CREENCIA, ORACIÓN Y CONCIENCIA.
"El contenido de la conciencia se ha escapado al más allá".. pensar vosotros en Su elemento Absoluto. (Shaykh Ahmad Salah As Sufi).
Siendo que el pensar, es sólo un elemento de éste mundo, la conciencia parece que tiene éstos pensamientos, aunque todavía no los piensa o no dilucida qué son esos pensamientos, sinó que sólo alcanza la forma de la representación tradicional.
Mediante la fe, la conciencia se ha escapado, se ha evadido del vano mundo de la tradición. El elemento, es decir, el ámbito de ese mundo, es sólo el pensamiento puro, no es el pensamiento concebido, no es el concepto. Por ello, la conciencia no puede en verdad pensarlos, es decir, concebirlos. Sólo son una forma de la representación que aparece estando afuera. La conciencia sale de esa realidad, para entrar en la conciencia pura, pero, por sí misma, en general, es la esfera y la determinabilidad de la realidad. La conciencia rasgada sólo es en sí la igualdad consigo misma de la pura conciencia que representa para nosotros, no para sí misma. Sólo es, por ende, la elevación inmediata, todavia no consumada en sí, y tiene todavía en sí su principio contrapuesto por el que está condicionada, sin haberse adueñado de él por el movimiento medio. La clave aqui se encuentra en la afirmación de que el movimiento de la fe es "la elevación inmediata", todavía no consumada en sí. La elevación inmediata es la que observa los dos mundos, el material y el espiritual, el natural y el sobrenatural, el de la tradición y el de la fe. La elevación no inmediata no ha superado la consecuencia, su objeto que es exterior, y la condiciona. La conciencia no se ha apoderado aún del mismo, no sabe aún que es lo otro de sí misma. La elevación será consumada cuando efectivamente comprenda que es lo otro de sí misma y, en consecuencia, se apodere de ello. Por el momento, sabemos ésto.
A través del movimiento medio, y habiendo concebido el objeto como lo otro de sí misma, será una igualdad para ella, una igualdad devenida o puesta. De aquí, que para ella, la esencia de su pensamiento no patrocine solamente como esencia en la forma del sí abstracto, sinó en la Realidad, tradición y fe.. La fe y la pura intelección, la tercera escisión, forman parte de una realidad común, de una realidad que sólo ha sido elevada a otro elemento, sin haber perdido en éste la realidad no pensada.
La conciencia, por medio de la fe, se ha elevado a otro nivel, es decir, a otro ámbito. Se trata del ámbito espiritual o sobrenatural. La esencia de su pensamiento aparece como una base firme y fundamental.. Allah.. Pero ésta esencia, no es todavía pensada o concebida. Sólo es representada. Se la ha sacado de la "realidad común", es decir, de los objetos con que lo "representa" la conciencia. La esencia del pensamiento o de la conciencia, no puede ser visto como un objeto, con las mismas determinaciones de los objetos que la conciencia representa en la realidad común.
Esa esencia, a la que se ha elevado la conciencia mediante la fe, es necesario distinguirla de la conciencia serena, de la conciencia virtuosa, de la razón legisladora y de la razón examinadora.
a) Para la conciencia serena "sólo sirve la forma del pensamiento como tal, que tiene un contenido cualquiera extraño a ella y tomado de la realidad: pero para aquella conciencia -para la conciencia de la fe- lo que vale no es la forma del pensamiento".
Para la conciencia serena lo que vale es la coincidencia con la razón universal. En sí, ningún contenido, sólo el coincidir, el estar de acuerdo, o sea, la pura forma sin contenido. Éste proviene de afuera y se toma de manera arbitraria. Para la conciencia de la fe, en cambio, no se trata de la pura forma sinó del contenido de la esencia. Allah no es sólo la forma del pensamiento sinó su misma esencia.
b) "Asimismo [la conciencia de la fe] se distingue esencialmente del en-sí de la conciencia virtuosa, para quien la esencia se encuentra, ciertamente, en relación con la realidad, para quien es la esencia de la realidad misma, pero solamente por el momento, es esencia irreal. Para aquella conciencia -la conciencia de la fe- sirve, sin embargo, aunque más allá de la realidad, es esencia real".
Para la conciencia virtuosa, su objeto es la realidad misma, la esencia de la realidad. Pero se trata de una realidad irreal, de una esencia irreal, sólo es imaginada. Para la conciencia de la fe, en cambio, Allah es la esencia real, aunque esta esencia sea colocada en el más allá.
c) "Asimismo, lo justo y bueno en sí de la razón legisladora y lo universal de la conciencia examinadora de leyes, no tienen tampoco la determinación de la realidad". La conciencia como razón legisladora pretende determinar lo que es justo y bueno de una manera enteramente formal. Se trata de la razón práctica. Se dice lo mismo de la conciencia como examinadora de leyes. La conciencia de la fe, por el contrario, piensa a Allah con las determinaciones absolutas de la realidad.
Por tanto, dentro del mundo de la tradición misma, el puro pensar caía como a un lado del extrañamiento, a saber, como la pauta de lo bueno y lo malo abstracto en el juicio, al atravesar el movimiento del todo que se ha enriquecido con el movimiento de la realidad y, por consiguiente, con el del contenido. Pero esta realidad de la esencia, es al mismo tiempo, solamente una realidad de la pura conciencia, no de la conciencia real; aunque elevada al elemento del pensar, todavía no vale para ésta conciencia como un pensamiento, sinó más bien es para ella el allá de su propia realidad; pues aquélla [la conciencia de la fe] es la evasión de ésta en cuanto de la realidad.
En el mundo de la tradición, el puro pensar se atenía a juzgar la realidad como buena o mala, prescindiendo del movimiento dialéctico de la misma que torna en bueno lo que había sido declarado malo y viceversa. Al penetrar en la realidad, en la dialéctica, se llena de su contenido, pero sigue siendo el contenido de la pura conciencia, no de la conciencia real, no de la conciencia que vive las contradicciones de la tradición. Y para no vivirlas, precisamente, se evade, y se va más allá.
Estamos hablando de la religión, (ésto es), de la experiencia religiosa. Lo "mejor" de una experiencia religiosa, es lo que se denomina fe, no de la experiencia religiosa en su más alto nivel: "La religión -pues es claro que de ella se habla- se presenta aquí como la fe del mundo de la tradición; pero no se presenta todavía tal y como es en y para sí. Yá se nos ha dicho que, [la religión en otras determinaciones], es como la conciencia desgraciada, como la figura del movimiento carente de la sustancia de la conciencia misma". Lo más característico de ésta experiencia o figura de la conciencia, es el circuito dialéctico entre el momento del universal o inmutable -Allah- y la conciencia singular.
La religión se manifiesta también en la sustancia ética, formación e instrucción de fe en el mundo subterráneo. Pero la conciencia del espíritu [que ha sido expirado] no es propiamente fe, no es la esencia puesta en el elemento de la pura conciencia más allá de lo real, sinó que tiene ella misma una presencia inmediata; su elemento es la familia. Es la experiencia religiosa de la unificación, (que ya hemos tratado en el blog). Pero, aqui, la religión, por una parte, ha brotado de la sustancia y es pura conciencia de la misma; y, por otra parte, es ésta pura conciencia extrañada de su conciencia real, -la esencia extrañada de su ser- allí.
La religión, como fe o experiencia religiosa en el nivel de la fe o la figura de la conciencia que es la fe "ha brotado de la sustancia" de la mano del mundo de la tradición.
Aquél es la pura intelección, como el proceso espiritual compendiado en la autoconciencia; un proceso que tiene frente a si la conciencia de lo positivo, la forma de la objetividad o de la representación y se orienta en contra de ella; pero su objeto es solamente el "yo". La conciencia simple de lo positivo o [de la quieta igualdad] lo tiene consigo mismo como objeto, por el contrario, la esencia interior es Esencia.
Los dos momentos del espiritu que se encuentran en el ámbito del extrañamiento o alienación en sentido fuerte se desdoblan así:
1) Por un lado, la conciencia aparece como pura intelección que ataca directamente "la forma de la objetividad", es decir, el objeto que se le aparece a la conciencia como exterior a ella cuando ésta no ha sobrepasado la mera representación. Pero su verdadero objeto es el puro "yo", es decir, el negativo -sí mismo-.
2) Por otro, la fe que tiene por objeto "la esencia interior como Esencia". El contenido que la pura intelección se ha evaporado, al atacarlo como mero contenido de la representación, y aparece en la fe como Esencia. Es el contenido sin intelección.
3) Como la fe y la pura intelección pertenecen ambas al elemento de la pura conciencia, son también ambas el retorno desde el mundo de la tradición.
4) La concepción común, normalmente aceptada, es que la fe pertenece al ámbito irracional del sentimiento. Se acepta porque se acepta. No se discute, no se razona, simplemente se acepta o no se acepta. Para la razón, todos los ámbitos de la experiencia humana, se oponen a tal concepción. Fe y pura intelección pertenecen al mismo elemento, es decir, al mismo ámbito, al ámbito de la conciencia pura. Como tales, ambas pertenecen a lo racional.
5) Pero, por pertenecer ambas al ámbito de la conciencia pura, ambas provienen del mundo de la tradición. O, aún mejor, retornan del mundo de la cultura, (y se salen de ese mundo), porque ese mundo es vano. La conciencia pura es la conciencia que se ha retraído del mundo tormentoso.
Bien.. una vez, que cada momento es, (fuera de toda relación), en y (para la relación con el mundo real) que es contrapuesto a la pura conciencia, (cada uno se refiere al otro, dentro de la pura conciencia).
Para vivir en la conciencia superior, <que está en correspondencia con el Cielo>, tenemos que lograrlo por medio de la experiencia y la constante confianza en Allah. Y la primera cosa que debemos hacer, es creer en que todo ello, es lo posible. Si activa y positivamente no creemos que es posible, es obvio suponer que tal cosa nunca será posible en nuestro caso, porqué nuestra mente está cerrando sus puertas y limitando tal idea; y lo que la mente rechaza, nunca podrá manifestarse. En cambio, si creemos que es posible lograr tal estado de realización, entonces hemos abierto nuestra mente para recibir en ella cosas muy grandes: hemos retirado sus barreras y, así, aquello aparentemente imposible será posible. En todo momento debemos recordar que lo Invisible es lo Real, y, para el que ha despertado espiritualmente, lo externo es sólo una ilusión o apariencia. Ésto es lo inverso del pensamiento y la creencia mundana. Pero la verdad espiritual, sólo puede ser discernida espiritualmente, y ocurre, que para el hombre que no ha despertado aún, todo le parece como una insensatez o tontería.
Es en éste ejercicio, en que la fe viene en nuestra ayuda. La Fe (imam) es creer en la realidad de lo invisible (el siempre presente Cielo) y aferrarnos a ésta única Realidad cuando nos enfrentamos con la evidencia exterior que está enteramente en su contra. La fe confía en Allah, y nos adherimos y persistimos en la Verdad con plena confianza.
Cuando vemos que la vida con sabiduría es tanto él como ella, nos damos cuenta de esa sabiduría que está detrás de todas las cosas que vemos; y luego encontramos qué, lo que hay detrás de todas las cosas es Allah ta'ala.
Hay un tipo de oración, que es aún mayor de la que se conoce habitualmente. Está en el camino seguido por los místicos. El avance en éste camino espiritual es gradual. No se puede utilizar éste método sin haber practicado primero los otros tipos de oración. Éste camino es el de la invocación de la pureza de Allah, (la verdad de Su Ser). Estos son nombres simbólicos y hay muchas sutilezas en sus significados. La naturaleza de Allah se explica en ésta forma de oración; Él es analizado. El beneficio de ésta oración se percibe cuando una persona ha llegado a éste nivel. El beneficio es que ha pasado de ser un ser humano, (como en las oraciones de perdón y de necesidades), a ser un ser santo (como) beneficio con derechos del mundo en la oración con la que se alaba a Allah), y llega a ser un hombre consciente de Allah. ¿Por qué? Porque éste tipo de oración tiene como objetivo acercar aún más al hombre a Allah. Ésta oración no sólo lo acerca a Allah, sinó que también le hace olvidar su "yo" limitado hasta que al final lo olvida por completo, dejando solo el "Yo Superior"; y éste ha sido el único ideal y objetivo de todos los maestros. El hombre no puede llegar a su meta ideal hasta que haya utilizado la oración para ayudarlo a pasar ésta etapa y concluir en la meta. Mediante ésta oración, intenta el acercamiento a Allah, cómo si lo estuviera viendo.. unificarse con el Uno y olvidarse de su falsa personalidad, (en otras palabras), negar su falsa identidad egoica y establecer la identidad de Allah en su lugar. Ésta oración es un milagro. Puede convertir una burbuja en un mar; es ésta oración la que trae la perfección al imperfecto.
Mediante ésta oración el corazón intenta acercarse a Allah.
Es el trabajo del maestro, del guía en el camino espiritual, dar a la gente una oración determinada para repetirla. Pero también ha habido oraciones pertenecientes a cada uno de los ciclos proféticos. Así, cuando Muhammad (s.a.w.s.) hacía oración, esa oración estaba destinada para la humanidad colectiva en ese momento particular. Decir esa oración, elevó las almas y les dio todo lo que necesitaban durante ese ciclo en particular. Pero, por supuesto, lo que cuenta no es la repetición escrupulosa de la oración, sinó "la fe y la devoción" que uno pone en ella.
Cuando la creencia es genuina se convierte en fe, pero antes de que eso suceda hay diferentes etapas a través de las cuales se desarrolla la creencia, y cuando una persona dice que no tiene creencia ésto no significa que no sea capaz de creer. La creencia es algo con lo que nace una persona; es algo que uno adquiere al venir a la tierra. Hay un dicho del Profeta (s.a.w s.) que dice que toda persona nace creyente y sólo se vuelve incrédula cuando está en la tierra. Por ejemplo, cuando un niño comienza a aprender a hablar, la madre le dice: "Esto se llama leche", por lo que repite: "Sí, eso es leche". La madre le dice: 'Esto es luz', entonces él dice: 'Sí, eso es luz'. Cada palabra que la madre le enseña, el niño la aprende; nunca se niega a aprender. Así, cuando una persona es adulta, arrastra unas ideas preconcebidas; ha aprendido algo por la razón, la lógica o la experiencia. Y si se encuentra con alguien que tiene más conocimientos y no puede llegar a él a través de su propia manera de ver las cosas, dice: "No lo creo". Ésto significa que aunque nació con creencia, ahora ha llegado a un punto en el que no puede creer, porqué su creencia choca con esa razón que se ha creado.
Creer en Allah es más fácil para algunos que para otros, pero al mismo tiempo, es algo natural. Si no hubiera creído, el señor Colón no habría podido viajar a América. Cada alma nace con una tendencia para creer. Es creyendo que un niño aprende a hablar; sólo después surge la incredulidad como reacción.
El hombre no necesita creer porque es una virtud; debe creer en Allah porqué es "su búsqueda". Puede que no lo sepa, pero su perfecta satisfacción reside sólo en el ideal de Allah.
Algunas personas dicen: "No creo en el alma, siempre he oído hablar de ella pero nunca la he visto". Todo lo que tocan sus sentidos lo puede creer el hombre tocándolo, sintiéndolo o viéndolo; pero con algo que no puede tocar, sentir o ver, dice: "No está a mi alcance"..
"Lo que no es inteligible no existe para mí". En otras palabras, el hombre adquiere primero su propio ornato de conocimiento y todo lo que viene después quiere encajarlo dentro de su propio conocimiento.
A menudo, cuando las personas me han pedido mi opinión sobre algo y han notado que era diferente de lo que pensaban, fue como si inmediatamente se levantara un muro, porque es la naturaleza del hombre aferrarse a su conocimiento. Su conocimiento puede ser de experiencias falsas o verdaderas. Puede creer que sobre tal o cual montaña algo ha descendió en cierta noche, que aparecieron hermosos colores y que uno debe ir allí para iluminarse. O puede creer que en el corazón de la India, o en lugares remotos, la gente se sienta con los ojos cerrados tal vez durante cien años y que cuando una persona vaya allí será exaltada. O tal vez haya oído que cerca de Siria hay un país donde hay tumbas de mártires y que ese es el mejor lugar para iluminarse. Es sólo lo que él cree; yá sea superior o inferior, es de todos modos su percepción de la creencia, y si una persona ha formado esa cierta creencia en sí misma, no resulta fácil cambiarla.
Hay muchos que son intolerantes con respecto a sus propias creencias.
Otros, se basan en una determinada creencia y, en lugar de mantenerla en su cabeza, la mantienen bajo sus pies. Están ahí parados; su creencia los ha clavado en ese lugar determinado y no pueden progresar debido a esa creencia.
La creencia es como una escalera; está hecha para subir, pero si uno permanece parado en un escalón, entonces no hay progreso. Una creencia tras otra llega a la persona a medida que avanza en el camino del progreso espiritual, y cada una mayor o más elevada que la anterior, y por eso los sabios, los iluminados, van de una creencia a otra hasta llegar a la creencia última. Cuanto más avanza una persona en el camino de la creencia, más tolerante y compasiva se vuelve. El que dice: 'Estoy avanzado, no puedo creer en tu creencia limitada; es todo demasiado estrecho', de esa manera impide su propio progreso. No sabe que la creencia no depende de decir que uno tiene una creencia mayor o superior, sinó que depende de realizar y vivir esa creencia.
Muy a menudo la gente discute sobre sus creencias y, por lo general, ninguno de ellos está convencido. Cada uno tiene su propio punto de vista y discuten en vano. Además, una persona no siempre discute porque sabe; más a menudo, la razón es que no lo sabe. Si una persona sabe, no necesita discutir; puede oír cientos de cosas que se dicen en contra de sus creencias y, sin embargo, permanece convencido, fiel y es feliz.
Hay cuatro etapas de creencia. La primera etapa es la creencia del seguidor. Ésta creencia recuerda a las ovejas; donde uno va, todos los demás lo siguen, y esa es la creencia de la mayoría de la gente. Si una persona se queda en medio de la calle mirando al cielo diez minutos, treinta personas también estarán mirando al cielo.. luego treinta personas atraerán a cien y esas cien atraerán a cuatrocientas y éstas atraerán a cuatro mil.
Por eso es tan grande el número de creyentes en ésta etapa; no hay límite para ello. Ya sea una creencia correcta o una incorrecta, sólo se sienten atraídos por alguien más y todos lo siguen.
La segunda etapa de la creencia es la fe en la autoridad. Una persona cree, porque está escrito en tal o cual libro, o dicho por tal o cual persona. Ésta es una creencia ligeramente mejor, porque si un hombre de ésta clase no está seguro de sí mismo, al menos está seguro de alguna personalidad, de cierto libro sagrado u otra escritura. Es una creencia más inteligente, y quien se niega a creer de ésta manera, comete un gran error, porque es el segundo paso en el camino de la creencia. Si uno no puede creer en alguien que conoce mejor ciertas cosas, nunca aprenderá nada. Y sin duda, creer en una persona es mayor que creer en un libro. Muy a menudo un hombre dice: '¡Qué maravilloso! Lo he leído en un libro, así que lo creo.' Lo cree hasta tal punto que incluso si alguien más dice que no es así, seguirá convencido de que lo que está escrito en el libro es cierto.
La tercera creencia es la del razonamiento, lo que significa que todo lo que uno cree lo razona dentro de sí mismo. Ésta es una creencia aún mayor; ¡pero pocos son los que lo razonan! También hay muchos que empiezan a razonar antes de llegar a ésta tercera etapa, y luego no pueden avanzar tanto como deberían porque quedan dos etapas fuera. Algunos empiezan a razonar en la niñez y, si no tienen la capacidad y una adecuada guía, la razón los desviará.. es un gran problema hoy cómo criar a los niños. Los padres hoy en día piensan que al dar a los niños la creencia que se ha mantenido en la familia pueden hacerlos estrechos, pero al mismo tiempo no tienen ningún sustituto, ninguna otra creencia que darles en su lugar. De ésta manera, los niños crecen sin creer <y creer más adelante> es algo más difícil.
Durante ciertos viajes he visto la gran dificultad de ésta cuestión, porque hay muchos que dicen: 'No nos enseñaron ninguna creencia en particular, y tampoco se han comprometido para ir al lugar adecuado para aprenderlo'.. 'es que no nos han llevado'.. No tenemos ninguna dirección en esa línea; y ahora cuando empezamos a sentir el anhelo de tener alguna creencia, no sabemos cómo creer. Yá somos demasiado viejos para adoptar una creencia.. bla.. bla.. bla.
La creencia debe sembrarse en el corazón desde la niñez. Es como una persona que empieza a tocar el piano a los cuarenta años. Si hubiera empezado a los ocho años, quizás habría desarrollado la facultad musical, mientras que ahora ya es demasiado tarde.. no tiene tiempo.
Cuando una persona ha alcanzado la edad de treinta o cuarenta años y yá se ha creado un ego, cuando tiene aprendizaje y conocimiento y se ha centrado sólo en el pensamiento material, es demasiado tarde para empezar a creer en algo. En ese momento, debería haber pasado de una creencia a otra para llegar a una creencia elevada. Sin duda, para una persona que realmente quiere buscar la verdad, nunca es demasiado tarde, pero la pérdida de tiempo es una gran pérdida; ninguna otra pérdida
se puede comparar con eso. La vida es una oportunidad, y si se pierde esta oportunidad, es una gran lástima.
Ahora bien, la dificultad con la creencia de una persona que razona es la siguiente: si la razón es guía y la creencia prosigue, la creencia nunca tendrá la oportunidad de echar raíces. La razón siempre lo aplastará. Pero si la creencia guía y la razón prosigue, la creencia será purificada y llevada muy lejos, porque la razón la apoya. Así, la razón puede aplastar a la creencia o apoyarla, y si la razón apoya la creencia, ésta se convierte en una gran creencia; y nadie puede cambiarlo. Pero si la razón lo aplasta, entonces la creencia no puede existir. Por eso es costumbre entre los árabes dar fe a un niño incluso antes de que sepa hablar. Luego surge la razón, que aplasta los elementos indeseables de la creencia y la eleva a un grado superior de conocimiento.
Pero hay otra etapa de la creencia, la cuarta etapa, en la que la creencia de uno puede llamarse convicción. No se puede cambiar cuando ha culminado en la convicción. ¿De dónde viene ésta creencia? Proviene del elemento divino del hombre, conocido como amor e inteligencia. Se sabe de éstos dos diferentes aspectos, pero en realidad son uno en su esencia. Si no hay inteligencia no hay amor; si no hay amor no hay inteligencia. El amor surge de la convicción por la inteligencia y la inteligencia vive del amor. Por lo tanto, son dos aspectos de la misma cosa. La incredulidad proviene de la falta de inteligencia y de la falta de amor. Toda persona tiene creencia de acuerdo con la medida en que muestra estos dos aspectos.
Una persona comprensiva tiende a creer lo que se dice y aporta empatía y se confía; una persona antipática tiende a no creer y/a desconfiar. Para confiar debe haber empatía. Puede ser que una persona sea empática y no sea inteligente, pero la inteligencia estará ahí de todos modos, aunque pueda estar oculta por lo que uno ve, porque en realidad estas dos cosas son una.
Tomando éstas cuatro etapas de creencia; el hombre que tiene el primer tipo de creencia, como la oveja, dirá: "Sí, creo en un alma porque dicen que hay un alma". "Creo en Allah y creo en el más allá porque la gente dice que cuando mueran seguirán viviendo en algún otro lugar".
El hombre que tiene el segundo tipo de creencia dirá: "Creo en un alma porque está escrito en el libro, creo en un más allá porque el Maestro ha dicho que hay un más allá". "Creo en Allah porque el Profeta nos ha enseñado así dando descripción exacta de ello".. entonces Creo.
Cuando se le pregunta a la tercera persona: "¿Cómo puedes creer en el alma?", él responde: "Nada surge de la nada, tiene que haber algo para que algo surja". Si mi individualidad es sólo un cuerpo, ¿de dónde ha surgido, dónde está su fuente? ¿No muestran todos los sentidos, la inteligencia y la conciencia que no soy sólo un ser terrenal, sinó que soy algo diferente, algo más grande, más grande y más elevado que la materia? Me han hablado de un ser invisible que se llama alma, porque el alma es un ser. Así como los ojos no pueden verse a sí mismos, pero los demás pueden verlos, así también ocurre con el alma. El alma no puede verse a sí misma; Así como los ojos pueden ver todo menos a sí mismos, así el alma ve todas las cosas pero no a sí misma. Y si uno le pregunta: ¿Pero crees en el más allá?.. él dirá: 'No puedo haber sido inexistente antes de venir a la tierra, sólo lo existente puede existir. Ésto es sólo una fase, una fase que llamamos vida'.
Un individuo es conocido por un determinado nombre, <vamos a poner "Carlos">, cuando se encuentra en una determinada forma, forma en la que tal vez, ha ejercido alguna profesión y le apodan "carpintero". Pero ese nombre y apellido que le han puesto, (Carlos Carpintero), no es verdaderamente su propio nombre. No se puede nacer sólo por un determinado tiempo y dejar de existir cuando se muere. 'Por eso creo que hay una vida en el más allá.' Y si una persona le pregunta: "¿Crees en la divinidad?" Él responde: "Ciertamente. Hay diferentes partes del ser: manos, pies y cabeza. Cada uno de ellos funciona, pero todos se llaman -yo mismo-; pero es un Ser". Si ésto es cierto, entonces el universo entero no es más que partículas de la vida divina y el Absoluto es un Ser Espiritual inmenso. Por lo tanto, Allah es todo.
Todo proviene de Allah y todo retorna a Allah, quien es la fuente y la meta de todas las cosas. 'Entonces Allah es el punto hacia el cual dirijo mi concentración, trato de alcanzar la perfección y el medio perfecto es la Luz de Allah.'
Pero cuando llegamos al hombre que ha alcanzado la cuarta creencia, que es la fe y la convicción, no todos pueden entender su lenguaje. Si uno pregunta: "¿Tienes alma?" él dice: "Yo soy el alma, y Allah la está cubriendo". Si uno pregunta: '¿Cree usted en un más allá?' él dice: 'El más allá lo veo aquí; No es algo que viene después. Tanto el pasado, el presente y el futuro son al mismo tiempo.. y para el futuro, es dentro de una décima de segundo. Ese tiempo es inapreciable por nosotros.
Éste hombre vive en la eternidad. Su lenguaje no puede ser comprendido por todos, la razón no puede percibirlo, porque está más allá de la razón. El pasado es para quienes no pueden verlo. Pero el que vive en la dulce eternidad, cuando mira hacia atrás, mira hacia adelante. Para él, el futuro es otro pasado, un pasado que es eterno. Y si uno le pregunta: '¿Crees en Allah?' él responderá: "No me preguntes sobre la concepción Suprema de Allah. Vivo y estoy en Allah y más que eso, no te puedo decir".
Assalamo aleikum.