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viernes, 22 de agosto de 2025

ESTRATEGIAS.

ESTRATEGIAS.
La experiencia del Tasawwuf nos ayuda a comprender la dirección de la libertad interior, o libertad espiritual. A través de ella, podemos observar los sentimientos del individuo en su estado de acción; es decir, podemos observar las condiciones existenciales que rigen con la relación de los sentimientos del individuo y con todo lo inmanente, tanto subjetivo como objetivo —más allá del yo—, y con los valores trascendentes y los seres espirituales. Ésta participación es la condición para comprender las condiciones de la formación del conocimiento, el establecimiento de la jerarquía de valores superiores y la formación del mundo estético o, en otras palabras, la participación en una verdad que trasciende al sufí y al filósofo existencialista espiritual, que es sin duda la conciencia de la necesidad ontológica de dicha aspiración y de la ansiedad y la agitación que la acompañan. Posteriormente, y siempre a través de esa participación, podremos comprender la transformación que se produce en los sentimientos de ansiedad y miedo, y la transformación de éstos sentimientos, mediante un cambio cualitativo, en éxtasis acompañado de bienestar psicológico y con una expansión de los horizontes vitales. Es decir, comprender el proceso de transformación de la enfermedad en medicina, en palabras de Rumi, y un cambio en la naturaleza humana, un cambio que observamos en la expansión del alma y la aceptación de la vida, después de una vida amarga, oscura y distante.. pero, si ese órgano está sano, todo el cuerpo está sano. 

Si miramos lo que los países gastan a través de los fondos de la seguridad social y la atención prestada a las clínicas psiquiátricas y los hospitales mentales para hacer que los responsables de las instituciones de salud y jefaturas hospitalarias reconsideren las estrategias y los métodos de tratamiento que tratan tanto el abuso psicológico como mental de la sustancia a dominar, después de determinar las leyes de su curso, y reconocer la posición especial y cualitativa que ocupa el ser humano en la jerarquía de los seres que constituyen nuestro mundo, es decir, la necesidad de volver a comprender el Tasawwuf-sufismo a la luz de la cultura científica y filosófica de nuestra época, yá que el Tasawwuf-sufismo es una experiencia humana que se expresa de manera simple y clara antes de ser solamente análisis puramente teóricos o extravagancias con signos y símbolos.
El médico sufí, a través de su tratamiento del paciente, traza el camino hacia la perfección psicológica, purificando sus intenciones y fortaleciendo su determinación. El camino del tratamiento sufí combina el conocimiento teórico basado en la comprensión de la dirección de los aspectos psicológicos y mentales, y el aspecto del procedimiento que se presentan detrás de tres proposiciones al investigador de la esencia de lo humano. La primera limita lo humano a lo cognitivo, la segunda a lo práctico, mientras que la tercera ve la esencia de lo humano tal y como la han establecido los sufíes: una esencia abierta, una esencia trascendente que trasciende lo conocido cognitivamente e incluso moralmente. No es de extrañar que todo ser humano interactúe con ella cuando se le demuestra que no basta con conocer la verdad por sí sola, sinó que ésta se encuentra en una relación de interacción con lo que los sufíes llaman el "estado". Ésta es la situación en la que se establecieron Ibn Sina y Rumi, y sus tradiciones y escritos reflejan la reconciliación con lo humano en su forma integral. Cuando se clasifica a uno de ellos como filósofo con los filósofos y como sufí creativo con los sufíes.

El propósito de la psicoterapia sufí está vinculado a la comprensión de la dirección tanto de la voluntad humana como de la libertad. La libertad no es, de hecho, un estado previo a la elección, un estado que filósofos y teólogos se esfuerzan por describir y explotar para definir sus posturas cognitivas, políticas e ideológicas. Más bien, la libertad puede considerarse un estado que se está formando, y siempre se está formando. Ésto resalta la necesidad que sienten los sufíes de comprender la aspiración a la libertad, acompañarla y refinarla. Ésto significa espiritualizar el estado puro del impulso ciego que representa la libertad y transferirlo de su nivel natural a su nivel cultural, lo cual no es un valor añadido, sinó que se basa en el hecho de que la cultura es una existencia auténtica que se desarrolla y transforma la naturaleza humana, desde el primer momento en que comienza el camino humano en la existencia.

La esencia estándar del ser humano aparece a través de la herencia sufí, el estándar que entra en la formación tanto del cuerpo como del alma, los sentidos y la mente, a medida que se revela la situación del encuentro de la mente y el corazón y su fusión en el "estado" sufí, lo que pone fin a la lucha por la verdad y su debate entre los catadores y los racionalistas, lo opuesto del gusto y la mente que se traduce por la acción, que es la cuerda que corresponde al par, o el par de acciones que es un dato primario e inicial que trasciende la idea de la esencia autoexistente. Ellos —es decir, los filósofos— no pudieron hacer otra cosa que despojarla del corazón, tal y como la despojaron de los sentidos. La esencia estándar del ser humano está en la personalidad trascendental, que restaura su reputación y descubre su potencial, lejos de la cultura de exclusión establecida con el surgimiento del pensamiento científico del siglo XIX en Europa. Esa cultura de exclusión, examinó las experiencias místicas y su presencia para determinar su eficacia en lograr el bienestar psicológico de una persona agotada por tanta cultura científica y meras aspiraciones ciegas de satisfacción. 

"Los sufíes satisfacían sus almas con esfuerzos y luchas hasta que respondieron a una moral en ascenso (...) y las almas de los sufíes respondieron a toda moral noble". Fin de la cita.)
La lucha de pensamientos e ideas entre los sufíes toma la forma de ejercicio psicológico, el cual vincula la salud psicológica con la necesidad de cambiar el estado de la naturaleza humana, influyendo en su estado natural y moldeándolo a partir de experiencias auténticas de sufíes qué, con el paso del tiempo, se convirtieron en modelos vivientes cuya credibilidad se basa en la amplia simpatía y atracción que personas de todas las clases y estratos sociales sienten hacia ellos, una atracción similar a la que tienen los insectos hacia un fuego encendido, de modo que nadie puede alejarlos ni influir en su dirección.

El amor sufí nos devuelve a la libertad espiritual, porque la pasión, (que en el psicoanálisis asume el concepto de amor sensual), es en realidad un medio y un impulso, no un fin en sí misma. Los sufíes comprendían el valor de la pasión como motivo de acción y la diferenciaban de los pensamientos y del amor. Ésta distinción es, (de hecho), una distinción introspectiva que ofrece una visión ampliada de la psique humana, distorsionada por la lógica de la simplificación científica, que solo busca verdades cuando se acompañan de una descripción mecánica, por no decir ciega. Por otro lado, la descripción sufí se distingue por la vitalidad acorde con la naturaleza de la psique, impulsada por procesos psicológicos, tanto inferiores como superiores. También se distingue por su capacidad de integrar los tres momentos temporales, una integración que permite superar las molestias del apego y sus relaciones con el pasado y el presente, integrándolos en el momento del futuro, que es el momento de la trascendencia y la transformación continua.

Assalamo Aleikum.