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domingo, 16 de febrero de 2025

EL CAMINO DIVINO y el CONOCIMIENTO DIVINO.

EL CAMINO DIVINO y el CONOCIMIENTO DIVINO.
La revelación interior y la abundancia divina son el título del Tasawwuf islámico, y son el eje en torno al cual gira el conocimiento del sufí, así como las charlas entre ellos y los hombres del pensamiento de las diferentes escuelas teóricas y racionales, y entre ellos y los hombres del conocimiento aparente de los juristas que santificaron las reglas que inventaron para el conocimiento, y las llamaron, nada más y nada menos que sabiduría y la palabra final.

Me atrevo a decir: que ni la revelación interior ni la abundancia divina son un objetivo prioritario de los seguidores de esas escuelas de islamistas, y que en ninguno de sus propósitos, está el de ser siervos divinos con la primera meta de adorar a Allah con una adoración que fuera puramente para Él y para nadie más, una adoración que los acercara a Él y los acercara a Su placer. Y que destacaran en ésta adoración y que no convirtieran en ley un método de su filosofía humana, formando reseñas de moral y nadando en esos mares durante mucho tiempo, por lo que fue de su fuerza y ​​ de su vida una amalgama de diferentes folclores, y de esa adoración por lo material, surgieron su gusto por su confort para con el mundo.

Los verdaderos seguidores del Tasawwuf son los hacedores, no los habladores. Son aquellos que se ofrecieron voluntariamente a Allah más allá de los actos obligatorios y voluntarios, y avanzaron en éste voluntariado hasta desarrollar una sensibilidad de fe, o una energía de adoración que casi entró en el reino de lo milagroso, hasta el punto de que observan a Allah con sus respiraciones, de modo que cada aliento que sale de sus pechos es para el recuerdo de Allah, o para buscar el perdón, o para suplicar, o para susurrar Su glorioso Nombre.

Ésta adoración constante y pura los acercó a Allah y los hizo cercanos, por eso Él los amó y ellos lo amaron, Él fue íntimo con ellos y ellos fueron íntimos con Él.. Él se complació con ellos y ellos se complacieron con Él, por eso las luces del amor los abrumaron y sus vidas rebosaron de luz, felicidad, intimidad y cercanía, por eso se formó para ellos un camino del amor e hicieron de la ley un sustento y una melodía, y ese amor fue su gusto y su color, y de él (Tasawwuf) se ramificaron sus estaciones y estados, y de Él fue su vuelo y sus ascensos.
Entonces Allah les concedió el conocimiento divino como recompensa adecuada, y les concedió la revelación interior como un don y una recompensa, y les proporcionó una provisión además de ésto que habían ocultado, de modo que fue el secreto del que a veces fueron tacaños y a veces aludieron, y el secreto de éste secreto se busca en la famosa frase: "Siervo mío, obedéceme" y Allah dice a una cosa: "Sé", y "es." Ésta es la última palabra en el Tasawwuf. La revelación interior, el conocimiento divino, los poderes sobrenaturales y los milagros no eran una meta, un propósito o una esperanza para los seguidores del Tasawwuf, sinó más bien un don, una concesión y una ofrenda divina.

La revelación esotérica (interior) y el conocimiento divino, a pesar de la controversia y el diálogo que los rodea, y a pesar de las disputas que se suscitaron a causa de ellos, fueron mencionados en el Sagrado Corán y en los Hadices auténticos.

Allah Todopoderoso dijo: {Temed a Allah y Allah os enseñará. Si teméis a Allah, Él os concederá un criterio. Un siervo de Nuestros siervos a quien le hemos concedido misericordia de Nuestra parte y le hemos enseñado conocimiento de Nuestra parte. El que tenía conocimiento de la Escritura dijo: "Te la traeré antes de que tu mirada se vuelva hacia ti." Él concede la sabiduría a quien Él quiere, y a quien se le ha concedido la sabiduría, ciertamente se le ha concedido mucho bien.}

La historia de Moisés y Al-Khidr es bien conocida y se presenta en el Sagrado Corán en una presentación clara que revela el estatus del conocimiento divino y el conocimiento esotérico (interior) que Al-Khidr recibió de su Señor.

Ésta historia fue mencionada en los libros de Hadices auténticos de una manera clara y explícita, afirmando que el conocimiento pertenece sólo a Allah, y que es un préstamo para el hombre, y Allah lo concede a quien Él quiere, yá sea un profeta o un santo.

Bajo la autoridad de Abi bin Kaab, bajo la autoridad del Profeta - (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) - dijo: Moisés se puso de pie para dar un sermón a los Hijos de Israel y le preguntaron: ¿Quién es el pueblo más sabio? Él dijo: "Lo sé." Entonces Allah lo reprendió porque no le había referido dicho conocimiento a Allah. Luego Allah le reveló: que uno de Mis siervos en la confluencia de los dos mares es más sabio que tú. Él dijo: "Oh Señor, ¿qué pasa con él?" Le dijeron: Lleva un pescado en una canasta y, si la pierdes, desaparecerá el pez. Entonces Moisés y su siervo salieron y se fueron con él, Joshua bin Nun. Llevaron un pescado en una cesta hasta que llegaron a la roca, se agacharon y durmieron. Entonces el pescado se deslizó de la cesta y se fue al mar. Moisés PyB y su siervo se quedaron asombrados. Así que salieron y pasaron el resto de la noche y del día. Cuando llegó la mañana, Moisés PyB le dijo a su siervo: "Tráenos nuestro almuerzo." Ciertamente nos hemos encontrado con la fatiga en éste viaje nuestro, y Moisés PyB no se sintió fatigado hasta que pasó por el lugar al que se le había ordenado ir. Entonces su sirviente le dijo: ¿Viste cuando nos refugiamos en la roca? Me olvidé del pez. Moisés PyB dijo: Eso es lo que estábamos buscando. Entonces siguieron sus pasos, contándose historias. Cuando llegaron a la roca, había un hombre cubierto con una prenda de vestir -o él dijo cubierto con su prenda de vestir- y saludó a Moisés. Al-Khidr dijo: "¿Cómo puedo estar seguro en tu tierra?" Dijo: Yo soy Moisés. Dijo: ¿Moisés de los Hijos de Israel? Él dijo: Sí.
Él le dijo: ¿Te seguiré para que me enseñes lo que has aprendido sobre el buen juicio? Dijo: No podrás tener paciencia conmigo, ¡oh Moisés! Yo sé lo que Allah me ha enseñado y que tú no sabes, y tú sabes lo que Allah te ha enseñado y que yo no sé.

Luego narró el resto de la historia tal y como está mencionada en el Sagrado Corán. La conclusión del Hadiz es su dicho, (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): "Hubiéramos querido que Moisés hubiera sido paciente hasta que nos presentó su asunto."

Al-Khidr tenía un conocimiento que Allah le enseñó y Moisés no lo sabía, y Moisés tenía un conocimiento que Allah le enseñó y Al-Khidr no lo sabía. El conocimiento es, pues, el conocimiento de Allah, del cual Él concede lo que quiere a quien Él quiere. El conocimiento es un atributo de Allah, del cual Él concede a Sus siervos, atribuyendo su sabiduría al Creador de los cielos y de la tierra, y su secreto a Aquel que inspiró a la abeja, hizo hablar a la hormiga e inspiró a los pájaros para que Lo glorificaran. Allah Todopoderoso dice: "A todos proveemos, a éstos y a aquéllos, del don de tu Señor. Y el don de tu Señor no está restringido."

Al-Ghazzali dice en la Epístola Divina, (detallando los dos conocimientos, el esotérico (interior) y el exotérico (exterior), y demostrando el honor y la supremacía del conocimiento divino. Ésto se explica en la historia de Adán, (la paz sea con él), y los Ángeles, pues aprendieron a lo largo de sus trascendencias y adquirieron muchos conocimientos a través de diversos métodos hasta que se convirtieron en los más eruditos de las criaturas y los más eruditos de los seres. Y Adán, (la paz sea con él), no era erudito. Como no aprendió ni vio a un maestro, los Ángeles se jactaron ante él y dijeron: Te glorificamos con alabanzas y te santificamos, y conocemos las verdades de las cosas. Entonces Adán -(la paz sea con él)- regresó a la puerta de su Creador, y sacó su corazón del grupo de los componentes y se volvió hacia el Señor Todopoderoso en busca de ayuda, por lo que Él le enseñó todos los nombres, luego se los presentó a los Ángeles y dijo: Dime los nombres de éstos, si eres veraz. Su condición era insignificante ante Adán, su conocimiento era escaso y el barco de su arrogancia se rompió, por lo que se ahogaron en el mar de la impotencia. Dijeron: No tenemos ningún conocimiento excepto el que Tú nos has enseñado. Entonces el Altísimo dijo: "Oh Adán, diles por sus nombres." Entonces Adán -(la paz sea con él)- les informó de varios conocimientos ocultos y los fundamentos de la materia.

(La gente racional decide que el conocimiento innato de lo invisible es más completo que el conocimiento adquirido.)

Así, el conocimiento divino se establece en los principios de la ley islámica, y el error se pone de manifiesto en el Corán y la Sunnah de Muhammad, PyB. Sin embargo, es sorprendente que los seguidores del Tasawwuf hayan sido atacados con violencia y dureza por ello por los racionalistas y algunos juristas, especialmente los juristas hanbalíes, cuyo gran Imam Ahmad ibn Hanbal fue uno de los líderes del sufismo y sus eruditos con su moral, su adoración y el color de su vida. Dijo: "El conocimiento no está en la abundancia de enseñanzas y narraciones, sinó más bien es una luz que Allah arroja al corazón de quien lo ama y lo obedece."

Lo que es más asombroso es que atacan ésta ciencia del Tasawwuf en una posición de crítica contra los sufíes, y luego la aprueban en otras posiciones si les gusta el asunto. Ibn Taymiyyah, es el ideólogo y líder de esa secta. El crítico herido - Explica en su carta el significado de la revelación, y luego comenta, diciendo: "Y la inspiración en el sentido anterior es para todos los creyentes con certeza. Luego habla de la abundancia divina, diciendo: "Es para aquellos que obedecen a Allah y le temen." Cita versículos y Hadices como evidencia de ésto, glorificando y magnificando el Hadiz de Abu Huraira, que fue narrado por Al-Bujari con la autoridad del Mensajero de Allah - (que la paz y las oraciones de Allah sean con él).. Mi siervo continúa acercándose a Mí con actos voluntarios de adoración hasta que lo amo. Cuando lo amo, Soy su oído con el que oye, su vista con la que ve y su mano con la que golpea. Luego dice: "Éste hadiz es lo máximo en inspiración y abundancia."

Ibn al-Qayyim, el discípulo mayor de Ibn Taymiyyah, dice en su libro "Al-Wabil al-Sayyib": "El recuerdo es un árbol, y cuanto más grande crezca ese árbol y más firmes sean sus raíces, mayor será su fruto. El recuerdo produce todas las estaciones, desde el despertar hasta el monoteísmo."

Así, incluso los oponentes del Sufísmo han aceptado la revelación, la abundancia y la inspiración, y todas las escuelas espirituales globales de pensamiento creen que la pureza espiritual, el ascetismo y el alejamiento de las tentaciones y los placeres del mundo son un camino hacia el conocimiento, y también un camino hacia lo sobrenatural y el dominio sobre los elementos de la naturaleza.

El profesor Al-Aqqad dice en su libro: la oración es lo más grande en la estructura de la creencia, por eso nos acercamos a comprenderlo cuanto más nos acercamos a comprender la oración. Porque la oración, en su opinión, no surge de una petición, de un grito de ayuda o de una súplica, sinó que surge de un sentido por encima del sentido, por encima del pensamiento, por encima de la petición y de la súplica, y en su opinión, es el nivel más alto de conciencia disponible para el ser existente. Porqué el espíritu divino -en su creencia- se ha movido en todos los seres, y el hombre permanece confinado en la cárcel del cuerpo o en las cadenas de la materia en general, mientras se apoya en los sentidos, o en las emociones, o en el pensamiento para percibir lo que le rodea, pero se eleva a un nivel de conciencia superior a los niveles del pensamiento cuando percibe el espíritu puro y libre de éstos apresadores circunstanciales.
Luego dice, citando a Gandhi: "Quien experimenta la magia de la oración puede prescindir de la comida durante días, pero no de la oración ni un solo momento; Porque la oración está en el corazón de la vida humana."

Por tanto, el dominio del hombre sobre su cuerpo, la supresión de sus deseos, su adorno con las virtudes elevadas y su recurso a Allah, le permiten, por encima de la inspiración y del conocimiento, un poder sobrenatural con el que domina la naturaleza y se eleva al estado que conquista la materia y entonces Allah otorga sus regalos.

El Imam Al-Ghazzali dice en su libro "La incoherencia de los filósofos," probando la validez de la inspiración y su efecto sobre las almas: Si una persona no viera el imán y su atracción por el hierro y le dijeran eso, lo encontraría extraño y diría: No. No es concebible que el hierro pueda ser tirado excepto por un hilo que se tensa sobre él y se tira con él, pues es lo que se ve en el tirón, hasta que si lo viera, quedaría asombrado y sabría que sus conocimientos son insuficientes para comprender las maravillas del poder.
Luego dice: "En los tesoros del poder hay maravillas y curiosidades que son negadas por aquellos que piensan que no hay existencia excepto por lo que Él lo mira."

En el libro "Filosofía coránica" de Al-Aqqad, comentando las palabras de Al-Ghazzali, se dice: "Lo que se dice sobre la atracción de un imán se dice sobre la atracción de los planetas o su atracción a éstas grandes distancias en el cielo. La transferencia de influencia del atractor para el atraído es un hecho que no se pone en duda, pero sólo se puede explicar mediante suposiciones y conjeturas, y la estimación de medios que no están probados por la observación ni por la evidencia."

Lo extraño es que los que se dicen eruditos y racionalistas ven ésto y cosas similares, y oyen su explicación, que varía de hipótesis a hipótesis, y de conjetura en conjetura, y permanecen en silencio y aceptan que es razonable y comprensible, pero exageran la influencia del espíritu sobre los espíritus, y la influencia de la mente sobre las mentes. Porque quieren tocar con sus manos cómo les afecta y cómo es lo afectado, y no aceptan aquí lo que aceptan del mundo de los sentidos y de la vista.

Luego dice: El ser más próximo a Allah es el ser que tiene conciencia de sí mismo, y tiene conciencia de su Creador -es decir, el hombre- y deriva de Él una chispa de poder divino.

Sí, no tenemos poder sobre éstas personas que creen en las maravillas de los fenómenos naturales que se basan en suposiciones y conjeturas, y no quieren creer en sus contrapartes en el mundo espiritual. Más bien, quieren tercamente tocar con sus propias manos el poder sobrenatural de Allah, y quieren tocar con sus propias manos cómo Allah inspira a aquellos de Sus siervos a quienes ama, y cómo les enseña el conocimiento de Sí Mismo. Al tratar con éstos y otros filósofos ignorantes como ellos, no tenemos otra opción que decirles las palabras de Hamlet: "El cielo y la tierra, ¡oh Ratio!, contienen secretos que tu filosofía ni siquiera sueña."

Assalamo Aleikum.