(Cuarta parte)
Allah como Creador del Estado de Evolución.
Allah empezó a Ser consciente y empezó a 'conocer' a Su Creación (de la Nada), aunque Su 'conocimiento' de la Creación, (en ésta etapa), era minúsculo, (sin embargo creó), y se generaron más impresiones que hacen que la 'gota' (el alma, yo) abandone o se separe de la primera burbuja original.
Las impresiones recogidas por la consciencia evolutiva del alma no desaparecen ni siquiera después de que la forma (cuerpo) es abandonada. Éstas impresiones permanecen asociadas con la consciencia evolucionada y hacen que la consciencia evolucionante del alma se asocie con otra burbuja adecuada y superior. Así es cómo el alma puede conocer o experimentar en mayor medida la Creación a través de la segunda forma. El 'ángulo de visión' se amplía y la consciencia 'cognoscitiva' aumenta en proporción a la simultánea evolución de la forma. Con la evolución o el crecimiento de la consciencia densa, las impresiones también aumentan y hacen que el alma asuma su rol o se asocie con una forma densa más compleja de acuerdo con las impresiones retenidas por la consciencia cuando es abandonada la forma corporal.
De éste modo, la evolución de la consciencia progresa con la evolución de los cuerpos que ayudan a experimentar, y consiguientemente a agotar, las impresiones que son recogidas, hasta que, después de ese cambio de cuerpo a estado espiritual Esencial, asume consciencia sobre el ciclo que ha derivado. En otras palabras, el ciclo de la evolución de la consciencia del alma continúa haciendo que evolucione una consciencia más amplia y mayor con la evolución de los cuerpos de tipos cada vez más elevados, mientras experimenta y agota las impresiones de las formas disociadas pertenecientes al tipo inferior siguiente. En consecuencia, es la evolución de la consciencia de las almas que se identifiquen con (y recojan) variadas e innumerables impresiones cada vez más elevadas y de número ilimitado, en el mundo denso o exterior. Las principales formas bien definidas con las que las almas se asocian, con cada salto en el conocimiento cada vez mayor, están de acuerdo con los saltos evolutivos que tiene el ser humano.
Es muy importante entender que el proceso de la evolución de la consciencia concierne a la evolución de las burbujas o formas solamente, y no a las 'gotas' o almas. Las almas permanecen como indivisibles e infinitas como el océano ilimitado desde el principio hasta el fin de la evolución de la consciencia, que termina al completarse la evolución de la forma corpórea.
Sólo a través de ésta evolución de la forma corpórea, la consciencia de la ignorancia, o el 'conocimiento' de la Creación, aumenta paso a paso, debido a las variadas impresiones; y el alma individualizada sólo en la forma humana puede eventualmente conocer al Alma Universal o Ente Espiritual Superior. Puesto que el alma es infinita, la consciencia del alma debe también llegar a ser infinita; y porqué la consciencia puede llegar a ser infinita solamente manteniendo la forma humana, (la forma humana es, por lo tanto), la etapa final de la evolución de la forma.
Estrictamente hablando, sólo hay una forma -la forma humana- que está latente en todas las formas anteriores. Las formas del mineral, de la planta y del animal contienen realmente la forma humana en su estado latente, (el ADN), y ésto se manifiesta gradual y crecientemente hasta que, al final, se expresa de manera complet como un ser humano con un cuerpo humano, sea hombre o mujer.
Los pormenores de ésta evolución de la forma son extremadamente complejos. Por ejemplo, hay determinadas especies de piedra, metal, planta y animal que tienen como un 'sitio' especial en la evolución. Éstas especies claves de las formas son principalmente las que constituyen los hitos en el camino de la evolución, y marcan lo primero y lo último de determinada clase general de especies y de formas.
(Así como hay evolución de la consciencia, también hay evolución de las formas, de igual modo que hay evolución de los mundos.)
La evolucionada consciencia del alma, (que identifica al alma con las formas evolucionadas), recibe cada vez más impresiones; y con el fin de agotar éstas impresiones, encuentra consistentemente su campo de expresión; y experimenta éstas impresiones en la tierra, que también está en evolución concurrentemente con otros mundos y de acuerdo con la evolución progresiva de toda la Creación.
Durante el transcurso de la evolución de la consciencia del alma, el alma, mientras se identifica conscientemente con variadas formas densas finitas, (también de manera simultánea), aunque inconscientemente, se estuvo identificando con su forma sutil y con su forma mental finita, que se asoció con el alma en una liga compacta, homogénea e inconsciente a lo largo de todo el curso de la evolución de la consciencia, a partir del primer impulso. Si bien, el alma también se puede disociar frecuente y conscientemente de las formas densas finitas, que actúan como instrumentos para experimentar y agotar las impresiones mientras hace evolucionar una consciencia cada vez mayor, el alma nunca se disocia completamente, consciente o inconscientemente de su forma sutil finita ni de su forma mental finita. Por el contrario, cuando el alma disocia su identificación con cualquier otro instrumento de la forma densa finita, la asociación inconsciente del alma con su forma sutil fortalece al alma, a la sazón y sin instrumento denso alguno, mediante la energía finita -la fuerza impulsora- para hacer que la consciencia del alma tienda a identificarse.
Sólo es natural que, junto con la evolución de la consciencia cada vez mayor del alma, también tenga lugar la evolución de la forma sutil finita del alma para fortalecer al alma con energía finita mayor a fin de que la consciencia del alma cada vez más consciente de lo denso tienda a identificarse con lo más elevado.
(De manera parecida, la evolución de la forma mental finita del alma también tiene lugar simultáneamente para acomodar, retener y reflejar las variadas y crecientemente innumerables impresiones ganadas y recogidas por la evolución de la consciencia cada vez mayor del alma.)
Por ello, el cuerpo sutil y el cuerpo mental sólo se desarrollan plenamente dentro de una forma humana. De ahí que el alma, asociándose conscientemente con la forma humana esté, (por así decirlo), plenamente equipada con un cuerpo denso, un cuerpo sutil y un cuerpo mental en la forma humana, junto con la consciencia plena de lo denso, ganada en la forma humana.
No obstante, aunque el alma haya ganado la consciencia plena en la forma humana y, por lo tanto, experimente el mundo denso, (material), sin embargo, el alma humana consciente de lo denso es inconsciente del cuerpo sutil, (espíritu), y en consecuencia, no puede experimentar lo maravilloso del mundo sutil; el alma humana es consciente de lo denso (materia), y es también inconsciente del cuerpo mental y, por lo tanto, no puede experimentar el mundo mental plenamente.
Continúa en Quinta parte.