Allah conoce el Alma humana.
El primer impulso le dió a la inconsciencia infinita del alma inconsciente la primera consciencia sumamente finita. Gradualmente, variadas e innumerables impresiones, experimentadas a través de variados e innumerables instrumentos densos, ganaron para el alma una cada vez mayor consciencia del mundo denso (material) finito, y eventualmente, la evolución de la consciencia se completó cuando la consciencia del alma se identificó con la primera forma humana. Por lo tanto, habiendo ganado ahora el alma la consciencia plena en la forma humana, no necesita más o no necesita hacer que la consciencia evolucione. La consciencia ganada gradualmente en el proceso de la evolución es plena y completa en la forma humana. Aunque en éste estado, el alma ha ganado consciencia plena y completa, todavía no es consciente de sus cuerpos sutil y mental, ni de su Yo ilimitado como Uno indivisible, eterno e infinito; sólo es plenamente consciente de su identidad con la forma humana y en sus variados aspectos y experiencias del mundo físico.
Por consiguiente, en ésta etapa, el alma, es plenamente consciente de lo denso de la primera forma densa humana, y sin embargo inconsciente de lo sutil y mental, experimenta en el mundo físico todas las impresiones de la ultérrima forma densa animal disociada o abandonada por la consciencia del alma en la postrera etapa de la evolución de la consciencia. Cuando todas las impresiones de la ultérrima forma densa animal se agotan a través de ciertas e incesantes experiencias de la primera forma densa humana, sólo entonces es natural que ésta primera forma humana sea abandonada o disociada de la consciencia del alma. Ésta experiencia, por parte del alma plenamente consciente, es aceptada universalmente como la muerte del ser humano. Como yá se explicó, en algunos artículos del blog.. aunque la consciencia del alma se disocie de la primera forma humana, sin embargo, nunca podrá disociarse de las asociaciones inconscientes de los cuerpos sutil y mental.
La consciencia del alma retiene y experimenta las impresiones de la primera forma humana abandonada o disociada, a través de los cuerpos sutil y mental. A fin de agotar éstas impresiones, la consciencia del alma debe experimentar las impresiones residuales de la anterior forma humana que abandonó. De hecho, ésta forma humana, no es sinó un molde consolidado de impresiones retenidas. La asociación de la consciencia del alma con la forma humana es aceptada como el nacimiento de un ser humano.
En pocas palabras, el Estado del alma humana ha podido desarrollar la consciencia plena en la forma humana, y, por lo tanto, no habría necesidad de más evolución de la forma densa (material). La evolución de la consciencia densa llega pues a su fin al alcanzarse la forma humana; y para experimentar las impresiones cultivadas en la forma humana, el alma tiene que asociarse por determinación, con la naturaleza de las anteriores impresiones de virtud o vicio, de felicidad o aflicción, etc. Mientras experimenta el mundo denso, (material), el alma se identifica con el cuerpo denso, (material), el cual es destructible, aunque el alma misma sea eterna.
En la etapa humana, que señala el final de la evolución de la forma y el logro de la consciencia plena, el progreso espiritual del hombre, a través de los procesos de realización, es voluntario, y también está absolutamente libre de cualquier peligro de descender a un estado subhumano o de migración. Una vez que se gana la consciencia plena, se la gana para siempre y no se la pierde jamás; y la evolución de la consciencia sólo se completa cuando la consciencia del alma se asocia con la forma humana. Por lo tanto, la reencarnación retrógrada es imposible una vez que la consciencia del alma se identifica con una forma humana.
Con el desarrollo de la consciencia plena del mundo denso (material) en el cuerpo denso humano, el alma se asocia simultáneamente con los cuerpos sutil y mental plenamente desarrollados. Pero, mientras el alma esté confinada en el mundo denso, la consciencia del alma no podrá hacer uso directamente de los cuerpos sutil y mental. El alma deviene consciente de éstos cuerpos y experimenta las correspondientes impresiones de éstos cuerpos a través de las correspondientes esferas de los mundos sutil y mental solamente cuando la consciencia plena, (que sólo es consciente de lo denso en ésta etapa), se vuelve hacia adentro, hacia sí misma, y empieza el proceso de la involución de la consciencia. Ésto sólo deviene posible cuando la consciencia del alma individualizada se sacia con las incesantes experiencias de las variadas e innumerables impresiones de la vida material o densa, y sólo cuando ha sufrido algunas oscilaciones entre los opuestos del dolor y del placer, las que pueden parecer unas eras interminables. En la etapa de la evolución de la consciencia, está en funcionamiento el 'proceso del devanar' de las impresiones con el propósito de que la consciencia evolucione a tipos cada vez más elevados. En la etapa humana, la consciencia permanece plenamente desarrollada, pero, si el dominio de las impresiones empieza a aflojar y se van difuminando, es por el resultado de las continuas sacudidas experimentadas por la consciencia del alma.
Continúa en sexta parte.