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miércoles, 13 de agosto de 2025

EL IMPROPERIO DE UNA MORAL DESVIADA.

EL IMPROPERIO DE LA MORAL DESVIADA.
Más allá del problema individual de cada ser humano, sobre la vileza moral, surgen algunas preguntas generales. ¿Cómo podemos restaurar el respeto entre los seres humanos? ¿Cuáles son los límites de la tolerancia? Si los individuos no pueden detener éstos fenómenos por sí solos, ¿la sociedad debe intervenir y promulgar las leyes adecuadas?

Hace un tiempo se presentó un proyecto de ley que propuso la adopción de un artículo que considera como delito castigado por la ley castigar excesivamente a los estudiantes o imponerles una carga mayor de la que éstos pueden soportar, yá que cada acto violento menoscaba y humilla a la persona afectada en su escuela o institución educativa. Si para alguien le es inapropiado aceptar que las relaciones humanas se rigen exclusivamente por la ley, entonces debemos prestar mucha atención a la necesidad de educar a nuestros hijos e informarles sobre esas medidas y sus métodos preventivos.

Los desviados tienden a reinar en un sistema regido por el poder del individuo más fuerte, astuto y malicioso, donde el éxito, es ante todo el valor fundamental, mientras que el honor y la integridad se presentan como una debilidad, y la desviación campa a sus anchas como una astucia, habilidad y hasta de buena conducta.

Con el pretexto de la tolerancia, las sociedades occidentales están abandonando gradualmente sus propias inhibiciones morales. Sin embargo, sus demostraciones de tolerancia, perdón y aceptación —al igual que las víctimas de la perversión narcisista— fomentan el desarrollo de unos patrones relacionales desviados en éstas sociedades. Muchos líderes, a quienes los jóvenes admiran como modelos a seguir, no tienen reparos en eliminar a un rival ni les aflige ningún tipo de escrúpulo cuando se trata de su propia supervivencia en el poder. Algunos abusan de su autoridad, ejercen presión psicológica y esgrimen los "intereses y la seguridad" o los "secretos de la defensa" para proteger sus propias vidas.

Otros se enriquecen mediante astutas tácticas delictivas, que practican en la gestión de bienes públicos mediante los fraudes y estafas con un dinero que no es suyo o viene de los impuestos. 

La corrupción se ha generalizado.
De hecho, dentro de un grupo, institución y hasta en el gobierno, basta con que existan uno o más individuos desviados para que todo el organismo y el sistema colapsen bajo la ira de la desviación. Si ésta desviación no se condena, se propagará y se expandirá encubiertamente mediante la vergüenza, el miedo y la manipulación. De hecho, para restringir psicológicamente a una persona, basta con atraerla a las posiciones cegadas y mentirosas o involucrarla en ciertas situaciones que dañen su reputación y la conviertan en conspiradora haciéndola cómplice de la desviación en curso. Ésta es la base del funcionamiento propia del sistema mafioso y de los sistemas totalitarios. Yá sea dentro de la familia, la comunidad, la empresa o el estado, los desviados narcisistas evaden la situación a expensas de otros. Éstos últimos son los responsables de la destrucción y la calamidad causadas por los primeros. Aquí, éstos últimos se presentarán como los salvadores y tomarán las riendas del poder. Entonces, su falta de escrúpulos morales es suficiente para preservarlos. ¿Cuántos ejemplos de éstos hombres hemos visto en la historia que se niegan a ver sus errores, que no aceptan sus responsabilidades y recurren a distorsionar [los hechos] y manipular la realidad de las cosas, todo con el fin de borrar todo el daño y los desastres que hayan podido causar? Pero la gente observa el resultado final que han creado. Se recauda dinero, se protegen los intereses personales, se descuida al rebaño y los pobres van a los crematorios por que resulta más económico que el entierro Islámico, (a pesar de estar prohibido. Los mejores de ellos vagan sin hogar, mientras que los líderes muestran la pose "patata fotográfica" de felicidad en sus rostros.

En cuanto a la guerras en nombre de la religión en general, o para proteger a la religión, sólo puede tener lugar después de que haya sido aprobada por todas las instituciones oficiales y por los gobernantes que representan a los musulmanes en general y también por los eruditos de la nación, porque el asunto del Islam es un asunto de todos los musulmanes, y lo que preocupa al público en general (no es el derecho que pueda tener la élite para monopolizar), aunque lo que preocupa a esos gobernantes es el derecho de la gente común para poder hacerlo.

En cuanto a las instituciones oficiales en nuestro tiempo, son la Organización de Cooperación del sistema actual, el Consejo Islámico, o la Liga Musulmana Mundial, que para algunos representan los asuntos generales de los musulmanes, aunque cada gobernante de un país tiene sus propios poderes en su propio ámbito.

<En cuanto al asunto general, no le corresponde a una persona imprudente declarar la guerra a nadie con su imprudencia y en nombre de sus intereses particulares.>

Luego viene y grita a los musulmanes: “Ayúdenme.. ayúdenme”.

No se debe cooperar en ninguna batalla creada inicialmente por un partido o grupo en solitario, yá que la mayoría de los musulmanes no la aprobaron ni se prepararon para ella. Más bien, es la imprudencia de algunos, y son ellos quienes tienen que pagar el precio, no los demás pueblos inocentes. De ésta manera, se evitarían muchas guerras políticas que algunos disfrazan de religión para buscar el apoyo de los musulmanes y malgastar los recursos que bien habrían contribuido para la reconstrucción y, al menos, a procurar la unidad de los unos y los otros.

Assalamo Aleikum.