentías antes. Ésto se debe a que éstos ejercicios te ayudan a liberarte gradualmente de las presiones psicológicas internas y a abrir gradualmente los centros Lataif de energía espiritual en tu interior.

Assalamo Aleikum.