EL SUFÍSMO COGNITIVO y LA TEOLOGÍA.
Las dos visiones de unificación:
El misticismo cognitivo y la cuestión del sentido teológico.
La cuestión del sentido teológico es una de las preguntas más antiguas, una que se repite constantemente, y sus respuestas varían según la diversidad de sociedades, religiones y culturas. Todas tienen en común la búsqueda de un sentido que responda a las exigencias básicas de la vida humana —físicas, psicológicas y ontológicas— y que proporcione al ser humano una energía positiva que garantice el equilibrio entre sus diversas necesidades. El sentido al que me refiero, es cualquier sentido que responda a la pregunta sobre la existencia y el destino, (que minimice la ansiedad existencial que aqueja a la vida humana), que la proteja de la soledad de la existencia y que le otorgue una mayor paz mental y tranquilidad de espíritu.
La falta del sentido teológico en la vida es una de las crisis más profundas del mundo actual. La mayoría de las personas buscan sentido en lo que carece del sentido que les falta a sus vidas, o en lo opuesto, cayendo así en los laberintos del sinsentido y sumiéndose en la confusión, la expresión más cruda del estado de pérdida existencial en el que muchos seres humanos se encuentran llenos de fantasías y viviendo en los mundos de yupi.
El significado tiene diversas fuentes, y el arte es una de las principales. La necesidad humana del arte y la apreciación de la belleza son profundas y eternas. La oposición de los grupos salafistas a las artes y su declive son factores fundamentales que explican la presencia del extremismo y la religiosidad extrema en nuestras sociedades.
La fuente metafísica es una de las fuentes más ricas de significado, yá que responde a la necesidad ontológica y existencial, una de las más apremiantes de significado que la humanidad busca.
El Tasawwuf surgió como un intento de recuperar la función de la religión como el sistema para generar un significado espiritual, moral y estético para la vida, y de devolverle el sentido que la vida humana requiere. Sin embargo, éste significado se ha perdido para la mayoría de los sufíes. En sus inicios, el Tasawwuf fue una visión inspiradora, pero su luz se extinguió posteriormente cuando los sufíes perdieron la religión del sentido teológico por los rincones del aislamiento, la evasión de la sociedad y la sumisión por la obediencia ciega del discípulo al Shaykh de la orden.
El sufismo cognitivo (en nuestra herencia) es una mina preciosa de significado metafísico, espiritual, moral y estético. Sin embargo, descubrir las ricas capas de ésta mina requiere de un explorador hábil que pueda ahondar en ellas y extraer los diamantes enterrados en los escombros de una mina de carbón, a veces escritas en un lenguaje vago, y que no están exentas de un exceso de dichos, frases y explicaciones aburridas en algunas obras, a veces teñidas por un impulso de apartarse de todo y dedicarse a aplicar las recomendaciones del Shaykh de la Tariqa, que en vez de liberar el corazón del alumnado y llevarlo por el camino hacia Allah, se ha convertido en un entrenador del hombre en el sufismo de la esclavitud.
<Me gustaría señalar aquí que prefiero utilizar los términos "Tasawwuf"-"Tazkiyah" "gnosticismo" y "gnósticos" en lugar de "sufismo" y "sufíes", porque las proyecciones y los juicios negativos de los teólogos y juristas sobre los términos “sufismo” y “sufíes” han invertido mucho su significado y los han vuelto deficientes.>
Todo significado posee su belleza. Algunos eruditos llaman al sufismo cognitivo «sufismo filosófico», mientras que los chiítas lo llaman «misticismo teórico» para distinguirlo del «misticismo práctico», que es el sufismo conductual. El sufismo cognitivo estudia la naturaleza de la vida espiritual, analiza los anhelos y los diversos estados del alma, y trabaja para identificar sus experiencias y su trascendencia en el camino hacia Allah. También identifica los tipos, cualidades y verdades de sus estados, e intenta aportar evidencias firmes que los respalden.
El núcleo embrionario del sufismo cognitivo apareció temprano en los textos de Abu Yazid al-Bistami (m. 261 d. H.), al-Husayn ibn Mansur al-Hallaj (crucificado en 309 d. H.), Muhammad ibn Abd al-Jabbar al-Nafri (m. 354 d. H.), y en algunas de las obras de los sufíes de Bagdad. Sabios y místicos contribuyeron a la construcción de sus cimientos, como el Shaykh al-Ishraq Shihab al-Din al-Suhraudi (fallecido en el 586 d. H.), Abd al-Haqq ibn Sab’in (m. 669 d. H.), Sadr al-Din al-Qunawi (m. 672 d. H.), Yalal al-Din al-Rumi (m. 672 d. H.), Abd al-Karim al-Yili (m. 805 d. H.), Abd al-Rahman al-Jami (m. 898 d. H....) y otros. Todos ellos dejaron su huella en la producción de un valioso patrimonio cognitivo, espiritual y moral, con la diversidad de sus expresiones y la diversidad de sus esfuerzos, fuera del sistema cerrado de creencias que los teólogos formularon para construir unas categorías doctrinales de sus grupos. La visión también varió. Éstos sabios y místicos de la existencia, con sus diversas experiencias religiosas y espirituales y sus formaciones cognitivas, pintaron cada uno su propio cuadro metafísico de sí mismos y de los mundos invisibles y, a la luz de ello, trazaron el camino de sus viajes hacia Allah.
Los pilares teóricos del sufismo cognitivo se integraron y profundizaron en las obras de Muhyiddin Ibn al-Arabi (m. 638 d. H.). Quedaron claros tras la creación de un cuadro metafísico que allanó el camino trazando una hoja de ruta que conecta la existencia humana con Allah. Un camino por el que el hombre se encamina hacia Allah sin ser contaminado por el odio ni el derramamiento de sangre. Un camino que celebra la transformación de la fe en amor y del amor en fe. Un camino que protege al hombre de la violencia y el mal que habitan en la tierra.
Sé que existen muchos tipos de sufismo y que algunos reflejan la experiencia del sufí auténtico y su forma de formación espiritual, y que el sufismo es un reflejo del horizonte histórico en el que vivió el sufí. Lo que se busca, es que éste legado pueda emplear algunos de sus elementos vivos para reconstruir una visión metafísica del monoteísmo, que proteja la vida de los pueblos de la tierra y su coexistencia con la visión monoteísta propugnada por la teología antigua más ortodoxa dentro de las ciencias teológicas que propugnan la salvación y la liberación en éste mundo y en el venidero, específicamente para quienes creen en él. Ésta visión puede liberar a los musulmanes de las consecuencias de éste -casi monopolio- que resulta de las directrices modernas de ciertos sectaristas, lo que resulta en un fracaso en los esfuerzos por convivir en una nación entre personas de diferentes creencias.
El sufismo cognitivo.. ¿difiere del sufismo sunní?
Respuesta: El Tasawwuf o Sufísmo cognitivo es un sufismo centrado en el culto y el ascetismo, comprometido en su visión monoteísta con lo estipulado por el código teológico y en su comportamiento con lo estipulado por el código jurisprudencial. Por ejemplo, usted puede ser ash'ari o ma'turidi en sus creencias, e imitador de uno de los cuatro imanes de la jurisprudencia en su completo comportamiento. El sufismo que desemboca en la esclavitud para la mayoría de sus seguidores, que finalmente, al transformarse en una especie de monacato con aislamiento del mundo, donde algunos de sus seguidores cayeron hasta en la brujería y el derviche acrobático.. éste sufismo que huye de la vida, languideciendo en rincones y monasterios, desconcertado por sus visiones distorsionadas de la realidad y su visión pesimista del mundo, asfixiado por el estrecho horizonte de algunas de las sentencias del código jurisprudencial, y oscilando entre una visión de oradores monoteístas de cabeza cerrada, con el anhelo ardiente por gobernar y con sus deseos de manipulación.. eso, amigo mío, ¡No es Sufísmo! lo pinten del color que lo quieran pintar.
El Sufismo sunnita carece de la conciencia vigilante y de la valentía necesaria para liberarse de los muros del código teológico. Por lo tanto, éste sufismo se ha transformado, pasando de ser un anhelo de libertad humana y la restauración de su yo consumido a un esfuerzo por salvar su alma y rescatarla de la asfixia de la enfermedad.
Con las afirmaciones de los teólogos, y la liberación de su conciencia del literalismo de algunas de las disposiciones del código de jurisprudencia, (que son incompatibles con la moral), se volvió hacia todo lo que es contrario a la libertad del espíritu y de la conciencia, y el sufí se volvió alienado, sumiso, humillado, indefenso, ausente de sí mismo, ante su ausencia de la vida y del mundo en el que vive, y a veces sus sentimientos fueron manipulados por algunos charlatanes fraudulentos que afirman ser herederos de ciertas personalidades que inspiran el espíritu e inspiran los significados más bellos de la vida.
El sufismo conductual (Tariq) no enriquece demasiado el horizonte de la conciencia de la verdad ni otorga al hombre la capacidad de saborearla. A veces, actúa para poner límite a la mente y embotar el gusto. Al estudiar y experimentar los textos de sufíes como Muhyiddin Ibn al-Arabi, Al-Hallaj, Al-Bistami, Al-Niffari y Jalaluddin Rumi, etc. los horizontes del hombre se expanden hacia la conciencia de la verdad religiosa y adquieren la experiencia para saborearla. Desafortunadamente, los resultados del sufismo popular también se han opuesto a sus inicios, después de que sus seguidores no lograran comprender los significados precisos y su objetivo de construir una conexión vital entre el hombre y Allah, protegiéndolo de su alienación existencial. Así qué, entonces se ahogó.
De todo lo anterior, se puede afirmar, con base en los ejemplos presentados sobre las prácticas religiosas populares, que existen rasgos distintivos entre las diversas órdenes sufíes. La imagen mental generada por algunos grupos, constituyen una visión subjetiva de las prácticas y los rituales realizados dentro de las órdenes sufíes. Además, en nuestra humilde opinión, representa un tipo de conciencia social que ha generado en un conjunto de percepciones de sí mismo y del otro.
Si bien, la presentación anterior son casos de estudio, se revela una clara diversidad en las prácticas y rituales llevados a cabo a través de las órdenes sufíes, y también revela los denominadores comunes entre ellas, que pueden resumirse de la siguiente manera:
Primero: Hay muchos caminos que comparten el pacto o compromiso, que es una condición básica para que un individuo sea considerado miembro del camino.
Segundo: La condición de tomar el juramento y esforzarse en recordarlo es condición para obtener la licencia, en virtud de la cual el individuo alcanza un estatus ritual dentro de la orden. Si bien solo existe un método para tomar el juramento, existen diferencias en los rituales que se realizan según él.
Tercero: Hay un grupo de letanías que deben repetirse según unos números específicos, para que el individuo sea promovido de ser simplemente un miembro ordinario a lo que se llama discípulo.
Cuarto: Existe una gradación en los rangos o niveles de los miembros de la orden. Algunos se limitan sólo a dos rangos: discípulo y Shaykh. Otros los organizan desde Murid (discípulo), luego Fuqara, luego Muqaadam (delegado del Shaykh) y finalmente Shaykh de la Tarbiyah.
Quinto: Los seguidores de las órdenes sufíes ven al Shaykh como su "tío", con un cierto carisma. Es él quien concede el (ILM) permiso basándose en los esfuerzos del discípulo, sirviendo a la orden o practicando la adoración.
Sexto: La autoridad religiosa de las órdenes sufíes auténticas demuestran una clara continuidad histórica en forma, organización y pensamiento.
Séptimo: Existe un denominador común entre todas las órdenes sufíes en el proceso de transmisión de la orden con sus códigos internos.
Octavo: El grupo de estudio revela la diversidad de afiliaciones sociales de quienes participan en las órdenes sufíes. Si bien la historia nos dice qué, en sus inicios, unirse a ellas estaba restringido a los pobres, la realidad actual revela una mezcla de clases sociales, por no mencionar también la diversidad del estatus social.
Noveno: Las expresiones externas de las órdenes sufíes varían.
Décimo: Existe variación en el método de conmemoración (dhikr), en los movimientos y organización, e incluso en la dirección y ejecución de éstos rituales.
Once: Hay posiciones e ideas prestadas o imitadas entre algunas órdenes sufíes, que son el tema del sufismo filosófico, o más bien las proposiciones teóricas de los primeros pioneros del sufismo.
Duodécimo: Existe una postura ideológica de línea dura adoptada por las órdenes sufíes en contra de ciertos grupos islámicos, o los llamados grupos violentos. Ésta postura de oposición y antagonismo hacia esos grupos islámicos violentos significa que las órdenes sufíes son grupos protectores, pero no son limitantes ni tampoco aplauden las acciones por el uso de la fuerza. No hay coacción en la religión.
Decimotercero: Se revela la ausencia de un texto o discurso único para los grupos sufíes. Ésto se hace evidente al examinar la colección de letanías y poemas que las órdenes sufíes siguen en sus rituales. Éstas letanías y poemas (Diwan) revelan la prevalencia de una conciencia y de una visión particular de la religión.
Decimocuarto: Las órdenes sufíes, (en algunos países), se limitan a los esfuerzos ascéticos y activistas, y sus comportamientos ritualistas, no son más que los de organizaciones pacíficas no oficiales (populares), o, mejor dicho, de organizaciones privadas, ajenas al sufrimiento de las gentes trabajadoras. Ésto nos lleva a afirmar, que la actividad de esas puntuales órdenes sufíes, según su práctica, las convierte en un medio para ocultar la conciencia social y aislarse de la realidad existente y sus problemas.
Creo, que hemos dejado claro a éste respecto la similitud de las órdenes sufíes en la mayoría de sus prácticas, rituales y discursos, y que también hay algunas órdenes sufíes que difieren totalmente de ellas.
Quiera Allah Azzawayal guiar a los verdaderos buscadores espirituales hacía aquello que es positivo y correcto y que les evite caer en manos corruptas y sucias por la miel de sus ambiciones personales y la ceguera del egocentrismo exacerbado. Amin.
Assalamo Aleikum.