Assalamo aleikum.

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viernes, 8 de noviembre de 2024

HABLANDO CLARO. (Parte lV)

HABLANDO CLARO.
(Parte lV)
Cuando en el Corán se informa a los musulmanes de que Allah ta'ala ha completado su religión, no se trata de una religión completa, sinó del establecimiento de los medios, métodos o vías divinas qué, si Allah quiere, pueden ayudar a los seres humanos a trabajar para que cumplan y hacer realidad el propósito y la naturaleza de la existencia creada.

Bien.. Vamos a empezar con una afirmación bastante provocativa que apunta al meollo de la diferencia entre la perspectiva espiritual y la mayoría de los enfoques religiosos o teológicos de la vida. Más concretamente, la salvación, que no equivale a la autorrealización; más bien, la búsqueda de la primera es, en el mejor de los casos, sólo un paso preliminar en la búsqueda de la segunda.

Preocuparse por alcanzar el Paraíso (o evitar el infierno) suele ser un obstáculo para avanzar en el Camino a la Esencia. El primero no sólo confunde la periferia con el Centro, sinó que también confunde el análisis espiritual del beneficio con una "gnosis del amor" (y un amor por la gnosis) que no se puede alcanzar a través de los portales de una orientación entre la recompensa y el castigo.

Ésto no se debe a que las palabras "Paraíso" e "infierno" se refieran a los productos metafísicos de la imaginación, sinó porqué, desde un punto de vista místico, el propósito de la vida nunca ha sido ni el Paraíso ni el infierno, sí, en cambio, se trata de llegar a comprender, sobre la base de la experiencia directa, quiénes somos, en esencia, y qué capacidad espiritual única tiene cada uno de nosotros a través de la cual participar en el evento estructural Divino de la Creación.

El Tasawwuf es el término preferido por los maestros sufíes para referirse al "camino" o din de la ciencia mística. En Occidente, e incluso en muchas partes del mundo musulmán, éste camino se conoce como Tazkiya y sufismo, pero éste último término es problemático desde el principio porqué "el camino" o din no es un "ismo" (es decir, no es un sistema teórico y conceptual que se proyecta sobre la realidad), sinó qué, más bien, el Tasawwuf es el medio qué, si se persigue con diligencia y sinceridad, permite, si Allah quiere, una "fusión de los horizontes" (por tomar prestado el término de la hermenéutica) con las diferentes dimensiones de la Verdad y lo Real.

Contrariamente a lo que muchos podrían suponer, el término "ciencia mística" no es un oxímoron, es decir, una contradicción en sus términos. De hecho, si acaso, es cierto.

<El misticismo es un proceso mucho más riguroso, completo y exigente para buscar la Verdad y la comprensión sobre la naturaleza de la realidad más que cualquier otra ciencia moderna.>

Además, contrariamente a las confusiones que han dado, forma la gran parte de la mentalidad del mundo actual, lo "oculto" no es sinónimo de lo "místico". Ambos se centran en los reinos del Ser completamente diferentes y la intención, el propósito, la naturaleza, la metodología y la comprensión de cada uno se encuentran en extremos opuestos del espectro de posibilidades.

De la misma manera, la espiritualidad no debe confundirse nunca con el espiritismo. (Yá lo hemos dicho varias veces.) Éste último se basa en la creencia de que es posible que los vivos establezcan contacto con los muertos a través de la intervención de un médium, mientras que la primera se basa en el conocimiento de que es posible que los seres humanos lleguen a comprender la verdadera naturaleza del Ser con la ayuda y la guía de un maestro místico, lo que se conoce cómo un Shaykh selecto.

El Tasawwuf es el camino místico que, si Allah quiere, pretende llevarnos al centro mismo de nuestro ser. De hecho, los místicos siempre han intentado recordarnos, incluso mucho antes que Shakespeare, que: "en el cielo y en la tierra hay más de lo que sueñan nuestras filosofías".

El potencial espiritual de los seres humanos es mucho más profundo de lo que suponen los teólogos y, de hecho, éstas dimensiones que implican la increíble profundidad y riqueza del potencial de la vida es lo que asusta a muchos teólogos porque esa Realidad reduce a una relativa insignificancia las preocupaciones e intereses muy limitados que caracterizan el "trabajo" de muchos teólogos. De hecho, cómo en los viejos tiempos, éste último grupo tiende a temer que si uno viaja demasiado lejos utilizando los mapas de los místicos, entonces caerá por el borde del universo en un abismo sin fondo de "quién sabe qué". Sin embargo, como nunca han hecho ese viaje, realmente no están en condiciones de comentar inteligentemente lo que hay al final del mismo.

SP.