DINÁMICA INTERACTIVA.
Después de lograr la reconciliación con el ser humano en su dimensión cósmica espiritual a través de la reconsideración de los conceptos de razón y fe, los rasgos de la espiritualidad sufí se hacen claros y se pueden intuir en los hombres de pensamiento y literatura, como también son evidentes en los hombres religiosos y en los reformadores en diversas épocas de la historia. A éstas personas se las describe habitualmente como los humanistas, y sus proyectos y experiencias son modelos valorativos y educativos de referencia, mientras que la escuela del psicoanálisis los considera solamente como modelos y muestras neuróticas que permiten comprender el principio o el mecanismo de transformación en el que se basan los diversos proyectos creativos en el arte, la filosofía, la política y la literatura. Ésto nos coloca ante la oportunidad de poder comparar y anticipar iluminaciones de lo psicológico y lo mental fuera del espíritu conformista que rige tanto a la ciencia como a la filosofía, es decir, ir más allá de lo decidido tanto por el espíritu positivista científico como por el racionalismo filosófico.
El Tasawwuf-sufismo, con su método de investigación y contemplación interior, puede considerarse el primer padre de la psicología y el psicoanálisis. Su profunda comprensión del tesoro oculto y de la riqueza psicológica dentro de los límites de las dualidades opuestas ha ido más allá de intentar influir positivamente en los síntomas psicológicos que impiden la consecución de la felicidad y la salud psicológica. Su influencia no se limitó a la gente común, sinó que se extendió a los académicos y/a las élites científicas y culturales, basándose en provocar una revolución en la dirección del conocimiento. El objetivo último del yo no es ver algo, sinó ser algo (...) y el acto final no es un acto mental, sinó más bien un acto vital.
(El ser total del yo se profundiza y su voluntad se agudiza gracias a la certeza creativa de que el mundo no es algo que se ve o se conoce sólo por la imaginación, sinó algo que se hace y se rehace mediante el trabajo continuo.)
La apertura al Tasawwuf ayuda a actualizar los mecanismos terapéuticos y los diferentes aparatos conceptuales de las experiencias sufíes, al tiempo que llama la atención sobre la incomprensión de éstos dos valores humanos y herencias cognitivas, y la necesidad de redescubrirlos de una manera que se base en el método del acompañamiento, no del juicio. Debemos descubrir el Tasawwuf desde dentro y con sus herramientas, es decir, a través de sus pioneros, no de sus oponentes, ni siquiera de sus admiradores, tal y como Farid al-Din descubrió el método de tratamiento de al-Hallaj al definir la naturaleza del conocimiento en su visión, que es "ver las cosas." Al-Hallaj interpretó la serpiente como certeza, indicando la necesidad de trascender a la arrogancia cognitiva que establece unas condiciones dogmáticas para determinar el conocimiento, así como trascender la consideración de la vida psicológica como un sujeto de conocimiento externo, mientras que es esencialmente un sujeto de conocimiento interno. La serpiente también asume la circulación de la libido en el léxico de Jung, mientras que la lectura ideológica de la experiencia de Al-Hallaj arroja luz sobre su desviación doctrinal, hacia la que tendemos y decidimos decir que lo que Al-Hallaj predicaba dentro de sus ideas y creencias representaba otro eslabón en una cadena sucesiva de movimientos de extremismo, destrucción y hasta herejía.
La comprensión sufí de la mente y la psique humanas, así como el tratamiento de las condiciones patológicas, va más allá de todos los intentos científicos clásicos de comprensión y tratamiento. La comprensión sufí del ser humano, en términos de ser una suficiencia interactiva dinámica abierta a los polos del amor y la imaginación, se basa en el enfoque sufí que supera todos los planes que la ciencia ha establecido y reduce la psique a un aparato psicológico que imita el aparato biológico, que es el enfoque freudiano, o de Muhammad Iqbal, e incluso de los contemporáneos a los que la investigación y los estudios neurológicos se esfuerzan por alcanzar para decodificar al ser humano.
Diversas experiencias sufíes ayudan a identificar otras descripciones de las manifestaciones de la vida psicológica y mental, especialmente cuando se trata de determinar la naturaleza de la obsesión, el narcisismo, el odio, la posesividad, el sadismo y el masoquismo y sus orígenes, y cómo lidiar con ellos, es decir, identificar las alternativas terapéuticas y comprobar su eficacia. También ayudan a comprender los valores del altruismo, la piedad y el amor puro, valores que intervienen en la construcción de un estado de bienestar psicológico, como estado deseado y un fin en el que convergen diversas praxis de tratamiento psicológico y mental.
Las diversas experiencias sufíes ayudan a comprender la relación entre el yo y el otro, el origen y desarrollo de la fe, y a identificar la naturaleza de la felicidad que cada experiencia sufí representa y su impacto en la educación conductual de individuos y grupos. Se trata de unos métodos que abren horizontes para la convergencia de comparaciones terapéuticas dinámicas internamente, es decir, entre las experiencias sufíes en su diversidad, y externamente, es decir, observando la naturaleza de la experiencia sufí a la luz del diagnóstico proporcionado por el psicoanálisis, la neurología y la psiquiatría, y a la luz de lo que las ciencias del conocimiento, la investigación y los estudios neurológicos que se han alcanzado.
Las diversas experiencias sufíes sitúan al investigador ante una concepción antigua-nueva de la naturaleza de la relación entre Allah – el hombre – el mundo. Así, el investigador se encuentra en la naturaleza de la experiencia sufí, en cuanto a que es una experiencia en la que lo valorativo y lo cognitivo, lo emocional y lo racional, se encuentran ante una situación especial y distintiva para la esencia del ser humano. Las diversas experiencias sufíes permiten comprender el proceso de identificación, que es un proceso que entra en la definición de la conciencia de la autorrealización desde una perspectiva diferente a la observada en el psicoanálisis. También entra en la definición de la identificación desde una perspectiva sufí como una mezcla diversa de dualidades opuestas, incluyendo la dualidad de “subjetivo- objetivo”, la dualidad de “temporal y eterno”, y la dualidad de “visible-invisible”. Ésta mezcla se detecta mediante un sentido especial, difícil de localizar, debido a la diferencia en la conciencia de su existencia, a la diferencia en la disposición de los individuos para aceptar una realidad psicológica fuera del ámbito de la satisfacción sensual, una realidad metapsicológica diferente de la metapsicología que se traduce por.. Un sentido cósmico, o conciencia cósmica, o conciencia mística profunda, un sentido superior que se esconde detrás de una percepción especial, una percepción que los especialistas a veces registran como inspiración, y a veces como una ilusión que puede llegar a ser intensa dentro del sentido común.
Encontramos en ciertas materias de estudio, que combinan - en términos de su trabajo sobre el sufismo y la conciencia religiosa - con una visión filosófica pragmática que busca registrar la presencia de la religión y el sufismo en el filosofar cotidiano y la visión del psicólogo que busca alcanzar los mecanismos específicos y dirigidos del sufismo y la conciencia religiosa, es decir, una especie de fundamento científico para el todo humano, y el enraizamiento de una comprensión psicológica de la experiencia espiritual, en los términos de ser una experiencia humana cuya naturaleza y componentes pueden ser acordados, que entran en el corazón del camino del tratamiento filosófico reconciliado con el yo humano profundo. Yá, en otro artículo, se explicaba que existen dos tipos de sufísmo Islámico y tenemos que saber sus diferencias o sus características concretas para poder acceder al camino más apropiado.
También tenemos que saber distinguir (en su comprensión) entre el yo y entre un yo material y un yo social, afirmando la existencia de un yo espiritual. El primer tipo incluye el cuerpo, el segundo tipo incluye el respeto y la consideración que una persona recibe de quienes la rodean, y el tercer tipo incluye todas las condiciones que expresan nuestros sentimientos, y éste todo es el tema de nuestro pensamiento, y también es un lugar de encuentro para los sentimientos, tanto aparentes como ocultos.
La vida espiritual, mística y religiosa en su comprensión científica de la psique, considera que la experiencia religiosa es un tema de la psicología descriptiva, yá que la religión es un hecho psicológico. El sustento terapéutico de la experiencia religiosa, tal y como la veían algunos investigadores, reside en que es una fuente de optimismo que puede salvar al hombre en general y al paciente en particular de la melancolía y las obsesiones a las que es vulnerable. Existe, además, una jerarquía de valores que colocan lo material en el último lugar de la escala de intereses e incluso como tema del altruismo.
A algunos investigadores les interesaba estudiar la experiencia espiritual con la energía activa en la que se manifiesta la relación del creyente con Allah, pues la fe y su jurisprudencia ayudan a la persona creyente a liberarse de las percepciones últimas, y la fe es también un tónico o estimulante de nuestra disposición energética, la lógica de la renuncia sufí, que es la renuncia a lo conocido y convencional, es una expresión para adquirir nuevos conocimientos, éticas y energías, o lo que se conoce entre los sufíes como la renuncia en aras del endulzar, considerando que el alma es como una copa o vaso que no se puede llenar de lo nuevo a menos que se vacíe de lo viejo, que se ha convertido en nada más que percepciones muertas.
El valor terapéutico de la terapia sufí reside en que ayuda a sustituir el contenido de los pensamientos obsesivos que se encarnan en el predominio de percepciones e imágenes negativas y patológicas que el paciente se encuentra incapaz de apartar, las obsesiones que le llevan a separarse de su realidad y entregarse a una visión pesimista, y sustituirlas por un contenido positivo que bebe de un impulso energético que está llamado a descubrir, y/a redescubrir la eficacia de la fe, es decir, a descubrir el lado luminoso de la vida que está distorsionado por una jerarquía de valores negativos que subordina los valores superiores a los materiales inferiores.
En éste artículo no nos detendremos en los místicos sobrenaturales, porqué creemos que pertenecen al folclore popular más que a ser una vía de curación. Lo que se puede considerar valioso en las experiencias sufíes reside principalmente en su tratamiento del dolor, la alegría, la agudización de la mente y la modificación de los estados de ánimo. Éstos son los contenidos en los que Dawud al-Antaki se detuvo a pesar de ser médico y farmacéutico. Ésto se debe a que el tratamiento mental y psicológico está en una relación de interacción con las creencias y la cultura de las personas.
Existe una necesidad urgente de ir más allá de la vía del tratamiento conocida tanto en el psicoanálisis como en la psiquiatría e informar sobre la salud mental y psicológica de las personas, y es un paso que requiere ir más allá de la lógica del ensayo a doble ciego y sobre los métodos de salud.
El poder de la espiritualidad al incrementar la cercanía al Din de Allah, es para saber utilizar el poder de la honestidad sin tener que adular a los demás, así como activar el poder de la humildad y no ser arrogante por el éxito alcanzado.
Assalamo Aleikum.