Assalamo aleikum.

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miércoles, 2 de abril de 2025

LA ESPIRITUALIDAD ES ACTIVA, NO COERCITIVA.(Parte primera)

LA ESPIRITUALIDAD ES ACTIVA, NO COERCITIVA.
(Parte primera)
Éstos significados dan cuenta de la riqueza inherente en la cuestión, pero también es un síntoma: sobre la dificultad de captar la idea para absorber su esencia. Ésta pluralidad de significados no se pueden interpretar como sinónimo de ambigüedad, sinó como una expresión de la riqueza que tiene la noción "activa" y la carencia de "coerción" que se escapa de todo análisis simplista. Con lo espiritual, uno siempre tiene la impresión de no llegar a decirlo todo, de que el tema se nos escurre entre los dedos, como la fina arena del desierto. No pretendemos, ni mucho menos, dilucidar exhaustivamente la riqueza de los significados que atesora la citada palabra, pero es honesto intelectualmente precisar, (aunque sea provisionalmente), el significado que le otorgamos aquí, puesto que sólo si se delimita se puede clarificar en qué consiste el educar e instruir en lo espiritual, y especialmente para la Espiritualidad de los jóvenes. 

Para algunos especialistas, lo espiritual se asocia vagamente a lo moral, a lo ético. Se entiende que una persona es espiritual cuando cumple con la voz de la consciencia, cuando responde al deber que dimana de su interioridad. Ésta asociación de ideas no me parece adecuada, pues muchas personas, (que de verdad viven a fondo el sentido del deber y cumplen con sus múltiples responsabilidades), son ajenas a las prácticas espirituales y creen que es posible defender una ética estrictamente laica, sin correlatos religiosos, y también al margen de la vida espiritual.
Aun así, considero que la ética, cuando se vive profundamente, tiene que ver con la consciencia del deber, el sentido de la misión, la capacidad de tomar distancia, de valorar y de discernir, y todo ello son poderes que están en la inteligencia espiritual. La inteligencia espiritual es un instrumento de primer orden para apreciar más el valor de las cosas y la dignidad de las personas y, (en éste sentido), no puede identificarse con la ética, pero es una consecuencia de la actividad de la misma.

Las personas espiritualmente sensibles, que están atentas a los seres que las rodean, que perciben su ser como parte de un Todo y que experimentan la unidad total, desarrollan una conducta de valores fundada en la benevolencia universal y en la práctica de la compasión. Los grandes referentes espirituales de la humanidad se caracterizan en su vida exterior por una ética fundada en el desapego, el amor universal, la gratuidad y la compasión con todos los seres. Existe, por lo tanto, un hilo corto entre la espiritualidad y la ética, pero la espiritualidad trasciende el campo de la ética y no puede reducirse solamente a ésta.

Lo espiritual se relaciona, también, con la conexión con todos los seres. Evoca la idea del vínculo, del lazo con la realidad ajena al ser humano, pero también con lo más íntimo y profundo de él. Ésta noción me parece mucho más idónea. Un ser humano espiritualmente profundo no se percibe como una entidad autosuficiente, separada del mundo, como una burbuja inconexa que flota en el aire a merced del viento. Se siente parte del Todo, vinculado estrechamente a todo ser; sabe que forma parte de la vida y que su ser espiritual está vinculado y abierto a los otros.
La espiritualidad evoca, pues, la idea de vínculo, de conexión, pero no en el sentido de dependencia o de apego. Para un ser humano espiritualmente profundo, nada de lo que ocurre en el mundo le es ajeno, no sólo por el sufrimiento de todos los seres humanos, incluso de los más alejados físicamente, sinó también por el sufrimiento de cualquier ser vivo.

Otra noción que se relaciona directamente con lo espiritual es la idea del sentido, del propósito, del significado de la existencia. Una persona
espiritualmente activa se formula la cuestión del sentido, la razón última que da significado y valor a su existencia personal. Ésta cuestión es particularmente humana y exige la labor de la inteligencia para tratar de responderla prudentemente a partir de la propia experiencia, pero también a partir de las experiencias ajenas. La inquietud espiritual es la inquietud por el sentido, por dar a la vida un significado, una razón que la homologue.

Es propio de un ser humano (espiritualmente cultivado) la voluntad de trascender a lo inmediato, de ir más allá de lo visible, de lo aparente, y de hurgar en lo que está allende lo físico y lo material. Ésto no presupone, en ningún caso, el desprecio por lo material, ni por lo sensible, por lo que percibimos con los ojos, sinó todo lo contrario, conlleva una estima más profunda por lo sensible, porqué en lo efímero se detecta lo eterno. Un ser humano espiritual trata de averiguar qué es lo que se esconde más allá de lo visible, qué sugiere lo perceptual. Entiende la realidad material como un signo visible de la Realidad inmaterial, que lo funda y lo sostiene todo.

Lo espiritual no puede segmentarse, dividirse o tratarse aisladamente como si fuera una competencia, una parte o un área del ser humano. En éste sentido, no me parece apropiada la expresión sobre la competencia espiritual. Reconozco en el ser humano una potencia espiritual que dimana de ésta forma de inteligencia que se denomina Espiritual o Existencial, pero no tiene sentido identificar aisladamente una competencia espiritual y situarla en un plano de unas simetrías junto a otras competencias, en un plano de equidad. Todas las potencias humanas están profundamente vinculadas.
La denominada competencia emocional no puede comprenderse al margen de la vida espiritual de una persona, pero tampoco su competencia social.

Una persona espiritualmente activa e inteligente es capaz de identificar emociones, de canalizar sus emociones negativas y también de expresar creativamente sus emociones positivas, (y sus relaciones con las otras personas) están presididas por la benevolencia, la compasión, la gratuidad y el desapego. Éste modo de interaccionar emana de su vida espiritual.

Lo espiritual predica del ser y no se puede ubicar en un ámbito concreto de la persona. También me parece extraño, casi diría estéril, intentar medir el grado de inteligencia espiritual que tiene una persona a partir de un algún coeficiente numérico supuestamente objetivo. Lo espiritual no puede ser encorsetado dentro de lo numérico, dentro de una escala cuantitativa. Es la calidad interior y exterior de un ser humano, su modo de vivir y de interaccionar con los otros lo que evoca el grado y la profundidad de la vida espiritual que hay en él. En éste sentido, cuando los especialistas se refieren a la inteligencia espiritual, argumentan que se trata de una inteligencia integradora que faculta al ser humano para distintas operaciones, pero me parece que reducirla a un coeficiente numérico es tratarla como una competencia más.

Según un grupo de pensadores evolucionistas, la espiritualidad es una calidad seleccionada en la evolución biológica de la humanidad y, por ello, es una predisposición humana universal. Indica un grado de excelencia en la cadena evolutiva, un salto cualitativo que permite al ser humano tener conciencia de su existencia, tomar distancia de la realidad, preguntarse por el sentido de su vida, valorar sus actos, proyectar su futuro, ser, en definitiva, el soberano de su vida y no un simple epígono de un proceso fatalmente dirigido por algunas fuerzas ciegas.

En la medida en que la espiritualidad es una predisposición primaria, es algo que se puede ver particularmente en los niños. Ésto necesita de un contexto cultural para poder crecer y en el que se reconozca su relevancia. Por ello, nuestra tarea como educadores, cada cual desde su perspectiva y desde su carisma, consiste en reconstruir ese entorno espiritual utilizando el cultural.

Mientras que, en gran parte de la literatura especializada contemporánea, la espiritualidad se relaciona directamente con los conceptos de relacionalidad y de conexión, en muchas tradiciones contemplativas y místicas, tanto de Occidente como de Extremo Oriente, se concibe como el vínculo con la Realidad última, con el Ser fundamental. Ésta Realidad última es descrita de distintos modos en las tradiciones religiosas de la humanidad. Más allá de la disputa nominal, se refiere a esa Realidad que es siempre idéntica a sí misma, que es el fundamento último de todo cuanto hay y que ningún ente agota en su naturaleza, pues todo cuanto hay en el universo es sostenido y vivificado por esa Realidad.

Tener consciencia es una expresión que puede interpretarse de múltiples maneras. No es la consciencia del "yo" la que aquí se pone en debate, sinó la de formar parte de un Todo que me trasciende, la de existir, pudiendo no haber existido, la de ser un proyecto libre que goza intensamente del presente y vive con atención plena a todo lo que en éste presente tiene lugar.

(La empírica se da cuando la persona siente, percibe y se mueve, y lo espiritual también se denomina, en ocasiones, tener consciencia. Tener consciencia es una expresión que puede interpretarse de múltiples maneras, (como hemos dicho antes.) La parte intelectual se produce cuando la persona busca y entiende. La parte racional emerge cuando la persona reflexiona y valora, y la responsable es, cuando la persona actúa para responder a la llamada del otro.)

La educación de lo espiritual requiere, pues, de sensibilidad, de un sentido intuitivo para captar los momentos en los cuales los alumnos y los maestros necesitan espacio para expresar lo relevante, lo que da sentido. La dimensión espiritual existe en la escuela, pero no en un lugar o tiempo definido, ni está enjaulada en un área específica, sinó en la interacción entre los profesores y los alumnos.

(El vínculo es el que da vida a la dimensión espiritual. El saber transmitido puede ser un pretexto para formular la pregunta por el sentido de la existencia, una ocasión para maravillarse de la realidad, para sentirse parte de un todo e intuir la conexión o interdependencia íntima de todos los seres.)

<Frecuentemente se ha concebido a la educación como una actividad moral, como un puro ejercicio de adiestramiento ideológico perpetrado por los grupos dominantes de la sociedad. No cabe duda de qué, en ésta tesis, se reconoce una parte de su verdad histórica, pues ésta manera de entender la educación ha estado muy presente y sigue estándolo en algunos entornos educativos del glaciar.>

Sin embargo, la educación de lo espiritual, entendiendo lo espiritual como la búsqueda del sentido, es una ocasión para ejercer una lúcida crítica de las ideologías imperantes y para tomar conciencia de la propia existencia y del valor de la propia vida en el cosmos. Contra lo que comúnmente se afirma, educar la inteligencia espiritual es fundamental para alcanzar la autodeterminación, la capacidad de decidir y obrar por uno mismo, de convertir la vida personal en un proyecto individual y de integrarse en el conjunto de ese cosmos.

De lo que no cabe duda, es de que la espiritualidad de cada persona, también la de cada joven y niño, está en constante reconstrucción en virtud de las circunstancias personales y del entorno en el que se encuentra. La espiritualidad no es un dato extrínseco o ajeno a la personalidad; es un rasgo del ser de la persona que emana de lo más profundo de la persona. Ésto no significa, sin embargo, que sea algo innato, determinado biológicamente. La espiritualidad se canaliza a través de los esquemas de creencias existentes en el contexto social y cultural al que pertenece el individuo.

De ésta breve panorámica se desprenden dos ideas claves: una) que la dimensión espiritual es activa y puede ser alimentada si los educadores disponen de las técnicas apropiadas para atender ésta dimensión y conocen con seriedad las características de cada alumno; dos) que la espiritualidad es conexión, trascendencia y consciencia. Quizá la definición más exhaustiva de la espiritualidad que integra las distintas comprensiones expuestas a lo largo de éste escrito, se encuentran en la definición de que la Espiritualidad es la dimensión dinámica de la vida humana que concierne al modo a través del cual la persona (individuo y comunidad) experimenta, expresa o indaga el sentido de su existencia; y el modo en cómo se relaciona con el momento presente y consigo misma, con los otros, con la naturaleza, con Allah y con aquello que es significativo o sagrado.

Continúa en parte segunda.

LA ESPIRITUALIDAD ES ACTIVA, NO COERCITIVA.(Parte segunda)

LA ESPIRITUALIDAD ES ACTIVA, NO COERCITIVA.
(Parte segunda)
La aproximación a la Espiritualidad debe ser, necesariamente, de tipo interdisciplinar. No existe un único camino para acceder a éste ámbito íntimo del ser humano. Su complejidad es de tal magnitud, que sería un gran error encorsetar la búsqueda solamente en unas categorías. Es un núcleo problemático al que se accede por distintas vías.
Desde el enfoque clínico, por ejemplo, está recibiendo una particular atención en los últimos años, pues se ha observado que muchas patologías que afectan a la vida emocional, mental y somática de la persona tienen su raíz en la vida espiritual, en un plano anterior y más fundamental que el de las emociones. El vacío existencial, por ejemplo, la apatía de existir, la incapacidad de aceptarse a uno mismo y a los demás, incluso la desesperación, entendida como una crisis estructural de sentido, son sufrimientos emocionales y mentales que sólo pueden comprenderse a fondo si uno se adentra en el universo de la espiritualidad.

Sería un error identificar un único método para acceder al núcleo de la vida espiritual. Parece más sensato reconocer que existen distintos métodos (caminos) para trabajar y ahondar en ésta esfera y observar, críticamente, yá que cada una tiene sus virtudes y defectos. Sería de miopes el sucumbir al circo mediático de los gustosos charlatanes y grillos cantores e ignorar las otras formas de acceder a lo espiritual. De hecho, éste sucumbir o acercamiento a esas charcas, es yá una manifestación de estupidez espiritual o de atrofia de la inteligencia espiritual. La trascendencia es, entre otras cosas, apertura, voluntad de conocer, de salir del propio terreno disciplinar para ampliar el campo de visión, pero sabiendo en dónde te estás metiendo.

La espiritualidad, (por otra parte), es una experiencia personal e íntima de omnipresencia que devuelve al individuo su vínculo con la Divinidad y no es un juego para pasar el rato.
El crecimiento espiritual es en realidad un proceso para ir haciendo retroceder los límites de nuestra ignorancia de Allah y de nuestra propia naturaleza, para que lleguemos al "despertar y ser lo que yá somos." Al hacer ésto, nos comunicamos (con nexo) más directamente con el plano espiritual. El corazón y la esencia de la verdadera creencia se basan en la experiencia, no en la encomienda del paisaje. Es el viaje humano más increíble más allá del "yo," al éxtasis y la dicha del estado de unidad con el Único.

No obstante, los reveladores de las órdenes religiosas, sean sabios con gran vocación, o alumnos espirituales, desarrollaron en su niñez una relación con Allah que posteriormente los llevó a asumir un compromiso (pacto) personal. Lo cierto es que casi todo el mundo ha pasado por ese proceso: todos hacemos en nuestra niñez un pacto con Allah. Ésta promesa o acuerdo influye en nuestra conducta a lo largo de nuestros años de maduración y en nuestras expectativas como adultos. Algunas personas niegan haber hecho ésto o simplemente no lo recuerdan. -Insisto en que sí lo hicieron. ¿Por qué digo ésto? Basta con observar a los más jóvenes. Los niños tienen experiencias espirituales muy ricas y a veces complejas, casi desde su nacimiento, y las relatan tan pronto aprenden a hablar. Hablan de los Ángeles que cuidan a los bebés enfermos y del "hombre" (la fiebre) que viene a enfermarles. Conversan con los animales y ven cascadas en el aire (corrientes de viento). Oran constantemente y con toda naturalidad, a veces sin que se entienda lo que dicen, pero siempre en alabanza, cantando a la felicidad de estar vivos como siervos de Allah que saben que son. Muchos recuerdan y hasta pueden describir lo que oían y veían desde la cuna.. lo que a veces abochorna a sus padres. (Almas etéreas son, en un proceso de crecimiento y aprendizaje a lo largo y ancho de la Creación.) No debemos sorprendernos.. para nosotros lo natural -es lo sobrenatural. Al nacer, salimos con una corriente de conciencia a la que volvemos al fallecer.

(Está claro qué, desde tiempos inmemoriales, los niños han tenido experiencias de los reinos espirituales y de los aspectos superiores de la vida. Ahora nos enteramos más, en parte, porque al fin estamos prestando atención; estamos aprendiendo a escuchar esas voces diminutas que llevan la fitrah primordial. Después de todo, la espiritualidad es una bendición.) Alhamdulillah.

<En el desarrollo del ser espiritual, la exigencia es tener la puerta abierta, tanto para entrar como para salir.. y sobretodo, que el corazón llegue a unirse con la cabeza, no con el estómago.>

Continúa en parte tercera.

LA ESPIRITUALIDAD ES ACTIVA, NO COERCITIVA.(Parte tercera)

LA ESPIRITUALIDAD ES ACTIVA, NO COERCITIVA.
(Parte tercera)
En las últimas décadas hemos aprendido mucho sobre las leyes que rigen las energías y la materia y las hemos explotado para dominar el mundo material, para nuestro propio beneficio. Sin embargo, sabemos muy poco sobre la energía detrás de la energía, la luz dentro de la luz, que es la energía creadora espiritual. Como no hay suficientes pruebas, la mente racional no la puede alcanzar ni estudiar.

Para poder entender y vivir la espiritualidad activa, todos hemos sido invitados a desarrollar la intuición espiritual, que nos ayudará a redefinir gran parte de lo que el patrimonio espiritual ha producido. Sólo la intuición nos puede acercar respuestas sobre la espiritualidad activa. Sólo la intuición espiritual puede penetrar en lo que consideramos el más allá, o sea, el mundo de las cosas incognoscibles desde donde la invisible Divinidad dirige la sinfonía cósmica de toda la existencia.

La palabra espiritualidad tiene muchas interpretaciones y significados, cómo yá hemos comentado. Hay diferencias en su uso de cultura a cultura, de religión a religión, y aún de lengua a idioma. Su origen proviene de "soplar", o "respirar". Por lo tanto, la espiritualidad es algo intangible, como el aire que se respira. El espíritu está en nuestro ser, nos da el aliento de la vida, pero se le puede conocer solamente por su efecto. Podemos decir qué, en nuestro mundo, la espiritualidad representa todo lo intangible del más allá, algo que nuestros sentidos biológicos normales no pueden percibir. En éste sentido, la espiritualidad activa se expresa tanto en el mundo material como en el mundo espiritual.

Algunos de los antiguos relataron qué, el mundo no es mental ni material, sinó una sustancia neutral de la cual se hallan construidos tanto el espíritu como la materia.

El más allá (de donde proviene la realidad espiritual) puede estar o no relacionado con la creencia, pero todas las escrituras sagradas hablan sobre ésto. Todas las religiones con o sin reconocimiento de una divinidad lo relacionan con el más allá y no son creaciones de la conciencia humana. La conciencia humana está inspirada por la espiritualidad que la lleva a buscar: la liberación, la purificación, la salvación, la iluminación.

Entre algunos de los componentes y frutos de la espiritualidad humana se encuentran: los milagros que Allah otorga a quien Él quiere, la gracia divina, los santos, los guardianes invisibles, los Ángeles y otros espíritus de diferentes naturalezas, las apariciones, las entidades maléficas, la salvación, la iluminación, etc. y todas las religiones bien guiadas con sus escrituras sagradas.

Con ésta concepción de la naturaleza de la espiritualidad activa se puede pensar qué, con la energía espiritual del Ser Supremo empezó Su tarea creativa de precipitar el universo que iba a ser. Su origen está en la Eternidad y en el Absoluto, o en lo que muchos llaman Allah, la Divinidad, el Ser. Recordemos que el Nombre de Allah significa: AL=(Él).. LAH=(Es).. "Él" de Entidad y "Es" de Existente.

La espiritualidad se expresa a través de Su creatividad tanto en la materia como en su origen pre-material. Desde el despertar del universo la espiritualidad está inseparablemente unida al Creador por la creación, que es nuestro universo -desde los átomos hasta las inmensas galaxias y sus conjuntos. Por ser nosotros parte del universo, la espiritualidad activa está dentro de cada ser humano. Nuestra creatividad individual es como un precipitado de la creatividad espiritual, así como la radiación de la creatividad del Ente Único y Original, porque todo lo manifestado está movido por éste impulso de la espiritualidad activa, siempre presente y siempre creando.
Todas las actividades que en nuestra sociedad consideramos creativas son, en realidad, producto de la actividad espiritual. Son importantes para poder tener éxito en la vida profesional y en la sociedad. Tenemos abundante literatura y talleres para poder cultivarla. Muchos de ellos son buenos y útiles, yá que también contribuyen a la creación de la vida personal.

Muchas veces sentimos que no somos suficientemente creativos. La vida, en ciertas oportunidades, está reducida a rutinas atrapadas en cerradas convicciones personales, que son como velos pesados que no nos dejan vivir con intensidad. En las rutinas no hay retos, salvo que la rutina misma se transforme en un reto que rompa el velo de las repeticiones y de las cerradas convicciones para abrir la vida de nuevo a la creatividad.

Muchas veces olvidamos que desde el nacimiento estamos creando una obra vital, válida, auténtica, original y única: es nuestra propia vida. Sí, aprendiendo en la Escuela de la vida estamos creando una obra maestra: la vida. Las mujeres también son parte de esa pro-creación, ayudando en la creación.

(Un recuerdo de la niñez me ayudó para ver lo profundo y puro de la vida y la fuente de la inagotable espiritualidad.)
De camino al colegio, siempre parábamos en un lugar muy especial, al lado del puente de la chopera con la piedra blanca. En el fondo, corría un pequeño canal de agua cristalina, fría y limpia que provenía del interior de la tierra y se hacía paso rodeada por el barro con la negrura carbonífera. Aunque lo ambiental era lo de menos, lo que allí nos esperaba, era cómo el néctar de las palabras espirituales.
Años más tarde, durante un encuentro cultural, el recuerdo de la niñez afloró con gran intensidad, la percepción fue: pasar a limpio todos los borradores manuscritos que tenía guardados y darles luz para que todos puedan beber (simbólicamente) de ese manantial de espiritualidad activa que todos llevamos dentro de nuestro ser. Así se publicaron 7 libros que quedan aquí (en ésta tierra) para aquellos que los necesiten.

(La piedra blanca de la experiencia fue algo personal, aunque guardando la distancia de las limitaciones, pues nunca se dejaba ver el rostro.) 

La espiritualidad activa pura es brillante, inagotable, está rezumando amor incesantemente para cada ser humano. Solamente tenemos que quitar las impurezas que limitan a la espiritualidad y cuanto más purificación, mayor será el aporte de energía luminosa. 

Ésta experiencia de la niñez, también fue una invitación para explorar con mayor profundidad todas las conexiones con la Espiritualidad desde la mística Islámica y saborear otras fuentes acreditadas de gran calidad y valor. Libremente, la conciencia se expande y nos abrimos paso a través de las estructuras y los viajes a otros países y sistemas para seguir aprendiendo en ellos. En ésto consiste la alimentación para el crecimiento espiritual.

(Cómo decía: la espiritualidad es, entonces, la relación única y amorosa con la piedra blanca y nuestro impulso apremiante para reunirnos con nuestra espiritualidad más profunda, y también, es la manera en cómo llegamos a desarrollar esa relación y los medios por los cuales regresamos al Destino.)

Somos impulsados por la continua formación y la reformación de sistemas, de métodos y creencias, y cada vez, estamos más ligeros y libres, cada vez hay menos limitaciones, abriéndonos paso a través de ellos conforme nuestra conciencia se expande.
Pero ¿La conciencia de qué?
La conciencia de nuestro poder personal para transformar nuestra realidad, aprendiendo a facilitar esa transformación mediante el cambio interior que está consciente en nosotros mismos. El crecimiento personal también abre el camino para el crecimiento espiritual. El ser humano se convierte en un ser espiritual.
Cuando llegamos a conocernos de esa manera, a nosotros mismos, asumiendo la responsabilidad por lo que descubrimos, y luego cambiando por dentro, es como se transforma nuestra realidad; es como conscientemente abrimos nuestra realidad. Cuando sabemos hacer ésto, entonces podemos enfocar y entrar en cualquier modalidad, y somos libres de modificarlos en cualquier momento. Algunas personas caminan por un sendero muy difícil de seguir -con demasiadas piedras y problemas- porque tienen la creencia equivocada. Todo es una elección personal. Todos los que se aman con espíritu de hermandad y fraternidad nunca dicen no. ¿Podremos tener miseria, dolor y degradación? Sí. Pero ellos nos apoyan con entusiasmo cuando lo que buscamos es por nuestro bien espiritual más elevado y sin hacer daño a los demás. Yá tenemos suficiente con la negatividad de nos rodea en nuestras vidas. Cómo me decía Sidi Ali Al-Hassani de Meknes: don't worry and be happy.

Assalamo Aleikum.

NO TODO ES LO QUE PARECE.

NO TODO ES LO QUE PARECE.
Las manifestaciones sensoriales sobre la Espiritualidad, son para que la religión tenga un contenido interno, y no solamente para que tenga un contenido social derivado de la realidad de las personas.

Nada de esa realidad fugaz de las personas tiene que ver con la religión. En el Islam, sólo Allah conoce lo oculto, mientras que el hombre sólo se ocupa del mundo del testimonio. La ley islámica se basa enteramente en el mundo del testimonio espiritual. De hecho, todas las creencias islámicas encuentran su evidencia en el mundo del testimonio espiritual. Nuestra creencia en lo invisible, nuestra reflexión sobre ello, nuestra representación de ello, nuestro desacuerdo al respecto, será también nuestra zapatilla para quienes lo niegan o lo malinterpretan con sus distorsiones alocadas.

(Si eres una víctima del estilo capitalista, (con la secreción capitalista de la religión), entonces no estás en donde creemos tener a la religión y no podemos pensar que creemos en la misma religión.)

Dado que el mundo de lo oculto y los secretos no pueden ser percibidos por la mente, sinó por el corazón, la religión se convirtió en una fe de purificación por la Tazkiyah o Tasawwuf, en la que la Gracia de la iluminación se convirtió en un tema y un método efectivo de superación en el camino. De ahí, que los caminos del Tasawwuf se multiplicaran dentro de la religiosidad Islámica. Cuanto más profundizamos en el Tasawwuf con todos sus valores, sus éxtasis y sus gustos, mejor veremos los engaños e ilusiones que nos rodean en el mundo.

Es extraño, que un sistema capitalista se base en la racionalización de la religión (sinó es para su propia economía e intereses,).. de ahí, que el Islam y el Tasawwuf sean vistos como un peligro para los regímenes del capitalismo, yá que la religión terminará con los vicios monopolizados y el Tasawwuf purificará todo lo demás para reforzar al creyente musulmán con la Espiritualidad activa. 

(La fe capitalista hace de la razón simplemente un medio para gestionar los asuntos mundanos, mediante cálculos, cantidades, mediciones y leyes. En cuanto a los asuntos del más allá y los asuntos de religión, tienen sentimientos, emociones y gustos encontrados.)

¿Así se alcanza la perfección humana y se satisfacen los deseos de la mente, cegando las exigencias del corazón? 

El capitalismo salvaje saquea las riquezas de las naciones, y reza, practicando aquella religión que no interfiere con sus asuntos económicos. Nada de ésto tiene que ver con la religión islámica. La religión sólo se preocupa de éste mundo, que funciona según una ley que el hombre entiende con la razón para poder controlarla y someterla a su autoridad para beneficiarse de ella en su vida. La razón incluye los sentidos y la experiencia interna y externa juntos, y el hombre organiza el trabajo en el mundo con todos sus poderes, sin separación entre mente y corazón. El Tasawwuf es Tazkiyah en acción, en actividad y en producción, y no un detalle vacío que no tiene contenido.

La gente piensa que la práctica religiosa es el establecimiento de un eslogan, y que un musulmán es quien establece los cinco pilares del islam: la Shahada, la Oración, el Zakat, el Ayuno y el Hajj. Decimos la Shahada, establecemos el Salat, pagamos el Zakat y tenemos cuidado de ayunar.
Por él, y por el Hajj al que nos apresuramos, el testimonio no nos cuesta más de dos frases, y la oración no nos ocupa más de veinte minutos de nuestro día de veinticuatro horas, y el zakat no nos quita más de un cuarto de la décima parte del dinero sobrante, y ¿quién tiene eso ahora?, y el zakat al-fitr es algo insignificante comparado con los gastos de romper el ayuno de Ramadán y sus lujos locales e importados. Ganamos más del Hajj de lo que perdemos haciéndolo. Nos beneficiamos de la publicidad y los anuncios, y del manto de la piedad por la fama o el comercio, o nos conformamos con la Umrah turística o comercial en la que llevamos lo que es ligero de llevar y caro. No hay nada de malo en escribir los dos testimonios de fe en grandes carteles dorados o placas prominentes, colgarlos en nuestras casas y oficinas, o construir mezquitas, iluminar sus minaretes e instalar caros altavoces. Nos duele el caos que supone la recaudación del zakat y exigimos la creación de unas instituciones especializadas gestionadas por los justos y piadosos, los hombres religiosos y hasta el gobierno para recaudarlo y gastarlo. Nosotros llevamos la carga del mes de ayuno, yá sea verano o invierno, trabajo o descanso, gastos y costos, y rogamos a Allah para que esté con nosotros en el Hajj, y que Él nos facilite los medios para obtener divisas del mercado negro. Ésta confusión entre religión y comercio, entre las preocupaciones de éste mundo y las preocupaciones del más Allá, es lo que revela la absorción social, donde las personas encuentran su buen Zakat, y no significa satisfacer los deseos de una persona ni garantizarle una ganancia siempre y cuando pague lo que se le exige. Existe un derecho sobre el dinero además del zakat. El Zakat no significa eximirse de los derechos de los demás, sinó más bien significa el comienzo de la afirmación de los derechos de los demás para que una persona sea igual a los demás en lo que tiene. El ayuno no significa privar a las almas de lo que les corresponde y luego satisfacerlas, sinó más bien significa compartir con la gente lo que está disponible para cada persona y que no hay pobreza ni hambre en la sociedad islámica. El Hajj no es un viaje turístico, comercial o promocional ni una exoneración de pecados. Más bien, es una conferencia general para que todos los musulmanes se esfuercen por el bien común del pueblo y por la aflicción común. Todos lo sabemos y estamos de acuerdo con ello, pero practicar la religión a la manera capitalista es en gran parte una imitación con la comodidad de complacer la conciencia de las formas más fáciles y baratas. Así no se alcanza la perfección humana, pues sólo se satisfacen los deseos de la mente anulando las exigencias del corazón.

Todavía repetimos un error común que fue promovido entre nosotros por el colonialismo cultural que fue exportado por Occidente después de que no lo utilizó, que es el conflicto entre la espiritualidad y el materialismo. Todo aquel que cree en Allah, en Sus libros, en Sus mensajeros y en el Último Día es espiritual, y todo aquel que cree en la sociedad, en el cambio social y en el análisis estadístico con los factores económicos, es material. Así qué, muchos defienden una espiritualidad teórica, que es la espiritualidad que promueven los sistemas capitalistas. Quieren que seas teórico para poder controlar los aspectos prácticos, y quieren que seas abstracto para poder tratar con lo tangible y tomar posesión de ello, y os quieren vacíos y sin contenido para poder monopolizar el contenido y tragárselo en sus vientres. La verdad es que cualquiera que crea en la espiritualidad de ésta manera vacía y sin contenido es una víctima del pensamiento capitalista y del colonialismo cultural. De hecho, ésta espiritualidad coja del materialismo mismo, es la que hace que el mundo material carezca de espiritualidad. Entonces, los sistemas capitalistas se activan en éste mundo, haciendo lo que quieren, explotando, monopolizando, controlando y manipulando. Si consiguen lo que quieren, recurren a la espiritualidad vacía y obtienen lo que les corresponde con palabras, lemas, prácticas rituales y ceremonias. El alma se tranquiliza y piensa en la sanación, luego regresa una vez más al mundo, haciendo lo que quiere sin ley ni límites.

Ésta espiritualidad mortal que mata el alma está en contra de lo que el Islam ha advertido repetidamente, diciendo: "La rectitud no consiste en volver el rostro hacia el este o el oeste." Y ésto es lo que el Mensajero PyB advirtió en la aplicación a los compañeros que lo anotaron en la práctica. 

El que trabaja con sus manos y alimenta a su hermano que adora en la mezquita, su hermano que trabaja, será más venerado que él. La mano ruda y agrietada por el trabajo duro es una mano que Allah y Su Mensajero estiman. El pie que se esfuerza en el camino de Allah, ayudando al prójimo o defendiendo el santuario, es un pie cargado de espiritualidad. La espiritualidad del Islam tiene un contenido: la espiritualidad de la tierra, de la naturaleza y del universo. Aquí se borra la distinción entre la espiritualidad vacía y la materialidad sorda, y la espiritualidad que se convierte en materia activa y en movimiento, y la materia que se convierte en espiritualidad encarnada y realizada. El mundo entero es espíritu y todo es materia, y no hay separación entre ellos. Éste es uno de los significados del monoteísmo. Pero hasta ahora seguimos siendo víctimas de una espiritualidad ciega y creemos en la religión al estilo capitalista.

La gente piensa que éste mundo fue creado para el beneficio del hombre “La riqueza y los hijos son el adorno de la vida de éste mundo.” Entonces los valores de la gente se convierten en valores puramente consumistas y su demanda es establecer una sociedad de lujo y abundancia. Siempre que una persona haya creído en Allah, en Sus libros, en Sus mensajeros y en el Último Día, y haya establecido los rituales y pilares de la religión, entonces tiene derecho a disfrutar de las provisiones que Allah le ha dado, a casarse, a vivir, a comer y disfrutar de las provisiones de Allah y para ser un hermano.

El musulmán que es el primero en correr a las mesas para comer, el primero en saltar a la oración, el primero en recolectar dinero y el primero en pagar el zakat.. Éste también es un efecto del capitalismo en la religión. La religión pone todo al servicio de la causa, que es lograr la confianza en la tierra. Fomenta el autocontrol y llama a trascender la vida mundana por un sentido de misión. Los valores islámicos son valores puramente productivos que benefician a la gente. Todos ellos tienen como objetivo la consecución del interés público, de la ética islámica de la castidad, el ascetismo, la austeridad y la piedad son de hecho una ética social para limitar el patrón de consumo, porque el día que la sociedad pasa del patrón de producción al patrón de consumo y de una sociedad de lucha a una sociedad de lujo, ésta se derrumba, como observó Ibn Jaldún.

La verdadera bendición y la felicidad eterna no residen en disfrutar de los placeres de éste mundo, sinó en trabajar para alcanzar el mensaje, cumplir con el propio deber y dejar un buen legado o tradición que se transmita de generación en generación y se siga después de la muerte, porque el Más Allá es mejor y más duradero. No hay dinero legal para una persona en una sociedad donde la mayoría está desnuda y sin ropa, a la intemperie sin techo, hambrienta sin comida y analfabeta sin educación, y con una mujer que está enferma y sin cura, ¿cómo puede entonces una persona disfrutar del dinero lícito cuando todo en él está prohibido?

La gente cree en el individualismo de la religión y defiende la libre actividad basada en la competencia y el afán de lucro. La religión ha enfatizado el papel del individuo y ha establecido la responsabilidad individual. No es de extrañar que el individuo tenga derecho a ejercer su actividad sin límites, a invertir su dinero como quiera y a contratar personas para que trabajen para él en el campo, en la fábrica o en la tienda. Ésto es, de hecho, el pensamiento capitalista que se ha infiltrado en la religión. 

Muchos defienden el capitalismo pensando que defienden la religión. ERROR.
Otra forma de capitalismo se ha infiltrado en el pensamiento islámico de nuestra sociedad con sus cinco partes distintas de pecado:
-La charla peligrosa con rebeldía y apostasía.
-La actividad lúdica individual con deformación de géneros.
-El derecho sagrado a la propiedad terrenal. Cuando Todo es de Allah.
-La obediencia para instaurar y
santificar un clero. Que el Islam no permite.
-Las alianzas acelgas con el fiel Occidente. Que pueden pasar a las traiciones.

¡Reflexionar humanos! No todo es lo que parece.

Assalamo Aleikum.