Allah en el Estado de las Almas Espiritualmente Avanzadas.
Tras un prolongado y extenso esfuerzo con la vida de los sentidos densos (materiales) en el mundo denso, (material), la consciencia del alma empieza más bien a extenderse hacia el Ser del Alma que a permanecer concentrada en el cuerpo denso y en el ambiente denso de éste. El alma humana es consciente de lo denso y es atraída, finalmente e inevitablemente, para que emprenda el proceso qué, en última instancia, conducirá al hombre hacia la meta de la realización en Allah.
Por ello, la consciencia del alma empieza a retirarse del mundo de los sentidos densos y está preparada para pasar por el proceso del Destino de la involución. Por eso, se dice coloquialmente, que el alma avanza espiritualmente a través de las esferas sutiles y mentales.
La esfera sutil, o el mundo sutil, es el dominio de los primeros planos de la involucionante consciencia del alma; otro plano está entre la esfera sutil y la esfera mental; y la esfera mental contiene otros planos sucesivos. El séptimo Estado de Allah abarca el avance de los peregrinos por el sendero espiritual a través de las esferas sutiles y mentales. Cuanto mayor es el avance, mayor es la involución de la consciencia.
Cuando el alma humana deviene consciente de la esfera sutil a través del cuerpo sutil, se identifica con el cuerpo sutil; y cuando es consciente de la esfera mental a través del cuerpo mental, se identifica con el cuerpo mental, así es cómo se identifica con el cuerpo denso cuando es consciente de la esfera densa a través del cuerpo denso.
El avance espiritual del alma a través de éstas esferas es enteramente imaginario. El avance del peregrino en la involución de su consciencia consiste en reemplazar un reino imaginario por un nivel imaginario mejor y superior, desde el primero hasta la consciencia involucionante. El proceso involutivo se completa en la imaginación cuando llega a su fin, y se realiza la Realidad, la cual deja de ser un simple concepto.
Quienes entran en el sendero espiritual y lo recorren sin la ayuda de un Maestro que los guíe, se pierden muy frecuentemente en los laberintos de las visiones e iluminaciones, y tienen poca o ninguna posibilidad de redimirse desde esa posición. Parecen niños sueltos en el patio del colegio qué, están distraídos de la escuela, o absortos, como cuando se distraen con las atracciones de la plaza del pueblo.
La fascinación del sendero espiritual es tan grande y la seducción es tan intensa qué, hasta en las primeras etapas del viaje, el peregrino tiene una sensación de realización.. de la cual no podrá salir a menos que el Maestro les ayude a poner los pies en la Realidad.
Muchos peregrinos avanzados en la esfera sutil piensan que yá lograron librarse por completo del engaño mundano.. pero éste persiste hasta que la consciencia logre involucionarse. En el avance del peregrino, hay etapas que son traicioneras, porque falta la muy notable ayuda de todos los poderes de la Energía infinita de la esfera sutil con sus órdenes directas. El mal uso de éstas fuerzas significa la caída y la desintegración de la consciencia del alma. Aunque es un hecho fundamental, que una vez que se gana la consciencia, jamás puede perdérsela, sin embargo, puede ocurrir una excepción a ésta regla, pero siempre hay una posibilidad de que la consciencia que el alma ganó se desintegre. Si bien, nunca se pierde por completo, su desintegración puede retroceder hasta la consciencia de la piedra. Todo el proceso evolutivo de la consciencia tiene entonces que resetearse para recuperar la consciencia plena. Por ello, el peregrino del sendero espiritual puede caer por abusar o equivocadamente usar los tajalliyat (siddhis), o avanzar, involucionando más su consciencia hasta atraparse en la experiencia de la esfera mental o del mundo mental.
(La visión del peregrino tiene que ser mediante el ojo mental cuando la consciencia del alma identifica al alma con el cuerpo mental. Aunque el peregrino tiene que estar en introspección al corazón para encontrarse allí cara a cara con el Ente Principal. Así es cómo el dominio de la dualidad tiene que derrotarse por lo que se ve y lo visto, y eso, se diferencia a través de la visión, (Firasa).
(La imaginación cesa tan pronto el peregrino cruza el campo de la ilusión y entra en el reino de la Realidad. Allí estará absolutamente libre de todos los vestigios de las impresiones. La consciencia será plena al igual que madura, y es la consciencia carente de impresiones la que identifica al alma con su 'Yo'. El alma entonces siente y experimenta conscientemente su existencia eterna. La 'gota' (el alma), despojada de toda burbuja (la forma de la ignorancia en la Ilusión), realiza su existencia eterna en el océano infinito, como el océano mismo del Alma Universal).
-Octavo Estado:
Allah como el Divinamente Absorto.
Éste estado de Allah significa para el alma el final de la larga batalla evolutiva, el final del proceso de realización a través de los niveles. Para el alma individual no hay etapas superiores a las que aspire porqué alcanzó la meta cuando se volvió con Allah. El peregrino de ésta etapa es conocido en el mundo sufi como Majzub. El Majzub no tiene consciencia del cuerpo ni consciencia de las esferas; la densa, la sutil y la mental. Ésto significa que, en éste Estado como Majzub él experimenta conscientemente su propia naturaleza infinita de poder, conocimiento y dicha infinitos, pero no hace uso de éstos aspectos infinitos de su naturaleza.
En éste Estado, el estado inconsciente e infinito, Allah no sólo gana la suprema consciencia divina del (estado de la Divinidad consciente) sinó que, en éste estado, Allah se absorbe Divinamente en la realidad de su propio estado infinito consciente y, por lo tanto, realiza su Divinidad eterna con el estado infinito y consciente.
Éste Estado es el de la consciencia Divina Suprema, que es el ahadiyat (halat-e-Muhammadia). Todos los seres que se realizaron en el Majzub-e-Kamil, el Majzub Salik, el Azad-e-Mutlaq, el Qutub y el Rasul (s.a.w.s.)- se recogen en éste estado de Allah en el Más Allá después de abandonar su cuerpo. Shaykh Sidi Muhammad Al-Ghally explicó: que ese estado descorporizado del Maestro es mencionado por los sufis como el halat-e-Muhammadia (El Estado de Muhammad), para distinguirlo del muqam-e-Muhammadia (el Oficio de Muhammad), cuando está en un cuerpo denso. El Haqiqat-e-Muhammadia es el décimo Estado de Allah y el muqam-e-Muhammadia (es el Oficio de Muhammad.)
Continúa en séptima parte.