LOS SOLDADOS DE CALAMINA.
EL DIFERIR ENTRE LOS MUSULMANES.
En el nombre de Allah, el Compasivo, el Misericordioso.
¿Por qué los musulmanes llegan a diferir a la hora de determinar las festividades religiosas?
Siempre pensamos que hemos superado el desacuerdo y la división con respecto a la celebración de las festividades de Eid al-Fitr y Eid al-Adha, y nos encontramos enfrentándonos a ellas nuevamente, como sucedió en Eid al-Fitr del año (2023 y 2024). Los más afectados fueron los musulmanes en Libia y Australia, donde la división alcanzó hasta el interior de las familias, los barrios e incluso las mezquitas. También hubo divergencias entre los países vecinos, como Egipto y Libia, yá que el primero celebró el Eid el viernes y el segundo el sábado, a pesar de su proximidad geográfica. Además, hubo desacuerdos entre países árabes que, en teoría, no deberían divergir, como Marruecos y Omán, que celebraron el Eid el sábado, a diferencia de los demás países árabes, que lo comenzaron el viernes. En Iraq, también había una división entre las autoridades religiosas sunnitas y los chiítas.
La controversia sobre la observación del hilal lunar y la determinación del comienzo de los meses del calendario islámico es antigua y sigue siendo recurrente. Se celebraron conferencias y seminarios sobre el tema y se emitieron declaraciones y hasta se vociferaron decisiones. Entonces, ¿por qué sigue habiendo desacuerdos sobre el inicio del Ramadán y el Eid? ¿Es ésta una cuestión legal (fiqh) o astronómica? ¿Hay alguna esperanza de poner fin a éstas divergencias, o deberíamos adaptarnos a ellas, aceptando que los países y regiones celebren sus fiestas religiosas en fechas diferentes?
La raíz de la divergencia y la esencia del problema se remontan a tres fundamentos: el primero es jurídico (fiqh), que está relacionado con la cuestión de si se debe o no adoptar la unificación de las observaciones lunares, es decir, la unidad o diversidad de los horizontes (o localidades); El segundo punto es legal y astronómico, y hay que preguntarse si debemos seguir los cálculos astronómicos o la normal visual observación de la luna; y el tercero es de carácter político, vinculado a la autoridad gubernamental.
Unificación de horizontes lunares o una diversidad de ellos.
La "unificación de horizontes" significa que si se avista la luna creciente en un país, todos los demás países deben comenzar a ayunar o celebrar el Eid. La "diversidad de horizontes" implica que cada país sigue su propia observación, que puede ser diferente a la de otro país, incluso si está cerca.
La unificación de horizontes es la posición de la mayoría de los juristas (fuqahā’), como lo informó Al-Nawawi de Ibn al-Mundhir, quien afirmó que ésta es la opinión de los cuatro imanes (Abu Hanifa, Malik, Al-Shafi‘i y Ahmad), Al-Layth ibn Sa‘d y la mayoría de los juristas.
Sin embargo, algunos disintieron de la mayoría y abogaron por la diversidad de horizontes, como una de las opiniones dentro de la escuela Shafi'i, así como Al-Qarafi, Ibn ‘Abidin y aquellos que por ende coincidían con ellos.
La mayor parte se basaba en la generalidad del dicho del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Ayunad cuando la veáis (la luna creciente) y romped vuestro ayuno cuando la veáis.” El Hadiz hizo obligatorio el ayuno ante cualquier visión de la media luna, sin restringirlo a una ubicación específica.
También respondieron al famoso Hadiz de Kureib, que relata que Ibn Abbas no siguió el punto de vista de los sirios, diciendo que ésta fue una decisión basada en el ijtihad (esfuerzo legal personal) de Ibn Abbas, y por lo tanto era un informe interrumpido (mawqūf) y no atribuido directamente al Profeta PyB (marfū‘), y por lo tanto no sirve como evidencia para apoyar la diversidad de los puntos de vista.
Recientemente, todos los consejos jurisprudenciales islámicos contemporáneos han decidido adoptar la posición de unificación de horizontes (o localidades), haciendo caso omiso de sus diferencias. La única excepción fue el Consejo de Jurisprudencia Islámica de La Meca, afiliado a la Liga Islámica Mundial, que adoptó la posición de la diversidad de horizontes.
Todos los congresos y seminarios que abordaron la adopción de los cálculos astronómicos para las festividades religiosas también decidieron sobre el principio de unificación de los horizontes, especialmente: el Consejo de Investigación Islámica de la Universidad Al-Azhar (en 1966), el famoso Congreso de Estambul (1978), el mismo en el 2016, el Congreso de Kuwait (1973), el Consejo Europeo de Fatwas e Investigación (en 2009) y el Congreso de la Liga Islámica Mundial (en 2012).
La posición que defiende la diversidad de horizontes no es adecuada a nuestro tiempo. Aunque la opinión de la unificación de horizontes era la posición de la mayoría de los juristas antiguos y contemporáneos, todas las naciones árabes e islámicas hoy la contradicen y adoptan el principio de la diversidad de horizontes. Ésto incluye incluso a países que siguen la escuela malikita, como Marruecos y Libia, que originalmente apoyaron la unificación de horizontes, así como la escuela hanbalita, que también se inclina por ésta posición. Sin embargo, Arabia Saudita, por ejemplo, abraza la diversidad de horizontes y no se compromete con la visión de otras naciones.
Ésta postura, a pesar de su débil base jurídica, se debe a dos razones principales: Primero: el factor político, en el que cada país quiere tener independencia en anunciar el inicio del mes lunar, sin someterse a otro país, aunque lleguen a la misma conclusión. Afirman que observan la luna con sus propios comités especializados y anuncian el Eid o el comienzo del ayuno sin tener en cuenta a los demás. A veces éste anuncio puede verse influenciado por algunas disputas políticas.
En segundo lugar: la negativa a comprometerse con anuncios engañosos hechos por otros países o regiones. Si un país adoptara la unificación de horizontes, estaría obligado a aceptar el anuncio de cualquier otro país respecto de la visión de la media luna, incluso si, científicamente, tal visión fuera imposible en ese lugar. Pero en nombre de la unificación, tendría que aceptarlo.
La posición que defiende la diversidad de horizontes no es compatible con la época en que vivimos, por varias razones.
Ésta opinión se basa en el supuesto de que no sería posible que la noticia del avistamiento de la luna en un país llegara a otro antes del amanecer. Por ello, muchos juristas antiguos que defendían la diversidad de horizontes diferenciaban entre países cercanos y lejanos, afirmando qué, si eran cercanos, se adoptaba la unificación, pero si eran lejanos, se aplicaba la diversidad. Ésta era la opinión, por ejemplo, de Al-Shirazi y Al-Zayla‘i de la escuela Hanafi, y ésta es también la posición adoptada por los shafi‘is. Sin embargo, ésta razón yá no es válida en nuestros tiempos, en un mundo en el que la información circula instantáneamente y a una escala global.
Además, la adopción de diversidad de horizontes profundiza la división de la Ummah (nación islámica) y acentúa las diferencias entre sus miembros precisamente en las ocasiones en las que deberían demostrar unidad y cohesión, como en las fiestas religiosas.
Ésto también puede generar divisiones dentro del mismo país, como en el caso en que la media luna es visible en el sur pero no en el norte, y entonces una parte del país ayuna mientras la otra celebra el Eid. En una nación yá fragmentada por la política, las escuelas jurídicas, las ideologías y los grupos, se hace necesario aprovechar cada oportunidad para promover la unidad, especialmente en los días festivos. No debemos buscar en el patrimonio jurídico islámico aquello que nos divide y nos desagrega. E incluso si aceptamos la diversidad de horizontes de los países muy alejados del mundo árabe, como Indonesia y Malasia, ¿qué lógica jurídica y racional puede justificar que los países vecinos tengan fechas diferentes para sus fiestas religiosas, dado que la luna creciente, por la que ayunamos y terminamos el ayuno, es una sola, visible en el mismo cielo para todos los pueblos?
No tengo duda de que si un jurista que defendiera la diversidad de horizontes viviera en nuestro tiempo, presenciando la proximidad entre los países, la transmisión instantánea de información y los efectos de la adopción de ésta opinión, como la división de la Ummah y el debilitamiento de su testimonio ante otras naciones, no dudaría en abandonar su posición anterior y volver a la opinión de la mayoría, adoptando la unificación de horizontes.
Finalmente para terminar aquí éste texto y para que no resulte demasiado largo o duro.. Lo más importante es reafirmar que la unidad de la Ummah (nación islámica) debe estar siempre por encima de las diferencias secundarias. Siempre que sea posible, es nuestro deber tratar de resolver las diferencias jurídicas entre nosotros con un espíritu de conciliación, diálogo y fraternidad. Al mismo tiempo, respetamos plenamente a quienes, basándose en el conocimiento y la buena fe, adoptan opiniones diferentes a las nuestras en cuestiones de Jurisprudencia islámica. Que todos los Eid sean una ocasión de grandes bendiciones, alegría y unidad para todos los hermanos y hermanas del mundo.
¡El Eid es para todos! Unidos.. no dispersos.
Sh. Ahmad.