DO NOT WORRY BE HAPPY.
Muchos pueden vivir en la ignorancia de todo lo que es reprensible, y si escapan bien, no han hecho más que cumplir con su obligación, pero si les vienen las perversidades hay que arrojarlas lejos, al mismo inherio gélido. ¿Qué te parece, lector? (Shaykh Ahmad Salah As Sufi)
La vida terrena no es ningún cuento del oropel; tampoco es una historia interminable.. todo tiene su asiento con un billete al destino. El encanto es engañoso y la belleza no perdura. Aunque camines en la dirección del tiempo, ¿dónde estarás en unos días? Sueño y despertar.. día y noche.. luz y oscuridad.. arriba y abajo.. vida y muerte. Las flores no son para los difuntos, sinó para los que tienen nariz por estar vivos. ¿Recuerdas cómo llegaste a éste mundo? Sin nada en absoluto, salvo lo que el Creador te brindó. ¡Con esa vida! tienes que tener para conservar un tiempo y para aprender sobre otro espacio y lugar. Tened cuidado pues con ese préstamo, que aquí, se debe de multiplicar. Si uno no puede querer a alguien por miedo a que se muera, entonces, ¿para qué vivir?
Cuando pasa el tiempo, entonces comprendes a tus vecinos; los llegarás a entender perfectamente, y observarás, que las pérdidas causan dolor y vacío.. aunque, a buen seguro, será más el miedo al dolor el que os impide vivir. Entonces, en algún momento, experimentarás por tí mismo lo que es atravesar el dolor del parto y salir fortalecido de él con mayor sensibilidad, en esencia, en conocimientos y dando gracias por ésta vida de elaboración y almacenaje.. que es lo más importante.
Siempre surgen preguntas cuando la muerte se acerca a nosotros o visita la casa del vecino. En ese momento nos volvemos más sabios y, con frecuencia, más luminosos. Iremos haciendo repaso a las fases que describe la psiquiatría y, por supuesto, llenos de anécdotas que nos acompañarán en cada fase, en cada momento, acunándonos para que la muerte no sea siempre esa fría oscuridad que nos causa pavor, sinó una cálida compañera que nos acompañará y que puede convertirse en una gran maestra. Aunque te parece, que en éstos momentos, no hay lugar para la muerte. La decisión no es tuya mí amigo.
Siempre intentamos cubrirnos de la muerte como si se tratase de algo sucio y vergonzoso. No vemos en ella más que el horror, el absurdo, un sufrimiento inútil y penoso, algo escandaloso e insoportable, cuando en realidad, es el momento culminante de nuestra vida, su coronación, aquello que le confiere el valor y el sentido.
No por ello, la muerte es insondable, y es un gran signo de interrogación el que llevamos en lo más íntimo de nuestro ser. Sé que tengo que morir algún día, aunque no sepa cómo ni cuándo. Hay un rincón dentro de mí que conoce ésta verdad. Sé que un día deberé despedirme de los míos, salvo que sean ellos los que se vayan primero. Ésta certeza es íntima y profunda, aunque es paradójicamente aquello que tengo en común con el resto de los seres humanos. Es lo que hace que la muerte del prójimo también me afecte, lo que me permite penetrar hasta el corazón para ver la realidad.
¡Piensa humano! Fue la misma muerte la que procuró obtener los materiales necesarios para tú formación. Tranquilo, no hace falta que pienses ahora, deja que vivan en ti las preguntas.
"Ten paciencia con todo aquello que no está resuelto en tú corazón e intenta amar el sentido de las buenas preguntas, como si fuesen habitaciones cerradas.. un día aparecerá la llave y entrarás y nada te será extraño."
No andes ahora buscando las respuestas, que no se te pueden dar porqué no podrías vivirlas. Trata de vivirlo todo y de mirar ese todo cara a cara, no intentes escapar de tí mismo. La aflicción se manifiesta de diferentes maneras, pero es algo significativo y lleva muchas experiencias para nosotros. Es mejor llevarnos bien con todo, porqué la vida es un cambio y los cambios siempre van acompañados de alguna pérdida. No se puede amar y pretender que no nos duela perder aquello que queremos. O nos pierden o perdemos, o les duele o nos duele. Pero también hay ahí un espacio para sonreír y volver a vivir.
Hay muchas explicaciones que nos facilitan la tarea, entonces caminaremos por las tareas que nos propone el Creador, y los otros aspectos, serán de nuestra propia cosecha.
Todos los maestros han sido seleccionados por las enseñanzas esenciales que trasmiten. A veces hablan en un lenguaje que va más allá y de una forma más profunda que nuestra razón; déjate llevar por ellos para que llegue la cálida brisa reconfortante, sin más, sin buscar demasiadas explicaciones, simplemente viviendo el tiempo, y por supuesto, compartiendo con los demás tales tesoros, yá sean con nuestros alumnos, hijos, nietos, sobrinos, amigos o vecinos. Será un momento de silencio en el alma entre todo el ruido cotidiano, en el que nuestro espíritu sonreirá y nos sentiremos un poco mejor.
Date un baño limpio de sabiduría.
La muerte, el duelo y los niños.
Éste tema en los niños es algo complejo porque su manera de elaborar el duelo está en relación con la manera de educar a ese niño para la vida. Es necesario y urgente abordar la vida. Enseñar al niño a perder y/a ganar, a renunciar y/a poseer, a tener y/a ceder, como un aprendizaje previo para que, cuando llegue la realidad doliente de la pérdida de un ser querido, sepa, por extensión, cómo renunciar y aceptar esa situación.
Un humilde mendigo nos contaba historias cuando éramos pequeños. Me fascinaba aquel momento en el que la mente intentaba superar un tremendo peligro en el que se encontraba cuando estaba dentro de una pesadilla. Muchos años después pude comprender aquella transmisión verbal, que para todos los niños, que aman siempre a los buenos espontáneamente y desearían ser como ellos, mientras que los ogros y las cuevas oscuras les caen pésimamente mal.
"Es preciso dar éstos pasos para comprender lo maravilloso de éste regalo que necesitamos muchísimo en nuestro paso por la vida: la fe es inquebrantable en el poder de la transformación."
Una fábula:
Era una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:
-He encargado que me fabriquen un precioso anillo, para el que he conseguido uno de los mejores diamantes del mundo. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en los momentos de desesperación total, y que ayude también a mis herederos y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje breve, de manera que quepa debajo del diamante.
-Todos los que escuchaban estaban instruidos, grandes eruditos: podrían haber escrito grandes tratados, pero no un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudiera ayudar en momentos de desesperación total.. Reflexionaron y buscaron en todos sus libros, pero no podían encontrar nada.
El rey tenía un anciano sirviente que lo había sido también de su padre. La madre del rey había muerto de joven, y fue éste sirviente el que cuidó de él. Por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:
-No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje que tienes que llevar en el anillo. Durante mi larga vida me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión conocí a un místico sufí. Fue invitado de tú padre, y mientras estuvo en palacio, me pusieron a su servicio. Antes de marcharse, y como un gesto de agradecimiento, me dió éste mensaje -el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey-. Pero no lo leas ahora -le dijo-, manténlo escondido y léelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres una salida a cierta situación.
Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido, y el rey perdió su reino y emprendió la huida en su caballo para salvar la vida mientras sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: delante de él se abría un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Yá podía escuchar el trote de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino..
De repente se acordó del papel, lo sacó, y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso. Simplemente decía: "Ésto también pasará".
Mientras leía "Ésto también pasará", sintió que se hacía a su alrededor un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o tal vez se hubieran equivocado de camino, pero lo cierto es que, poco a poco, dejó de escuchar el trote de los caballos. El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico sufí desconocido.
Aquellas palabras le habían resultado milagrosas. Dobló el papel, y lo guardó de nuevo. Regresó, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día en que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración.. y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.
-El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:
-En éste momento también es adecuado: ¡vuelve a leer el mensaje!
-¿Qué quieres decir? -preguntó el rey-. Ahora he vencido, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado y no me encuentro en una situación sin salida. "Ésto también pasará".
En memoria de un hermano, amigo y maestro.. que también me decía: "No te preocupes y sé feliz."
Assalamo Aleikum.