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lunes, 26 de agosto de 2024

ALGUNOS ASPECTOS DE LA JURISPRUDENCIA ISLÁMICA. Parte final)

ALGUNOS ASPECTOS DE LA JURISPRUDENCIA ISLÁMICA.
Parte final)
Tipos de musulmanes respecto a las obras.
Al igual que las acciones, los musulmanes también pertenecemos a diferentes tipos. Algunos jóvenes religiosos cometen el grave error de tratar a todo el mundo como si encuadraran en el mismo caso. No hacen distinción alguna entre los estudiosos e instruidos y el pueblo musulmán en general, entre aquellos dotados de ubérrimos conocimientos o experiencia, y aquellos carentes de nociones mínimas, ni entre las personas que profesan un compromiso sólido con su fe y aquéllas que están incursionando en el Islam; a pesar de que hay un lugar para cada persona en el Islam, de acuerdo con su nivel y con su predisposición natural. En reconocimiento de éstas diferencias naturales, el Islam les ofrece a ambos licencias y leyes estrictas, justicia y magnanimidad, actos voluntarios y actos obligatorios. Así Allah ta'ala proclama: "Luego hicimos que heredaran el Libro quienes elegimos entre Nuestros siervos; pero de ellos hay quienes son injustos, otros que lo ponen en práctica moderadamente, y otros que se apresuran en hacer el bien con el permiso de Allah. Éste es un favor inmenso" (Sura 35:32).

Se define al "injusto" como alguien que comete actos prohibidos y cuyo cumplimiento de las responsabilidades obligatorias es incompleto; el individuo que tiene "una práctica moderada" es aquélla que cumple únicamente con las responsabilidades básicas obligatorias.

Todos estos tipos de personas, incluso los injustos, pertenecen a la nación del islam y/a la Ummah (comunidad) elegida a quien Allah les ha entregado el Corán: "Luego hicimos que heredaran el Libro quienes elegimos entre Nuestros siervos" (Sura 35:32).

Así, está mal y, a decir verdad, no tiene sentido excluir a las personas de la comunidad del Islam y de la Ummah simplemente porque hayan sido desobedientes y se hayan equivocado. También está mal no reconocer las mencionadas clasificaciones anteriores y tratar a las personas como si todas hubieran elegido la senda más excelente.

Los jóvenes musulmanes entusiastas no deben precipitarse a acusar a otros musulmanes de pecadores ni a manifestar animosidad hacia ellos simplemente porque hayan cometido algunos pecados menores o actos sobre los cuales no existan opiniones claras en el Islam debido a la existencia de pruebas contradictorias y qué, por lo tanto, no puedan considerarse terminantemente prohibidos. Éstos jóvenes son tan leales a su causa que han olvidado que el Corán distingue claramente entre pecados o errores menores y pecados o errores mayores, que los primeros no excluyen al musulmán del Islam y pueden expiarse si uno se mantiene al margen de los últimos. Allah ta'ala dice:
"A Allah pertenece cuanto hay en los cielos y en la Tierra, y Él castigará a quienes obren el mal y retribuirá con una hermosa recompensa a los benefactores, aquellos que evitan los pecados graves y las obscenidades, y no cometen más que faltas leves.
Ciertamente tu Señor es infinitamente indulgente". (Sura 53:31-32)

El término descrito como 'faltas leves' (al-lamam) en éste versículo ha sido interpretado de dos maneras diferentes; ambas revelan la inmensidad de la piedad divina y la voluntad de perdonar. En su comentario sobre el Corán, Sura 4: 255-256, el Hafiz Ibn Kasír explica:
"Se ha interpretado que la palabra muhsinun (quienes hacen el bien) se refiere a quienes evaden los pecados mayores y las acciones vergonzosas, es decir las prohibiciones principales. Si éstas personas cometen errores menores, Allah las perdonará y las protegerá, tal como promete en otro versículo: "Si os apartáis de los pecados más graves perdonaremos vuestras faltas y os introduciremos en el Paraíso honrándoos". (4:31) Ibn Kasír nos cuenta que ibn 'Abbás dijo:
"Lo más cercano a un lamam con lo que me he encontrado se encuentra en el siguiente hadiz narrado por Abu Huraira del Profeta, quien dijo: "Allah ha estipulado para el hijo de Adán [el ser humano] su parte de la fornicación, que inevitablemente cometerá. La fornicación del ojo es la mirada; la fornicación de la lengua es la palabra; el ser interior desea y codicia, y las partes privadas lo confirman o lo rechazan".
Por ende, Ibn Mas'ud y Abu Huraira dicen que lamam incluyen las acciones como mirar, guiñar un ojo, besar y realizar acciones muy cercanas al acto sexual sin incurrir en la fornicación propiamente dicha. La otra interpretación de lamam relatada por Ibn 'Abbás es una persona que realiza una acción vergonzosa pero luego se arrepiente. Luego, cita una línea de una poesía cuyo significado puede parafrasearse de la siguiente manera:
"Oh, Allah, Tu absolución es abundante, pues ¿quién de Tus sirvientes no es culpable de errores menores?" 

Algunos también afirman que lamam son pecados que alguien comete rara vez y sin involucrarse demasiado en ellos. En resumidas cuentas, el Islam ofrece un lugar suficiente para todos aquéllos que cometen errores mayores sin demasiada frecuencia, pues la piedad de Allah se extiende para todos los que se arrepienten.

Uno de los ejemplos islámicos más instructivos para enseñar a las personas a dejar pasar las equivocaciones y los errores menores de quienes cumplen con sus obligaciones principales (yá que nadie es infalible) puede encontrarse en la actitud de 'Umar ibn al-Jattáb. Según se narra, algunas personas acudieron a 'Abdullah ibn 'Amr cuando estuvo en Egipto y le comentaron que habían notado que muchas de las enseñanzas del Corán no eran respetadas por sus contemporáneos, y que deseaban consultar el tema con el Califa, 'Umar ibn al-Jattáb. Abdullah los llevó entonces ante 'Umar en Medina. Cuando 'Umar se reunió con 'Abdullah, éste último le informó del propósito de la visita y le contó sobre las personas que habían ido a verlo. 'Umar le pidió entonces a 'Abdullah que organizara un encuentro. Cuando las personas de Egipto llegaron a la reunión, 'Umar se dirigió al más cercano y le pregunto: "Dime la verdad, ¿has leído todo el Corán?" El hombre respondió que sí. Entonces, 'Umar le hizo una serie de preguntas: "¿Has seguido sus enseñanzas al pie de la letra de tal manera que has purificado tus intenciones y tu corazón y te has responsabilizado de tus actos? El hombre respondió que no. Entonces, 'Umar le preguntó: "¿Has seguido sus enseñanzas con tu mirada [sin mirar aquello que Allah te ha prohibido mirar], con tus palabras, y con tu forma de vida?" A cada una de estas preguntas, el hombre respondió que no. Después 'Umar les hizo las mismas preguntas a los demás miembros del grupo, y todos respondieron que no a cada una de las preguntas.
Entonces, 'Umar les preguntó: "¿Cómo podéis exigirle [al Califa], en éste caso, (el propio 'Umar) que obligue a las personas a respetar vuestra interpretación del Libro de Allah, cuando vosotros mismos, según acabáis de admitir, habéis sido incapaces de hacerlo? Nuestro Señor sabe que cada uno de nosotros es susceptible de cometer algunas malas acciones". Y luego recitó el siguiente versículo: "Si os apartáis de los pecados más graves perdonaremos vuestras faltas y os introduciremos en el Paraíso honrándoos" (Sura 4:31).

Dirigiéndose al grupo, preguntó: "¿Sabe el pueblo de Medina por qué estáis aquí?" Cuando respondieron que no, exclamó: "Si hubieran sabido, habría dado el ejemplo con vosotros [castigándolos severamente]". Con éste visionario conocimiento y perspectiva del Corán, 'Umar logró cortar éste movimiento de raíz, gracias a lo cual impidió la infiltración de la intolerancia del fanatismo extremista.
Si, por el contrario, hubiera aportado un vestigio de indulgencia al asunto, se habrían sucedido grandes intrigas (fitnah) con consecuencias graves y de gran trascendencia para las futuras generaciones.

Assalamo Aleikum.