Assalamo aleikum.

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viernes, 8 de septiembre de 2023

TODO SON COSAS DE ALLAH.(Sobre los fenómenos vistos y no vistos.)

TODO SON COSAS DE ALLAH.
(Sobre los fenómenos vistos y no vistos.)

... "Mirar con asombro al apasionado trueno, cómo glorifica Su alabanza".
(Sidi Muhammad Al-Ghally) 
"Y dicen los que no creen: ¿Por qué no desciende sobre él una señal de su Señor? Tú sólo eres un advertidor, y para cada gente hay un guía". (Sura 13, verso 7).

Assalamo aleikum.

Quien más nos perturba no es el estrepitoso sonido del trueno.. sinó la incapacidad por no poder dominarlo. Así, son también muchos de los pensamientos con su forma de ver la falta de disposición para acceder.. por ejemplo: en la comprensión de una lectura, en un texto de escritura. No ven los signos latentes detrás de las letras, solamente ven las alteraciones adquiridas que no les permiten ver lo más importante desde los núcleos de sus mentes. 
Cuando vemos lo reconocido como algo viejo y desconocido. Cuando la acción es remota (y generalmente) se observa todo desde lejos como un simple espectador, helado en su posición. La falta de proyección es Mi mayor preocupación, o (como diría el poeta): Es parte del mundo fecundo, grandioso y tal vez poderoso.. integral, material.
El recordar éstos mundos, manifiesta su retraimiento y afirma la tarea de la memoria por descubrir lo Esencial.. hasta que es llevado a la actividad y se convierte en parte de ella y, como esencia, todo le es interpretado por la Verdad sin metodología.. es en éste espacio, <donde ahí si que interviene el corazón meta-súfico espiritual.>

¡Identifica tú esencia irénica! Es un mundo posible, y por lo tanto, no es fáctico, y la perspectiva es de un lugar primordial en luminosidad.

Para una gran porción de la humanidad, las cosas existen porque son visibles: nos enteramos del mundo en según cómo los objetos responden a los sucesivos procesos de reflexión y absorción de la luz, porque la mayor parte de la información que recibimos del entorno, llega hasta nosotros mediante nuestro sistema visual. La luz traspasa nuestros ojos para acceder al cerebro transformada en señales eléctricas que nos informan sobre la realidad. Pero luego, está aquello que se escapa al reflejo de la luz: aquello que es invisible para nosotros, pero que no por ello resulta menos real. Porque una gran parte del universo se escapa a nuestra mirada, por sus dimensiones infinitamente grandes, o infinitamente pequeñas. Bien, ésto sostiene, que el proceso de crecimiento y desarrollo no es sólo una cuestión de educación, sinó de aculturación. El pensamiento implica el reconocimiento de que, Su Esencia, o significado "raíz", está siempre ahí. La experiencia concreta es la base del desarrollo y nunca se trasciende ni se abandona. 

La "conciencia" como "las jaulas en las que nos sentamos y las barras de hierro que forman las rejas y defensas de nuestra percepción, tienen que descubrir a la psique hablando imaginariamente en lo que habíamos dado por sentado como descripciones literales y reales".

La ficcionalidad de la historia no puede duplicarse con la ficcionalización del hombre, (y la jaula que lo protege), le proporciona un lugar irónico e ilusorio para la imaginación. Es como el engañador congénito que introduce la equivocación en el mundo engañado donde existe una autoridad divina.. pero Él es Allah, el que guía al alma.. [Él] trabaja tanto a través de mensajes como de verdades; entonces, cuando despiertas de esas ilusiones quiméricas, puedes ver aquello que antes era invisible.

Cómo se sabe, las jaulas son un lugar de encarcelamiento, de inmovilidad y pasividad; es básicamente, un lugar donde están todavía los dotados de excesiva ilusión imaginativa. Pero indirectamente, esos prisioneros pasivos de la jaula, son prisioneros del mundo material.. si bien, no tienen por qué estar llevados a la desesperación: el modo de libertad auténtica también puede existir dentro de los límites del mundo material. Ésta conclusión, nos lleva a considerar las implicaciones que podrían requerir la relectura del concepto "jaula". No es la historia de cómo "Vemos la jaula", es la manera en cómo subliminalmente se manifiesta un cierto poder paradójico, que extrañamente nos quiere llevar a su lugar o escenario.

Creo apropiado hacernos eco del lenguaje fenomenológico. La metáfora teatral de éste poema, enfatiza con la cualidad "tangible" de un mundo y aparece como un reflejo de la cualidad "hecha" del otro mundo. Ninguno de los dos conceptos es trascendente, pues Ambos Mundos son creados; y ambos están "hechos" y son "tangibles", y no están creados por un poeta literal, (al menos, tal y como la figura que tenemos en cuanto a los poetas), con la modosidad de la poiesis de la poesía.

En el sentido llano de las cosas, (como dijo Salomón), nuestro estanque es sólo el punto para controlar a la imaginación.. no abolirla, pero tener mucho cuidado de cómo tenemos que manejarla, aunque: "si volvemos/a un sentido llano de las cosas.. como si/hemos llegado al fin de la imaginación.. la ausencia de la imaginación tendrá que ser en sí misma imaginada".  
Es interesante hacer notar ésta observación, en respuesta a la escena pictórica que muchos tienen sobre la vida, considerando la interacción entre la construcción "real" y la "imaginativa" en éste y en el otro más Allá.
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El reflejo de la luna transforma el "final más cansado" de la pura realidad.. es un mundo tardío.. salvado por un anciano.

La luz que, paradójicamente restaura, es una "estación" de tranquilidad aún más temprana. 

No existe una "temporada anterior" para éste capítulo que tenga el poder de "salvar", excepto quizá para ofrecer tranquilizar.. es como el loto que atontece a sus durmientes, mientras trata de destapar el poder transformador de la inmensidad.
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La actividad se desarrolla en pos de una "apertura", y "es" sólo esa apertura la que permite dar y recibir lo que es gratuito. De hecho, ésta "apertura", es nuestra habitual forma en que tenemos de ver el poder y el contrapunto de la energía que irradia esa libertad en un espacio lleno de luminarias.

El enfoque "intertextual" del recadero espía de Eurípides, <que informó de que los vio durmiendo, "descuidados, pero no inmodestos" en sus "misterios" de metamorfosis.>

Ciertamente, lo cercano en los objetos, por su proximidad, nos tranquilizan. Pero en nosotros, que estamos tomando parte en lo invisible con una parte de nuestro ser, y tenemos apariencias (por lo menos) de participar en él, y aumentar nuestra posesión en la invisibilidad mientras estamos aquí: sólo en nosotros puede cumplirse esa íntima y permanente transmutación de lo visible en invisible". Y dice: "nuestro propio destino se realiza sin fronteras en nosotros, y/a la vez, es más existente y más invisible".

Éste es tal vez el rango más alto de lo invisible, pero no a todos nos aguarda ese destino. Y, como no todo lo invisible lo es en la misma medida, volvemos al trato de las cosas cotidianas.

Tomemos entre nuestras manos un libro. Un libro escrito sin notas pergeñadas.. Quizás pueda servir, el efecto de su lectura, - en una franca opinión - pero usted no sacará muchas cosas en claro. De hecho, no lo entenderá en su totalidad; su argumento le parecerá completamente extraño en algunos pasajes. En realidad, el sentido del libro es un sentido domético.. para que en determinado momento, usted observe el prólogo de la proposición imaginaria, y que usted construya una clave para la comprensión de ese trabajo. 

Bien.. antes de que los hombres, unánimemente y sin excepción, hayan dado testimonio de la existencia necesaria, de la Unidad y de los atributos sagrados del Creador de éste cosmos, y lo hayan proclamado de común acuerdo, la afinidad y correspondencia mutua de éstos innumerables anuncios era para aquellos una guía tan brillante como el sol." Así brilló la luz de la fe del caminante y se elevó de la tierra a los cielos". En breve alusión a la lección aprendida por aquel caminante, que viajaba en compañía de ángeles, en el Grado Undécimo de la Primera Estación:
No hay más dios que Allah, a Cuya Necesaria Existencia en la Unidad apunta la consabida unanimidad de los ángeles que aparecen a la mirada humana, y que hablan a los elegidos de entre los hombres, con sus mensajes conformes y mutuamente condescendientes. (Yá sabéis lo de las improntas por algunos artículos del blog).

Entonces, aquel caminante ardiente y curioso, habiendo aprendido de la creación en el Reino Manifiesto, en todos sus aspectos materiales y corporales, y de la expresión de sus modos del ser, deseaba estudiar y viajar a través del Mundo Invisible y el Reino Intermedio, y así investigar la realidad. Se le abrió la puerta de los intelectos rectos y luminosos, de los corazones sanos e iluminados, que son como la semilla del hombre, que es el fruto del universo, y a pesar de su ligero grosor pueden expandirse virtualmente para abarcar todo el cosmos. Miró y vio una serie de istmos humanos que unían el reino de lo Invisible con el de lo Manifiesto, y los contactos entre esos dos reinos y los intercambios entre ellos en la medida en que afectan al hombre, teniendo lugar la ponderación en esos puntos. Dirigiéndose a su intelecto y/a su corazón dijo: "Ven, el camino que conduce a la verdad desde éstos homólogos tuyos es corto. Deberíamos beneficiarnos estudiando sus cualidades, naturalezas y colores acerca de la fe que encontramos aquí, no escuchando las lecciones dadas por las lenguas de disposición, (charlatanes), como era antiguamente el caso".

Al comenzar el estudio, vio que la creencia y la firme convicción acerca de la unidad Divina que poseían todos los intelectos luminosos, a pesar de sus diferentes capacidades y diferencias, incluso opuestos, métodos y puntos de vista, era la misma, y ​​que su certeza y seguridad firmes y confiadas eran uno. Por lo tanto, tenía que confiar en una verdad única e inmutable; sus raíces estaban hundidas en una verdad profunda que no podían ser arrancadas sin destruir el árbol de la Sabiduría. Su unanimidad sobre la fe, la existencia necesaria y la unidad de Allah, era una cadena dorada inquebrantable y luminosa, una ventana brillantemente iluminada que se abría al mundo de la humanidad.
Vio también las verdaderas revelaciones y testimonios unánimes, seguros y sublimes de los pilares de la creencia disfrutados por todos aquellos intelectos sanos y luminosos, cuyos métodos eran diversos en perspectivas. Pero todos estaban proclamando la necesaria existencia y unidad de Allah. El caminante observó cuán manifiesta y clara debe ser una verdad a la que se suscriben unánimemente éstos genios sagrados y gnósticos luminosos. Porqué, así como el sol se conoce a través de los siete colores de su luz, los colores luminosos de los santos y sus matices están llenos de luz, sus caminos verdaderos y caminos rectos y sus cursos veraces se manifiestan desde la luz del Sol Pre-Eterno a través de setenta colores.. de hecho, a través de los colores hasta el número de los Nombres Divinos, y son todos diferentes. Vio la unanimidad de los profetas y el acuerdo de los eruditos purificados y que el acuerdo de los santos forman un consenso supremo, más brillante que la luz del día que demuestra la existencia del sol. En breve alusión al beneficio obtenido por nuestro caminante, el hospiciano sufí, dijimos en el Décimo Grado de la Primera Estación:
No hay más dios que Allah, a Cuya Necesaria Existencia en Unidad apunta la unanimidad de los santos en sus manifiestas, bien afirmadas y atestiguadas adivinaciones de la verdad y de sus maravillas. Ahora, nuestro caminante por el mundo, es consciente de que lo más importante y la más grande de todas las perfecciones humanas, de hecho, la fuente misma y El origen de todas esas perfecciones es el amor de Allah que surge de la creencia en Allah y en el conocimiento de Allah, deseado con todas sus potencias, exteriores e interiores, para avanzar aún más en el fortalecimiento de la fe y el desarrollo de Su conocimiento. Por lo tanto dijo:
"Lo más precioso del universo es la vida; todas las cosas están subordinadas a la vida. El más precioso de todos los seres vivos es lo animado, y el más precioso de lo animado es lo consciente. Cada siglo y cada año, el globo es ocupado en vaciarse y rellenarse para aumentar esta preciosa sustancia. De ello se deduce, entonces, sin duda, que los cielos magníficos y ornamentados deben tener personas y habitantes apropiados, que posean vida, espíritu y conciencia, para los eventos relacionados con la vista y hablar con los ángeles -como la aparición de Gabriel (la paz sea con él) en presencia de Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) y ante la vista de los Compañeros - han sido transmitidos y relatados desde los tiempos más antiguos. "Entonces, podría conversar con los habitantes de los cielos y conocer sus pensamientos sobre éste asunto, porque sus palabras acerca del Creador del cosmos son las más importantes".
Mientras pensaba ésto, de repente, se escuchó una voz celestial: "Si deseas encontrarte con nosotros y escuchar nuestra lección, debes saber que antes que todos hemos creído en los artículos de fe llevados por nosotros a los profetas.. encabezados por el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él), quien recibió el Corán de Exposición Milagrosa. "Entonces también todos los espíritus puros de entre nosotros que han aparecido en la asamblea de los profetas (la paz sea con ellos) en el aula de aquellos eruditos profundos, originales y exigentes que afirman las afirmaciones de los profetas (la paz sea con ellos) con las pruebas más decisivas y poderosas y que son conocidos como los purificados y los más veraces.

Al entrar en sus aulas, vio miles de justos y cientos de miles de eruditos exactos y exaltados demostrando todas las cuestiones afirmativas relacionadas con la fe, encabezadas por la necesidad de la existencia de Allah y de su unidad, con profundas demostraciones que no dejaban el menor lugar a la duda. De hecho, el hecho de que coincidan en los principios y pilares de sus creencias, a pesar de sus diferencias en capacidad y perspectiva, y que cada uno de ellos se base en una prueba firme y certera, es en sí mismo una prueba tal que sólo puede dudarse si Es posible que un número similar de hombres inteligentes y perspicuos lleguen a un mismo resultado. De lo contrario, la única manera que tiene el negacionista de oponerse a ellas es mostrar su ignorancia -su absoluta ignorancia- y su obstinación respecto de cuestiones negativas que no admiten ni negación ni afirmación. En efecto, cerrará los ojos, pero quien los cierra sólo puede convertir el día en noche para sí mismo.

El caminante supo que las luces emitidas en ésta vasta y magnífica aula por estos respetados y profundos eruditos habían estado iluminando la mitad del globo durante más de mil años. Encontró en él una fuerza moral y espiritual que la fuerza combinada de todas las personas de la negación serían incapaz de destruir. En breve alusión a la lección aprendida por el caminante en éste aula dijimos en el Noveno Grado de la Primera Estación:
No hay más dios que Allah, a Cuya Necesaria Existencia en Unidad apunta el acuerdo de todos los eruditos purificados, con el poder de sus resplandecientes, ciertas y unánimes pruebas.

Nuestro caminante contemplativo salió del aula, deseando ardientemente ver las luces que deben observarse en el continuo fortalecimiento y desarrollo de la fe, y en el avance desde el grado del conocimiento de la certeza al de la visión de la certeza. Luego se vio convocado por otros guías espirituales que se esforzaban por alcanzar la verdad y alcanzar la visión de certeza a la sombra del camino de Muhammad (s.a.w.s.) y la ascensión de Muhammad (s.a.w.s.). Ésto lo hacían en un lugar de reunión, una esquina, un lugar de recuerdo y preceptoría, abundantemente luminoso y vasto como una llanura, formado a partir de la fusión de innumerables y pequeños habitáculos. Al entrar, descubrió que esos guías espirituales -personas de revelación y obras maravillosas- proclamaban unánimemente: "Ningún dios excepto Él", sobre la base de su testimonio y revelación de lo Invisible y las obras maravillosas que se les había permitido realizar; perfectos del género humano, recitaban a coro: "Ningún dios sino Él", y hacían memoria de Allah. Con el poder de sus brillantes, bien atestiguados e innumerables milagros, proclamaban la unidad de Allah, y para hacer avanzar al hombre del estado animal al grado angélico, instruían a los hombres y los llamaban a creer en Allah. Arrodillándose en esa escuela de luz, él caminante también prestó atención a la lección.

Vio que en la mano de cada uno de esos maestros, los más exaltados y renombrados de todos los seres humanos célebres, había numerosos milagros, concedidos por el Creador de todos los seres como señal que confirmaba su misión. Además, un gran grupo de hombres, una comunidad entera, había confirmado sus afirmaciones y había llegado a creer en sus manos; una verdad asentida y confirmada por éstos cientos de personas serios y veraces, unánimemente y plenamente de acuerdo, estaba destinado a ser firme y definitivo. Comprendió también que las personas descarriadas, al negar una verdad atestiguada y afirmada por tantos testigos veraces, estaban cometiendo un error gravísimo, incluso un crimen, y por lo tanto merecían el castigo que impone Allah. Reconoció, por el contrario, a aquellos que asentían a la verdad y creían en ella, como los más verdaderos y justos; y se le hizo evidente un mayor grado de santidad de la fe.

Sí, los infinitos milagros otorgados por Allah a los profetas (la paz sea con ellos), siendo cada uno como una confirmación de su misión; los golpes celestiales infligidos a sus oponentes, siendo cada uno como una prueba de su veracidad; sus perfecciones individuales, siendo cada una como una indicación de su justicia; sus veraces enseñanzas; la fuerza de su fe, testimonio de su honestidad; su suprema seriedad y disposición al sacrificio; los libros y páginas sagrados sostenidos por las manos de sus innumerables alumnos que, siguiendo sus caminos alcanzan la verdad, la perfección y la luz, demostrando así nuevamente la veracidad de las enseñanzas; el acuerdo unánime de los profetas -esos más fervientes avisadores- y sus seguidores en todos los asuntos positivos; su concordia, su apoyo mutuo y su afinidad: todo ésto constituye una prueba tan poderosa que ningún poder en la tierra puede enfrentarlo, y ninguna duda o vacilación puede sobrevivir a él.

Nuestro caminante comprendió además que la inclusión de la fe en todos los profetas (la paz sea con ellos) entre los pilares de la fe representa otra gran fuente de fortaleza. Así obtuvo gran beneficio de fe de sus lecciones, en las expresiones de las cuales dijimos en el Octavo Grado de la Primera Estación:
No hay más dios que Allah, a la Necesidad de Cuya Existencia en Unidad apunta la unanimidad de todos los profetas, a través del poder de sus milagros luminosos, que afirman y son afirmados.
Ese caminante inquisitivo, habiendo obtenido un elevado sabor de la verdad gracias al poder de la fe, se vio invitado, cuando venía La Segunda: Se desprende de la distinción hecha entre esos seres infinitos y de su adorno y decoración de manera que sus rasgos son diferentes, sus formas adornadas, sus proporciones medidas en simetría, y sus formas bien ordenadas, se desprende de ésto una verdad tan vasta y poderosa que nadie más que el Poderoso sobre todas las cosas, el Conocedor de todas las cosas, podría reclamar en éste acto integral que muestra en todos los aspectos miles de maravillas y ejemplos de sabiduría; es imposible y está excluido que cualquier otra persona que no sea esa persona pueda reclamarlo.
La Tercera: El surgimiento y desarrollo de esas criaturas, en sus cientos de miles de formas diferentes, cada una de las cuales es un milagro de sabiduría, su surgimiento de óvulos y gotas de agua llamados espermatozoides que son idénticos entre sí o estrechamente se parecen entre sí, y son limitados y finitos en número, todo ésto de la manera más ordenada, simétrica e infalible, es una verdad tan brillante que está iluminada con pruebas y evidencias tan numerosas como los propios animales.

Por el consenso de éstas tres verdades, todas las especies de animales se comprometen juntas a testificar que "no hay más dios que Él". Es como si toda la tierra, como un gran hombre, dijera: "No hay más dios que Él" de una manera acorde con su inmensidad, y transmitiera su testimonio a los habitantes del cielo. El caminante vio ésto y lo entendió perfectamente. En la expresión de éstas verdades, dijimos en el Séptimo Grado de la Primera Estación:
No hay más dios que Allah, a Cuya Necesaria Existencia en Unidad apunta el consenso de todos los animales y pájaros, que alaban a Allah y dan testimonio de Él con las palabras de sus sentidos, sus facultades y poderes, palabras equilibradas, ordenadas y elocuentes; con las palabras de sus miembros, palabras perfectas y persuasivas; por el testimonio de la sublimidad de la amplitud de la verdad de traer a la existencia, hacer y crear, según la voluntad, la verdad de la distinción y decoración según el propósito, y la verdad de proporcionar y formar según la sabiduría. Definida también es la indicación dada por la verdad de la apertura de todas sus formas ordenadas, distintas, variadas e infinitas, a partir de óvulos y gotas de esperma idénticos o similares, que son finitos y limitados.

Aquel caminante meditativo, para avanzar más en los infinitos grados y en los innumerables estadios luminosos del conocimiento de Allah, quiso entonces entrar en el mundo de los hombres, en el reino de la humanidad. La humanidad, encabezada por los profetas, lo invitaron y él aceptó la invitación. Mirando primero el lugar de parada del reposo, vio que todos los profetas (paz y bendiciones sean con él), eran más luminosos que el sol. Los testigos que prueban ésta verdad son tan numerosos como las flores, frutos y hojas que brotan en primavera. Entonces el caminante dijo: "Alabado sea Allah por la bendición de la fe". En expresión de éstas verdades y del testimonio dado a ellas, dijimos en el Sexto Grado de la Primera Estación:
No hay más dios que Allah, a la Necesidad de Cuya Existencia en Unidad apunta el consenso de todas las especies de árboles y plantas que se dedican a glorificar a Allah y hablan con las palabras elocuentes y bien ordenadas de sus hojas, sus locuaces y hermosas flores, sus frutos bien ordenados y bien expresados, por el testimonio de la sublimidad de la amplitud de la verdad del otorgamiento, la generosidad y los hechos con misericordia intencional, y la verdad de la diferenciación, adorno y decoración, hechos con voluntad y sabiduría. Definida también es la indicación dada por la verdad de la apertura de todas sus formas simétricas, adornadas, distintas, abigarradas e infinitas, a partir de semillas y granos que se asemejan y se aproximan entre sí, que son finitos y limitados.

A medida que éste caminante, a través del cosmos proseguía su viaje meditativo, con mayor entusiasmo y un ramo grande de gnosis y fe, como un manantial, recogido del jardín de la primavera, se abrió ante su intelecto la percepción de la verdad, su razón cognitiva, la puerta al reino de los animales y las aves. Con cientos de miles de voces diferentes y lenguas diferentes, fue invitado a entrar. Al entrar, vio que todos los animales y pájaros, en sus diferentes especies, grupos y naciones, proclamaban, en silencio y en voz alta: "No hay más dios que Él", y así habían convertido la faz de la tierra en un vasto lugar de invocación, asamblea expansiva para el anuncio de la gloria de Allah. Vio que cada uno de ellos era como una oda dedicada a Allah, una palabra que proclamaba su gloria, una letra que indicaba su misericordia, cada uno de ellos describiendo al Hacedor y ofreciéndole gracias y elogios. Era como si los sentidos, potencias, miembros e instrumentos de aquellos animales y pájaros fueran palabras ordenadas y equilibradas, o expresiones perfectas y disciplinadas. Observó tres grandes y abarcadoras verdades que indicaban, de forma decisiva, su ofrecimiento de agradecimiento al Creador y Proveedor y su testimonio de Su unidad.
La Primera: Su existencia con sabiduría y propósito y su creación llena de arte de una manera que de ninguna manera puede atribuirse al azar, a la fuerza ciega o/a la naturaleza inanimada; el hecho de que sean creados y compuestos de manera deliberada y con ciertos conocimientos, su animación y su vida de una manera que muestra en veinte aspectos la manifestación del conocimiento, la sabiduría y la voluntad, todo ésto es una verdad que da testimonio de la Existencia Necesaria del Eternamente Viviente y Auto-Subsistente, Sus siete atributos y unidad, un testimonio repetido al número de todos los seres animados.
Ésta es una declaración tan poderosa y firme como las montañas, vasta y expansiva como las llanuras- y él también dice: "Creo en Allah". En expresión de éste significado se dijo en el Quinto Grado de la Primera Estación:
No hay más dios que Allah, a la Necesidad de Cuya Existencia apuntan todas las montañas y llanuras junto con lo que hay en ellas y sobre ellas, por el testimonio de la sublimidad de la amplitud de la verdad del almacenamiento, administración y difusión de semilla, preservación y regulación, una verdad providencial, vasta, general, bien ordenada, perfecta y observable.

Entonces, mientras aquel caminante viajaba mentalmente por montañas y llanuras, se abrió ante él la puerta al reino arbóreo y vegetal. Lo llamaron al interior: "Ven", le dijeron, "inspecciona nuestro reino y lee nuestra inscripción". Al entrar, vio que se había formado una asamblea espléndida y bien adornada para la proclamación de la unidad de Allah y un círculo para la mención de sus nombres y el ofrecimiento de gracias. Comprendió por la apariencia misma de todos los árboles y plantas que sus diferentes especies proclamaban unánimemente: "No hay más dios que Él". Porque percibió tres grandes y generales verdades que le indicaban y demostraban que todos los árboles y plantas fructíferos, con la lengua de sus hojas simétricas y elocuentes, las frases de sus encantadoras y locuaces flores, las palabras de sus frutos bien ordenados y bien pronunciados, estaban dando testimonio para la gloria de Allah y testificando de que "No hay más dios que Él". La Primera: De la misma manera que en cada una de las plantas y árboles se ve una generosidad deliberada en las formas más obvias y una liberalidad y munificencia intencionadas, así también debe verse en la totalidad de los árboles y plantas, con el brillo de la luz del sol. La Segunda: La distinción y diferenciación sabia e intencional, algo que de ninguna manera puede atribuirse al azar, a la deliberada moda y adorno misericordioso de dar forma - todo ésto debe ser visto claramente como la luz del día en las infinitas variedades y especies; ellos enseñan.. ellos mismos son obras y bordados de un Hacedor Omnisapiente.
El Tercero: La apertura y el desarrollo de todos los miembros separados de las cien mil especies de ese reino infinito, cada uno en su propia forma en el máximo orden, equilibrio y belleza, desde bien definidos, limitados, simples y sólidos.. semillas y granos, idénticos entre sí o casi, su surgimiento de esas semillas en forma distinta y separada, con total equilibrio, vitalidad y propósito sabio sin el menor error o equivocación, es una verdad brillante con un significado profundo y que expresa una hermosa verdad. El caminante vio, entonces, una milésima parte de las verdades y afirmaciones contenidas en los océanos y ríos. Los mares proclaman unánimemente con un poder proporcionado a su extensión: "No hay más dios que Él", y presentan como testigos de su testimonio a todas las criaturas que los habitan. Ésto lo percibió nuestro caminante. Expresando y transmitiendo el testimonio de los mares y de los ríos, dijimos, en el Cuarto Grado de la Primera Estación:
No hay más dios que Allah, el Existente Necesario, a Cuya necesidad de Existencia en Unidad apuntan todos los mares y los ríos, junto con todo lo que contienen, por el testimonio de la sublimidad de la amplitud de la verdad de la subyugación, la preservación, almacenamiento y administración, vastos y bien ordenados, y para ser observados.
Entonces el caminante es convocado, en su viaje meditativo, por las montañas y las llanuras. "Lea también nuestras páginas", dicen. Al mirar, ve que la función y el deber universal de las montañas es de tal grandeza y sabiduría que deja siempre estupefacta a la inteligencia. Las montañas emergen de la tierra por orden de su Sustentador, paliando así la agitación, la ira y el rencor que surgen de los disturbios dentro de la tierra. A medida que las montañas se elevan, la tierra comienza a respirar; está libre de temblores y agitaciones nocivas, y su tranquilidad mientras cumple su deber de rotación yá no se ve perturbada. De la misma manera que se colocan mástiles en los barcos para protegerlos de las turbulencias y preservar su estabilidad, así también se colocan montañas en la cubierta de la tierra, como mástiles y provisiones, como lo indican los versículos del Corán, en la exposición milagrosa como éstos:

"Y las montañas como estacas, 
Y echamos anclas, 
Y los montes los ancló".

Además, se almacenan y conservan en las montañas toda clase de manantiales, aguas, minerales y otros materiales necesarios para los seres animados, de manera tan sabia, hábil, generosa y previsora ​​que demuestran que son almacenes y servidores del Uno que posee poder infinito, Uno que posee sabiduría infinita. Deduciendo de éstos dos ejemplos los demás deberes y instancias de sabiduría -tan grandes como las montañas- de las montañas y llanuras, el caminante ve a través de las instancias generales de sabiduría en ellas y particularmente en lo que respecta a la manera en que se almacenan toda clase de cosas en ellos por la Providencia, el testimonio que dan y la unidad Divina que proclaman declarando "No hay más dios que Él", -al progreso espiritual, aumentado; su creencia en Allah, fuente y fundamento de toda perfección, se desarrolló un grado más; su alegría y placer aumentaron y despertaron el regusto; y mientras escuchaba las perfectas y convincentes lecciones dadas por el cielo, el espacio y la tierra, clamó por más. Entonces escuchó la entusiasta invocación de Allah hecha por el tumulto de los mares y de los grandes ríos, y escuchó sus sonidos tristes pero agradables. De muchas maneras le decían: "¡Míranos, lee también nuestros carteles!" Mirando, nuestro caminante vio lo siguiente:
Los mares, constante y vitalmente agitados, fusionados y derramados con una inclinación a la conquista inherente a su propia naturaleza, rodearon la tierra, y junto con la tierra, giraron, extremadamente rápidamente, en un círculo de veinticinco mil años en un solo año. Sin embargo, los mares no se dispersaron, no se desbordaron ni invadieron la tierra contigua a ellos. Se movían y permanecían quietos, y estaban protegidos por el mando y el poder de un ser sumamente poderoso y magnífico.
Entonces, mirando hacia las profundidades del mar, el caminante vio que, además de las joyas más bellas, bien adornadas y simétricas, había miles de especies diferentes de animales, sostenidos y ordenados, traídos a la vida y hechos morir, de manera tan disciplinada y de tal manera, su provisión provenía de mera arena y agua salada, que establecía irresistiblemente la existencia de un Ser Poderoso y Glorioso, Misericordioso y Hermoso que los administraba y les daba vida.
Luego, el caminante mira los ríos y ve que los beneficios inherentes a ellos, las funciones que desempeñan y su continua reposición, están inspirados por tal sabiduría y misericordia que prueban indiscutiblemente que todos los ríos, manantiales, arroyos y grandes vías fluviales fluyen de allí, del tesoro de la misericordia del Compasivo, el Señor de la Gloria y la Generosidad. De hecho, se conservan y dispensan de una manera tan extraordinaria que se dice: "Cuatro ríos fluyen desde el Paraíso". Es decir, trascienden por causas muy aparentes y, en cambio, fluyen desde el tesoro de un Paraíso inmaterial, desde la superabundancia de una fuente invisible e inagotable.

Por ejemplo, el Nilo, que convierte la tierra arenosa de Egipto en un paraíso, brota de las Montañas de la Luna en el sur sin agotarse jamás, como si de un pequeño mar se tratase. Si el agua que fluyó río abajo en seis meses se reuniera en forma de montaña y luego se congelara, sería más grande que esas montañas. Pero el lugar de las montañas donde se aloja y almacena el agua es menos de una sexta parte de su masa. En cuanto al agua que repone el río, la lluvia que entra al embalse del río es muy escasa en aquella tórrida región y rápidamente es tragada por el suelo sediento; por tanto, es incapaz de mantener el equilibrio del río. Así ha surgido la tradición de que el Nilo brota, de manera milagrosa, de un Paraíso invisible. Esta tradición tiene
barcos de vela y permite transmitir sonidos, especialmente mediante medios inalámbricos, telefónicos, telégrafos y radio, así como muchas otras funciones universales.
"Ahora bien, estos átomos, cada uno compuesto de dos materiales tan simples como el hidrógeno y el oxígeno, y cada uno parecido al otro, existen en cientos de miles de formas diferentes en todo el mundo; por lo tanto, concluyó que están siendo empleados y puestos a trabajar en la mayor medida posible por orden de una mano de sabiduría." Como deja claro el versículo..

Y la disposición de los vientos y de las nubes, ordenados disciplinadamente entre los cielos y la tierra..

Aquel que mediante la disposición de los vientos los emplea en innumerables funciones dominantes, que mediante el ordenamiento de las nubes las utiliza en infinitas tareas de misericordia, y que crea el aire de ésta manera, tan sólo puede ser el Poseedor de la Existencia Necesaria, el que tiene poder sobre todas las cosas y el conocedor de todas las cosas, el sustentador dotado de gloria y generosidad'. Ésta es la conclusión a la que llega ahora nuestro caminante.

Luego mira la lluvia y ve que en ella se encuentran beneficios tan numerosos como las gotas de lluvia, y manifestaciones dominantes tan múltiples como las partículas de la lluvia, e instancias de sabiduría tan abundantes como sus átomos. Esas gotas dulces, delicadas y benditas, además, se crean de una manera tan hermosa y ordenada, que particularmente la lluvia enviada en verano, se envía y se hace caer con tal equilibrio y regularidad que ni siquiera los vientos tormentosos que hacen chocar los objetos grandes pueden destruir su equilibrio y orden; las gotas no chocan entre sí ni se fusionan de tal manera que se conviertan en masas de agua nocivas. El agua, compuesta de dos elementos simples como el hidrógeno y el oxígeno, se emplea en cientos de miles de otras tareas y artes inteligentes y con propósito, particularmente en los seres animados; aunque es en sí mismo inanimado e inconsciente. La lluvia, que es entonces la exaltación misma de la Misericordia Divina, sólo puede fabricarse en el tesoro invisible de misericordia de Uno Más Compasivo y Misericordioso, y en su descenso expone en forma física el verso:

Y Él es Quien hace llover después de que los hombres han desesperado, y así extiende Su Misericordia.

Luego, el caminante observa esa lluvia y ve que dentro de esas relucientes gotas dulces, enviadas desde un tesoro escondido de misericordia, que hay dones y funciones compasivas contenidas y son como si la misericordia misma estuviera tomando forma y fluyendo desde el cielo. Es por ésta razón, que a la lluvia se le ha llamado "misericordia". A continuación el caminante mira el relámpago y ve que también está empleado en otras tareas maravillosas. Luego, apartando los ojos, mira a su propio intelecto y dice: "La nube inanimada y sin vida, que parece algodón cardado, por supuesto, no nos conoce; cuando viene en nuestra ayuda, y no es porqué se apiade de nosotros. "No puede aparecer y desaparecer sin recibir órdenes. Más bien, actúa de acuerdo con las órdenes de un Poderoso y Compasivo. Primero desaparece sin dejar rastro, y después reaparece de repente para comenzar su trabajo. Por orden y poder del muy Activo y Exaltado, que llena y luego vacía la atmósfera de polución. Inscribiendo el cielo con sabiduría y borrando el patrón, hace del cielo una tablilla de borramiento y afirmación, una descripción de la reunión que Mediante la idea de un sustentador muy generoso, es un sostén muy generoso y solícito, un gobernante que regula y dispone, sube el viento y, tomando consigo los tesoros de esa lluvia, cada uno tan pesado como una montaña, se apresura en ayuda del que está necesitado. Es como si llorara la piedad sobre ellos, haciendo con sus lágrimas sonreír a las flores, siendo un termostato para el calor del sol, rociando con agua los jardines, lavando el exterior de la tierra.

Ese caminante asombrado le dice entonces a su propio intelecto: "Éstos cientos de miles de tareas y actos de generosidad y misericordia, sabios, misericordiosos e ingeniosos que surgen del velo y la forma exterior de éste mundo inestable, tormentoso, con el aire inconstante.. demuestran claramente que éste viento diligente, éste servidor incansable, nunca actúa por sí mismo, sinó más bien según los mandatos de un muy Sabio y Generoso. Es, como si cada partícula fuera consciente de la tarea que tiene que realizar, como un soldado que comprende y escucha la orden, y porqué escucha, obedece, y corre por el aire. Ayuda a todos los animales a respirar y/a vivir, a todas las plantas a polinizar y crecer, y cultiva toda la materia necesaria para su supervivencia.

A continuación del relámpago, el caminante escucha el trueno. Él entiende que éstos dos maravillosos eventos en la atmósfera son como una demostración material del verso del principio de éste texto.

Assalamo aleikum.