SOBRE LA PROFUNDIDAD DE LA PERSONALIDAD.
(Narraciones singulares)
-Shaykh Ahmad Salah As Sufi -
No es necesario esperar a que se produzca la experiencia de la muerte del ego, para empezar a trabajar en la esencia. El murid puede seguir un camino, en el que se encuentra con esas pequeñas "muertes", que sacan a relucir los aspectos de la esencia, que en última instancia, conducen a la experiencia final de la muerte del yo.
PERCEPCIONES.
Una parte importante y necesaria del entrenamiento de la atención plena, se efectúa sobre la sensibilización del cuerpo. Se hace necesario invertir la tendencia de la insensibilidad, que contribuye a aumentar la inconsciencia. La represión y las defensas del ego "no son" sólo actitudes mentales. Son, más que nada, tensiones y contracciones del propio cuerpo. Son éstos bloqueos físicos, los que mantienen inconscientes los pensamientos y las emociones. Éste punto bien definido, es el concepto de la armadura muscular y del carácter.
La intuición principal, es una defensa sobre el personaje, con las tiranteces del cuerpo. "En la práctica de éste análisis del personaje, descubrimos que esa armadura, trabaja a partir de posturas crónicamente congeladas. La identidad funcional de éstas, es evidente; sólo pueden entenderse sobre la base de un principio, el del blindaje de la periferia del sistema biofísico."
Las emociones y los sentimientos son fundamentalmente sensaciones, y éstas se perciben en el cuerpo físico. (Cómo se ha explicado en algunos artículos del blog.) Si tu cuerpo está entumecido, y no puedes ser consciente de éstas sensaciones y, por tanto, ni siquiera de tus emociones.. cae en el supuesto, de excluir la posibilidad anatómica de comprenderlos. Sensibilizar el cuerpo no se trata sólo de volverse más consciente de las sensaciones y emociones. Estos son los primeros rasgos que encuentra el personaje.
La conciencia se expande, pero la sensibilidad, con el tiempo, debe volverse cada vez más profunda.
Son necesarias las percepciones más agudas, para que el organismo pueda tomar conciencia de la presencia sutil de la propia esencia. La esencia es una existencia y se puede percibir en el cuerpo, y no en otro lugar ni de forma abstracta. Cuando algunos autores hablan de la necesidad de mejorar las capacidades perceptivas, no se refieren solamente a la necesidad de agudizar la mente o de hacer el cuerpo más sensible. Cuando el cuerpo despierta, también despiertan y se desarrollan órganos perceptivos que tienen una naturaleza más sutil y profunda. Éstos órganos sutiles se organizan alrededor de ciertos centros energéticos que se encuentran en diferentes regiones del cuerpo, y son esenciales para percibir y hacer consciente la presencia esencial.. se llaman Latifas o Lataif.
La esencia, como hemos visto, es una sustancia sutil, pero tiene características físicas. Ésto significa que si uno quiere experimentarlas, el organismo debe volverse lo suficientemente sensible como para percibir estas características físicas, que generalmente coexisten con las sensaciones físicas ordinarias. Las características físicas de la esencia son muy sutiles, en el sentido de que están enrarecidas y silenciosas en comparación con las sensaciones y emociones del cuerpo. Generalmente se sienten abrumados por las sensaciones más groseras. Pueden estar presentes, pero si el individuo está en sintonía sólo con los tipos más burdos de sensaciones, es posible que no sea consciente de su presencia. Por eso, su conciencia debe volverse lo suficientemente refinada como para ser sensible a esas sensaciones sutiles y enrarecidas de la esencia.
El individuo debe aprender a percibirse a sí mismo, con tanta agudeza, como sea capaz para discriminar entre las sensaciones que provienen del cuerpo y las que provienen de la esencia. No basta sólo con que la mente esté tranquila, el cuerpo también debe estar sensible. La mente también puede estar tranquila, mientras que el cuerpo está como anestesiado. Hay que despertar el cuerpo, para que se pueda activar el centro de esas sensaciones, es decir, armonizar todas las Latifas. El centro físico, el centro de sensaciones, gobierna todas las partes del cuerpo. Su función más profunda es la de la percepción sutil, la percepción de la presencia esencial, que los sufíes atribuían al órgano del tacto.
El tacto es, en cierto sentido, el más íntimo de los sentidos físicos. La piel debe entrar en contacto directo con un objeto, si quiere tocarlo. La capacidad sutil, por tanto, es muy íntima. En términos precisos, para sentir la esencia, uno debe ser esencia. No hay forma más directa de percibir. Ésta facultad del tacto, asociada al centro de las Latifas, está íntimamente conectada con la chispa de la esencia. Es relativo al centro del cuerpo; donde el modo de percepción es, en éste sentido, la percepción del tacto y del ser, que pueden parecer que son la misma cosa. Ésta facultad, por tanto, es la más importante de todas.
En la medida del avance, esa importancia sólo surge al principio, como una función de orientación. Posteriormente, descubrimos que la esencia posee todas las facultades asociadas a los sentidos de la vista, el oído, el olfato, etc. En otras palabras, nos damos cuenta, de que la esencia es también un órgano de percepción. En éste nivel, todos los sentidos se convierten en un sentido que se fusionan en la conciencia unitaria de la esencia. Entonces, comprenderemos verdaderamente lo que significa que la esencia es pureza.
Una característica importante de la esencia es, que cuanto más profunda es su realización, más posee la experiencia del carácter de unidad. En cierto punto, las distintas facultades perceptivas se funden en una sola. La esencia toma conciencia de sí misma. Se conoce, se intuye, ve, oye, huele, saborea, se toca. Todo ésto, (sin embargo), ocurre en un solo acto, y constituye una sola percepción. Por supuesto, en éste tipo de autoconocimiento de la conciencia no existe separación entre sujeto y/o el objeto. La esencia misma es una conciencia. La diferencia entre los distintos sentidos, que caracterizan los niveles perceptivos más superficiales, son, por así decirlo, el resultado de la escisión de una sola facultad. El cuerpo, con su delicado aparato fisiológico, actúa como un prisma a través del cual se refracta la facultad sensitiva original, generando los diversos sentidos. Ésta analítica es esencial para trabajar en otros niveles distintos al de la esencia.
EL DESARROLLO.
A medida que la conciencia se expande, y la sensibilidad aumenta, el individuo vive experiencias y sufre transmutaciones que lo ponen en contacto con los diversos sectores de su personalidad y sobre las situaciones de vida asociadas a ellos. La transmutación del individuo se produce a través de una serie particular de acontecimientos internos. Ésta secuencia no es demasiado rígida, y los murides, (estudiantes), a menudo no la siguen todo lo exactamente posible. Dado que nuestros ejercicios trabajan también para instruir la personalidad, esta secuencia puede ser variable, yá que difiere de un individuo a otro en términos de carácter, tipo, rigidez, nivel de organización, legado infantil, etc. El nivel del desarrollo en el que se encuentra el estudiante, cuando comienza a emprender el camino de la introspección interior, también tiene variantes de un caso a otro, y ésto determina también en la secuencia del trabajo. Ésta característica de nuestro enfoque, tiene la ventaja de adaptarse a las situaciones y necesidades individuales; al contrario de lo que ocurre en otros ejercicios que algunos venden como "talleres", que se aplican de forma más rígida, sin tener en cuenta el carácter ni el nivel de desarrollo de los estudiantes. En nuestro caso, cada alumno puede trabajar en los ejercicios desde el primer día, cuando empiezan: su carácter, sus conflictos personales, las situaciones de su vida. Ésto ayuda a que el trabajo sea más eficiente y también se ahorra mucho tiempo y energía. Ésta característica de los ejercicios, también representa una salvaguardia contra el peligro de que se utilicen mecánicamente, sin comprensión. Los ejercicios mecánicos despojan de la realidad vital y, con el tiempo, lo vuelve inútil y caen en la monotonía.
Sin embargo, lo cierto es que hay una secuencia general de acontecimientos y de realizaciones que se presentan espontáneamente y, con cierta regularidad, caen en el curso de los ejercicios sobre uno mismo. Hay signos importantes que son universales. Las variaciones se producen con un patrón general, determinado por el tipo de cada personalidad. El ejercicio comienza por las capas superficiales de la personalidad y luego va avanzando hacia el interior. La estructura de la personalidad determina la secuencia de las experiencias y transmutaciones internas. Dado que esta estructura es similar en muchas personas, los ejercicios de desarrollo siguen mayoritariamente la misma secuencia general. Lo más importante en ésta secuencia, está relacionado con no desviarse de la estructura genérica que ofrece el tronco del Islam.. porque en la raíz, (el Ihsan), yá estamos trabajando. Alhamdulillah.
Assalamo aleikum.
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Pueden consultar los artículos del blog referentes a los temas tratados aquí.
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Próximo tema: EL EGO "YO".