SOBRE las ENSEÑANZAS de las LEYES DIVINAS que RIGEN a las personas, los pueblos y los Estados. (Lecciones contextuales).
El estudio de las biografías de los Profetas (que la paz sea con ellos)- permite conocer las leyes divinas relativas al cambio, la evolución y el conflicto. También permite a los estudiantes tomar conciencia del largo y feroz conflicto que enfrentaba la Verdad contra la Mentira. Por añadidura, les enseña que la victoria la merecen únicamente la gente que cree en la Verdad. Todo ésto no aparece tan claro como aparece en la vida de los profetas (que la paz sea con ellos)- en su lucha con sus pueblos por medio de los argumentos, los razonamientos, las pruebas (emigración entre otras) y el esfuerzo realizado, hasta que Allah Todopoderoso les cedió la victoria.
A partir de éste esclarecido informe, las historias de los predecesores se convirtieron en un ejemplo para nosotros. Y si no fuera por la analogía y el aspecto repetitivo de las leyes históricas, no habría sido posible sacar enseñanzas de los eventos pasados. De ahí la importancia de los ejemplos dados en el Corán. Entre las enseñanzas que se podrían sacar de las biografías de los Profetas- (que la paz sea con ellos)- encontramos:
-El lamentable final de quienes acusan a los Mensajeros de ser mentirosos con la intención de acabar con ellos..
-El apoyo divino a los siervos creyentes..
-Las vicisitudes de la vida y la alternancia entre la penuria y el bienestar..
-La desaparición de los pueblos, bajo el efecto combinado de la opulencia, la corrupción, la injusticia y el despotismo..
-Las personas que son responsables de sus buenas y sus malas elecciones..
-La caída de las civilizaciones que está predeterminada..
-Los creyentes que están constantemente sujetos a las pruebas..
-El conflicto permanente entre la Verdad y la Mentira que es una realidad inmutable¹.
(¹) Sahih al-Bujārī, N° 6167.
Éste estudio breve, hará hincapié en éstas leyes y en éstas enseñanzas para alentar a los creyentes a seguir los pasos de los Profetas y de los Mensajeros.
El estudio de las biografías de los Mensajeros -(que la paz sea con ellos)- fue llevado con mucha diligencia, y podría animar a la gente a unificarse con su bendita procesión y seguir sus pasos. Además, los textos del Corán reflejan la voluntad divina de animar a los creyentes para unirse a la causa de los Profetas, según éstos dos versículos: "Quien obedezca a Allah y al Mensajero, ésos estarán junto a los que Allah ha favorecido: los profetas, los veraces, los que murieron dando testimonio y los justos. ¡Y qué excelentes compañeros! Ese es el favor de Allah. Allah basta como Conocedor." an-Nisa' (Mujeres): 69-70.
Rogamos a Allah que nos conceda Su bendición y Su Paraíso, y nos haga formar parte de ésta bendita élite, permitiéndonos alcanzar el rango adecuado, aunque nuestras obras y nuestra condición no estén a su altura. Según Anas -(que Allah esté complacido con él)- cuenta que: "Un hombre preguntó al Profeta, sobre la Hora (es decir, el Día del juicio) diciendo: ¿Cuándo será la Hora? El Profeta respondió: ¿Qué has preparado para esa cita? El hombre respondió: "Nada excepto que amo a Allah y a Su Mensajero." El Profeta dijo: Estarás con los que amas. Y Anas proclamó: "Por lo tanto, amo al Profeta, a Abu Bakr y/a Omar, y espero estar con ellos debido a mi amor por ellos, aunque mis obras no son similares a las suyas".
Comentando los atributos divinos enumerados al final de la Sura de el Discernimiento, el difunto al-Ssaʻadī exclama: "¡Qué nobles son éstos atributos, éstas voluntades y éstas aspiraciones! ¡Cuán puros son éstos corazones, éstas almas y ésta hermosa flor y nata de la humanidad! ¡Cuán piadosos son éstos ilustres personajes! Allah había revelado generosamente a Sus siervos sus atributos, su condición, su voluntad y sus recompensas, para que de todo corazón aspiraran a ser como ellos, para que se esforzaran por imitarlos y rezaran a Aquel que los había colmado con Sus bendiciones. Aquel mismo cuyas Gracias están en todas partes, en todo momento y en todo lugar, para guiarlos tal y como Él había guiado a Sus Profetas, y para educarlos tal como Él los había educado. ¡Alabado seas, oh Allah! ¡A Ti nos quejamos, y a Ti te imploramos ayuda! ¡No existe fuerza ni poder excepto en Ti! No podemos por nuestra propia voluntad repeler ningún daño, ni atraer ningún beneficio, ni hacer ningún bien sin Tu ayuda, aunque tuviera el peso de un átomo. Nuestra impotencia es patente en todos los niveles. Reconocemos qué, si nos dejaras a nuestra suerte, aunque sea sólo por un instante, nuestra debilidad y nuestros pecados se desvelarían a plena luz del día. Confiamos sólo en Tu Misericordia, en virtud de la cual nos creaste, nos diste el sustento y nos llenaste de Tus aparentes y ocultas Gracias. Concédenos Tu misericordia, para que podamos prescindir de cualquier otra clemencia, excepto la Tuya. Cualquiera que Te venera y pone sus esperanzas en Ti nunca será decepcionado".
Características de los Profetas y de los Mensajeros.
Los Profetas -(que la paz sea con ellos)- son el buque insignia y los maestros de la humanidad. Procediendo de la descendencia de Adán, se caracterizan por las cualidades humanas de su especie. Sin embargo, Allah los favoreció, al escogerlos como Sus mensajeros para la gente. Se distinguen, pues, por ciertas características exclusivas, sin alejarse de su naturaleza humana y su culto a Allah. El Altísimo dijo por medio de los Mensajeros que discutían con sus respectivos pueblos: "Les dijeron los mensajeros: No somos más que seres humanos como vosotros, sin embargo Allah favorece a quien quiere de Sus siervos y no nos pertenece traeros ninguna prueba clara si no es con permiso de Allah. Que en Allah se confíen los creyentes.". Sura Ibrahim: 11. Entre las muchas sabidurías que nosotros somos incapaces de comprender, hay una que respalda la elección de los Profetas de entre los seres humanos. De lo contrario, no habría razón para tenerlos como ejemplo y sacar esas enseñanzas de sus biografías.
Los ulemas analizaron las características de los Profetas (que la paz sea con ellos) para que podamos valorarlos como es debido, brindarles respeto, amor y devoción, y aprender de sus vivencias. Antes de repasar las características de los Profetas -(que paz sea con ellos)-, conviene detenerse en sus cualidades humanas, las mismas que sus respectivos pueblos se negaron a admitir, como lo demuestra éste verso: "Y lo que impide a los hombres creer cuando les llega la guía es que dicen: ¿Es que Allah ha mandado como mensajero a un ser humano?" al-Isra' (El Viaje Nocturno): 94.
¡Cuán ignorantes son éstos pueblos de incrédulos! No supieron cómo darse cuenta de la grandeza de ésta Gracia que Allah les había concedido, enviándoles Mensajeros de entre ellos, es decir, humanos, de su propia especie. Los ingratos, se sorprendieron de ésta gran Gracia pese a que era tan piadosa y tan compasiva con los creyentes que son sumamente capaces de captar el mensaje divino que les había sido transmitido por personas como ellos. Si Allah les hubiese enviado ángeles u otras criaturas que no fueran de su propia especie, la comunicación no habría sido posible entre ellos. Incluso se habrían quejado argumentado ésta diferencia entre las especies, para rechazar el mensaje transmitido. En ambos casos, la negativa de aceptar la palabra divina se basa en la pasión mundanal. ¡Allah no lo permita!
Las características humanas que tienen los Mensajeros son:
Tienen cuerpo, también tienen necesidades biológicas cómo (alimento, bebida, etc. y se casan, tienen hijos, padres, madres y parientes..)
-Como todos los seres humanos, también sufren de las enfermedades, de las desgracias, su cerebro se caracteriza por el olvido y también necesitan dormir..
-Experimentan sentimientos de alegría, tristeza, satisfacción e ira..
-Se someten a pruebas. Mejor aún, se someten a más prueban que los demás humanos..
-Son incapaces de conocer lo inescrutable, excepto lo que Allah se digna de enseñarles..
-Realizan diversos trabajos y actividades (pastoreo, comercio, fabricación de útiles, etc.)
-No poseen ningún atributo divino. Como siervos de Allah, cumplen perfectamente sus deberes como tales, y no se atribuyen a ellos mismos ningún poder excepcional y confían absolutamente en Allah.
Sin embargo, como seres humanos, encarnan la perfección humana. Es Allah quien los eligió y Él es quien se ocupó de su educación. Por tanto, sus corazones son los más puros, su inteligencia es la más brillante, su moralidad es la más notable, y su conocimiento, así como su devoción a Allah son los más cumplidos. Incluso se distinguen de sus semejantes por su apariencia y su físico, tal y como viene en éste verso: "... Allah sabe mejor donde pone Su mensaje..." al-An'am (El Rebaño): 124.
Todas éstas características son comunes en todos los seres humanos. Sin embargo, por Su omnisciencia y Su infinita sabiduría, Allah había favorecido a ésta élite otorgándole la profecía y el mensaje. Por tanto, los Mensajeros se caracterizaban por unas cualidades que los distinguían de las demás personas. Cualidades que los hacían superiores a todos los humanos y merecedores del respeto, del amor, de la obediencia y la sumisión incondicional a su mensaje. Cada pueblo, pues, debe obedecer a su Profeta, mediante el respeto a sus leyes.
Dichas características propias de los Profetas se podrían resumir de la siguiente manera:
La Revelación y el Mensaje que Allah concedió a los Profetas sobre el privilegio de Su revelación. El Altísimo dice: "Allah escoge mensajeros entre los ángeles y entre los hombres. Es verdad que Allah es Quien oye y Quien ve." al-Haŷŷ (La peregrinación): 75.
"Di: No soy más que un ser humano como vosotros, me ha sido inspirado que vuestro dios es un Dios Único..." al-Kahf (La Cueva): 110
La Revelación implica ciertas particularidades, por las cuales los Profetas se habían destacado de otras personas: Allah les habló a algunos de ellos, y hubo una intercomunicación entre ellos y ciertos ángeles. Entonces, Allah les reveló algunos misterios ocultos, como es el caso del Viaje Nocturno del Profeta Muhammad, (s.a.w.s.). De todas las características propias de los Profetas, ésta es la más importante de ellas. De hecho, implica la necesidad de obedecer a los Profetas, yá que el mensaje que estos últimos se habían dedicado a difundir era una revelación. De ahí, también la necesidad de respetar su persona, sus obras y sus mandamientos, y no ensombrecer nunca sus palabras o sus acciones.
La infalibilidad.
Ésta es la segunda característica que distingue a los Profetas de los demás seres humanos. Es una de las principales condiciones de la revelación y del mensaje con la que fueron complacidos los Profetas. Son, pues, infalibles en todos las doctrinas y las disposiciones que transmiten a las personas. Si cometen cualquier error, yá sea verbal o material, de inmediato Allah desaprueba su conducta, y no tardan en arrepentirse. Éstos errores no hacen más que engrandecer su mérito, yá que los hacen aún más concienzudos. Un sabio enfatiza sobre éste tema de la siguiente manera: "Sepan que los desviados en materia de infalibilidad se dividen en dos categorías, las cuales en ciertos puntos toman una posición contraria al Corán. Referente al rechazo de admitir que los Profetas podrían cometer pecados, los primeros buscan a toda costa interpretar los textos coránicos como les venga en gana, incluso arriesgándose a alterar las palabras de Allah. Parecen ignorar que el Corán no duda en relatar los errores cometidos por los Profetas, considerando que podría ser una oportunidad para arrepentirse, obtener el perdón divino y seguir adelante; En cambio, los segundos no se contentan con exagerar los llamados pecados, que fueron falsamente atribuidos a los Profetas, y de los cuales el Corán les había exonerado, sinó que les añaden otras falsedades que habían inventado de la nada acerca de los defectos y los errores que Allah les había preservado de ellos.
La postura de las dos categorías es, por lo tanto, opuesta al Corán. Cualquiera que siga el Corán, tal y como es sin hacer ninguna alteración, formaría parte de la comunidad intermedia. Además, será guiado por el camino recto, el de las categorías que Allah ha colmado con Sus gracias (Profetas, veraces, testigos y virtuosos).
Aquí, es importante para nosotros insistir en la infalibilidad del camino que preconizan para la humanidad, el cual procede de la revelación de Allah, el Altísimo. Quienes lo siguen tienen garantizada la seguridad, la salvación y el poder, yá que están protegidos de las deficiencias que puedan afectar los planes trazados por los humanos. Antes de pasar a otro tema, convendría llamar la atención sobre dos aspectos importantes:
-En primer lugar, es necesario apreciar a los Profetas por su valor y expresarles el respeto que merecen, sobre todo a aquellos que Allah les había desaprobado en su tiempo por ciertos errores que habían cometido, animándolos a renunciar y/a arrepentirse de ellos. Sobre todo, porqué dichos errores no afectan de ninguna manera a su infalibilidad, ni tampoco podría menospreciarlos, yá que Allah se dignó a aceptar su arrepentimiento y los llevó por el camino correcto. Entonces, desde ésta perspectiva deberíamos entender el siguiente hadiz: "Ningún creyente debe decir: Soy mejor que Yūnes, hijo de Matta". Así que cuidado con aquellos que los subestiman o dudan de su sinceridad."
En segundo lugar, hay que desconfiar de los relatos transmitidos por un gran número de exégetas que son contrarios y partidarios de los señores de Sión, yá que confunden los relatos de los Profetas del Corán, pese a que son degradantes, desprestigian la imagen de los Profetas, atentan contra su dignidad y contradicen su infalibilidad. En consecuencia, cualquier información sobre el pasado, debemos únicamente aceptar la que nos aporta el Corán o la Sunnah "Sahīh", con exclusión de todas las demás informaciones que son solo invenciones. En éste punto, al- Ssa'dī no pudo ser más categórico: "Ya hemos advertido contra el uso de los relatos de israelitas para explicar el Corán, incluso si la información que aportan es verosímil. Porque, todo lo que relata el Corán es perfectamente veraz y exacto, en cambio las aportaciones de esos otros relatos no gozan de mucha fiabilidad. Por lo tanto, las dos fuentes son incompatibles y no pueden igualarse".
Si los ojos de los Profetas duermen, sus corazones nunca duermen.
Según Anas ibn Mālik, quien relata el hadiz del Viaje Nocturno: "Los ojos del Profeta duermen, pero su corazón no duerme. Así son también los Profetas, sus ojos duermen, pero sus corazones no duermen".²
(¹). Sahih Al-Bujārī, N°. 3395
(²). Sahih Al-Bujari, N°. 3570
El Profeta,, dijo de sí mismo: "Nosotros los Profetas, nuestros ojos duermen y nuestro corazón no duerme". Lo que confiere a las visiones de los Profetas la peculiaridad de ser revelaciones veraces a las que hay que hacer caso. Por lo tanto, le debemos obediencia y credibilidad.
Elegir estando al borde de la muerte.
Se comenta que 'Ayšha -(que Allah esté complacido con ella)- dijo: "Escuché al Mensajero de Allah decir: No hay ningún Profeta que, estando enfermo, no haya sido sometido a una elección entre la vida y el más allá"¹. También, se había escuchado al Profeta, durante sus últimas agonías, recitar éste verso: "Quien obedezca a Allah y al Mensajero, ésos estarán junto a los que Allah ha favorecido: los profetas, los veraces, los que murieron dando testimonio y los justos. ¡Y qué excelentes compañeros!" an-Nisa' (Las Mujeres); 69.
Un Profeta se entierra donde muere.
En un hadiz sahih, el Profeta,, dice: "Ningún Profeta fue enterrado lejos del lugar donde se murió". Entonces, sus compañeros -(que Allah esté complacido con ellos)- enterraron al Mensajero, en la habitación de Ayšha que era el lugar en donde murió.
Su cuerpo no se descompone después de la muerte.
Entre las gracias que Allah había concedido a Sus Profetas y Mensajeros, está la preservación de sus cuerpos contra la descomposición después de la muerte. Un hadiz referente a éste tema dice: "Allah ha prohibido a la tierra descomponer el cuerpo de los Profetas".
Siguen vivos, en sus tumbas.
En un hadiz Sahīḥ, el Profeta dice: "En sus tumbas, los Profetas siguen vivos y rezan". Se confirma también de fuentes fiables que el Profeta dijo: "El día de mi Viaje Nocturno, me encontré con Musa (Moisés) cerca del Monte Nebo. Estaba rezando en su tumba". Referente al modo de vida que llevaban dentro de sus tumbas, no podemos pronunciarnos sobre eso porqué es algo que pertenece al Incognoscible. Según fuentes creíbles, el Profeta Muhammad, (s.a.w.s.) dijo: "Debemos creer en ellos, sin tratar de descubrir su secreto. Aun así, ésta vida intermedia no se parece en nada a la que habían llevado aquí abajo. Por lo tanto, no se les debe preguntar en sus tumbas, ni pedirles ayuda, yá que son incapaces de favorecer o dañar a las personas". El Altísimo dice: "Y no invoques fuera de Allah aquello que ni te beneficia ni te perjudica, porque si lo hicieras, serías de los injustos." Yūnus (Jonás): 106.
Los profetas no dejan herencia.
Abu Hurayra dijo que: "El Mensajero de Allah, dijo: Nosotros, los Profetas, no dejamos ninguna herencia. Todo lo que puedo dejar, después de restar los gastos de mis empleados y de mis esposas, es una dádiva".
La primera persona del plural (nosotros) que designa al colectivo de los Profetas, no aparece en las versiones de los dos Imames; al-Bujarī y de Muslim, quienes citan: "Los Profetas no dejan herencia. Lo que dejan es una dádiva". Al-Imam ibn Hajar, después de analizar éste hadiz, señala que algunos imanes han rechazado la expresión comúnmente utilizada en los trabajos de los ulemas sobre los fundamentos de la religión, en éste caso "Nosotros los Profetas, no dejamos ningún legado". Es lo mismo para el pronombre, nosotros, que se refiere a una entidad específica. Sin embargo, éste hadiz fue relatado por an-Nisā'ī, según ibn 'Unayna, según abi al-Zinād, en éstos términos: "Nosotros los Profetas, no dejamos herencia". También ha sido transmitido por Mohammad ibn Mansür, quien lo había reportado de ibn 'Uyayna. La misma versión se encuentra en el Musnad de al-Hamīdī, relatada por Ibn 'Uyayna. Luego fue retomado por al-Haytam ibn Kulayb, en su libro "El Gran Musnad", según Abu Bakr al-Ssiddīq, y por al-Tabarānī en su libro "Mu'jam al-Awsāt". En cuanto al-Dāraqtanī, lo reporta en "al-'Ilal", según Umm Hani', según Fátima, según Abu Bakr al-Ssiddīq -(que Allah esté complacido con todos ellos)-, de la siguiente manera: "Los Profetas no dejan herencia".
Para ibn Battāl, y otros ulemas, la razón por la que Allah les había enviado era para que transmitieran Su mensaje, y les había ordenado que no recibieran ninguna recompensa a cambio de ello, en virtud de éste verso: "Di: "No os pido recompensa por ello" Sura (La Consulta): 23. Además, Nuh e Ibrahim, y los demás, habían declarado explícitamente a sus respectivos pueblos que no recibían ninguna remuneración por sus acciones. Por lo tanto, Allah, el Altísimo, les había prohibido tener herencia, para que la gente no creyera que sólo buscaban acumular riquezas, para luego dejársela a sus herederos. El Altísimo dice: "Y Salomón heredó de David..." al-Nnaml (Las hormigas): 16. Para los exegetas, la herencia de la que se hace mención en éste versículo, se refiere exclusivamente a la ciencia y a la sabiduría. Lo mismo que ocurre con Zakaria: "Temo por mis parientes cuando yo no esté; y mi mujer es estéril, concédeme de Tu parte un hijo que sea mi heredero y herede de la familia de Yaqub y hazlo, Señor, complaciente." Mariam: 5-6. Ibn 'abd al-Bär señala que ésta cuestión dividió a los ulemas, aunque la opinión más difundida era la que estipulaba que los Profetas no dejaban herencia.
En su libro "Al-Fath al-Rabbānī", el difunto al-Ssä'ätī argumenta qué: "Según los ulemas, si los Profetas no habían dejado un legado, era para disipar todas las sospechas sobre sus verdaderas intenciones. En efecto, si tuvieran la libertad de legar su herencia a sus herederos, la gente habría pensado que buscaban enriquecerse para hacer que sus herederos se beneficiaran de los bienes que habían acumulado. También, para que sus herederos no les desearan la muerte lo antes posible, con el propósito de beneficiarse antes de la herencia. Quizás, también, por la propia condición del Profeta, que era considerado como un padre para toda su comunidad, y por consiguiente Su legado debería, pues, beneficiar a todos. De ahí viene el principio de la caridad pública".
Allah los prepara para predicar Sus mensajes.
Con el fin de prepararlos para que puedan dirigir sus comunidades, Allah había atribuido a Sus Profetas y/a sus Mensajeros unos privilegios que los distinguían de los demás mortales: moralidad eminente, sabiduría, determinación, devoción, sólida creencia.. Ibrahim -(que la paz sea con él)- es el perfecto ejemplo de todas éstas cualidades. En efecto, el Altísimo le dio un apoyo indefectible y una personalidad ejemplar, como podremos en otros artículos.
La religión de los Profetas y de los Mensajeros es la misma y su Mensaje es el mismo.
-Uno de los pilares de la fe es creer en los Profetas y en los Mensajeros. De hecho, ésto se cumpliría sólo si el siervo creyera que Allah los había enviado a todos para guiar y dirigir a la humanidad y sacarla de las tinieblas a la luz. De igual modo, debería creer en que el mensaje que transmiten, de la manera más elocuente y más clara posible, es revelado todo por Allah. Paralelamente, deberían creer en que los Profetas y los Mensajeros cumplen fielmente su misión, y que van pregonando sus enseñanzas a la comunidad, y luchando por la causa de Allah.
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(¹). Sahih Al-Bujari, N°. 4586
(²). Sunan Abu Dawud, N° 1047
(³). Sahih Muslim, N° 2375
(⁴). Musnad d'Ahmed, 5/463; Sahih Muslim, N° 1760/ 2. Sahih Muslim, N° 1757.
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El Altísimo dice: "El Mensajero cree en lo que se le ha hecho descender procedente de su Señor y los creyentes (con él). Todos creen en Allah, en Sus ángeles, en Sus libros y en Sus mensajeros: "No aceptamos a unos mensajeros y negamos a otros"." al-Baqarah (La Vaca): 285.
"La virtud no consiste en volver el rostro hacia Oriente u Occidente; el que tiene virtud es el que cree en Allah, en el Último Día, en los ángeles, en los Libros y en los profetas, el que da de su riqueza, a pesar del apego que siente por ella, a los parientes, huérfanos, necesitados, hijos del camino, mendigos y para liberar esclavos; el que establece el salat y entrega el zakat; el que es fiel a los compromisos cuando los contrae; el paciente en la adversidad y en la desgracia y en los momentos más duros de la lucha.
Esos son los veraces y ésos son los temerosos." Al-Baqarah (La Vaca): 177.
Esos son los veraces y ésos son los temerosos." Al-Baqarah (La Vaca): 177.
En la Sunnah encontramos éste hadiz del profeta -(que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él)- que dice lo siguiente: "La fe es creer en Allah, en Sus ángeles, en Sus libros, en Su encuentro, en Sus Mensajeros y en el día de la resurrección". (Sahih de Al-Bujārī, N°. 48).
(La fe solo se cumple si se cree en Allah, en Sus ángeles, en Sus libros, en Sus Mensajeros, en el último día, en todos Sus Mensajeros que fueron enviados a la humanidad y en todos los libros que Él ha revelado.)
La creencia en los Profetas de Allah, Exaltado sea, se cumple solo si el siervo cree en todos ellos sin excepción, yá sean aquellos cuya historia nos fue contada por Allah, o aquellos cuya historia no nos fue relatada. De hecho, el Altísimo yá nos había informado que la historia de algunos Profetas no se había mencionado en el Corán. El Altísimo dice:
"Es verdad que antes de ti ya habíamos enviado mensajeros; te hemos dado noticias de algunos de ellos y de otros no, a ningún mensajero le correspondió traer ningún signo sin que fuera con el permiso de Allah y cuando la orden de Allah llegaba, se decidía con la verdad, siendo la perdición de los que atribuían falsedades." Ghafir (El que Perdona): 78.
Un sabio dijo: "Creemos en los Mensajeros cuyo nombre fue mencionado en el Corán. Creemos que Allah los había elegido como Mensajeros y Profetas y que su nombre solo lo conoce Aquel que los había enviado. Creemos en Muhammad. Nuestra creencia en él difiere de la de los otros Mensajeros: creer en los demás Mensajeros, significa creer que son veraces, en cambio, creer en Muhammad es afirmar que es veraz, que es sincero y está resuelto a transmitir el mensaje que le fue revelado. Si obedecéis sus enseñanzas, entonces habréis cumplido con vuestras obligaciones, observando lo lícito, y evitando lo ilícito, resistiendo a los actos comprometedores y apremiando a hacer el bien".
También dice: "Quien obedece únicamente a un solo Mensajero, obedece a todos los Mensajeros. Quien tiene fe en uno de ellos, tiene fe en
todos ellos. Quien desobedece a uno de ellos, en realidad los desobedece a todos ellos, y quien desmiente a uno de ellos, los desmiente a todos ellos. Porqué todo Mensajero da crédito al que le había precedido, diciendo: "Él es un Mensajero veraz", y por eso impulsa a la gente a obedecerle. Quien reniega de un Mensajero, reniega correlativamente a quien cree en él, y quien lo desobedece, desobedece a quien ordenó obedecerle".
El Islam es la religión de todos los Profetas.
Allah, el Altísimo, dice: "Antes de ti no enviamos ningún mensajero al que no le fuera inspirado: No hay dios excepto Yo. ¡Adoradme! (al-Anbiya' (Los Profetas): 25.
El islam es la religión de todos los profetas. Desde la llegada de Adán a la tierra, nunca se había dejado de defender ésta religión, que significa la entrega total de uno mismo a Allah, la creencia en Su unicidad y Su adoración, sin asociarle a nada. Durante diez siglos, sus descendientes abrazaron la misma fe, hasta que la idolatría hizo su aparición entre la gente de Nuh, quien fue enviado por su Señor a predicar el islam. Desde entonces, varios Mensajeros se habían sucedido pasando el uno al otro la antorcha de la verdad, para transmitir los preceptos del islam a sus respectivos pueblos, y hacer frente a los ataques de los incrédulos, cada vez que las luces del islam corrían el peligro de apagarse.
El Altísimo dice: "Realmente la práctica de Adoración ante Allah es el Islam. Los que recibieron el Libro no discreparon sinó después de haberles llegado el conocimiento, por envidias entre ellos. Y quien niega los signos de Allah... Cierto es que Allah es Rápido en la cuenta." Al 'Imran (La familia de Imrán): 19.
De una manera general, el islam, como religión e historia, surgió desde que apareció la humanidad sobre la faz de la tierra. Por consiguiente, desde éste punto de vista, es la religión de todos los Profetas. Pero en su sentido particular, se refiere específicamente al islam que le fue revelado a Muhammad, y que encierra los dos sentidos, por una parte, la Unicidad y el rechazo a la idolatria, y por otra, las leyes y las disposiciones de la comunidad. De hecho, éstas disposiciones habían trazado una línea de demarcación entre lo lícito y lo ilícito, acabando así, con los impedimentos que anteriormente frenaron el impulso de los pueblos hacia la liberación. Asimismo, éstas disposiciones constituyen una legislación perfecta e integral, que trasciende el tiempo y el espacio. De hecho, el siguiente hadiz de
Muhammad confirma lo dicho anteriormente: "De todos los hombres, soy el más digno de Isa (hijo de Mariam), aquí abajo y en el más allá. Los Profetas son hermanos de un solo padre y de madres diferentes, pero su religión es la misma". (Sahih de Al-Bujārī, N°. 3443; Sahih Muslim, N°. 2365).
Y es que los Profetas son unánimes en creer en la Unicidad, el islam, los fundamentos de la fe y la moral, pero sus leyes son diferentes las unas de las otras.
El Altísimo dijo de Nuh: "Recítales la historia de Nuh cuando dijo a su gente: ¡Gente mía! Si no podéis soportar mi posición y que os llame al recuerdo con los signos de Allah.. en Allah me apoyo. Decidid lo que vayáis a hacer encomendándoos a los dioses que asociáis (con Allah), hacedlo abiertamente y llevadlo a cabo en mí sin más demora. Y si os apartáis.. Yo no os pedí ningún pago, mi recompensa incumbe únicamente a Allah. Se me ha ordenado ser de los que están sometidos." Yūnus (Jonás): 71-72.
Dice de Ibrahim -(que la paz sea con él)-: "¿Y quien, sinó aquel que se rebaja a sí mismo, puede rechazar la religión de Ibrahim? Lo escogimos en ésta vida, y en la Última, estará entre los justos. Cuando su Señor le dijo: ¡Sométete! Dijo: Me someto al Señor de los mundos. Y ésto fue un legado que Ibrahim dejó a sus hijos. Y lo mismo hizo Yaqub (cuando dijo): ¡Hijos míos! Allah os ha elegido la práctica de Adoración, no muráis pues sin ser musulmanes." al-Baqarah (La Vaca): 130-132.
Dice de Musa -(que la paz sea con él)-: "Y dijo Musa: ¡Gente mía! Si creéis en Allah confiaros a Él, si es que sois sumisos." Yūnus (Jonás): 84. Él dice de los seguidores de Isa: "Y dijo Musa: ¡Gente mía! Si creéis en Allah confiaros a Él, si es que sois sumisos." al-Ma'ida (La mesa servida): 111. Dice de los profetas anteriores: "Es cierto que hicimos descender la Torá, en la que hay guía y luz. Con ella emitían juicios los profetas, aquéllos que se sometieron, así como los rabinos y doctores para los que practicaban el judaísmo; siguiendo el mandato de proteger el libro de Allah, del que eran garantes con su testimonio. Y no temáis a los hombres, temedme a Mí, ni vendáis Mis signos a bajo precio. Aquel que no juzgue según lo que Allah ha hecho descender.. Esos son los incrédulos." al-Ma'ida (La mesa servida): 44.
Relata las palabras de Balkis: "... Dijo ella: ¡Señor mío! He sido injusta conmigo misma pero me someto, junto con Sulayman, a Allah, el Señor de todos los mundos." an-Naml (Las hormigas): 44.
Ante todo, el islam significa la sumisión únicamente a Allah. Quien se somete a otra supuesta divinidad es un incrédulo e idólatra. Y quien se niega a someterse a Allah es un arrogante que rechaza venerarlo. Ahora bien, tanto el impío como el arrogante desdeñoso son unos incrédulos. La sumisión únicamente a Allah implica adorarlo solo a Él, así como también obedecerlo solo a Él. Además, el islam es la única religión aceptada por Allah. Ésto implicaría imperativamente someterse, en cualquier acción y en cualquier momento, a sus mandatos. Si se ordena al creyente primero rezar con el rostro vuelto hacia la Kaaba, y luego se le ordena que lo haga orientando su cara hacia otra posición, las dos órdenes no son excluyentes, sinó que participan del espíritu mismo del islam, que es sinónimo de sumisión y obediencia. En ambos casos la veneración se cumple, aunque sus modalidades son variables, en éste caso, para la dirección de la oración. Pues, pasa lo mismo con los Profetas, sus leyes, ritos y los caminos a seguir pueden diferir los unos de los otros. En cambio, la religión que preconizan es la misma. Además, a veces las diferencias existen incluso en los preceptos impartidos por el mismo Profeta, sin que ello afecte a la coherencia del conjunto de su mensaje.
Umar al-Ašqar -(que Allah lo tenga en Su gloria)-, afirma al respecto lo siguiente: "Todos los mensajes transmitidos por los Profetas son revelados por Allah, el Omnisciente, el Sabio y el Conocedor. Es por eso que éstos mensajes trazan un solo y único camino, por donde pasaron los anteriores y los posteriores mensajeros". Mediante el minucioso estudio de la predicación de los Mensajeros que viene mencionada en el Corán, se concluye que la religión recomendada por los diversos Mensajeros es el islam: "Y quien desee otra práctica de Adoración que no sea el Islam. no le será aceptada y en la Última Vida será de los perdedores." Al Imrān (La familia de Imrán): 85.
En la terminología coránica, éste término no se refiere a una religión específica, sinó que cubre un campo más amplio, el de la confesión común, preconizada por todos los Profetas. De hecho, Nuh dijo a su pueblo: "Se me ha ordenado ser de los que están sometidos." Yūnus (Jonás): 72. El islam es la religión que Allah había ordenado a Ibrahim, el Patriarca de los Profetas para seguir y adoptar, "Cuando su Señor le dijo: ¡Sométete! Dijo:
Me someto al Señor de los mundos." al-Baqarah (La Vaca): 131. Igualmente, es la que Ibrahim había recomendado a sus hijos y/a Jacob, "Y ésto fue un legado que Ibrahim dejó a sus hijos. Y lo mismo hizo Yaqub (cuando dijo): ¡Hijos míos! Allah os ha elegido la práctica de Adoración, no muráis pues sin ser musulmanes." al-Baqarah (La Vaca): 132. Se menciona también, en la respuesta que los hijos de Jacob habían dado a su padre, "¿Acaso estabais allí, presentes, cuando le vino la muerte a Yaqub? Cuando dijo a sus hijos: ¿Qué adoraréis cuando yo ya no esté? Dijeron: Adoraremos a tu Dios y al Dios de tus padres: Ibrahim, Ismail e Ishaq, que es un Dios Único; y/a Él estaremos sometidos." al-Baqarah (La Vaca): 133, en las palabras que Musa sostuvo con su pueblo "Y dijo Musa: ¡Gente mía! Si creéis en Allah confiaros a Él, si es que sois sumisos." Yūnus (Jonás): 84, y cuando los apóstoles proclamaron su alianza con Isa, "Y cuando Isa notó rechazo en ellos, dijo: ¿Quién defenderá conmigo la causa de Allah? Entonces dijeron los más íntimos de los discípulos: Nosotros somos los defensores de Allah, en Allah creemos; da testimonio de que estamos sometidos." Al"Imran (La familia de Imrán): 52. Del mismo modo, cuando la Gente del Libro oyeron la recitación del Corán, "Y cuando se les lee, dicen: Creemos en él, es la verdad que procede de nuestro Señor; realmente ya éramos musulmanes." al-Qasās (El Relato): 53. En consecuencia, el islam es una gran noticia, que fue transmitida e inmortalizada por todos los Profetas y sus prosélitos, desde el principio de los tiempos hasta la predicación de Muhammad, (s.a.w.s.).
La unicidad: el primer dogma que apareció en la tierra.
El comienzo de la creación y Adán -(que la paz sea con él)- y Nuh -(que la paz sea con él) y el gran diluvio, queda demostrada ésta verdad, a saber: que la primera religión que había aparecido en la tierra fue el islam, dicha religión fue fundada en los principios de la unicidad y el reinado absoluto de Allah. Además de eso, hay pruebas contundentes que refutan todas las afirmaciones de los que se hacen llamar "Los ulemas de las religiones comparadas", así como de los evolucionistas, que afirman que la unicidad es una fase muy tardía del dogma, dado que fue precedida por la idolatría, el dualismo y la veneración de las fuerzas de la naturaleza, el alma, las estrellas, los planetas, etc..
Respaldados por ciertos propósitos oscuros, tales estudios fueron desarrollados en unas condiciones históricas, psicológicas y políticas muy precisas. Su objetivo en particular, era buscar cualquier medio para negar la existencia de las religiones reveladas, la revelación divina y los mensajes enviados por Allah a la humanidad. Según su planteamiento, las religiones fueron moldeadas por las personas, y por consiguiente su evolución sigue de manera simultánea con el desarrollo del pensamiento humano.
Cuando se había afirmado que la Llamada (la Da'wah) de todos los Profetas era la predicación del mismo mensaje, el cual inducía a la adoración de Allah y/a la creencia en Su unicidad, y partimos de una concepción integral de la adoración y de la unicidad, según la cual las personas rompen con la veneración de las falsas deidades para consagrarse a la veneración de Allah en el sentido más propio de la palabra, y no solamente reconocer y proclamar verbalmente Su unicidad, ni tampoco ejercer ciertos ritos aparentes, a modo de supuesta veneración, mientras, los corazones sienten devoción hacia otras deidades, aparte de Allah, el Altísimo, y que la fuente de sus leyes fuera distinta de la que Él había decretado.
La misión y la predicación de los Mensajeros va más allá de esta definición reduccionista de la unicidad y de la fe. De lo contrario, los Profetas no se habrían esforzado tanto haciendo tantos sacrificios para cumplir con su noble tarea.
La Llamada de los Profetas y la de los Mensajeros es la misma.
En éste apartado, trataremos de analizar lo que se entiende por unicidad de la Da'wah o la Llamada, predicada por todos los Mensajeros. Primeramente, tenemos la misma Llamada (Da'wah) para adorar a Allah, y que Sus diferentes enviados se hicieron eco de ella reiteradas veces: "Y a los Madyan, a su hermano Shuayb que dijo: ¡Gente mía! Adorad a Allah, no tenéis otro dios que Él, no quitéis en la medida ni en el peso...". Hūd: 84. Desde nuestro punto de vista, la adoración se define, como la total y absoluta sumisión a Allah, únicamente a Él, en todos los sentidos de la vida y en el más allá. De hecho, es también el significado lingüístico que encontramos en la palabra árabe al-'ibāda y sus derivados. Es cierto que el verbo 'abada significa someterse, obedecer y mostrar humildad; el adjetivo mu'abbad, que califica al camino llano, adopta el significado de asequible o de acceso fácil, y el verbo 'abbada, significa humillar y someter a alguien. Para la persona árabe, a quien se había dirigido el Corán por primera vez para recomendarle adorar 'ibada a Allah, el significado de éste término no fue limitado a unos simples rituales, yá que en esa época se predicaba únicamente en La Meca. Los ritos aún no habían sido prescritos. Pero se deducía de aquello, la obligación de someterse enteramente a Allah en todo, y eximirse de cualquier otra forma de obediencia a cualquier otra falsa divinidad.
La unicidad de la divinidad, del deísmo, del poder efectivo, en éste caso el divino, de las fuentes de las leyes, del camino a seguir en la vida, y de la autoridad a la que se debe obedecer, es la que merece todos los esfuerzos
que los Mensajeros de Allah habían hecho y todas las contrariedades que habían soportado, a través de los siglos. Sin embargo, Allah no depende de ellos, porque en gran medida prescinde de los universos. Por otra parte, para ser digna, decente y saludable, la vida humana se nutre de éste principio, cuyos efectos tonificantes se sienten en todos los ámbitos.
Parece que todos los Profetas se emplearon para sentar la misma religión, el islam. Su llamada (Da'wah) es por tanto la misma. De hecho, se esforzaban para poner fin al culto a los siervos, en beneficio del culto al Amo de dichos siervos. Asimismo, se esforzaron para sacar a las personas de la estrechez a la generosidad de la vida y/a los vastos horizontes de la fe. También se empeñaron en liberarlos de la gran injusticia de las religiones, para llevarlos al amparo del islam. Además, hay otros puntos comunes en los que todas las religiones han coincidido: los valores que están enraizados en la propia naturaleza del hombre. Todos los mensajes divinos no cesan de preconizarlos e insistir en su pleno carácter inmutable, como la unicidad, los fundamentos de la fe, el buen trato a los padres, la caridad hacia los huérfanos, la equidad, inducir a la generosidad y/a la devoción, así como la prohibición de la injusticia, del libertinaje, del homicidio (excepto si se basa en la ley), de la arrogancia y de la lujuria, y la prohibición de la traición..
Los mismos cimientos y varias bifurcaciones.
Excepto los fundamentos de la fe y de los valores inmutables, Allah, Exaltado sea, ha designado a cada Mensajero unas leyes específicas para su pueblo. Ésta legislatura es íntegra y completa, en su respectivo contexto, con respecto al receptor a quien iba dirigida. Igualmente, estas legislaciones diferían de un Profeta a otro, o incluso coincidían en ciertos puntos, hasta que Allah Todopoderoso decidió cerrar éste proceso, revelando a Muhammad, la más perfecta y la más completa de todas las legislaturas. Dicha legislatura se había distinguido por su carácter eterno, y cumple con todas las necesidades de los fieles en todo momento y en todo lugar, hasta que Allah herede la tierra y todo lo que hay en ella. Y es lo que expresa el siguiente verso "A cada uno de vosotros le hemos asignado un código legal y un camino de salvación" al-Ma'ida (La Mesa servida): 48, es decir, a cada comunidad le hemos instituido una legislación particular y un camino para seguir.
En cuanto a la diferencia que existe entre las legislaciones y su complementación en las leyes de Muhammad, 'Abdu al-Raziq 'Afiyi señala que: "Entre las reveladoras señales de la misericordia de Allah y los beneficios concedidos a Sus siervos, así como Su infinita sabiduría, que no deja a ninguno de aquellos contra quienes yá se había pronunciado el decreto, la posibilidad de impugnar indebidamente las sentencias divinas, sobre el hecho de conceder a cada uno de Sus Mensajeros una legislación integral que satisfaga todas las necesidades de su pueblo, asegurándole la prosperidad, la gloria y el sosiego, para convertirlo en un ejemplo a seguir para otros pueblos, gozando del bienestar aquí abajo y en el más allá. En éste hadiz, el Profeta Muhammad, resume perfectamente la noble tarea de sus predecesores: "Cada Profeta que me había precedido tenía el deber de guiar a su gente hacia lo que él sabía que era bueno para ella, y advertirla contra lo que él sabía que era malo para ella".
Referente a ésta comunidad, su legislación es la más perfecta y la más plena, y su Mensajero es el Sello de los Profetas. Y, por consiguiente, su legislación, seguirá vigente hasta el día de la resurrección. Abarca todos los intereses de éste mundo y del más allá y gestiona todos los asuntos, independientemente del tiempo y del lugar.
La importancia del relato de Ibrahim en el Sagrado Corán.
Se trata del relato más largo que hay en el Corán, después del relato de Musa -(que la paz sea con él)-. Ocupa más de la mitad del Corán, y los versos concernientes a éste relato fueron revelados tempranamente, durante el período de La Meca, y continuaron hasta el final del periodo de Medina. Ésto quiere decir, que el espacio que ocupa el relato de Ibrahim -(que la paz sea con él)- en el Corán es proporcional a su importancia para que el Noble Corán logre sus objetivos. Citemos algunos de ellos:
Ibrahim -(que la paz sea con él)- es el auténtico ejemplo de la humanidad.
Mediante la historia de Ibrahim -(que la paz sea con él)-, salen a la luz los principales rasgos de su sana e íntegra personalidad, hecho que lo convierte en el ejemplo que asume el compromiso total con el islam. El Altísimo dice: "... le dijo: Voy a hacer de ti un dirigente y un ejemplo para los hombres..." al-Baqarah (La Vaca): 124.
"y las de Ibrahim, el fiel cumplidor," an-Naŷm (la estrella): 37.. "Es cierto que Ibrahim reunía en sí todo lo bueno, era obediente a Allah y tenía una tendencia innata hacia la verdadera creencia sin haber sido nunca uno de los que asocian)." an-Nahl (Las abejas): 120.
La figura de Ibrahim se convirtió en uno de los más destacados símbolos de la unicidad de su tiempo, y de todos los tiempos. El Altísimo dice: "E hizo de ello una palabra que quedó en su posteridad para que pudieran volverse (a Allah)." az-Zujrūf (El lujo): 28. Hizo que ésta palabra fuera legada a sus hijos y/a toda su descendencia. Siendo fieles a las recomendaciones de su gran antepasado, sus descendientes se habían esforzado en transmitir dicha palabra a la posteridad. Y de éste modo, la fórmula de la unicidad "No hay más dios que Allah" pasó de una generación a otra hasta que logró la perpetuidad. Por su parte, un conjunto de Mensajeros también se había ocupado de hacer resonar dicha fórmula, desde los cuatro rincones de la tierra, y continúo resonando así, hasta el último miembro del linaje de Ismail -(que la paz sea con él)-. En cambio, el que era más cercano a él de toda su descendencia fue Muhammad. Él es el Sello de los Profetas y él fue quien defendió la unicidad y el culto exclusivo a Allah sin asociarle a nada. Además, hizo frente a todas las formas de la incredulidad, y luchó sin tregua para reforzar la unicidad de Allah.
La auténtica unicidad.
Se desprende claramente del relato de Ibrahim (PyB) que la religión de todos los Profetas, desde Ibrahim hasta la llegada de Muhammad, fue la pura unicidad, además de eso, la religión insiste en éste fundamental principio, y también en la sumisión total a la voluntad Divina, la cual fortalece la fe de los musulmanes en su religión, y la contemplan como el mejor dogma que haya existido jamás. El Altísimo dice:
"Luchad por Allah como se debe luchar por Él. Él os ha elegido y no ha puesto ninguna dificultad en la práctica de Adoración; la religión de vuestro padre Ibrahim, él os llamó antes musulmanes. El Mensajero es testigo para vosotros de ello así como vosotros lo sois para los hombres."al-Haŷŷ (La Peregrinación): 78. También dice: "¿Y quién es mejor en su Práctica de Adoración (Din) que aquel que ha sometido su rostro a Allah, hace el bien y sigue la religión de Ibrahim como hanif? Y Allah tomó a Ibrahim como amigo íntimo." an-Nisa' (Las Mujeres): 125. Incluso describe ésta religión como la correcta: "Esa es la Adoración recta Yūsuf) Yusuf : 40.
Asimismo, la historia de Ibrahim previene de toda desviación de la pura unicidad, para que cualquier persona, aunque fuera una de sus descendientes no corra el peligro de perder los vínculos que las unen a los Profetas.. ¿No hemos visto cómo Ibrahim desautorizó a su propio padre, cuando vio que se había desviado de su religión impregnada de Unicidad? "Y la petición de perdón que Ibrahim hizo en favor de su padre fue sólo por una promesa que le había hecho. Pero cuando vió con claridad que era un enemigo de Allah, se apartó de él. Verdaderamente Ibrahim era suplicante y paciente." at-Tawbah (El Arrepentimiento): 114.
¿Qué se puede decir entonces de aquellos que se habían desviado de la religión de Ibrahim en las posteriores generaciones?
El relato de Ibrahim -(que la paz sea con él)- es por tanto una respuesta a todos aquellos que se alejan de la religión de la unicidad.. ejemplo de ello, tenemos a los idólatras árabes, judíos y los cristianos que habían negado el mensaje de Musa e Isa -(que la paz sea con ambos)-. Incluso, llegaron a instrumentalizar la religión para dar un toque de sacralidad su hegemónica ambición, con el fin de dominar y controlar a la humanidad.
De igual manera, el relato de Ibrahim muestra sin lugar a dudas que éstas personas no profesaban la religión de Ibrahim. Además, no eran los seguidores del Amigo de Allah, ni tampoco sus herederos. De la misma manera, no había ningún vínculo que los uniera con él. Porque su legado se lleva a cabo y se perpetúa en el tiempo, exclusivamente, por la fe. El Altísimo dice: "En verdad los más dignos de (llamar suyo a) Ibrahim, son los que le siguieron, éste Profeta y los que creen. Y Allah es Protector de los creyentes." Al-Imran (La familia de Imrán): 68.
Los inquebrantables lazos unían a Ibrahim con los musulmanes.
Adicionalmente, el relato fortalece aún más los lazos que unían a Ibrahim -(que la paz sea con él)- el antepasado de los Profetas, con los musulmanes, los seguidores del Sello de los Profetas, Muhammad. Por lo tanto, no es pura casualidad que el nombre de Ibrahim se mencione sesenta y nueve veces, en veinticinco Suras.. tanto en las Suras mecanas como en las Suras medinesas, y que su historia se repita en diecisiete partes del Corán. Vale decir, que éste Profeta, en calidad de una de las principales figuras de la unicidad, además de ser una de las personalidades más representativa del islam y un buen ejemplo para los musulmanes, siempre estará presente en la memoria de los musulmanes. Y es lo que demuestra de manera clara éste comentario sobre el relato de Ibrahim, relatado en la Sura al- An'am (Los rebaños): 90.. y que iba dirigido a Muhammad: "A éstos ha dirigido Allah. ¡Sigue, pues, Su dirección!". El mismo sentido lo encontramos en la Sura Mariam :41: "Y recuerda en la Escritura a Ibrahim. Fue veraz, profeta".
Tanto las oraciones obligatorias como las rogatorias, arraigan ese sentimiento en el corazón de los musulmanes. La oración "salāt", es el segundo de los cinco pilares del islam, que se realiza con el rostro vuelto hacia la noble Kaaba, construida por el propio Ibrahim -(que la paz sea con él)-, y termina con la invocación de Ibrahim, después de la profesión de fe. De igual modo, los ritos de la peregrinación desempeñan el mismo papel. Comienzan con la purificación y la consagración ritual, al-ihrām, que se caracteriza por ésta invocación: "Oh Señor, aquí estamos a tu servicio... etc". Dicho ruego, se pronuncia en respuesta a la Llamada que había hecho Ibrahim por orden de Allah para llamar a la gente a la peregrinación. El Altísimo dice: "Y llama a la gente a la Peregrinación..." al-Hayŷ (La Peregrinación): 27. Y terminan con la circunvalación (at-Tawaf) alrededor de la noble Kaaba.
Asimismo, hay otros ritos de la peregrinación que dejan grabados en la memoria colectiva de los musulmanes los nombres de Ibrahim, Ismail y Agar -(que la paz sea con ellos y con ella)- como el recorrido que hacen los peregrinos entre las montañas de aş-Şafā y al-Marwā, el pozo de Zamzam, la estancia de Ibrahim, el sacrificio que hacen en Minä con el reconocimiento al gran sacrificio de Ibrahim entre otros. Según al-Tirmīdī, ibn Mas'ūd -(que Allah esté complacido con él)- dijo: "El Mensajero de Allah dijo: "La noche de mi viaje nocturno, me encontré con Ibrahim. Él me dijo: "Oh Muhammad, saluda a tu pueblo de mi parte y dile que el suelo del Paraíso es fértil, su agua que emana de los fondos es dulce, y su plantación es inconmensurable, abundante y muy verde".
Las características de los ángeles y sus funciones. El relato de Ibrahim pone de relieve ciertas características y funciones de los ángeles. La creencia en estos seres, como sabemos, forma parte de nuestra fe en la religión islámica. Éstas características quedaron demostradas cuando los emisarios de Allah llegaron a la casa de Ibrahim para anunciarle el inminente nacimiento del niño sabio, Isaac, y le anunciaron también, que será seguido de Jacob. En ésta historia, queda claro que los ángeles no comen, ni beben, tienen la capacidad de adoptar la forma humana, y entre otras de sus cualidades, son seres nobles, que nunca desobedecen las órdenes divinas y cumplen los mandatos que se les manda hacer.
Alhamdulillah.
Continúa en "LA INTEGRIDAD DE IBRAHIM".
Assalamo Aleikum.