LA PUREZA SE MANTIENE.
En los libros de jurisprudencia islámica debe de hacerse una clara distinción entre lo que son los conceptos sobre los asuntos básicos y los dictámenes sobre los asuntos secundarios, entre los que han sido establecidos a partir de los escritos explícitos del Corán o de la Sunnah y aquellos determinados por los razonamientos independientes (iytihád); entre los escritos de mayor autoridad y los escritos especulativos, y entre los dictámenes que son vitales para la religión y los que no lo son. Cada uno tiene su estatus determinado, pero hay que poner cada asunto en la estantería adecuada.
Entre los grandes sabios de la historia islámica han surgido amplias diferencias en sus interpretaciones sobre decenas de escritos. Es más, en cualquier tipo de asunto se pueden encontrar, (entre los eruditos musulmanes), tantos y diferentes puntos de vista como se le puedan ocurrir a la mente humana. Existen grandes desacuerdos, como por ejemplo, en el pecado atroz de asesinar a un musulmán bajo coacción. ¿Se le debe de aplicar el castigo al asesino -o a quien lo obligó a hacerlo? O, yá que el crimen no fue enteramente premeditado y que fue cometido por una persona cualquiera, ¿ninguno de ellos debería ser castigado? Todas éstas posibilidades han sido expresadas y respaldadas por algunos doctos musulmanes. Incluso dentro de cada escuela de jurisprudencia islámica encontramos diferentes tipos de opiniones, narraciones, perspectivas y enfoques. Basta con advertir que los desacuerdos dentro de la escuela del Imám Ahmad, (p. ej.) basada en la adherencia a la Sunnah, se han abarcado suficientes opiniones y narraciones como para completar un doce tomos, que es al-insaf fi ar-Rayih min al-Jilaf.
Siendo éste el caso, los jóvenes musulmanes deben ser conscientes de cuáles de las cuestiones están sujetas a desacuerdos y cuáles no. Más importante aún, es que deben de saber cuál es el área permitida para el desacuerdo, (que es mucho más extensa) y cuál es el área en donde se puede hacer la correcta simbiosis del acuerdo que yá está claro.
Sobre la pureza del Corán.
El profeta Muhammad ﷺ no escribió el Corán, pues no estaba en condiciones de hacerlo, porque él era analfabeto. Él no sabía leer ni escribir, y muchos son los que dan fe de éste hecho.
Dice un Hadiz..
De Ibn Hibban, (que Allah lo tenga en Su misericordia), en su Sahih según lo relatado por Muhammad ibn ‘Üzman Al ‘Ayyli que dijo: “Me contó ‘Übaidul-lah ibn Musa, de Israil, de Abi Ishaq de Al Bara’, (que Allah esté complacido con él), que dijo: ‘Éntonces el Mensajero de Allah, (sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam), tomó el escrito, y él no sabía ni escribir, y ordenó que se escribiera en el lugar en donde decía: el Profeta de Allah, "Muhammad" solamente. Así que se escribió: Ésto es lo pactado por Muhammad ibn ‘Abdul-lah (…).
Ninguna persona escribió el Corán, porque fue revelado a Muhammad ﷺ por Allah el Todopoderoso por medio del Ángel Gabriel (Yibril en árabe) y luego fue memorizado por él, quien a su vez, se lo enseñó oralmente a sus compañeros.
¿Quién recitó el Corán por primera vez?
En realidad sólo se escribe lo que oyes, representado con la pluma y la tinta en el papel. En realidad, la gente sólo puede escribir las palabras que escuchan del “Corán” (Recitado) como Muhammad ﷺ lo recitaba. El tono y el sonido es lo que no se puede capturar realmente con el papel.
Cuando lo tenemos en forma de libro por lo general se le conoce como ‘escritura’ (‘mushaf’ en árabe), aunque sigue siendo el Corán para nosotros. Por lo tanto, si bien es posible escribirlo en forma de libro, lo que oímos del punto principal es que el profeta Muhammad ﷺ no lo pudo fabricar ni tampoco pudo inventar las palabras que están en el libro, y no habría forma alguna de que lo hubiera hecho, dado que él era iletrado e incapaz de leer o escribir.
De acuerdo con las enseñanzas del propio Corán, le llegó directamente a Muhammad ﷺ desde el Ángel Gabriel (Yibril), quien lo recibió de Allah Todopoderoso y luego se lo recitó al profeta Muhammad ﷺ frase por frase, durante un período de 23 años.
El montaje real y el orden de los versos nunca fue cambiado por Muhammad ﷺ fue Yibril, (el Ángel de Allah), el que instruyó en donde iba cada verso, en la medida en que se iba revelando cada vez más y más.
Assalamo Aleikum.
ARTÍCULOS VINCULADOS:
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