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sábado, 31 de agosto de 2024

ACLARANDO CONCEPTOS.

ACLARANDO CONCEPTOS.
La palabra "sufismo" es un término que está cargado de significado. Puede evocar en nosotros un amplio espectro de emociones, dependiendo de nuestras orientaciones ideológicas. Si bien el término en sí no fue acuñado por el Profeta ni siquiera por los Compañeros, muchos eruditos se refieren a la disciplina del conocimiento que aborda las acciones del corazón y la purificación del alma como el 'tasawwuf'. El Tasawwuf o el sufismo o Misticismo espiritual Islámico se convirtieron en nombres no sólo de la ciencia, sinó también de sus referentes y temas: las acciones del corazón y los estados internos. ¿Cómo podría ser ésto un tema de controversia con informes contradictorios al respecto de los principales académicos? Ésto tiene que ver con la historia y la evolución del movimiento.

Durante la época de los Compañeros, existía una perfecta armonía entre el conocimiento y la práctica, el exterior y el interior, de los rituales y la espiritualidad. Después de su época, comenzó a formarse un abismo entre estos conceptos, donde muchas personas se volvieron demasiado indulgentes con los placeres de ésta vida y descuidaron sus corazones y estados internos debido a la prosperidad que se disfrutada por los musulmanes de las generaciones sucesivas y el relativo desvanecimiento de la luz de la revelación. Incluso, algunos eruditos estaban más atentos al ingenio intelectual y al tecnicismo jurídico que a la espiritualidad. Como respuesta a ésto, algunos de los piadosos predecesores anteriores comenzaron a enfatizar conceptos que sentían que estaban en cierto peligro. El énfasis aquí estaba en el ascetismo y purificación del alma. Los mástiles anteriores cumplían con la Shari'ah. Sin embargo, con el paso del tiempo, muchos reclamantes del tasawwuf agregaron muchas innovaciones a su práctica; y lo que es más peligroso, muchos de ellos adoptaron conceptos importados de otras religiones y filosofías. Pero éstas actividades no fueron generalizadas, hubo muchos que no siguieron éstas tendencias y tampoco aprobaron tales ideas. No se puede generalizar con ésto y pensar que "todos" estaban en la avalancha (fila) de aquellos procesos. Algunos se mantuvieron en la neutralidad y otros continuaron cómo si la historia no fuera con ellos, por que no querían tener límites marcados por lo novedoso o por las especulaciones que eran tan comunes en aquella época.

Las desviaciones que siguieron después pueden haber tenido unos desencadenantes no deseados anteriormente. Por ejemplo, debido a que los primeros maestros querían resaltar la insuficiencia del conocimiento sin compromiso ni práctica, algunos comenzaron más tarde a socavar el valor epistémico de la Revelación en favor de los conceptos correctos pero abusados ​​como dhawq (gusto) e ilhâm (inspiración). Algunos incluso crearon una dicotomía entre la Shari'ah (instrucciones escriturales) adquiridas a través del aprendizaje y la haqeqah (realidad) capturada por los corazones de los 'ârifin (conocedores). Ésto daría lugar a una actitud sectaria entre muchos buscadores, haciendo de los hallazgos de sus jeques el estandarte de la verdad. Debido a que los primeros maestros querían resaltar la unidad de Allah y Su control absoluto, algunos más tarde socavaron la agencia de los humanos, lo que llevaría a algunos a combinar los decretos universales de Allah con Sus mandamientos legales. En última instancia, ésto resultaría en indiferencia, pacifismo y antinomianismo.

Debido a éstas y otras desviaciones, no es raro encontrar el desprecio por los sufíes en el discurso de los más grandes eruditos, empezando nada menos que por el Imam ash-Shafi'i y algunos de sus contemporáneos que ni siquiera presenciaron las peores innovaciones o herejías aún por propagar. Otros eruditos observaron los comienzos puros y quedaron impresionados por la devoción y los modales de muchos maestros y buscadores, por lo que ellos los siguieron; algunos exageraron en sus elogios y algunos incluso no pudieron ver sus defectos e intentaron justificarlos.

¿Qué quisieron decir los eruditos que los despreciaron y cuál es la postura correcta? Creo que es necesario contextualizar el desprecio de algunos académicos y los elogios de otros. Si bien algunas cuestiones pueden ser controvertidas entre los propios académicos, la mayoría no lo es. Tanto los elogios como los desprecios fueron válidos, pero deben saber que pertenecían a diferentes versiones del tasawwuf. Una síntesis muy equilibrada se puede encontrar en éstas palabras del Imam Ibn Taymiyyah (que Allah tenga misericordia de él): Debido a los desacuerdos sobre sus ijtihâds, la gente no estaba de acuerdo sobre sus caminos. Un grupo condenó el sufismo y dijo que son innovadores, que se apartaron de la Sunnah. Así lo informaron muchos imanes cuyas declaraciones al respecto son conocidas. Un grupo de fuqaha' y los eruditos de kalâm (teología especulativa) los siguieron en ésta opinión. Otro grupo exageró en sus elogios y afirmó que son la mejor de todas las creaciones y la más completa en virtud después de los profetas. Y los dos extremos al juzgar éstas cuestiones son censurables. La posición correcta es que sobresalen en obediencia hacia Allah, como los demás sobresalen. Algunos de ellos están en la vanguardia, congruentes con su esfuerzo, y otros son promedio entre la gente de la mano derecha (ahl al-yamin). En ambos grupos hay quienes cometen errores en su ijtihâd; algunos se arrepienten mientras que otros no. También entre los que dicen ser de ellos están los que se transgreden y desobedecen a su Señor. Y algunos de los innovadores y grupos blasfemos se han adherido a ellos. Los eruditos verificadores de los sufíes, sin embargo, no reconocen que éstos grupos e individuos sean parte de ellos. Al-Hallâj, por ejemplo, fue rechazado y apartado del camino por la mayoría de los jeques, como al-Junayd ibn Muhammad, el maestro de la asamblea (sayyid at-tâ'ifah), y otros, como informó Sheikh Abu 'Abdir-Rahmân as-Sulamiy en su Tabaqât aş-Şoofiyah y como mencionó al-Hafidh Abu Bakr al-Khateeb en Târeekh Bagdad.

Éste es el tasawwuf original. Luego, después de eso, se dividió en grupos y los sufíes se convirtieron en tres corrientes: soofiyat al-haqâ'iq (realidades), soofiyat al-arzâq (ganancias monetarias) y la soofiyat arrasm (formalidades). En cuanto a los soofiyat al-haqâ'iq, son los que hemos descrito.

En cuanto a los soofiyat al-arzâq, son ellos quienes tenían dotaciones dinerarias establecidas para ellos, como los khanqahs. No son necesariamente de la gente del conocimiento de las realidades (haqâ'iq), porque eso es poderoso y raro. No se sabe que la mayoría de la gente de haqâ'iq resida en los khanqahs. Sin embargo, hay tres requisitos previos [para que merezcan el sustento de las dotaciones]: el primero es la integridad shar'i en el sentido de que cumplen los actos obligatorios y se abstienen de las prohibiciones; el segundo es adherirse a las etiquetas (âdâb) de la gente del camino la mayor parte del tiempo, y éstas son las etiquetas de la Shari'ah. En cuanto a las etiquetas fabricadas e innovadas, no importan; y el tercero es que no atesoran excesos de material mundano. En cuanto a aquel que atesora riquezas o no tiene modales dignos de elogio y no se adhiere a las etiquetas shari'i o es un fâsiq, entonces no merece eso.

En cuanto a las șoofiyat ar-rasm (formalidades), se limitan a la vestimenta y las etiquetas fabricadas, etc. Su semejanza entre los sufíes es la semejanza de aquellos que simplemente portan la vestimenta de la gente del conocimiento y de la gente de la yihad e imitan algunos de sus discursos y acciones de manera que hace que quien desconoce su realidad asuma que realmente son de ellos, pero no lo son. (Ibn Taymiyyah, Majmou' al-Fatâwâ, 11:17-20)
¿Qué debemos hacer entonces con un legado lleno de perlas y joyas mezcladas con rocas y, a veces, con escorpiones y serpientes? Será necesario responder a tres preguntas.
La primera es si podemos darnos el lujo de no hablar de la espiritualidad, de los estados internos, de las acciones del corazón, de los modales y de la etiqueta, etc. La respuesta a ésto es un rotundo "No", por acuerdo. También se espera que todos estemos de acuerdo en la importancia primordial de poner más énfasis en éstos aspectos de la religiosidad. Parece que el "despertar islámico" contemporáneo sufre mucho debido al énfasis insuficiente en éstas enseñanzas fundamentales del Islam.
La segunda es si podemos darnos el lujo de encontrar todo lo que necesitamos de éstas enseñanzas fuera de la herencia de los maestros identificados como sufíes. La respuesta a ésto no es tan clara como a la primera pregunta, porqué se puede decir que los cuatro imanes y sus contemporáneos que no fueron identificados como sufíes y sus predecesores y seguidores no han ignorado los estados internos como algunos pueden pensar. A pesar de ello, todavía tengo claro de que no podemos darnos el lujo de ignorar la herencia de los más grandes y puros maestros anteriores, como Ma'roof al-Karkhi, Sariy as-Saqați, Abu al-Qâsim al-Junayd, Abu Sulaymân ad-Darâni, Sahl al-Tustari y sus semejantes, o incluso al-Harawi, al-Jeelâni, Abu al-Bayân, Abu Madyan, Ibn 'Aţâ y sus semejantes. ¿Te imaginas a Madârij as-Sâlikeen purgado de su sabiduría?
La tercera es si debemos llamar a ésta disciplina o camino cómo "sufismo" o "tasawwuf". La respuesta a ésto es incluso menos clara que la respuesta a la segunda pregunta. La razón de su falta de claridad se remonta a varios factores, el más importante de ellos es que éste término no fue acuñado por el Profeta o sus Compañeros; de hecho, ni siquiera sabemos quién lo acuñó y de qué se deriva, a pesar de las múltiples teorías que existen al respecto. En segundo lugar, el término tazkiyah es el que Allah usó en el Corán para referirse a la purificación del alma; ¿Por qué no deberíamos entonces utilizar el término coránico? En tercer lugar, ¿por qué deberíamos utilizar un término que no tiene una definición estándar acordada y que puede utilizarse para referirse a conceptos totalmente heréticos?

Mi respuesta a ésto es múltiple. Primero, prefiero el uso del término coránico 'tazkiyah'. En segundo lugar, creo (como afirman los maestros del camino) que uno nunca debería llamarse sufí, porqué eso es como llamarse piadoso o devoto. En tercer lugar, sigo creyendo que deberíamos eliminar la sensibilidad contra la palabra tasawwuf porque es irracional librar una guerra contra un término que podría significar varias cosas. Librar una guerra contra el término también puede causar una aversión entre los novatos hacia la valiosa herencia de aquellos que fueron identificados como sufíes. Finalmente, la aversión de la gente del fiqh y el hadiz al uso del término permitirá que grupos ignorantes y blasfemos se apropien de él y se apropien indiscutiblemente de él. Ésto significa que serán portavoces de un legado que es parte integral de nuestro Din y que está arraigado en nuestra rica herencia.

El enfoque adecuado hacia el tasawwuf es, entonces, un examen amoroso pero crítico de su herencia. Sostengo que éste fue el verdadero enfoque taymiyyano. La comunidad académica necesita abrazar el legado sufí y hacer hincapié en:
1. La estricta adherencia a la Revelación..
2. El priorizar la comprensión y la práctica de la primera comunidad..
3. El priorizar la claridad versus el simbolismo (al-Junayd versus al-Kharrâz; que Allah tenga misericordia de ellos.)
4. Ir dejando de lado lo que causa duda por lo que no causa ninguna duda..
5. El anunciar desviaciones del camino del recto mashayikh (Ahl al-Istiqâmah.)

El libro, Manâzil as-Sâ'irin, es una obra maestra del tasawwuf escrito por el Imam Abu Ismâ'eel 'Abdullah ibn Muhammad ibn 'Ali al-Anşâri al-Harawi, uno de los más grandes maestros ortodoxos sunitas sufíes de todos los tiempos. Éste libro es muy apreciado por los eruditos y maestros del tasawwuf. Sobre él se han escrito muchos comentarios que indican su gran estatus e importancia. La razón por la que fue traducido a pesar de su simbolismo, es el resultado de su brevedad y la inclinación del jeque hacia la delicadeza lingüística, es que el jeque era un hanbali estricto en su fiqh y un athari (escriturista) en su credo. Ésto hace que sea más fácil dar a sus declaraciones una interpretación compatible con la Shari'ah. Quienes deseen secuestrarlos tendrán mucho que explicar, dada la biografía y el legado de éste jeque.

Además, nadie encarnó éste enfoque amoroso y crítico de las ciencias del tasawwuf y lo demostró más que el Imam Ibn al-Qayyim en su comentario sobre éste libro, Madârij as-Sâlikeen. Hay muchos comentarios sobre el Manâzil, incluidos los comentarios bastante breves de los imanes al-Lakhmi y al-Munâwi, la mayor parte de la comprensión al respecto se la debemos al Madârij as-Sâlikeen. A pesar de ésto, asumo toda la responsabilidad por cualquier error a pie de página que haya sido proporcionada para mejor aclaración. No son necesariamente extraídos de ninguno de esos libros.
Conclusión:
Mucha gente no conocía los nombres de la mayoría de las estaciones de éste pequeño trabajo, sin embargo, estaban establecidas en todas ellas. Mucha gente conocía todas las estaciones y sus intrincados detalles, pero nunca llegaron a visitarlas. La elección siempre es nuestra en último término.

Assalamo Aleikum.