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lunes, 26 de agosto de 2024

ALGUNOS ASPECTOS DE LA JURISPRUDENCIA ISLÁMICA. Parte segunda)

ALGUNOS ASPECTOS DE LA JURISPRUDENCIA ISLÁMICA.
Parte segunda)
La Jurisprudencia islámica que los hadices han dado provienen de la tradición oral  del Islam, y se ha convertido en una práctica convencional. 

Los juristas han tomado diferentes posturas ante estos hadices:
(1) Algunos, luego de examinar sus cadenas de transmisión y descubrir que algunos son débiles, los han rechazado y considerado sin base suficiente como para establecer una prohibición, o un proceso que requiere de pruebas muy claras y de una investigación muy cautelosa, especialmente, respecto de los asuntos de interés general y aquellos que los sabios musulmanes, en general, yá han aceptado.

(2) Otros sostienen que son auténticos, pero llegaron a la conclusión de que fueron abolidos debido a pruebas de otras fuentes, que permiten que la mujer se adorne usando oro. Al-Baihaqi, entre otros, ha reportado un consenso entre los sabios musulmanes en éste asunto, que ha sido aceptado por la jurisprudencia islámica y se ha convertido en una práctica convencional.

(3) Algunos consideran que éstos hadices se aplican a aquellos que no pagaron el zakat sobre el oro que poseían, basando su opinión en otros hadices que ellos mismos han criticado. El zakat sobre las joyas de una mujer es un campo de desacuerdo entre las diferentes escuelas de jurisprudencia islámica.

(4) Algunos juristas argumentan que éstos hadices intentan advertir a las mujeres que se adornan usando oro con la intención de ostentar sus riquezas. An-Nasa'i reportó algunos hadices que son relevantes en éste contexto bajo el título: Bab al-Karahiyah li an-Nisa' fi i-har huli ad-Dha- hab (Rechazo a la exhibición de joyas de oro por parte de la mujer). Otros juristas expresan que se refieren sólo a adornarse excesivamente, por la vanidad u orgullo.

(5) No hace mucho, un sabio divulgó una opinión que rompe con el consenso que permite a las mujeres adornarse usando oro, aún cuando ésta cuestión ha sido aceptada por todas las escuelas de jurisprudencia islámica durante los últimos catorce siglos. Considera no sólo que, éstos hadices poseen cadenas de transmisión confiables, sinó que éstos textos son concluyentes en éste asunto; es decir, en la prohibición de anillos y pendientes. Está en desacuerdo con el consenso de la jurisprudencia islámica y con la práctica de la comunidad por los últimos mil cuatrocientos años. Entonces, surge la pregunta: La existencia de éstos hadices, ¿ha impedido los desacuerdos acerca de su autenticidad o de su significado? ¿Podrá la "escuela tradicionalista" más moderna erradicar los desacuerdos y unir a todos en una sola opinión, basándose en un hadiz o en una tradición presentada como prueba? La respuesta es bastante clara: los musulmanes seguiremos teniendo desacuerdos y diferencias sobre ellos, pero ésto no debe constituir ningún motivo de preocupación, ni constituye ningún peligro. Como Allah ha declarado:
"Cada uno ha tenido una dirección a la que volverse.
¡Competid en las buenas acciones! Dondequiera que estéis, Allah os reunirá a todos.
Allah es Poderoso sobre todas las cosas". (Sura 2:148).

Uno de los beneficios más importantes del conocimiento y la comprensión de la religión, es que le ayuda a los creyentes a entender el valor relativo de las acciones en la escala de la ley islámica, y/a mantener cada acción en el lugar que le corresponde en la escala de los mandamientos y las prohibiciones. Éste conocimiento evita que nos confundamos en cuanto a la categoría relativa de diversos actos, que consideremos como diferentes entre actos que en realidad son similares y que tratemos como equivalentes a actos que son diferentes. El Islam le ha asignado a cada acción un valor específico en virtud de la influencia positiva o negativa que tenga sobre los seres humanos y sus vidas, yá sean espiritual o material; independientemente de que seamos o no conscientes de ésta influencia.

Las acciones que el Islam fomenta se dividen en categorías, entre las que se incluyen las de las acciones recomendadas o encomiables (mustahább), cuya desatención no amerita un castigo, aunque su realización es apreciada por el Legislador. También está la Sunnah confirmada del Profeta, que incluye cosas que hacía habitualmente y casi nunca desatendía, si bien no ordenaba categóricamente su cumplimiento. Los compañeros solían pasar por alto algunas de las acciones pertenecientes a ésta categoría, para evitar que las personas creyeran que eran obligatorias y pasaran dificultades en consecuencia. Por éste motivo, tanto Abu Bakr como 'Umar tenían por costumbre abstenerse de ofrecer en sacrificio animales ritualmente (dhabihah).

De acuerdo con algunas escuelas de jurisprudencia, las acciones que el Islam fomenta incluyen también aquellas que son obligatorias (wáyib), es decir, las acciones que son obligatorias, aunque no de manera categórica. En lo que respecta a las acciones clasificadas como fárd, han sido categóricas e inequívocamente impuestas, es por ello que su cumplimiento amerita recompensas, mientras que su omisión merece castigo. No adherir a las acciones clasificadas como fárd implica un pecado. No creer en la naturaleza obligatoria de éstas acciones es incredulidad. Es de dominio público que las acciones fárd se clasifican, a su vez, en obligaciones colectivas (fárd kifáiah) y obligaciones individuales (fárd 'ain). Los deberes individuales son aquellas con las que todo musulmán debe cumplir. En cambio, mientras que uno o más miembros de la comunidad musulmana cumplan con las obligaciones colectivas, no es necesario que el resto de los miembros de la comunidad lo haga.

A su vez, las obligaciones individuales se dividen en clases o grados. Una de estas clases son las acciones fara'id (plural de fárd), que son las obligaciones del islam que son consideradas pilares fundamentales de la religión. Entre éste tipo de deberes, se incluye el testimonio de la fe (shahada), es decir, el acto de atestiguar que no hay más divinidad que Allah y que Muhammad es Su Profeta, Su Servidor y Su Mensajero, la oración, el zakat, el ayuno y realizar la peregrinación mayor a La Meca (al-háyy) para aquellos que estén en condiciones de realizar el viaje. Existen otras acciones fara'id que pertenecen a una categoría inferior, no obstante también son obligatorias.

El Islam prioriza las obligaciones individuales por encima de las colectivas. Por lo tanto, ser amable y humilde con los padres, que es una obligación individual, tiene prioridad sobre el esfuerzo, siempre y cuando forme parte de las obligaciones colectivas. Es por ello que un hijo no puede participar en el sobre esfuerzo sin el previo consentimiento y permiso de sus padres, un hecho que ha sido consagrado en hadices auténticos. De igual modo, una obligación individual relacionada con los derechos de la comunidad tiene prioridad sobre otra obligación individual relacionada con los derechos de un individuo, o de un conjunto de individuos, tal como el ejemplo del sobre esfuerzo y honrar a los padres. Cuando el esfuerzo pasa a ser una obligación individual, por ejemplo cuando las tierras musulmanas sufren de una agresión extranjera, entonces tiene prioridad sobre los derechos de los padres.

Así mismo, las acciones clasificadas como fárd tienen prioridad sobre las clasificadas como wáyib; las acciones clasificadas como wáyib tienen prioridad sobre las acciones consideradas Sunnah; y las acciones consideradas Sunnah confirmada tienen primacía sobre las acciones que son meramente encomiables (mústahabb).

El Islam también les da prioridad a los actos que tienen por propósito el acercamiento a Allah, y que se realizan comunitariamente sobre aquellos que se realizan individualmente, y les da preferencia a los actos que benefician a los demás por encima de los actos que benefician únicamente a la persona que los realiza. Es por ello que el Islam antepone el valor del esfuerzo [en contra de la opresión y la injusticia] a los actos de devoción individuales, la búsqueda de conocimiento y entendimiento como devoción.

De igual modo, prefiere al sabio que a aquél que se ha dedicado a la devoción, y la reconciliación entre grupos enfrentados a la oración voluntaria, el ayuno y la beneficencia. Así, un gobernante justo obtendrá una recompensa mayor por su adhesión a la justicia en un solo día, que la que obtendría por cumplir con los actos voluntarios de adoración durante sesenta años. Por último, el Islam le da prioridad a los actos del corazón sobre las acciones realizadas con alguna de las partes del cuerpo, y/a creer sobre actuar, pues considera que éstas realidades internas son el eje y los cimientos de la religión.

A continuación se mencionan algunos de los graves errores cometidos por los musulmanes durante el período de deterioro y decadencia:
1) Desatendieron en gran parte aquellas responsabilidades colectivas de importancia para toda la comunidad, tales como los avances científicos, industriales y militares y la excelencia en estos ámbitos, sin los cuales los musulmanes no pueden alcanzar la fortaleza ni la soberanía de sus tierras. También desatendieron el ejercicio del razonamiento independiente (ijtihad) en la esfera de la jurisprudencia islámica, la derivación de dictámenes legales islámicos, el llamado a otros a abrazar el Islam y la oposición a los gobernantes injustos.
2) Desatendieron o subestimaron algunas obligaciones individuales, como la obligación de cada musulmán de exigir el bien común y de combatir aquello que es dañino o indeseable.
3) Enfatizaron algunos de los pilares fundamentales de la fe a costa de otros; así, pusieron más atención en el ayuno durante el Ramadán que en la oración. Es por ello que la cantidad de personas que ayunaban superó a las que oraban, especialmente entre las mujeres. Y, por supuesto, estaban aquellos que directamente no oraban nunca. También estaban aquellos que mostraban un mayor interés por la oración que por el zakat, a pesar de que Allah coloca ambas prácticas a la par en veintiocho partes del Corán. De hecho, uno de los compañeros dijo: "Si alguien no ofrece el zakat, sus oraciones carecerán de validez". Y Abu Bakr declaró: "¡Por Allah, declararé la guerra a todo aquél que le dé más importancia a la oración que al zakat, o al zakat que a la oración!".
4) Le dieron más importancia a algunos actos voluntarios que a los actos obligatorios. Ésto puede observarse en la práctica de muchos de los últimos "new-sufíes", que se concentraron en algunos términos dejando de lado numerosas obligaciones sociales, como la condena de la corrupción y la resistencia contra las injusticias sociales y políticas.
5) Prestaron más atención a los actos individuales de veneración, dejando de lado las búsquedas colectivas, como el esfuerzo (en la lucha contra la injusticia), el estudio de la jurisprudencia, la búsqueda de la reconciliación entre las personas y la cooperación en la diseminación de la justicia, la piedad, la compasión y la tolerancia.
6) Finalmente, la mayoría de las personas le dieron más importancia a cuestiones secundarias en detrimento de las cuestiones principales, como la doctrina, la fe, la afirmación de la unicidad de Allah (tawhid) y el empeño por servir a Allah desde la sinceridad.

CATEGORÍAS DE LAS ACCIONES PROHIBIDAS.
A las acciones prohibidas por el islam también se les asignan diferentes categorías y grados, entre los que se incluyen:
1) Al-makruh tanzihán: actos que son indeseables o desaprobados aunque no al punto de ser prohibidos.
2) Al-makruh tahrimán: acciones que son indeseables casi al punto de ser prohibidas.
3) Al-mutashabihát: acciones con las que no muchas personas están familiarizadas y que, si alguien las comete terminará cometiendo un pecado.
4) Al-haram as-sarih: actos que son explícitamente prohibidos y que están detallados en el Corán y en la Sunnah. Respecto a este tipo de actos, Allah dice: "¿Qué sentido tendría que no comierais de aquello sobre lo que se ha mencionado el nombre de Allah, cuando se os ha explicado claramente qué es lo que, a menos que os veáis forzados, se os prohíbe? Es cierto que muchos se extravían debido a sus deseos, sin conocimiento. (Sura 6:119). [Cuando se os ha explicado claramente qué es lo que..]
A su vez, las prohibiciones específicas se dividen en dos tipos: mayores (kabair) y menores (sagair). Las acciones menores pueden ser expiadas a través de la realización de actos de adoración, como la oración, el ayuno y la caridad. El Corán nos explica que "Las buenas obras borran las malas" (Sura 11:114). Las tradiciones del Profeta nos enseñan que el cumplimiento constante de las cinco oraciones diarias, la oración comunitaria de los viernes y el ayuno durante el Ramadán expían todos aquellos pecados menores que una persona puede haber cometido, siempre que se mantenga alejada de los pecados mayores, que sólo pueden expiarse a través de un arrepentimiento genuino. Los pecados mayores, a su vez, también tienen diferentes grados. El peor de éstos pecados es el shirk, es decir, la asociación de otros seres con Allah; se trata de un pecado que no puede ser perdonado jamás, salvo a través del arrepentimiento antes de morir: "Allah no perdona que se Le asocie nada; pero fuera de ello perdona a quien Le place. Quien asocie algo a Allah comete un gravísimo peсаdo" (Sura 4:48). En segundo lugar, se encuentran los pecados mencionados en los hadices proféticos, como la desobediencia a los padres, el falso testimonio, la hechicería, el asesinato; el abuso de los bienes ajenos y del dinero de los huérfanos, y acusar falsamente a mujeres musulmanas virtuosas de pecados de índole sexual.

El origen de los disturbios y la confusión sobre éste tema puede encontrarse en: (1) hacer mucho hincapié en combatir acciones indeseables y cuestionables que no se presta atención a combatir las acciones explícitamente prohibidas y la desatención de acciones obligatorias. Un ejemplo de ésta preocupación excesiva por acciones que resultan difíciles de discernir si se tratan de acciones halal o de acciones haram, en lugar de prestar atención a aquellas acciones que son inequívocamente haram; y (2) distraerse tratando de contrarrestar transgresiones menores en lugar de los pecados mayores y capitales, como la cartomancia, la magia, la brujería, la utilización de las tumbas de ciertas personas como sitios de oración y girar en torno a ellas; las promesas en nombre de otros que no sean Allah, la realización de sacrificios animales en honor a los muertos, buscar la ayuda de los muertos, etc., todas las cuales contaminan la pureza de la creencia en una Divinidad Única.

Continúa parte tercera.