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jueves, 19 de diciembre de 2024

EL ESTILO de VIDA ESPIRITUAL. ¿Qué es?

EL ESTILO de VIDA ESPIRITUAL. ¿Qué es?
El concepto al respecto es el siguiente:
Allah Todopoderoso creó al hombre como un ser espiritual, con una naturaleza noble.
Y decimos: La sustancia, junto con ésto, se divide en dos partes, la espiritual y la física. La primera y más importante es la espiritual, que es del mundo más elevado, y la materia brusca, que es la primera forma "natural." El primero es el elemento espiritual, después la mente-alma, y luego la naturaleza, el elemento y los principios.

<Todos ellos, y los primeros tipos que no tienen tipos, y los primeros que son indivisibles.>

(Entonces, el hombre está compuesto de cuerpo, alma y espíritu.)

El espíritu humano es lo que nos distingue de los animales, y es por su potencia, es decir, por la acción de la razón.

Descubrimos la naturaleza y sus leyes y las utilizamos en las ciencias y las artes.

El conocimiento y el método de una persona para expresar sus emociones pueden ser constructivos y unificados, o
destructivos e incoherentes.

La fuente de la educación y guía del espíritu humano reside en las verdades y normas espirituales que Allah Todopoderoso da a Sus siervos a través de Sus enseñanzas reveladas a Sus grandes mensajeros como Ibrahim, Moisés, Jesús, Muhammad, (paz y bendiciones para todos) que vinieron en diferentes épocas organizados según el nivel del desarrollo de las sociedades humanas y el grado de su preparación y según las necesidades de las personas en esa época.
En consecuencia, la persona espiritual es aquella que toma la decisión consciente y deliberada de vivir una vida que le asegure un mejor crecimiento, integrando en su formación humana los aspectos de su realidad física, emocional, intelectual y espiritual, integrándolos con la Espiritualidad y las enseñanzas reveladas en esas circunstancias prevalecientes. Al hacer ésto, personas como éstas se acercan a la verdad dentro de sí mismos, a la verdad de sus demás pares y a su Creador, Gloria a Él. Todo ésto se logra gracias a nuestro uso de diversos aspectos del conocimiento, el amor y la voluntad combinados con la disciplina espiritual e intelectual y unas buenas obras puras.

Puede resultar interesante elaborar una estructura simplificada del modelo de vida espiritual. Por ésta razón, necesitamos referirnos a algo de lo que explicamos en algunos artículos del blog y qué identificamos con tres de preocupaciones principales:
-Los intereses propios.
-Los intereses en las relaciones.
-Las preocupaciones por el tiempo.
P. ¿Cómo pueden éstos intereses entrar en el contexto del estilo de vida de la Espiritualidad?
R. Aquellos que viven un estilo de vida espiritual eventualmente alcanzan un profundo sentido de la unidad que viven en la práctica y comienzan a darse cuenta de que los seres humanos, (en el centro de su realidad), son una unidad indivisible y están seguros de que las dimensiones de su vida física, emocional, la existencia espiritual e intelectual son meros aspectos que forman la base de la unidad humana. Se dan cuenta de que en el centro de su verdad se encuentra una naturaleza espiritual sublime que es capaz de elevarse por encima de los asuntos materiales del mundo para lograr el equilibrio requerido en todos los aspectos de la vida y tomar la mano de la humanidad para conectarla estrechamente con los mundos de la vida en las verdades espirituales. La esencia de ésta verdad es el comienzo de las energías latentes que sólo se revelan a través de nuestro esfuerzo enfocado en avanzar a niveles más altos de crecimiento y madurez a través de nuestro autoconocimiento, el amor que tenemos en nuestros corazones y la voluntad que poseemos que es iluminada por la ciencia y la lógica, sustentados en los valores espirituales de verdad, unidad y servicio. Además, en el marco de nuestro estilo de vida espiritual, comprenderemos la base de nuestra unidad con nuestros semejantes, unidad qué, una vez lograda, nos dará una visión global de lo que existe y fomentará dentro de nosotros con el amor puro e incondicional y un firme deseo de servicio incansable.

Los intereses propios, vistos desde un estilo de vida espiritual.
Si observamos de cerca el modo de vida de las personas materialistas, encontraremos que viven una vida caracterizada por el aislamiento y la soledad. Están solos en el camino de su vida, en su lucha por sobrevivir e incluso en sus alegrías y tristezas. Sólo se preocupan por sí mismos y sólo se preocupan por su salud, su éxito, su estatus social, la aceptación de los demás y luego su necesidad de amar y ser amados, y hacen todo lo posible en ésto. Éstos asuntos inquietantes y éstas necesidades urgentes empujan a los individuos materialistas a centrar su atención principalmente en sí mismos, agotando así sus energías y su tiempo para satisfacer sus necesidades y deseos. Es natural para ellos en ésta situación ser el centro de sus vidas.
Las personas materialistas, además de su aislamiento, siempre se sienten vulnerables a los ataques y no tienen importancia en la sociedad. Cualquiera que vea que su vida termina como la vida de un animal, o que es simplemente una máquina biológica en funcionamiento, no se ayudará a sí mismo a desarrollar un sentido de autoestima y confianza en sí mismo. Por tanto, los materialistas buscan el poder en busca de seguridad y recurren a la competencia en un intento de sentir su valor. 

<El poder y la competencia en la vida de los solitarios con sensación de inseguridad se convierten en un problema y en una fuente de destrucción, crueldad y violencia.>

En cuanto a las personas espirituales, el asunto es completamente diferente. Se dan cuenta de que son criaturas nobles y fueron creadas para conocerse y ser amadas. Adquirir conocimiento les hace sentir su victoria sobre la ignorancia y les proporciona influencia y autoridad real basada en la verdad con un poder inagotable, un poder fortalecido por el amor que ilumina las vidas de aquellos que son espirituales.

A diferencia de lo que se rumorea y se espera de la vida material, el poder material no puede dar a su dueño una sensación de seguridad y tranquilidad. De hecho, cuanto mayor es su poder, menos seguros se sienten, más temerosos se vuelven de cualquier ataque y más miedo tienen cuanto más vulnerables se vuelven a la debilidad, la enfermedad y cualquier accidente que finalmente les quite la vida. Como respuesta a todos éstos sentimientos de inseguridad, vemos que los individuos que anhelan el poder tienden a competir con los demás, lo que los obliga a encontrar estándares más altos para controlarse a sí mismos y, por lo tanto, controlar a los demás. Dado que éste proceso se considera trivial en esencia, en su búsqueda de seguridad recurren a las armas más mortíferas para eliminar a quienes consideran sus competidores y enemigos. El resultado es la destrucción de ellos mismos y de los demás. 
Éste es el estado de nuestro mundo de hoy.

En contraste con lo que producen el poder y la autoridad. El amor da a las personas un profundo sentido del valor y el respeto del alma humana y les permite establecer relaciones basadas en la confianza mutua con los demás. Éstas son las atmósferas y situaciones que nos ayudan a crecer creativamente y alcanzar la unidad, y en ellas encontramos el pulso de la verdadera vida, y tanto la violencia cómo la destrucción no encontrarán en ellas un lugar para crecer y desarrollarse.

Lo que preocupa principalmente a éstas personas espirituales es alcanzar la verdad y la iluminación, por un lado, y lograr la unidad y el servicio, por el otro. Una relación humana mutua como ésta se caracterizará por el amor incondicional, la libertad de la injusticia y la intolerancia y estará llena de un espíritu de humildad. No hay arrogancia ni soberbia en la vida de una persona espiritual. Más bien, nuestra conciencia de la nobleza de quiénes somos y de la verdad de la igualdad entre los seres humanos, que es lo que nos lleva a interactuar con todos en espíritu y sustancia, con abundante amor y respeto.

<La humildad es otra virtud muy necesaria para quienes quieren vivir una vida espiritual.>

Los humildes son aquellos que son conscientes de que su existencia, así como sus energías latentes y sus preciosas capacidades, no es más que un talento que les ha dado Allah, y que es su responsabilidad el trabajar para proteger la vida y revelar sus capacidades latentes, y no hay duda de que es el único camino para ellos si quieren vivir una vida adornada por el servicio bajo la sombra de la unidad y la unión.
Otra virtud que ilumina el cielo de ésta vida espiritual es la cesación y el desapego. Si miramos la verdad del asunto, encontramos que a las personas les resulta difícil gestionar sus vidas sin apego. Necesitamos pertenecer y relacionarnos con algo. Por lo tanto, el concepto de interrupción a menudo se entiende vagamente o se malinterpreta por completo. Desde la perspectiva de la espiritualidad, como se afirma en varios artículos del blog, la discontinuidad y el desapego significan esas virtudes que nos llevan a un nivel superior al de nuestros instintos y deseos y nos convierte en los gobernantes de nuestras vidas y nuestros destinos. Una persona desinteresada adquiere riqueza, posesiones e influencia y las utiliza.. no como una meta en su vida, sinó como un medio para alcanzar niveles más elevados de conocimiento, amor y servicio. En otras palabras, la virtud de la cesación libera al hombre de sus debilidades, de los complejos y el miedo de la muerte, pobreza y apegos materiales, y lo apega a la verdadera fuente de poder, autoridad, vida y riqueza: Allah con grandeza y majestad.

Los intereses en las relaciones, vistas desde un estilo de vida espiritual.
Como se mencionó anteriormente, una vida de aislamiento y soledad está impulsada por una orientación materialista, reforzada por el deseo del poder, una tendencia a la competencia y un enfoque de la vida que al final se vuelve destructivo. Es natural que en tales circunstancias sean un obstáculo para el establecimiento de relaciones humanas constructivas. Ésto se debe a que vemos a personas en éstas circunstancias viviendo separadas, plagadas de dudas y sospechas hacia quienes los rodean, y privándose de relaciones cálidas que tienen un significado humano. Los resultados de tales relaciones serán la alienación de la sociedad, el aislamiento y la desconfianza. A pesar de sus mejores esfuerzos, los participantes no podrán desarrollar una relación de cooperación exitosa entre sí.

En cuanto a las relaciones personales mutuas de los individuos espirituales, son el campo fértil en el que practican prácticamente la virtud del conocimiento y del amor. Adquirir conocimiento requiere investigar la verdad y la esencia de las cosas, rechazar el fanatismo de todo tipo y evitar la clasificación de los seres humanos y ser plenamente conscientes de los beneficios de la interdependencia y la unidad entre los seres humanos. Asimismo, el poder del amor actúa como un imán; Une a las personas, las libera de sentimientos de alienación y crea una atmósfera de emociones mutuas, confianza, apoyo, aliento e incentivos de servicio. En una relación como ésta, los participantes disfrutan de una sensación de seguridad, tranquilidad y felicidad. Si las personas obtienen fuerza de las emociones mutuas, sus relaciones de todo tipo seguirán siendo íntimas y seguras, y cuando recurran a la fuente de todos los propósitos y/a la fuente de inspiración y amor, se sentirán más cerca unos de otros. La fuerza de las emociones mutuas entre sus participantes es lo que nos ayuda a pasar por alto los errores y fallos de los demás, a amar incondicionalmente y/a aceptar a los demás tal como son sin tendencia a cambiarlos, y así evitamos los sentimientos de decepción, enojo o desarmonía. Debido a la importancia de encontrar un punto común de atracción con los demás, todos tomamos la iniciativa, consciente o inconscientemente, de determinar nuestra elección en nuestras relaciones personales mutuas. Muchas personas se sienten atraídas entre sí por puntos de atracción comunes, mientras que otras se sienten atraídas por el poder, la influencia, la fama, la riqueza, etc. Sin embargo, éstos puntos de encuentro son de naturaleza temporal y poco confiable. Al final, sus propietarios suelen verse con sus esperanzas decepcionadas y frustradas. Sus sueños y su determinación hacia las relaciones que amaban cayeron. En cuanto a la persona espiritual en todo ésto, el propósito de su atracción por las personas es de alcance más amplio y de naturaleza más integral. Las personas espirituales establecen una relación amorosa con Su Creador, que luego extiende sus alas a toda la raza humana. En una relación como ésta, cualquier sentimiento de aislamiento y alienación eventualmente se disuelve y es reemplazado por armonía y unidad. Ésta relación debe construirse sobre la base de la integridad y la sinceridad. Las personas espirituales son conocidas por su lealtad a sí mismas, a sus semejantes y/a Su Creador. De hecho, concluyen con un pacto (bay'at) con Allah, desde lo más profundo de su conciencia y en todas sus relaciones, y concluyen un pacto que establecen con las personas con los fundamentos de confianza, honestidad, franqueza y dignidad. Desafortunadamente, en el mundo actual la honestidad es muy rara. La raíz de muchos de los problemas actuales entre las personas en sus relaciones, en su vida conyugal y familiar, e incluso en las relaciones internacionales, se debe a la falta de honestidad, que ha sido sustituida por el engaño, el fraude y la pérdida de la confianza entre las personas. 

<Es imposible establecer una verdadera amistad entre personas de diferentes razas, culturas y orígenes si no tienes un ápice amor por la  humanidad y tienes la honestidad en mínimos.>

Para establecer relaciones sobre una base espiritual, necesitamos desarrollar algunas virtudes, la más importante de las cuales es el autoconocimiento. El objetivo final del conocimiento existente es el autoconocimiento, el conocimiento de Allah Todopoderoso y la adoración a Él. Podemos nutrir éste conocimiento utilizando nuestra capacidad de contemplar, pensar en la creación y realizar todo lo que mejorará nuestro crecimiento y madurez. Además de todo ésto, debemos estudiar los principios espirituales generales cuya luz brilla a través de la religión en su pureza íntegra y su esencia general. Mientras la contemplación abre ante nosotros horizontes de conocimiento, la oración potencia nuestras capacidades de amar y da a las personas la oportunidad de dirigir su corazón hacia la fuente de su amor y de conectar con Él en un estado de humildad, servidumbre y cesación, para incluirlos en el cuidado, la misericordia, las bendiciones y las inspiraciones de Allah. La oración, la meditación y otras obligaciones espirituales como el ayuno, son aspectos básicos e indispensables de un estilo de vida espiritual. Es necesario para desarrollar el conocimiento de nosotros mismos y tiene un gran valor para formar unas buenas relaciones humanas.

Las preocupaciones por el tiempo, vistas desde el estilo de vida espiritual.
La preocupación por el tiempo se considera la más importante de las tres principales preocupaciones humanas por uno mismo, los demás y el tiempo. Los materialistas están en una lucha constante con el tiempo y temen el paso del tiempo, por lo tanto, se preocupan por el pasado, les aterroriza el futuro y siempre sospechan del presente. Ésta es la condición de la gente de hoy en día: algunos miran el pasado y ésto les despierta sentimientos de nostalgia, otros lo encuentran aterrador y otros recuerdan los momentos decisivos de sus vidas y miran hacia el futuro con cierta ansiedad y duda. A los ojos de los materialistas, el pasado es la oportunidad de emerger de la nada y el futuro es el inevitable regreso a la nada. Pensar de ésta manera es lo que causa una profunda sensación de ansiedad y miedo, por lo que los materialistas intentan aliviar sus miedos absortos por completo en sus momentos presentes. A veces recurren al alcohol y las drogas para adormecer sus sentimientos y disminuir su nivel de conciencia del presente, pasado y futuro. Se ocupan de asuntos triviales para olvidar su profunda ansiedad, su intenso apego al tema y su inseguridad. Centran la mayor parte de su atención en su trabajo, salud, éxito, logros y otras cosas similares. Aunque los individuos materialistas hacen lo mejor que pueden para disfrutar en su presente, al final se encuentran ansiosos, insatisfechos, infelices e incapaces de alcanzar la verdadera felicidad.

En cuanto a las personas espirituales, el asunto es completamente diferente. Para ellos, el tiempo es eterno e ilimitado, y el viaje de la vida es un viaje continuo que tiene un significado noble, y el pasado, el presente y el futuro son sólo diferentes aspectos del viaje interminable del autoconocimiento y el renacimiento de la vida con las capacidades inherentes a la esencia del hombre por un lado, y ese proceso ininterrumpido de amor y unidad por el otro. Las personas espirituales ven su pasado con gratitud por la Voluntad de Allah al crearlos, y que su presente es una valiosa oportunidad para enriquecer sus vidas, lograr su objetivo y demostrar sus talentos latentes y su futuro como una etapa interminable de desarrollo, madurez, conciencia e iluminación con las luces de la verdad. Ven la muerte como un nacimiento a otra vida que es más gloriosa y espléndida que nuestra muerte en el mundo del útero y nuestro nacimiento en ésta vida. Para los materialistas, la muerte es un símbolo de la nada y una encarnación del fracaso y la privación. Mientras que la persona espiritual se prepara para éste continuo viaje de la vida, vemos al materialista negar por completo la existencia de éste viaje.

Creemos que hemos proporcionado, en líneas generales, lo que es un amplio y gran campo de la vida espiritual, pero, por supuesto, no en su forma completa. No hay duda de que la humanidad, a medida que entre en su madurez, irá dejando atrás el caos, las contradicciones y la incapacidad que cubrieron su niñez y adolescencia, estudiará y comprenderá la espiritualidad de una manera más precisa, profunda e iluminada. Estamos ahora al borde de una era en la que la ciencia y la religión se pondrán de acuerdo y trabajarán juntas en completa armonía, y la mente y el corazón se unirán para iluminar nuestra existencia con la luz de la verdad, y en la que hombres y mujeres serán iguales para siempre para que la humanidad pueda volar a las alturas de lo que le está destinado, y el blanco, el negro, el amarillo y el rojo estarán unidos por el vínculo del amor verdadero. Una era en la que las luces de la justicia y la unidad brillarán en la tierra y en todas las políticas y objetivos de los pueblos y naciones. Lo que se conoce como una utopía se convertirá en una realidad presente hasta que se establezca una nueva civilización humana global en la que los asuntos materiales y espirituales estén ordenados y equilibrados.

Assalamo Aleikum.