EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO, ¿ESTÁ CREANDO UNA NUEVA RELIGIÓN? (Social)
Algunos musulmanes tienen ciertos temores, uno de ellos es que los participantes de esos encuentros amistosos e interreligiosos (que no son musulmanes) son en realidad misioneros, que están buscando información para mejorar sus esfuerzos de evangelización y la mirada en la oportunidad para convertir musulmanes al cristianismo. Mientras que ésto puede ser cierto en algunos misioneros, el objetivo les puede salir por la cámara. Por ejemplo, un misionero que había ganado un conocimiento profundo del Islam, antes de aventurarse a convertir musulmanes, pronto se encontró con que él mismo era el que se había convertido al Islam.
Otro temor es que una nueva y diluida religión "abrahámica" emergerá de éstos esfuerzos, algo parecido al Din-i-Ilahi del Akbar (Divina Fe). Al-Akbar (1542-1605), fue el tercer emperador Mogol de la India, buscó la unidad entre varias religiones creando una nueva religión (Din-i-ilahi) a través de combinar el Islam, el Brahamanismo, el Cristianismo y el Zoroastrismo. A pesar de que tenía fuertes relaciones con expertos de todas estas creencias, ésta nueva religión falló al establecerse entre la gente. Algunos musulmanes, especialmente aquellos del sur de Asia, sinceramente se oponen al diálogo pacífico e interreligioso por éste incidente. Ellos apoyan la construcción de relaciones de respeto con los no musulmanes, pero no se involucran personalmente en ningún diálogo interreligioso.
Cuando los musulmanes se juntan para hablar del diálogo interreligioso, usualmente se encuentran encerrados en una controversia. En una reunión comunitaria islámica mantenida en Nueva York para evaluar los programas de los musulmanes entre las distintas comunidades, un hombre reclamó que el programa interreligioso les daba a los cristianos una oportunidad de aprender acerca del Islam y usar ese conocimiento para tratar de evangelizar a los musulmanes. Algunos dijeron que tales programas sólo deberían sostenerse en las iglesias. Sin embargo muchos otros dijeron que era importante tener tales reuniones y encuentros islámicos con el fin de educar a los no musulmanes acerca del Islam o al menos para remover sus malentendidos.
La controversia tomó una forma específica cuando una escuela misionera cristiana de Nueva York envió a sus estudiantes para visitar la clase islámica sostenida en la mezquita. Algunos muy locuaces opositores argumentaron que éstos estudiantes venían a mejorar sus habilidades misioneras. Sin embargo otros creyeron que venían a recibir información acertada sobre el Islam. Nadie nunca sabe, (dijeron ellos), que el corazón puede cambiar.
La división de las opiniones se descompone como sigue: Los que apoyan el diálogo interreligioso dicen que el Corán lo ordena; los opositores lo llaman un acto de incredulidad (kufr). La oposición puede ser intimidante. Cierta vez cuando se anunció un programa interreligioso en una mezquita de Chicago, algunos hombres gritaron: "¡Kufr, kufr!".. Claramente se observa que éstas reacciones denotan un desconocimiento de los escritos y pactos que el Profeta (B y P) les envío por los emisarios a todos los cristianos.
Tampoco hay ningún temor (por ese acercamiento) cuando los musulmanes están bien preparados y tienen el conocimiento adecuado y no hay lugar para ninguna apostasía, (posibilidad de dejar el Islam).
Reacciones como éstas mantienen a muchos imames en silencio y temerosos de participar en éstos diálogos. Tales instancias crearon un desbalance en las reuniones dialógicas. Con los imames ausentes, los musulmanes (básicos) sin instrucción religiosa son dejados a solas para que dialoguen con rabinos, ministros y sacerdotes altamente educados y preparados. Sin la participación de los imames, el diálogo resultante no puede inspirar confianza para ambas partes. En realidad, los otros líderes religiosos le dan la bienvenida a la participación de los imames. De hecho, en aquellas ciudades donde los imames son parte del diálogo, el trabajo interreligioso es más efectivo y considerado.
Una razón final usada para oponerse al diálogo interreligioso, es que supuestamente alienta la distorsión o mezcla las prácticas del culto. Sin embargo, éste temor puede ser fácilmente abordado declarando claramente en el principio de que los participantes deben observar, no participar, en los actos de culto de otras comunidades religiosas. Así como todos son bienvenidos a observar a los musulmanes cuando hacemos nuestras oraciones, los musulmanes debemos ser bienvenidos a observar (pero no a participar) en los distintos servicios de oración cristianos y judíos, budistas, hinduistas, etc. Cuando los musulmanes elevaron ésta preocupación en Rochester, los socios en el diálogo rápidamente acordaron en el principio hacer las oraciones separadas. Como resultado, los imames fueron capaces de participar con una clara conciencia, asegurando así que las diversas actividades de construcción de paz del diálogo fueran más productivas y beneficiosas para los intereses musulmanes.
El punto clave aquí, es que el diálogo interreligioso no apunta a unificar a las religiones. Los participantes musulmanes necesitamos estar conscientes de ésto. Cuando los idólatras de La Meca le pidieron al Profeta (P y B) que los dejara adorar a sus deidades por un año, y luego adorar a Allah el año siguiente, Allah reveló: "Vosotros tenéis vuestra religión y yo la mía" (Sura 109:6).
El Corán apoya la libertad de religión y de culto.
Por todo lo antes dicho, es obvio que los imames no deben dudar en participar en el diálogo interreligioso. Por el contrario, su participación ayudará a sus comunidades a superar sus temores y pensar acerca de las subsiguientes ventajas. El diálogo interreligioso versa acerca de la libertad y respeto por cada religión, así como intenta construir unos puentes para aliviar la tensión y el odio entre seguidores de diferentes religiones. Las religiones deben traer paz, no odio, a la humanidad. Las religiones pueden vivir juntas en paz sólo a través de los esfuerzos organizados hacia el mutuo entendimiento y la construcción de buenas relaciones entre todos.
El apoyo para el diálogo interreligioso. Está creciendo alrededor del mundo. En enero de 2002, se llevó a cabo la Conferencia Interreligiosa de Alejandría y se desarrolló la Primera Declaración de Alejandría. Éste hito resultó de una consulta conjunta de al menos dieciocho expertos y líderes religiosos judíos, cristianos y musulmanes de los lugares Sagrados. La conferencia tuvo lugar en Alejandría, (Egipto), y fue su coanfitrión el gran imám de la Universidad al-Azhar.
Un crecimiento similar de apoyo se ha visto en algunas instituciones del más alto aprendizaje. Varias universidades norteamericanas y extranjeras han expandido su currículum para incluir estudios islámicos en relación a otras religiones y estudios interreligiosos. La Escuela de Servicio Internacional de la Universidad Norteamericana, el Centro para el Entendimiento Cristiano-Musulmán de la Universidad de Georgetown, y el Instituto Kroc de la Universidad de Nôtre Dame, por nombrar unos pocos, son líderes en aproximaciones al mundo islámico para la construcción de la paz, la justicia, y el diálogo dentro del contexto interreligioso. Otros participantes son el Centro McDonald para el Estudio del Islam y Relaciones Cristiano-Musulmanes del Seminario Hartford, y más recientemente, el Nazareth College de Rochester, el cual recientemente estableció un Centro para Estudios y el Diálogo Interreligioso.
Las metas declaradas del centro son desarrollar habilidades que clarificarán y mejorarán las comunicaciones individuales y de la comunidad en materias de religión, fe y espiritualidad; entender las creencias individuales y comunitarias; establecer una metodología adecuada para lograr tales metas; y desarrollar la capacidad para vivir en éste mundo pluralista. Muchos centros buscan desarrollar herramientas de investigación, conocimiento y habilidades para beneficiar a todos; Imagínate en un entorno conducente para entender a las diferentes religiones; buscando comunicar las habilidades necesarias para que la gente viva en paz y justicia.
La comunidad musulmana en Occidente, es relativamente nueva, pero está en permanente crecimiento, debe estar lista para enfrentar retos y pruebas específicos para asegurarse un lugar seguro para sí misma. Las prácticas son esenciales para la supervivencia de ésta minoría religiosa en Occidente: mantenerse unida mientras se construyen buenas relaciones con otras religiones, tratar de manera activa ante los nuevos desafíos, participar y promover programas educativos sólidos en estudios islámicos dentro del contexto de una sociedad pluralista (tanto dentro de la sociedad civil como en las instituciones de educación superior).
Bases.
El diálogo interreligioso significa construir puentes entre los diferentes grupos religiosos para promover el respeto, la tolerancia y la convivencia pacífica.
El diálogo interreligioso no es ecumenismo; en lugar de ésto, es un diálogo entre diferentes religiones.
El ecumenismo sirve de ejemplo a los musulmanes para fortalecer el diálogo intraislámico, con el fin de tratar con las diferencias entre musulmanes de forma respetuosa.
El diálogo interreligioso no está diseñado para crear una nueva religión, sinó para crear una atmósfera de respeto para cada religión.
Involucrarse con el diálogo interreligioso es esencial para prevenir la expansión del fanatismo religioso.
El diálogo interreligioso protege los derechos de las minorías religiosas.
La participación de los imames estudiados y cualificados es esencial para una adecuada guía, educación, y para la prevención de conceptos erróneos.
Assalamo Aleikum.